Versión española
Es una traducción ridícula, pero si no la hacía de un modo más o menos literal corría el peligro de perder la esencia del plato. Dejémoslo, a partir de ahora, en Flan pâtissier. Como veis, es francés y un clásico más de su cocina. Sencillo a más no poder.
Se llama “flan” pero se prepara como una crema pastelera o, mejor dicho, una crema inglesa (natillas). Lleva pocos huevos y más maicena, que lo hace más económico, así como una base de hojaldre que le da consistencia y un toque especial. Le he puesto “el toque” cubriéndolo con las almendras fileteadas, también una idea recogida de otro “flan” francés: Flan Normand o Tarte Normande. Lo normando es sinónimo de manzana, como Asturias.
Echando mano de la Larousse de los Postres, he descubierto que, a diferencia de como se hace en España (todo en crudo), el flan de huevo lo presenta como una crema inglesa al horno. Empiezo a pensar que es otra de las características de la cocina francesa.
París, ¿te volveré a ver?
Ya hace unos meses de la última visita, todavía recuerdo su vida y su luz. Incluso durante la noche. Vida.
Te echo de menos, mucho. Porque me hiciste sonreír, porque me acogiste como a uno más. Te he visto amanecer y hablar, atardecer y callar. Me dejaste correr, sin pausa. Te hecho fotos quieta, estática, otras menos hermosas por fuera pero reflejos de unas vidas:
Alguien de pueblo se ha vuelto un urbano más, prefiero esos viajes, con gente, libertad de movimientos, tocar y oler. El campo es para vivir, la ciudad para viajar y descubrir. El mundo en una caja de cerillas.
¿Se puede cambiar?
Llevo tiempo esperándolo sin obtener respuesta. O los cambios son lentos “…o mi reloj está parado”, diría Groucho. Lo primero es el deseo de cambiar, inherente a cualquier cambio, lo restante son dudas. Sin el deseo no hay cambio. Sin dudarlo, mi reloj está parado.
¿Quiere cambiar? ¿Puede una persona satisfecha consigo misma, autocomplaciente, con falta de modestia, desear ese cambio? ¿De quién hablo?
Está todo tan arraigado que será difícil. En lo leve no hay problema, en lo profundo, lo que interesa, imposible. Sólo “algo” podría provocar ese cambio.
El tiempo apremia, otra vez. Mañana será largo, más si no soy el dueño de mi tiempo.
Ingredientes
Precalentad el horno a 180º C. (Nota: por una vez, he preferido emplear el imperativo de modo correcto)
(2) En un cazo poned a calentar la leche, menos un vaso, con el azúcar y una ramita de canela. Removemos para que se disuelva el azúcar y dejamos que hierva, removiendo un poco de vez en cuando.
(3) Mientras tanto, en una tartera diluimos la maicena con el vaso de leche restante, echamos los huevos y la vainilla. Batimos hasta que los huevos queden bien mezclados y no haya grumos.
(4) Cuando haya entrado en ebullición, vertemos la leche sin la canela sobre la mezcla. Devolvemos al fuego, removemos con un batidor y cocinamos hasta que quede una masa espesa, no demasiado.
(5) Vertemos inmediatamente sobre el hojaldre, cubrimos con almendras laminadas y horneamos a 180º C durante unos 35 ó 45 minutos, hasta que tenga un ligero tono. Al final, si queremos darle un tono más oscuro, podemos encender el gratinador durante un par de minutos; así lo he hecho.
Dejamos enfriar un poco en el horno con la puerta entreabierta, retinamos y esperamos a que enfríe totalmente. Se toma frío, mejor después de reposar unas horas en el frigorífico, para gustos. Podemos espolvorearlo con azúcar glasé y/o canela en polvo.
Yo prefiero dejarlo unas horas en el frigorífico antes de tomar y consumir. Aguanto, cuesta, pero lo consigo. Las almendras le han quedado muy bien… riquísimo y sencillísimo.
Es curioso como algo tan sencillo esté tan bueno. Parece una crema pastelera pero, al probarlo, veréis que tiene poco que ver y sabe a … ¡Francia!.
¡Viva Honduras!, perdón, ¡viva Francia! ;-)
Es una traducción ridícula, pero si no la hacía de un modo más o menos literal corría el peligro de perder la esencia del plato. Dejémoslo, a partir de ahora, en Flan pâtissier. Como veis, es francés y un clásico más de su cocina. Sencillo a más no poder.
Se llama “flan” pero se prepara como una crema pastelera o, mejor dicho, una crema inglesa (natillas). Lleva pocos huevos y más maicena, que lo hace más económico, así como una base de hojaldre que le da consistencia y un toque especial. Le he puesto “el toque” cubriéndolo con las almendras fileteadas, también una idea recogida de otro “flan” francés: Flan Normand o Tarte Normande. Lo normando es sinónimo de manzana, como Asturias.
Echando mano de la Larousse de los Postres, he descubierto que, a diferencia de como se hace en España (todo en crudo), el flan de huevo lo presenta como una crema inglesa al horno. Empiezo a pensar que es otra de las características de la cocina francesa.
París, ¿te volveré a ver?
Ya hace unos meses de la última visita, todavía recuerdo su vida y su luz. Incluso durante la noche. Vida.
Te echo de menos, mucho. Porque me hiciste sonreír, porque me acogiste como a uno más. Te he visto amanecer y hablar, atardecer y callar. Me dejaste correr, sin pausa. Te hecho fotos quieta, estática, otras menos hermosas por fuera pero reflejos de unas vidas:
Alguien de pueblo se ha vuelto un urbano más, prefiero esos viajes, con gente, libertad de movimientos, tocar y oler. El campo es para vivir, la ciudad para viajar y descubrir. El mundo en una caja de cerillas.
¿Se puede cambiar?
Llevo tiempo esperándolo sin obtener respuesta. O los cambios son lentos “…o mi reloj está parado”, diría Groucho. Lo primero es el deseo de cambiar, inherente a cualquier cambio, lo restante son dudas. Sin el deseo no hay cambio. Sin dudarlo, mi reloj está parado.
¿Quiere cambiar? ¿Puede una persona satisfecha consigo misma, autocomplaciente, con falta de modestia, desear ese cambio? ¿De quién hablo?
Está todo tan arraigado que será difícil. En lo leve no hay problema, en lo profundo, lo que interesa, imposible. Sólo “algo” podría provocar ese cambio.
El tiempo apremia, otra vez. Mañana será largo, más si no soy el dueño de mi tiempo.
Ingredientes
- Una base de hojaldre
- 1 litro de leche entera, o 2/3 nata + 1/3 leche. He usado 200 ml de nata.
- 180 gr. de azúcar
- 100 gr. de maicena
- 2 huevos enteros
- 1 yema
- 10 ml de extracto de vainilla
- Una ramita de canela
- Opcional: almendras laminadas.
Precalentad el horno a 180º C. (Nota: por una vez, he preferido emplear el imperativo de modo correcto)
(2) En un cazo poned a calentar la leche, menos un vaso, con el azúcar y una ramita de canela. Removemos para que se disuelva el azúcar y dejamos que hierva, removiendo un poco de vez en cuando.
(3) Mientras tanto, en una tartera diluimos la maicena con el vaso de leche restante, echamos los huevos y la vainilla. Batimos hasta que los huevos queden bien mezclados y no haya grumos.
(4) Cuando haya entrado en ebullición, vertemos la leche sin la canela sobre la mezcla. Devolvemos al fuego, removemos con un batidor y cocinamos hasta que quede una masa espesa, no demasiado.
(5) Vertemos inmediatamente sobre el hojaldre, cubrimos con almendras laminadas y horneamos a 180º C durante unos 35 ó 45 minutos, hasta que tenga un ligero tono. Al final, si queremos darle un tono más oscuro, podemos encender el gratinador durante un par de minutos; así lo he hecho.
Dejamos enfriar un poco en el horno con la puerta entreabierta, retinamos y esperamos a que enfríe totalmente. Se toma frío, mejor después de reposar unas horas en el frigorífico, para gustos. Podemos espolvorearlo con azúcar glasé y/o canela en polvo.
Yo prefiero dejarlo unas horas en el frigorífico antes de tomar y consumir. Aguanto, cuesta, pero lo consigo. Las almendras le han quedado muy bien… riquísimo y sencillísimo.
Es curioso como algo tan sencillo esté tan bueno. Parece una crema pastelera pero, al probarlo, veréis que tiene poco que ver y sabe a … ¡Francia!.
¡Viva Honduras!, perdón, ¡viva Francia! ;-)
Uy! Harry, no sé si me estoy torpe y me he perdido o es que hay un pequeño error. En los siguientes puntos:
ResponderEliminar(2) En un cazo poned a calentar la leche, menos un vaso, con el azúcar y una ramita de canela. Removemos para que se disuelva el azúcar y dejamos que hierva, removiendo un poco de vez en cuando.
(3) Mientras tanto, en una tartera diluimos la maicena con el vaso de leche restante, echamos el azúcar y la vainilla. Batimos hasta que los huevos queden bien mezclados y no haya grumos.
En el punto 2 se supone que echas el azucar con toda la leche menos un vaso y la canela.
Pero en el punto 3 pones la maicena con la leche restante (1 vaso) y....¿el azucar? Pero, ¿no se había echado con la leche y la canela?
Vale...creo que te referías a los huevos, ¿puede ser?
ResponderEliminarCon lo cual quedaría:
(2) En un cazo poned a calentar la leche, menos un vaso, con el azúcar y una ramita de canela. Removemos para que se disuelva el azúcar y dejamos que hierva, removiendo un poco de vez en cuando.
(3) Mientras tanto, en una tartera diluimos la maicena con el vaso de leche restante, echamos los huevos y la vainilla. Batimos hasta que los huevos queden bien mezclados y no haya grumos.
Perdón, ¡era un tema de "güevos"!. Hay que echarle huevos al vaso disuelto con la maicena y la vainilla. Corregido.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Harry!!
ResponderEliminarbueno los ojitos pegados a ese flan patissier..lo probare el domingo..con unos amigos..fanáticos del flan jejeej
ufff fracia..especialmente Paris..crei que se me cortaba la respiracion cuando vi la torre Eiffel..por primera vez
no hay palabras..hay que verla..estar debajo..en el centro y mirar hacia arriba..verla ilumiada por la noche..
Paris..y su luz rosa..sus cafes..sus puentes..
necesito verla pronto otra vez..
:-)
Probare ese flan..y ya te comentare..muchas gracias,besos!!
Hola Harry, me encanta tu blog. Ayer hice este flan pastelero con almendras y triunfé. Tienes razón que parece crema pastelera pero cuando la pruebas es mucho más qe eso. Buenísimo.Gracias.
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