Brownies con queso

Un poco de historia, con minúsculas

Versiones 2

Dada la infinidad de posibilidades que ofrece la receta básica del brownie, me he propuesto hacer uno por semana, modificando elementos y probando recetas diferentes e ingeniosas (o eso espero). Rellenos, chocolates, proporciones, horneados,… “para todos los gustos”.

Antes siempre me conformaba con la primera solución, si resultaba, ésa sería mi receta. No me planteaba que otras opciones pudiesen resultar igualmente apetecibles. Es curioso que en otras facetas de la vida hubiese pensado de modo totalmente diferente. Siempre he pensado que no existe lo bueno ni lo malo, o que el filo que lo separa es muy fino y relativo; un seguidor de Galileo convencido.
En cuanto a las recetas, ahora actúo de un modo diferente. Hay muchísimas recetas de brownie, dispares e incomparables, todas ellas ricas. “Incomparables” en sentido literal: no se pueden comparar, porque son diferentes, sabrosas y para gustos.

Recuerdo que existió (pasado) una etapa en la que hacía tablas con los ingredientes de las distintas opciones. Siempre escogía aquella que, en promedio, se desviaba menos de la media o incluía los ingredientes de un modo que consideraba más coherente. También hacía medias o promediaba ingredientes.

Empiezo esta semana con esta versión de brownie “diferente”, tanto que podría llamarle “pastel de queso y chocolate”. Con ese nombre pasaría desapercibido algo que en realidad es un brownie. Hidden, oculto. Porque si algo caracteriza a los brownies es la mantequilla, el chocolate (en todas sus versiones), el azúcar, los huevos y la harina, ésta en menor cantidad. En las proporciones y el relleno es en dónde residen las diferencias. Nueces (macadamia, pecanas,…), almendras, perlas de chocolate, avellanas,…. Como en las personas, todos somos seres humanos pero en las proporciones está la diferencia y, como en el postre, para gustos. No diré esa famosa frase de George Orwell: “Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”, tiene un poso que no acaba de convencerme. Para interpretaciones.

Hoy

Hoy ya es otro día. He dormido algunas horas (no podía más después de las pasadas noches de insomnio), he hecho casi todo lo que tenía que hacer esta mañana, he cocinado varios platos muy ricos y tenía este postre. No se puede pedir más, suficiente después de la agonía. Sí, tiempo para descansar y algo de ocio.

Al final la reunión de M ha sido a las 6:30 PM, me he conformado con una hora de banco el en parque más cercano. Un libro, unas notas y un leve paseo. Me he encontrado con gente solitaria. Una joven, de unos 40 años de edad, fumaba mientras paseaba a su perro; otra se sentó por un momento mientras leía los mensajes del móvil; un niño daba vueltas en su bicicleta de forma incansable, mientras, yo lo observaba con envidia cuando pasaba frente a mi y levantaba la mirada del las hojas del libro; una pareja, abstraída totalmente del entorno, se revolcaba al sol; todo parecía tener vida de modo independiente, ajeno.

Estoy leyendo un libro. Siempre estoy leyendo un libro, o dos, o más. Éste lo descubrí por casualidad en un aeropuerto, ya tenía mi dosis de literatura en la maleta pero el título y el argumento prometía tanto que lo colé en la lista, pasé por alto la máquina del ticket de la charcutería. No diré el nombre, sólo que su autora es mujer y que lo ha publicado Anagrama. M se ha asustado ante el argumento, debe pensar que es una indirecta. No lo es, es una directa. Quiero que reflexione ante las ironías de lo cotidiano, lo que nadie se plantea o cuestiona: “es lo mejor que me ha pasado en mi vida”, ¿seguro? Le recomendaré que lo lea, cuando yo lo acabe, eso sí.


Akhenatón

El hereje. De en entre todos los faraones, Akhenatón fue quien, de un modo u otro, trató de aportar algo diferente en una sociedad politeísta y demasiado temerosa de los sacerdotes del templo de Amón.

Podría decirse que no estoy demasiado interesado en la cultura del antiguo Egipto, tal vez porque creo que tendemos a magnificar su sociedad y sus logros, que poco evolucionaron en casi 3000 años. Tras esa presunta alabanza, en el fondo no significa más que tratarlos como si hubiesen estado lejos del “homo sapiens”: “Fíjate lo que han conseguido construir”, “Ahh, y cultivaban cuando no había crecidas”… Es el mismo tipo de expresiones que se aplican cuando un niño nos sorprende con alguna acción o comentario, como si no tuviesen cerebro. La ausencia del habla no implica falta de inteligencia y los bebes, como seres humanos, son muy inteligentes, no debía sorprendernos. Supongo que detrás está el orgullo de sus padres.

Ha habido un pequeño libro, que leí en un breve espacio de tiempo (casi) durante el vuelo a Egipto, que despertó en mí un interés por esa cultura: Akhenatón, de Naguib Mahfuz. El libro narra, a modo de simulada entrevista con personajes contemporáneos del faraón, su forma de pensar, representado unas miras adelantadas a su tiempo.

Una vez dentro del museo del Cairo, y tras una guiada y rápida visita a las “joyas” del museo, tesoro del Tutankhamón incluido, descubro en una pequeña sala de la planta baja varios elementos que recuerdan “al olvidado”. Porque casi no se habla de él ni de sus logros, de su interés por la cultura, la creación de un Egipto monoteísta (dios Atón), la exaltación de la mujer, su desprecio por las guerras que lo llevó a perder parte de sus territorios,… Me sorprendo que las pocas estatuas del faraón lo representen con cuerpo de mujer y cabeza de hombre. Con ello pretendía mostrar la naturaleza dual de “su” dios, hombre y mujer. La mujer como elemento de creación de vida.

De ese personaje huyen los y las guías. No he encontrado ninguna referencia a ese hecho. De Tutankhamón, insignificante faraón (se dice que hermanastro o incluso hijo) impuesto por los sacerdotes para intentar recuperar el poder, se han escrito demasiadas historias.

Se han escrito bastantes leyendas e imprecisiones sobre Akhenatón (tras su muerte se borraron todos sus rastros), pero sí se dan por ciertos algunos hechos: desplazó la capital de Tebas hasta un asentamiento cerca de Amarta, con el fin de quitar poder a los sacerdotes del dios Amón que residían en Tebas; estableció un nuevo camino religioso y artístico, implantando el culto monoteísta al dios solar Atón; dio gran importancia a la figura de la mujer, personificada en la figura de su esposa Nefertiti; se preocupó más por lo divino que por lo humano, era un hombre de ideas; por un motivo u otro (se dice que fue asesinado por los sacerdotes) con su muerte finalizó ese período de esplendor artístico e innovador en el que su sucesor, Tutankhamón, devolvió la capital a Tebas y restauró el culto a los antiguos dioses; se sabe que tenía una sensibilidad por las artes y que es de los pocos faraones que se han representado con una apariencia más humana (naturalista) y menos divina; etc.

Tras su muerte se intentó borrar casi toda referencia a su reinado, por suerte, no lo consiguieron del todo… Muestro un fragmento del Himno de Atón, compuesto por él mismo y que podría recordar a más de un pasaje bíblico:

Eres Tú quien desarrolla el embrión en la hembra,
Tú quien crea la simiente en el varón,
Tú quien da vida al hijo en el seno de la madre,
Tú quien le mandas el consuelo que apacigua sus lágrimas…

Es curioso que un agnóstico reconocido como yo ensalce las cualidades religiosas de un faraón, sobre todo en lo referente a la exaltación de la mujer o su desprecio por lo humano frente a los divino.

Ingredientes

Para la capa de queso
  • 125 gr. de queso ricotta
  • 75 gr. de queso crema
  • 30 gr. de azúcar
  • 4 ml. de extracto de vainilla
  • 1 huevo
  • 60 gr. de crema fraîche
  • 10 gr. de harina
(1) Batimos el queso crema con la ricotta y el azúcar. Una vez esté cremoso, añadimos las vainilla y el huevo, todo ello sin batir demasiado.

(2) Por último echamos la crema fraîche (en algunos establecimientos ya han castellanizado el nombre y le llaman “crema o nata fresca”), mezclando con cuidado, y la harina tamizada. Removeremos suavemente y sólo lo suficiente para que no queden grumos. Reservamos (ya se podría tomar a cucharadas…;-))

Para el brownie
  • 100 gr. de mantequilla
  • 150 gr. de chocolate negro, mínimo de 70%
  • 3 huevos
  • 100 gr. de azúcar
  • 4 ml. de extracto de vainilla
  • 75 gr. de harina
  • Una pizca de sal, realza el sabor del chocolate.
(1) Derretimos el chocolate con la mantequilla en el microondas. Cuando la mantequilla se haya derretido, retiramos del microondas y removemos con ayuda de una espátula hasta que esté totalmente homogéneo e incorporado. Reservamos. Precalentamos el horno a 180º C.

(2) En otro cuenco (¿por qué siempre digo bol?, es un anglicismo de blowl) batimos los huevos con el azúcar, la vainilla y la pizca de sal hasta que quede espumoso. Añadimos la mezcla de chocolate, no caliente para que no cuaje el huevo. Echamos la harina tamizada (importante para no formar grumos) y removemos con la espátula hasta que se haya mezclado bien.

(3) Vertemos sobre un molde engrasado y enharinado, eliminando la harina sobrante. Sobre esta masa echamos, inmediatamente, la masa de queso. Si esperamos demasiado no se introducirá en la misma tan fácilmente y sería necesario pinchar con una brocheta o cucharilla. Tampoco sería un problema, nos quedarían dos capas más homogéneas.
El postre está pensado para que no quede homogéneo, de formas irregulares y con el queso entremezclado con el chocolate. Hacedlo como más os guste o más cómodo resulte: usar brochetas, pinchad con cucharas, en capas, etc.

(4) Damos unos golpecitos para alisar (algo) la superficie e introducimos en el horno durante unos 20 minutos o más. Según gustos, si os gusta más o menos hecho. Yo le he apagado antes de los 20 minutos y lo he dejado unos minutos más en el horno. La próxima vez lo dejaré más crudo.
Mejor frío y de un día para otro, caliente no tiene ese sabor que se realza al haber reposado en el frigorífico. Cortamos cuando haya enfriado del todo y comemos.

Muy rico. Creo que me gustan más cuanto más crudo quede, con pequeñas porciones casi sin cocinar. Para mi gusto es mejor que no se pase lo más mínimo.

La elección va a ser muy difícil. Creo que todos los brownies que he probado están muy buenos.

Harry Haller

Me gusta la cocina, sobre todo las ideas, los preparativos, la creatividad y el proceso. Ver disfrutar a los comensales. Apasionado de los dulces muy dulces y de los salados agridulces con matices de otras tierras. He intentado hacer de la necesidad un placer y así poder disfrutar de esos momentos que la vida nos obliga a ocupar todos los días en torno a una cocina.

8 comentarios:

  1. Hola Harry..antes de nada saludarte..me alegro de leerte de nuevo..y de ver que han sido muy buenas vacaciones..

    Egipto tiene una historia fascinante..y digo fascinante..porque yo he sido capaz de ponerme a leer un libro sobre cultura,o arte egipcio.y he perdido la nocion del tiempo..y de lo que me rodea..
    asi que tu viaje ha debido ser.."fascinante"..


    los brownies ,no se me hubiese ocurrido hacerlos asi nunca..pero viendolos..lo que me pregunto ahora es ¿como nos los hice antes con queso?

    los probare..lo hare para mi peque y para mi por supuesto..

    un beso!!

    ResponderEliminar
  2. Me has dejado muy intrigada con lo del libro que te estás leyendo. Lo de no decir el título es por algo en especial? Da alguna pista mas, anda! O tendré que hacer tus maravillosos brownies para quitarmelo de la cabeza. ;-)

    ResponderEliminar
  3. Hola,

    El motivo es muy sencillo. Aunque conocéis muchísimo sobre mi vida, hay aspectos (sólo uno) que implican a otras personas y me da reparo comentar, más por ella que por mí. Tampoco sería un problema si estuviese garantizado que nadie cercano (familiar o amigo) pudiese leerlo, pero tengo conocimiento que no es así. En cierta época, M le comentó la existencia del blog a más de una persona, inmediatamente la persuadí para que no lo hiciera, pero era demasiado tarde, espero que no recuerde la dirección Web. Inmediatamente, le dije que se trataba tanto de un diario como de un recetario.

    El libro trata dos temas principales, uno de ellos (el que más me interesa) se centra los problemas y discrepancias de una pareja (burguesa) americana a cerca de su vida. Es ahí en dónde está el conflicto y en dónde las posturas son claramente enfrentadas. No soy persona de dejarme llevar por lo que hace todo el mundo, lo cuestiono todo, incluso lo más obvio. Hay muchos (todos) aspectos de nuestra vida que no pueden decidirse a la ligera, y más cuando hay incontables temas que aclarar: egoísmos, motivaciones, perspectivas, porqués, qué queremos de nuestras vidas, incluso algo tan aparentemente incuestionable como "el amor" (¿existe?, ¿se muere?)…. En el libro mi postura la representa la parte femenina del asunto, la masculina en este caso la coincide con la de M.

    Si quieres una pista, la autora del libro tiene el mismo apellido que la mujer de un ¿actor? que, por suerte para nosotros y mala para los que lo padecen, se ha dedicado a otros menesteres presuntamente más altruistas.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. aqui escapandome un poco de la oficina para entrar a tu blog, me encanto tu marble brownie, solo 1 vez he hecho uno jajaja pero este tiene mejor pinta, de todos modos probaré con tu receta, pues que libro estarás leyendo que hasta M se sorprendio ??? gracias por las fotos de tu viaje y por lo que cuentas, salu2 mexicanos, patty

    ResponderEliminar
  5. Creo que ya tengo el título del libro(aunque la pista era bien dificil). Parece bien interesante, me haré con el para próximas lecturas compulsivas...Saludos

    ResponderEliminar
  6. Harry como siempre sorprendiendo .... que buenisima combinacion .... quedara pendiente, ya que ultimamente no tengo tiempo de ná.
    Pienso como Chocolat, la historia de Egipto es fascinante .... lastima que solo llegué al museo de Torino ...... pero todo se andará .
    El libro puede ser de P.K ???
    Saludos

    ResponderEliminar
  7. Hola,

    Egipto y otros países orientales requieren algo muy difícil de conseguir en circuitos turísticos tradicionales: autenticidad, descubrir el verdadero Egipto. Ése es el que más me interesa, la cultura que vive en las calles el día a día y el calor abrasador procedente de mundo accidental que pretende devorarlos. Un genocidio en toda regla.

    Esas calles en las que nos perdimos por unas horas y la gente nos invitaba sin tapujos a sus casas, nos mostraba sus hijos recién nacidos, jugábamos con ellos, te ofrecían comida sin pedir nada a cambio (y la probábamos), nos quitaban fotos como si fuéramos nosotros los verdaderos extraños, extraños en el paraíso. Ese lugar en dónde pude adquirir pimienta de Jamaica o cardamomo a precios irrisorios. Los aromas salían por las puertas y ventanas, la vida parecía empezar pasadas las diez de la noche, cuando el calor había nos había proporcionado un breve alivio.

    El mundo se ha olvidado de que detrás de todo hay personas, con su cultura, sus vidas y felicidad. Sus caras así lo reflejaban. No confundamos felicidad con progreso, son términos contradictorios.

    El libro es de una autora cuyo apellido coincide con el de la mujer del gobernador de California, Shriver. Tenéis la editorial, Anagrama, tenéis el apellido, Shriver, sólo queda buscar en Google. Dos palabras son suficientes.


    Besos y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  8. Toda la historia de Egipto muy bonita y bien elaborada pero este brownie lo supera todo!!!!

    ResponderEliminar