Trufas de Baileys y mascarpone

Las palabras

Ya no sé quién soy, soy prisionero de lo que escribo. He releído algún texto de hace unos meses y casi ni me reconozco. Ahora seré prisionero de mis palabras, todos los somos, aunque nos arrepintamos de ellas al instante.
Se cambia de tal manera que uno no es consciente de ello. Una agenda es el mejor instrumento para avergonzarse de uno mismo, aunque sólo sea un poco, y ver que no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor (desde nuestro “actual” punto de vista, por supuesto).

Todavía tengo mi agenda del instituto y me he atrevido a echarle un vistazo. ¡Qué miedo! Entre infinidad de referencias cinéfilas: fichas de películas, listas interminables de películas vistas con sus fechas…, me he encontrado con algunas frases que me han dado miedo de mi mismo (anterior), algunas no sería capaz de volver a pronunciarlas. Y ya han pasado más de quince años (más, lo calcularé en otro momento).
Desde lecturas desconcertantes: “Puntas de lanza emergen del suelo enlosado…” a diálogos cinematográficos desafiantes al ánimo: “Saigón, ¡merda!, aínda sigo en Saigón…” Es increíble cómo evolucionamos o cambiamos el ritmo de nuestras vidas.

Baileys

Tenía mascarpone, y todavía no lo he acabado, no quería hacer un tiramisú, ni tampoco una tarta de queso. Tenemos tanto queso en el frigorífico que voy a tener que usarlo pronto.
Tampoco es que sean realmente unas trufas, el sabor del chocolate blanco es casi imperceptible. Sí lo son en su aspecto. Su sabor contiene un fuerte aroma a crema de güisqui, por lo que si no os gusta el Baileys deberíais echarle menos cantidad. Por lo demás, deben estar fresquitas y conservarse en el frigorífico.

Ingredientes
Unas 25 unidades
  • 120 gr. de mascarpone
  • 100 gr. de chocolate blanco
  • 50 gr. de mantequilla pomada (10 gr. para derretir el chocolate + 40 muy pomada)
  • 10 bizcochitos, de los que tiene azúcar por un lado ;-)
  • 4 cucharadas de Baileys
  • Coco rallado para rebozar
(1) Trituramos los bizcochos finamente. He empleado el picador que viene con la batidora.

(2) Derretimos el chocolate blanco, cortado, en el microondas con un poco de mantequilla para facilitar el trabajo. Cuando la mantequilla se haya derretido, extraemos el bol/plato y acabamos de derretir el chocolate con ayuda de una espátula. Si no acabada de derretirse lo volveremos a introducir unos segundos más.

(3) En una tartera o bol, mezclamos todos los ingredientes, menos el coco rallado, con el chocolate blanco. Trabajamos hasta que quede una pasta homogénea y sin grumos.

(4) Dejamos enfriar en el frigorífico durante una hora o más. Así podremos hacer las bolas con facilidad.

(5) Formamos las bolas, alisando la superpie y cubriéndolas con coco rallado.

(6) Las volvemos a llevar al frigorífico para que se conserven.

Se toman frías. Ojo, puede dar positivo en el control de alcoholemia.

(Edito, no las había probado) Buenísimas bien frías!

Harry Haller

Me gusta la cocina, sobre todo las ideas, los preparativos, la creatividad y el proceso. Ver disfrutar a los comensales. Apasionado de los dulces muy dulces y de los salados agridulces con matices de otras tierras. He intentado hacer de la necesidad un placer y así poder disfrutar de esos momentos que la vida nos obliga a ocupar todos los días en torno a una cocina.

7 comentarios:

  1. Realmente facilitas y supongo que con un sabor exquisito. Me las apunto. Un saludo

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  2. Otro,
    Me han sorprendido pero más a M,le encanta el Baileys. Eso sí, deben estar bien frías... como la crema de güisqui.

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  3. Qué ricas y originales!
    Con tu permiso cojo una para empezar con fuerzas la semanita, que se me presenta un poco cuesta arriba!!!(Mucho trabajo)
    Mañana me cae un añito más. Y van 32 y yo me siento como si tuviese 25!!, aunque como en tu caso ya no tengo nada que ver con la adolescente que fui. Esta noche, con tu permiso, haré las madeleines de chocolate y mañana se las llevaré a los compis del trabajo, para celebrar mi añito nuevo, jejeje.
    Confieso que tu blog me provoca, tengo ganas de contestar los temas que expones/propones, pero me contengo porque este es tu blog y por tanto tu espacio. Me siento muchísimas veces identificada con lo que dices, otras no..

    Sigo sin tiempo para experimentar con los "cups". No espero respuesta a mi respuesta...entraríamos en un círculo vicioso imposible de acabar. Ya me doy por respondida. Gracias.
    (como siempre me he enrrollado un montón, perdona).

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  4. pues..mira que se ven ricas..y parecen sencillas..

    por los años que hablas del instituto supongo que andamos por la misma edad..

    y me hiciste recoradar un monton de cosas..jejej
    de todo lo que escribiamos en los principios y finales de un libro..las notas en mitad de una aburrida clase..jejeje

    bueno..me da ganass de comerme una ya mismo..jjee

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  5. Hola,

    PrunusDulcis
    ¡Felicidades!, “casi” eres de mi “quinta” [Nota:*], sólo que yo no me siento como uno de 25. No sé si es un tema psicológico pero desde que he cumplido los 30 he notado que tengo menos fuerza y potencia, sobre todo por hacer carrera de fondo. Tendré que combinar con algún ejercicio de fuerza y anaeróbico, eso sí, la resistencia aeróbica la tengo muy bien. No se consuela el que no quiere.
    Mira, lo llego a saber y preparaba una tarta de cumpleaños ;-). ¡Y que cumplas muchos más (y mejor, si cabe)!

    Gracias por tus comentarios. Me agrada que se opine, incluso si se está de acuerdo. A veces, ni yo mismo estoy de acuerdo conmigo mismo. Soy una contradicción y sobre todo… un “rara avis” (un eufemismo para “bicho raro”). Creo que podría decir de mí únicamente una cosa: “Sólo sé que hay pocas cosas que me importen lo suficiente como para que me importen tanto como las cosas que me importan”. Resumiendo, quiero vivir y, a ser posible, sin dejarme influir por lo que piensen los demás (¡imposible!).
    Que ya me lío: los hechos personales (por hechos) no son dados a discusión (cada uno siente como siente) [**], los ideológicos sí y, en eso, respetaría cualquier ataque!

    [Nota: *] Que poco me gusta la palabra “quinta”, soy –he sido- objetor de conciencia y, por ese motivo y por suerte, nunca podré tener licencia de armas, mejor.
    [**] Cada uno vive un mismo hecho desde “su” punto de vista y con vivencias diferentes.

    chocolat

    Gracias, es probable que seamos de la misma generación. Recuerdo un amigo que se encargaba en las clases “aburridas” de escribir todos los gazapos que decían los profesores. Otros jugaban, inocentemente, a intercalar títulos de películas, por ejemplo: “El niño que grito Ryan!”, “La hija de….” y siempre haciendo listas.

    Las chicas leían el “Superpop”, los chicos el “Gigantes del básquet” y yo escuchaba a Leonard Cohen y Franco Battiato. Raro, raro, …

    Se me olvidaba, las magdalenas están muy ricas. Siempre que os guste el “chocolat”.

    Besos.

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  6. También me parecen estupendas las trufas,tendré que probarlas.

    Realmente todos hemos hecho cosas parecidas: hacer fichas de películas, escribir frases y poemillas en cualquier papel o en medio de hojas de libreta .... y qué sé yo... independientemente de la década a que pertenezcas(ya ves que he omitido la palabra que no te gusta)Lo malo de escribir es que queda ahí para la posteridad, aunque siempre se puede tirar al reciclaje, y las palabras, como se suele decir, "las lleva el viento"
    Y lo bueno de vivir es ir cambiando poco a poco,a pesar de que parezca que eres otra persona totalmente diferente, que de alguna manera sí lo eres.
    Esto de que me enrolle así sólo me pasa cuando te visito, debes ejercer algún tipo de influencia....

    Bicos.

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  7. Maribel,
    Creo que has dicho unas cuantas certezas: “Y lo bueno de vivir es ir cambiando poco a poco…” y creo que sí, no soy el mismo de hace unos años ni, por suerte o por desgracia, tampoco el de dentro de unos pocos (si llego).

    Bicos

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