La carpetita roja
Poco a poco he ido perfeccionando cada uno de los detalles para hacer macarons. Si lo habéis intentado alguna vez no es improbable que hubieseis obtenido algún que otro pequeño fracaso, muchas recetas no acaban de precisar la temperatura ni las cantidades con exactitud.
Con mis primeros macarons quedé exultante de felicidad, ahora me parece sorprendente y casi milagroso que de aquella receta hubiese salido algo tan parecido a unos macarons. Después de tantas pruebas creo haber llegado a los detalles definitivos, con los que se hacen rápidamente y casi sin demasiadas complicaciones. La temperatura del horno debe rondar los 160-165ºC; el tiempo entre 12-16 minutos, dependiendo del tamaño; deben reposar una hora, por lo menos, antes de hornear, hasta que se forme una ligera costra en la superficie; es recomendable tamizar bien la almendra y el azúcar; el merengue italiano debe mezclarse sin ser demasiado cuidadoso/a, la masa no debe estar muy aireada, ni muy densa ni muy líquida; la mejor forma de despegarlos es dejarlos enfriar totalmente (o con vapor de agua), si no se liberan con relativa facilidad es probable que necesitasen un par de minutos más de cocción; es muy aconsejable tener un termómetro para preparar el merengue, sin él hay que ser un verdadero experto en la preparación del jarabe. Otro truco interesante es adherir las esquinas del papel de horno a la bandeja con un poco de pasta de macaron, así conseguimos que no se deslice y los macarons suban verticalmente, sin desplazamientos laterales. El último gran consejo de sabor y textura, que los reposteros “consultados” consideran importante e innegociable, es que después de preparados reposen en el frigorífico durante unas 24-36 horas; durante ese tiempo se producen unas reacciones que le dan la textura y sabor idóneos.
Todavía tengo muchas claras en el frigorífico. En éstos he usado sólo dos unidades grandes, suficientes para una buena cantidad de ellos. También he optado por complacer a María, amante del café, haciendo unos de café y he hecho otra curiosa prueba con un arriesgado ganache de aceite de oliva, cuya receta está basada en otra del afamado repostero Pierre Hermé. Con los macarons de café también acabé por complacerme a mí mismo, no sólo a María, ya que sin ser un apasionado de café, su contraste con la masa de macaron ha sido espectacular y, para los gustos de María, perfectos. No encuentro un adjetivo adecuado para la segunda ganache, una ganache de chocolate blanco con un ligero sabor a aceite y a vainilla es, cuando menos, digno de ser probado. En ésta sí ha habido discrepancias, María prefirió sin dudarlo la versión de café, en cambio, la ganache de aceite de oliva a mí me resultó adictiva y diferente, siempre combinada con la masa del macaron y después de haber reposado algunas 36 horas en el frigorífico.
A por ellos…
Ante la insistencia de María, mientras buscaba documentación para solicitar los famosos sexenios (¡ya con 11 meses de retraso!) en la carpeta roja de documentación importante y personal, en medio de uno de esos clasificadores me he encontrado muchos recuerdos guardados en unas pocas fotografías y algunas cartas. Allí estaban algunas de las pocas fotos de la infancia; otras de los primeros meses con María; una foto en B/N, desgastada con el tiempo, de un bebé regordete; una postal de “mi único amigo” (ourensano) Jorge P. desde Estambul; una foto de un “Pepinho piernas largas” con 11 años subiéndose a un palco para recoger un premio; y otros grupo de pequeños, para mí grandes, recuerdos. Sólo poseo unas pocas fotos de mi infancia, 4 ó 5 como mucho, primeros planos de un niño de ojos tristes.
Mientras las lágrimas empezaban a caerme por la mejilla, llamé a María para que las viese. Lo sabía, pero no quería pensarlo. Me dijo: “En todas estás triste, como infeliz” Y era cierto, ese niño que casi ni reconozco tenía los ojos tristes. En ninguna foto había ni una leve sonrisa.
No hay mayor derrota para la el ser humano que la visión de un niño triste e infeliz, algo falla. No hay culpables, sólo son hechos que se me escapan del entendimiento. Ese niño era yo. ¿Qué queda de aquel niño? ¿Todo o nada?
Unas fotos más allá había tres de mi hermano Martín, en todas sonriente y feliz. No hay mayor victoria que la visión de la cara de felicidad en un niño. Algo había funcionado, el tiempo, quizás. Además de la foto de estudio, estaba aquella en la que Martín me miraba desde la acera (¡cuánto han cambiado!, el lugar y las personas) y yo lo fotografiaba desde la casa de mis padres (y mía por aquel tiempo):
No me pregunto qué fallo. Lo sé. No fueron mis padres ni amigos, fue “el tiempo que me tocó vivir”. Ni yo ni ellos estábamos preparados.
Como muchas otras veces, esta semana no dejan de llegarme imágenes de la infancia. La insufrible sensación de una vida incompleta y perdida, el falso reconocimiento y la injusticia de la regla de medir. El olvido y la memoria.
Cansado de no dormir, ayer me quedé postrado durante media hora sin poder reaccionar. Tarde, descuidado y todavía dormido, me vestí lo primero que encontré y recorrí los pocos cientos de metros que me separan de un camino con moras. He recogido un buen puñado para hacer una tarta.
Estos días, en las pocas horas que consigo conciliar el sueño, no hago más que soñar, imágenes de todo tipo, casi todas de recuerdos pretéritos y personajes absurdos. Big Fish.
Macaróns
Preparación de un merengue italiano con jarabe a 117ºC. Empezamos vertiendo 35 gr. de claras en un cuenco y poniendo al fuego los 130 gr. de azúcar con el agua. Cuando el jarabe alcance los 105º C, empezamos a montar las claras hasta que queden medio montadas, no demasiado firmes. Cuando el jarabe alcance los 117ºC, y sin dejar de batir, lo vertemos en forma de hilo sobre las claras casi montadas. Seguimos batiendo hasta que quede un merengue brillante y haya alcanzado unos 50ºC, aprox.
(2) Vertemos los 45 gr. de claras y el colorante sobre la mezcla de almendra- azúcar lustre (TPT). Mezclamos. Por último, añadimos el merengue sobre la mezcla, mezclando sin excesiva delicadeza, más bien con cierto desdén. Cuando esté perfectamente mezclado y con la textura apropiada las dejaremos reposar mientras preparamos las bandejas, así ayudamos a la formación del macaron y que no se desparrame en exceso.
(3) Cubrimos las bandejas del horno con papel de hornear, sulfinado o de silicona. Con una manga pastelera de boca ancha formamos pequeñas galletas, vertiendo desde el centro. Las galletas debemos separarlas unos centímetros unas de otras para que no se unan. Si vemos que las galletas están demasiado densas (el pico central del resto de la manga no se baja) podemos mezclarlas un poco más; si están demasiado fluidas, podemos dejar reposar la masa antes de darles forma.
(4) Importante, antes de hornear dejaremos reposar las galletas por período de una hora, aproximadamente, hasta que la superficie se haya secado ligeramente, formando una película algo consistente. Precalentamos el horno a 165ºC y, una vez caliente, introducimos la primera bandeja. El tiempo total de horneado debe rondar los 13-15 min, dependiendo del tamaño. Pasados los primeros 5 minutos bajamos el horno hasta 155ºC, dejándolos cocer unos 7-9 minutos más, nunca debemos esperar a que lleguen a tostarse.
Retiramos del horno y dejamos que enfríen totalmente antes de desmoldarlos con ayuda de una espátula plana metálica.
Importante: los macarons están mucho más ricos cuando, una vez han sido rellenados con la ganache, han reposado en el frigorífico durante un mínimo de 24-36 horas. Deben guardarse en un recipiente hermético o bolsa para que no cojan humedad.
Ganache de café
Para conseguir una proporción similar de cacao debemos aumentar la cantidad de chocolate o, incluso, añadirle unos 14 gr. de mantequilla. Así, con chocolate blanco del 24% necesitaremos unos ~145 gr. por cada 100 gr. de nata, frente a los 100 gr. de chocolate del 35%. Resumiendo, para 125 gr. necesitaremos, aproximadamente, cerca de 175-180 gr. de chocolate blanco al 24%.
En la primera tentativa (con buen resultado) he añadido una cantidad aproximada y mayor, hay que tener en cuenta que la cobertura se endurece al enfriar. También podría montarse con un batidor de varillas después de enfriarla en el frigorífico, como un chantilly de chocolate y café.
(1) Fundimos el chocolate blanco al baño María o a muy baja temperatura, yo lo hago al “1” durante unos minutos, hasta que al remover con una espátula de plástico se derrita con facilidad. Hervimos la nata con el azúcar invertido o la miel, añadimos el café soluble, disolvemos y dejamos infusionar durante un rato.
Todavía caliente, vertemos sobre la cobertura de chocolate blanco en tres veces, desde el centro y removiendo con una espátula de plástico o silicona hasta que no tenga grumos. Dejamos que se temple y conservamos en frío. Aplicamos cuando tenga la densidad necesaria. Si se endurece demasiado la retiraremos del frigorífico hasta que tenga la dureza apropiada.
Rellenamos una manga pastelera, vertemos la cantidad deseada en el centro del macaron y tapamos con otra pieza del mismo tamaño.
Conservamos tapados en el frigorífico durante unas 24-36 horas, mínimo. Los tomamos fríos o los retiramos una-dos horas antes de consumir. La diferencia de sabor tras el reposo es más que considerable. Son un lujo, creedme.
Ganache de aceite de oliva
(1) Fundimos el chocolate blanco al baño María o a muy baja temperatura, al “1” durante unos minutos, hasta que al remover con una espátula de plástico se derrita con facilidad. Hervimos la nata con la vainilla abierta y raspada longitudinalmente. Dejamos infusionar.
Todavía caliente, vertemos sobre la cobertura de chocolate blanco en tres veces, desde el centro y removiendo con una espátula de plástico o silicona. Templamos el aceite, bien en el fuego o en el microondas y lo vertemos sobre la ganache a unos 35-40ºC. Mezclamos bien con un batidor de vainillas hasta que esté totalmente incorporado.
Dejamos que se vuelva consistente a temperatura ambiente y, si fuese necesario, un poco de frigorífico.
(2) Como anteriormente, rellenamos una manga pastelera, vertemos la cantidad deseada en el centro del macaron y tapamos con otra pieza del mismo tamaño. Conservamos tapados en el frigorífico durante unas 24-36 horas, mínimo. Los tomamos fríos o los retiramos un tiempo antes de consumir.
Poco a poco he ido perfeccionando cada uno de los detalles para hacer macarons. Si lo habéis intentado alguna vez no es improbable que hubieseis obtenido algún que otro pequeño fracaso, muchas recetas no acaban de precisar la temperatura ni las cantidades con exactitud.
Con mis primeros macarons quedé exultante de felicidad, ahora me parece sorprendente y casi milagroso que de aquella receta hubiese salido algo tan parecido a unos macarons. Después de tantas pruebas creo haber llegado a los detalles definitivos, con los que se hacen rápidamente y casi sin demasiadas complicaciones. La temperatura del horno debe rondar los 160-165ºC; el tiempo entre 12-16 minutos, dependiendo del tamaño; deben reposar una hora, por lo menos, antes de hornear, hasta que se forme una ligera costra en la superficie; es recomendable tamizar bien la almendra y el azúcar; el merengue italiano debe mezclarse sin ser demasiado cuidadoso/a, la masa no debe estar muy aireada, ni muy densa ni muy líquida; la mejor forma de despegarlos es dejarlos enfriar totalmente (o con vapor de agua), si no se liberan con relativa facilidad es probable que necesitasen un par de minutos más de cocción; es muy aconsejable tener un termómetro para preparar el merengue, sin él hay que ser un verdadero experto en la preparación del jarabe. Otro truco interesante es adherir las esquinas del papel de horno a la bandeja con un poco de pasta de macaron, así conseguimos que no se deslice y los macarons suban verticalmente, sin desplazamientos laterales. El último gran consejo de sabor y textura, que los reposteros “consultados” consideran importante e innegociable, es que después de preparados reposen en el frigorífico durante unas 24-36 horas; durante ese tiempo se producen unas reacciones que le dan la textura y sabor idóneos.
Todavía tengo muchas claras en el frigorífico. En éstos he usado sólo dos unidades grandes, suficientes para una buena cantidad de ellos. También he optado por complacer a María, amante del café, haciendo unos de café y he hecho otra curiosa prueba con un arriesgado ganache de aceite de oliva, cuya receta está basada en otra del afamado repostero Pierre Hermé. Con los macarons de café también acabé por complacerme a mí mismo, no sólo a María, ya que sin ser un apasionado de café, su contraste con la masa de macaron ha sido espectacular y, para los gustos de María, perfectos. No encuentro un adjetivo adecuado para la segunda ganache, una ganache de chocolate blanco con un ligero sabor a aceite y a vainilla es, cuando menos, digno de ser probado. En ésta sí ha habido discrepancias, María prefirió sin dudarlo la versión de café, en cambio, la ganache de aceite de oliva a mí me resultó adictiva y diferente, siempre combinada con la masa del macaron y después de haber reposado algunas 36 horas en el frigorífico.
A por ellos…
Ante la insistencia de María, mientras buscaba documentación para solicitar los famosos sexenios (¡ya con 11 meses de retraso!) en la carpeta roja de documentación importante y personal, en medio de uno de esos clasificadores me he encontrado muchos recuerdos guardados en unas pocas fotografías y algunas cartas. Allí estaban algunas de las pocas fotos de la infancia; otras de los primeros meses con María; una foto en B/N, desgastada con el tiempo, de un bebé regordete; una postal de “mi único amigo” (ourensano) Jorge P. desde Estambul; una foto de un “Pepinho piernas largas” con 11 años subiéndose a un palco para recoger un premio; y otros grupo de pequeños, para mí grandes, recuerdos. Sólo poseo unas pocas fotos de mi infancia, 4 ó 5 como mucho, primeros planos de un niño de ojos tristes.
Mientras las lágrimas empezaban a caerme por la mejilla, llamé a María para que las viese. Lo sabía, pero no quería pensarlo. Me dijo: “En todas estás triste, como infeliz” Y era cierto, ese niño que casi ni reconozco tenía los ojos tristes. En ninguna foto había ni una leve sonrisa.
No hay mayor derrota para la el ser humano que la visión de un niño triste e infeliz, algo falla. No hay culpables, sólo son hechos que se me escapan del entendimiento. Ese niño era yo. ¿Qué queda de aquel niño? ¿Todo o nada?
Unas fotos más allá había tres de mi hermano Martín, en todas sonriente y feliz. No hay mayor victoria que la visión de la cara de felicidad en un niño. Algo había funcionado, el tiempo, quizás. Además de la foto de estudio, estaba aquella en la que Martín me miraba desde la acera (¡cuánto han cambiado!, el lugar y las personas) y yo lo fotografiaba desde la casa de mis padres (y mía por aquel tiempo):
No me pregunto qué fallo. Lo sé. No fueron mis padres ni amigos, fue “el tiempo que me tocó vivir”. Ni yo ni ellos estábamos preparados.
Como muchas otras veces, esta semana no dejan de llegarme imágenes de la infancia. La insufrible sensación de una vida incompleta y perdida, el falso reconocimiento y la injusticia de la regla de medir. El olvido y la memoria.
Cansado de no dormir, ayer me quedé postrado durante media hora sin poder reaccionar. Tarde, descuidado y todavía dormido, me vestí lo primero que encontré y recorrí los pocos cientos de metros que me separan de un camino con moras. He recogido un buen puñado para hacer una tarta.
Estos días, en las pocas horas que consigo conciliar el sueño, no hago más que soñar, imágenes de todo tipo, casi todas de recuerdos pretéritos y personajes absurdos. Big Fish.
Macaróns
- 130 gr. almendra molida y bien tamizada.
- 130 gr. de azúcar polvo (lustre)
- 80 gr. (45+35) claras, mejor de varios días (2 claras grandes).
- (Opcional) 4 gr. de colorante marrón (no lo he usado)
- 130 gr. de azúcar (para el jarabe)
- 32 gr. de agua (para el jarabe)
Preparación de un merengue italiano con jarabe a 117ºC. Empezamos vertiendo 35 gr. de claras en un cuenco y poniendo al fuego los 130 gr. de azúcar con el agua. Cuando el jarabe alcance los 105º C, empezamos a montar las claras hasta que queden medio montadas, no demasiado firmes. Cuando el jarabe alcance los 117ºC, y sin dejar de batir, lo vertemos en forma de hilo sobre las claras casi montadas. Seguimos batiendo hasta que quede un merengue brillante y haya alcanzado unos 50ºC, aprox.
(2) Vertemos los 45 gr. de claras y el colorante sobre la mezcla de almendra- azúcar lustre (TPT). Mezclamos. Por último, añadimos el merengue sobre la mezcla, mezclando sin excesiva delicadeza, más bien con cierto desdén. Cuando esté perfectamente mezclado y con la textura apropiada las dejaremos reposar mientras preparamos las bandejas, así ayudamos a la formación del macaron y que no se desparrame en exceso.
(3) Cubrimos las bandejas del horno con papel de hornear, sulfinado o de silicona. Con una manga pastelera de boca ancha formamos pequeñas galletas, vertiendo desde el centro. Las galletas debemos separarlas unos centímetros unas de otras para que no se unan. Si vemos que las galletas están demasiado densas (el pico central del resto de la manga no se baja) podemos mezclarlas un poco más; si están demasiado fluidas, podemos dejar reposar la masa antes de darles forma.
(4) Importante, antes de hornear dejaremos reposar las galletas por período de una hora, aproximadamente, hasta que la superficie se haya secado ligeramente, formando una película algo consistente. Precalentamos el horno a 165ºC y, una vez caliente, introducimos la primera bandeja. El tiempo total de horneado debe rondar los 13-15 min, dependiendo del tamaño. Pasados los primeros 5 minutos bajamos el horno hasta 155ºC, dejándolos cocer unos 7-9 minutos más, nunca debemos esperar a que lleguen a tostarse.
Retiramos del horno y dejamos que enfríen totalmente antes de desmoldarlos con ayuda de una espátula plana metálica.
Importante: los macarons están mucho más ricos cuando, una vez han sido rellenados con la ganache, han reposado en el frigorífico durante un mínimo de 24-36 horas. Deben guardarse en un recipiente hermético o bolsa para que no cojan humedad.
Ganache de café
- 125 gr. de nata líquida al 35%.
- 125 gr. de chocolate blanco de cobertura al 35% de cacao. Ver nota [*]
- 5-10 gr. de azúcar invertido o miel.
- 1-3 cucharillas de té de café soluble (Nescafé). Para gustos, le he echado 3 unidades.
Para conseguir una proporción similar de cacao debemos aumentar la cantidad de chocolate o, incluso, añadirle unos 14 gr. de mantequilla. Así, con chocolate blanco del 24% necesitaremos unos ~145 gr. por cada 100 gr. de nata, frente a los 100 gr. de chocolate del 35%. Resumiendo, para 125 gr. necesitaremos, aproximadamente, cerca de 175-180 gr. de chocolate blanco al 24%.
En la primera tentativa (con buen resultado) he añadido una cantidad aproximada y mayor, hay que tener en cuenta que la cobertura se endurece al enfriar. También podría montarse con un batidor de varillas después de enfriarla en el frigorífico, como un chantilly de chocolate y café.
(1) Fundimos el chocolate blanco al baño María o a muy baja temperatura, yo lo hago al “1” durante unos minutos, hasta que al remover con una espátula de plástico se derrita con facilidad. Hervimos la nata con el azúcar invertido o la miel, añadimos el café soluble, disolvemos y dejamos infusionar durante un rato.
Todavía caliente, vertemos sobre la cobertura de chocolate blanco en tres veces, desde el centro y removiendo con una espátula de plástico o silicona hasta que no tenga grumos. Dejamos que se temple y conservamos en frío. Aplicamos cuando tenga la densidad necesaria. Si se endurece demasiado la retiraremos del frigorífico hasta que tenga la dureza apropiada.
Rellenamos una manga pastelera, vertemos la cantidad deseada en el centro del macaron y tapamos con otra pieza del mismo tamaño.
Conservamos tapados en el frigorífico durante unas 24-36 horas, mínimo. Los tomamos fríos o los retiramos una-dos horas antes de consumir. La diferencia de sabor tras el reposo es más que considerable. Son un lujo, creedme.
Ganache de aceite de oliva
- 40 gr. de nata líquida al 35%.
- 90 gr. de chocolate blanco de cobertura al 35% de cacao/110 gr. de chocolate con leche. Ver nota [*]
- ¼ o menos de semillas vainilla raspada.
- 60 gr. de aceite de oliva.
(1) Fundimos el chocolate blanco al baño María o a muy baja temperatura, al “1” durante unos minutos, hasta que al remover con una espátula de plástico se derrita con facilidad. Hervimos la nata con la vainilla abierta y raspada longitudinalmente. Dejamos infusionar.
Todavía caliente, vertemos sobre la cobertura de chocolate blanco en tres veces, desde el centro y removiendo con una espátula de plástico o silicona. Templamos el aceite, bien en el fuego o en el microondas y lo vertemos sobre la ganache a unos 35-40ºC. Mezclamos bien con un batidor de vainillas hasta que esté totalmente incorporado.
Dejamos que se vuelva consistente a temperatura ambiente y, si fuese necesario, un poco de frigorífico.
(2) Como anteriormente, rellenamos una manga pastelera, vertemos la cantidad deseada en el centro del macaron y tapamos con otra pieza del mismo tamaño. Conservamos tapados en el frigorífico durante unas 24-36 horas, mínimo. Los tomamos fríos o los retiramos un tiempo antes de consumir.
Voy a leérmelo despacito... esto es una maravilla, yo también le quiero dar un bocado a un macaron de los tuyos
ResponderEliminarMe encantan los macarons con café, felicitaciones, muy lindos.
ResponderEliminarSaludos
Maravillosos!!! La verdad es que con tus instrucciones no me dá miedo lanzarme a hacerlos!!!
ResponderEliminarPero tengo que buscar el momento!!!
Gracias por esta maravillosas explicación y relato!!!
Hasta la próxima!!
He quedado sin habla. Maravillada con tus inventos. Fascinantes.
ResponderEliminarPetonetssss.
canela
Los macarons los descubrí este verano y primero me llamaron la atención por los colorines que tienen, después al probarlos me gustaron, pero ahora que veo tus fotos y tu receta dan ganas de volver a probarlos
ResponderEliminarPTNTS
Dolça
y en las fotos actuales ... aún se te ven los ojos tristes ????
ResponderEliminarQue ricos macaroons, salu2
Qué ricos. Yo tampoco soy amante del café (cosa que no todo el mundo entiende y me sigue molestando que me pregunten si quiero café.....ya sabeis desde hace 14 años que nunca tomo café después de comer ni en otra ocasión, brrrr).
ResponderEliminarMe quedo con los de fresa, choco, limón, kiwi. ahhhhhh estos están sin duda mejor que los de Fauchon.
"piernas largas", "ojos tristes"...............................
hoy hemos cumplido el segundo paso. El pablete ha sido autorizado por su cole para ir al Rosalía con los 5 mejores de bachiller y 2 profes. Semejante renacuajo en un mundo ya desconocido para mi= instituto. ¡Cómo andan de locas las niñas!.C y yo nos hemos quedado en el pabellón a ver el acto y hay que ver cómo cambian las generaciones.
Seguro que si tu infancia la tuvieras hoy estarías agobiado espantando moscasniñas.
Animo, me encanta leerte y te diré que C anda celoso, jajajaja. Desde luego,,,,que a veces no hay quien os entienda...parece que los del sector estais cortados por el mismo patrón.
Sólo decirte que si tu dices que esta es la versión super archi comprobada me la copio e intento hacerla algún día que me dejen tranquila 24 horas.
La riqueza interior sólo es de aquéllos que la saben encontrar.
Muac,
Berta
EEEmm bueno te ahn dicho desde un crak hasta un genio en tus comentarios desde los inicios de tu blog, soy un alumno terminando la carrera ede gastronomia y como buen lector tambien mi intereses son buenas recetas ideas y personas quienes experimentan y llevan el arte en las manos e leido muchisimas de tus recetas y anecdotas todo interesante eres de otro mundo xD
ResponderEliminarahh y los brownies exepcionales asi llege aca y me an qedado super y pronto tendre una evaluaxion de trilogia de postres donde tendre uno algo similar a una idea q es con qeso pero incorporare una espuma de qeso algo asi aun estoi creando xD
saludos y adicto a tu blog y felicitaciones por tanta pasion y dedicacion
saludos carlos desde chile
Todo tu blog es delicioso...
ResponderEliminarme gusta mucho.
:D
Mi pequeña amiga,solo tiene 9 añitos, me dijo el otro día que por qué los mayores siempre estábamos pensando en el pasado. Qué cosas
ResponderEliminarYa puedo correr 40 minutos seguidos. Es la bomba!!!! Como tu receta de maracons.
Jó, desde luego eres único...te han quedado perfectos, preciosos y tienen q estar riquísimos! Yo soy de las "adictas al café" asiq me quedo con los primeros aunque los de aceite deben tener su punto. y qué decir de la lección magistral? Seguro q no nos tienes engañad@s y no eres repostero profesional...? ;-) Deberías escribir un libro Pepinho, así tal cual, con todas tus recetas y reflexiones. Hay mucha gente q le tiene miedo a los ordenadores o q les resulta incómodo leer en la pantalla, y no te lo digo por ganar dinero, sino por la satisfacción de hacerlo, por llegar al corazón de más gente...
ResponderEliminarBerta, conseguí ver a tu hijo! Qué emocionante! Tuvo q ser toda una experiencia, y las que le quedan!
:-D
Pero estoy segura q a Hawking también le hizo mucha ilusión conocer a Pablo, no creo q encuentre mucho público de esa edad, no? Espero q sigáis teniendo experiencias similares. Lo q me pareció es q también tenía, no sé si x la emoción, los ojos tristes en las fotos, como nuestro amigo Piernas largas ("Crane"?;-P) Harry, please, déjame romper una lanza en favor de Harry Potter, a veces la imaginación y la magia hacen maravillas en el espíritu de los niños...(y eso q no soy ninguna fan de él, apareció x casualidad al buscar la canción de Bruce Spr. del mismo título)
Sad Eyes
Mil gracias xtodo Harry, besitos a tod@s y feliz fin de semana, Nat
Macarons, perdón ;-)
ResponderEliminarPerdonad, no tiene nada que ver con esto...
ResponderEliminar¡Hoy es un infierno de día! ¿Qué puedo hacer cuando alguien habla otro idioma y las palabras no significan nada?
Perdón.
Cocina, Harry, cocina, es una excelente terapia para estimular otros sentidos que no son el oído.
ResponderEliminarZen... mucho zen.
canela
Impresionantes. Con lo difíciles que me parecen, cada vez que veo a alguien a quien le salen unos macarons tan perfectos me parece casi milagroso.
ResponderEliminarLo siento mucho, Pepinho. No sé tal vez pasar de todo sea lo mejor. Yo a Paris y tu a Nueva York funcionaría.
ResponderEliminarHoy estoy pachucha. C se ha tenido que llevar a Pablo a la conferencia de Hawking. Yo me he tenido que quedar porque el cuerpo no responde. Ya han entrado. Tienen buen sitio y ahora a esperar hasta las 18:30 que empieza.
¿qué te parece?La cola llegaba hasta la entrada de S. Lázaro decía C. Así que hemos terminado la semana hawkingniana bien.Yo fastidiada. A ver si recupero de aquí a la noche.
Muac,
Berta
Pepinho los macarons fantàsticos!!!realmente fantasticos, dan ganas de comer ya!! Mi niño querido cuantas veces te lo voy a decir??? Puede que tuvieras los ojos tristes, seguramente pero de tì de pende cambiar eso, no lo esperes de otra persona, piensa en las cosas lindas que haces eres un artista!!!! total! siempre te lo he dicho, Ah el dìa de hoy malo, asì es a veces, mañana puede ser mejor, toma un libro, cocina algo, HACE ALGO QUE TE GUSTE, cariños, Gloria
ResponderEliminar(A m`tambièn me tocò crecer en una època muy dificil, muy dificil)
Macarons...!!Esto son palabras mayores...me la guardo, pero no creo que me atreva nunca con ello...me saldria un desastre!! Y eso que incluso he visto videos del como se hacen...
ResponderEliminarNúria
Siempre te he dicho que te faltó y te falta el cariño, nsotros te damos mucho cariños aquí ven más seguido. Tienes razón para mí el cariño fue fundamental cuanod chica sobre todo el de mi mamá y mi abuelita, porque otras personas eran MUY duras.
ResponderEliminarAhora si le molesta los platos u ollas sin lavar que los lave ella. por Dios Harry a parte de hacer la comida no cuesta nada que te ayuden a lavar los platos. Te mando cariños, Gloria
Cada vez que entro en tu blog tengo dos sensaciones muy diferentes, por un lado me quedo extasiada con tus recetas y con tus fotos...(siempre digo que las voy a hacer y al final la falta de tiempo y el agotamiento lo impiden)...
ResponderEliminarPor otro...me transportas a "un yo" demasiado conocido y triste que tengo un poco abandonado... el yo "interior", ese que se examina a diário y que busca respuestas a todas las preguntas...
Ahora mismo me dedico a pulir mi coraza, sonreir y seguir hacia delante, casi nada, verdad ???
Muchos besos
Hilda
A mí personalmente no me gustan los macarons, pero Pepinho... Estos tuyos seguro que los probaría :)
ResponderEliminarEn cuanto a lo otro... Sólo decirte que tal y como leo en los comentarios de todas y cada una de las entradas, tienes gente a tu lado.
Espero que ahora en las fotos salgas con ojos menos tristes, Pepinho...
Muy buena suerte de una ferrolana afincada en Tenerife...
Pepinho, te he mandado un email.
ResponderEliminarTenemos un grado de separación. Yo soy de la Cia de Mª, jajaja.
Anda lee el email.
Muac,
Berta
harry solo he leido por encima tu relato.Los macarons son han sido y seran mi espinita.Despues de muchos intentos consegui unos medianamente aceptables.Veo los tuyos y se me cae el alma...los volvere a intentar siguiendo todos tuspasos....son indescriptibles de buenos
ResponderEliminarHulas!
ResponderEliminarNo tengo termómetro de cocina... había probado los macarons de chocolate, que me quedaron razonablemente bien (pie y todo). Después me fui a los de limón y frambuesa, que encontré en tu página, y se desparramaron... curioso, quedan ricos pero no bonitos. Coger la receta básica que tenías para hacer los de café - con estos ingredientes- sería mala idea?
Eso sí, no sé cómo haces para mantener la línea... impresionantes los bollitos anteriores!
Ánimo... como dijo el otro día Stephen Hawking (de visita impresionante por santiago): aún sería posible que me diesen el nobel antes de morirme...
Lucía.
Hola a todos,
ResponderEliminarhaces que las cosas se vean diferentes, los postres más ricos, la vida de otro modo, haces que mire a mis niños y busque esa sonrisa que tu no tuviste, creo que sí la tienen aunque se ve más en el peque pero por ser más expresivo. Yo intento que ambos sean felices sean cual sean sus gustos. Ser diferente no es ser raro aunque así lo vean muchos... lo que muchos ven no quiere decir que sea la verdad... espero como el resto que ahora tus ojos no estén tristes aunque a veces lo adivinemos por tus comentarios. Quiero agradecerte que sigas aquí con tus reflexiones pues me gusta leerte aunque no escriba siempre. Gracias.
Berta espero que te mejores, no decaigas, la verdad es que hai temporadas en que el cuerpo nos juega malas pasadas. Y me alegro por tu hijo y por vosotros pues teneis un tesoro escaso en estos días.
Beso a todos.
Siempre he sido una niña feliz y mis ojos han sido y siguen siendo, el indicador de mi estado de ánimo. Hasta hace relativamente poco, tenía una mirada inquieta, viva, podría decirse que hasta risueña. Recuerdo mi infancia como una época especialmente bonita, divertida y entrañable.
ResponderEliminarMi padre, siempre fue estricto pero cariñoso. Porque obviamente una cosa no está reñida con la otra. Y nunca me he considerado una niña rara o especial, porque no lo he sido. Siempre he hecho muchas preguntas, aún hoy, todo lo cuestiono. Mi padre, cuando se sentaba conmigo a charlar, desde muy pequeña, le hacia muchas preguntas, tal vez demasiadas :-) y él ponía los ojos en blanco pero sin perder la paciencia. Entonces yo le decia "perdona papá, hago demasiadas preguntas, ya me lo dicen en el cole" Y él, apretaba mis manos contra su pecho y me susurraba "Hija, una persona no es sabia solo por las respuestas, sino también por sus preguntas". Jamás olvidaré esa frase.
Solo el tiempo y las circunstancias, han palidecido mi mirada.
Añoro a mi padre en particular, y a todas aquellas personas que pierdo por el camino y que me enseñan valiosas lecciones de vida.
Por último, un comentario sangrante :-) mi primer macarons no lo probé en París ni llevaba las iniciales PH. Los probé en Brujas, en una recoleta pastelería que era una delicia. Fue entrar allí, y se activó la alarma en mis sentidos del olfato y la vista :-) Los probé de chocolate (porque es una de mis pasiones) de limón y unos de canela. Estaban muy ricos. Miro tus fotos y es inevitable sentir una sanísima envidia por el arte que tienes para la repostería y pastelería en general.
Berta, no sé cómo probar ya para intentar ver a tu Pableras, no consigo entrar con el enlace que das. Debe ser problema mio. No dejo de intentarlo :-) Ponte buena pronto, no debes perderte el color de los árboles en otoño.
Con todo mi cariño para todos.
Primero que nada... Tessera un besazo!
ResponderEliminarDos: ni pasando cinco años en el Tibet y con omm! y paciencia para exportar creo yo que ni por esas me saldrian los macarons, y... mira que me gustan. Enfin seguiré "puliendome" claras a nivel del mar.
Tres:mis ojos tambien me delatan. Creo que cautivé a C. con ellos, eso dice, cuando estoy alegre tienen luz a parte de según el un color peculiar e indescriptible. Ahora estan ... turbios.
Hora de ponerse las pilas!! en todos los aspectos.
Karme... un besazo gigantesco. Pepinho un abrazo enorme y .. gracias.
Besinos a tod@s
Hola todas. y Pepinho, si Paulova y Tessera a mì me pasa lo mismo, los ojos, no hay casos con los ojos o tienen luz o no, es verdad,la gracia es que todavìa mis ojos tienen esa expresiòn de asombro o sea que toda vìa me impresiono,pero cuando estoy triste of course se me nota absolutamente, soy demasido transparente pero sè que es tarde para cambiar, Un beso, Gloria
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarTengo un sueño que no me puedo mantener en pie. El fin de semana fue el peor en mucho tiempo. Si el sábado fue malo el domingo fue casi peor. Quién lo diría. Ayer tuvimos que ir a una revisión rutinaria y de compras. Como no podía más, le pedí si podía volver a casa si no necesitaba más mi ayuda. Tenía que preparar un poco de material para la clases y adelantar parte de la comida de hoy. Uff Esta tarde creo que saldrá sola, tengo muchas cosas que hacer pero necesito dormir con urgencia.
El cariño hay que darlo cuando hace falta y siempre que no sea demasiado tarde. Estos días de septiembre son una perdición para personas como yo, se te pasan demasiadas locuras y arrepentimientos por la cabeza.
Gracias por los ánimos.
Tengo que leer ese e-mail, me pica la curiosidad. Santiago es una ciudad demasiado pequeña como para que no se conozca la gente… en Boiro todos somos conocidos. Miraré entre el gran lote de ellos que tengo pendientes.
Quizás la clave y única dificultad sea hacer un merengue adecuado. De ahí lo del termómetro. Éstos ya los he hecho varias veces y nunca han fallado. El colorante líquido puede dar lugar a una masa demasiado suelta, hay que tener mucho cuidado si se le añade. Para mí, las mejores recetas son ésta y una que hice en enero de este año… incluso mejor ésta.
Hoy estoy cansado, muy cansado, me da pena no poder hacer nada en esta tarde soleada, ahora que no hay que tomar el sol y pasear es un placer. Si descanso algo podré disfrutar más mañana…
No he dicho que no tuviese una infancia feliz. Sólo que en las fotos aparezco triste. Tuve una infancia muy dura afectivamente hablando, el cariño llegó más tarde, cuando llegaron los reconocimientos. De pequeño eran mayores los “palos”, muchos literales, que los besos. Lo que mejores recuerdos me trae son mis amigos de infancia, los interminables veranos, las aventuras en el bosque, el colegio o las mañanas frescas de un sábado de rocío y escarcha. ¡Tendría tanto qué decir!.
Mi padre es ahora cuando empieza a serlo. ¿Demasiado tarde? Se ha vuelto muy tolerante y reflexivo, menos visceral. Me decía: “no pensarás igual cuando seas mayor” y ahora es él el que ha cambiado….
Mis ojos raras veces denotan alegría (últimamente). Hubo un tiempo, no hace mucho, que era de esos que parecen estar con la sonrisa en la cara, con un humor entre sarcástico y dialéctico. Me encantaba tocar y cantar. Hace unos años que vivo prisionero del tiempo y de la tensión, incapaz de adaptarme a esta vida contrarreloj.
Un beso y muchas gracias.
Hola Pepinho, y saludos también a todos/as los que volteáis por aquí. Haces bien, y hacéis, en pasar a desahogaros, aún sin detalles, lo digo por experiencia, yo también recibí vuestras palabras de aliento, me hicisteis sentir realmente bien, ...y os tengo un cariño! (madre mía, si me pongo muy ñoña me dais un toque!).
ResponderEliminarSiempre me dicen que tengo la misma cara que en esas fotos del ayer, de cuando los mayores me preguntaban '¿cómo te llamas?' y yo respondía algo parecido a 'Dotita' (me contaron que por eso entonces me llamaban Tita, menos cuando oía “Rosamaríaaaa”, que eso presagiaba una bronca).
Tu hermano, por otras fotos que también nos has mostrado, tiene una mirada alegre y traviesa, seguro que es un chaval bien 'guai', ¿por qué no te acercas más a él?, a lo mejor te haría bien, vaya, seguro, aunque viváis lejos, intenta llamarle.
Y si no, nos tienes a nosotras!!! Arriba Pepinho!
Y tú, Paulova??? Venga también 'parriba', ¿sabes? Yo ya probé de invertir claras en los macarons.... y claro, eso no lo expliqué (vergüenza torera). Desde entonces empleo las claras sobrantes en las madelaines de almendra. Algún día lo tengo que volver a intentar, cuando me compre el termómetro.
Hola Gloria, siempre te digo que eres la más cariñosa del grupo, pero también tienes una fuerza! Me ha hecho sonreír tu comentario sobre lo de lavar platos, muy bien.
Pepinho, también pienso, como Nat, que deberías pensar seriamente lo de publicar un libro de recetas, éxito seguro.
Perdona lo pesada, y un abrazote.
Buenos dias!! gracias Rosita por tus animos y jjaja por lo de las claras, me dedicare a las madalenas yo tambien, aunque lo mio es "delictivo", jaja tengo un termometro "atomico" regalo de mi padre por mi cumpleaños, es laser, jaja hare unos macarons "Dar Bader".
ResponderEliminarEstoy mas animadilla, entre otras cosas tenia la tension por los suelos, asi que estaba yo un poco "mistica",como levitando por la vida. Pepinho espero y deseo de todo corazon que encuentres el momento para poder descansar, tiempo para ti, para recargar pilas. Cuidate mucho un besazo.
Rosita estoy totamente de acuerdo contigo Gloria es una persona increible: "que lo sepas Gloria"!!!.
Buen dia y besos a tod@s
Hola a tod@s: Yo tambien tuve una infancia feliz.Muy feliz. Pero no puedo recordar ni un beso, ni una caricia de mi madre.Siempre me han querido mucho a mi alrededor: padre, hermanos, tias y tios, primos (era la más pequeña de todos), abuelo..., y todavía ahora siento el amor y el cariño de todos.Pero no de mi madre.Todavía sigue siendo la más crítica, la menos tolerante y la menos cariñosa. Pero supongo que el amor se siente, aunque no haya caricias, de muchas otras formas.Al menos yo he decidido pensar así.
ResponderEliminarA mí me pasa como a Tessera puedo recordar frases de mi padre que me ayudan a ver, a vivir la vida, de otra manera.Pero yo tengo la inmensa fortuna de tenerlo todavía.
Un beso enorme a Paulova.Sigues siendo un sol, a mí me iluminas cuando te leo.
Y tambien a todos los demás.Rosita, Berta (he visto a tu hijo: sencillamente precioso), Tessera, Gloria..., y a los que me faltan (soys muchos) tambien.
Karmelilla!!!!!!!!!!!!!! desde la "penumbra", no es que siga mistica es que se me ha fundido en tramo de fluorescentes en la oficina y... no llego a quitarlos, cachiss!! me faltan como 5 cm para llegar, esperare a mañana para que algún caritativo-a de mas de 1,70 venga a reparar esto. Pues que leerte tambien ha iluminado mi tarde. Gracias chata!!! un abrazo enorme
ResponderEliminarGracias por sus cariños, cuando puedo me doy una vuelta porque me gusta saber de ustedes y ya les he dicho que las quiero mucho, por supuesto y no lo digo por decir.
ResponderEliminarKarme que extraña la actitud de tu mamá. Amiga tienes que aceptarlo que fue asì y caminar, tù eres distinta y eso es importante, como dice mi mamá ponte aceite de lobo marino para que te refale lo que te dice. Es que uno mistifica a su mamá, es lògico yo amo a mi mami y es super cariñosa pero hay varias cosas que no estamos de acuerdo, por ejemplo me echa tallitas por la Bachelet, sabe que yo votè por ella, pero no la pesco. se rìe.
Oye amiga escucha he aprendido que NUNCA es tarde para recibir amor y cariño, estamos lejos pero te mando todo mi cariño amor y un abrazo grande, cuenta conmigo y te lo digo de verdad.
Yo no era tan amigable, era màs tìmida pero tuve una amiga que me mabiò la vida la Ely que la llevo en micorazòn porque muriò hace unos tres años. Cuando hablabamos por telefono y nos despedìamos me decìa, amiga, un abrazo y realmente lo sentìa. Hablamos hasta el final. Muchos besos, Gloria
Hula! siempre he querido hacer macarons (no e tenido la suerte o oportunidad de probarlos... desgraciadamente) pero me veo incapaz, parecen tan dificiles... Supongo que hacer merengue es algo que también me da miedo (quizás por una mania infantil al huevo crudo que le tengo desde pequeña, gracias a una pelicula de terror que vi a los 6 años...). No se, de todas formas, creo que debido a que sigo a dieta, dejaré esta receta apuntada para un dia de esos de valentía en los que me creo que puedo con todo...
ResponderEliminarYo fui una niña feliz, al menos eso creo. Aunque distinta a los demás... De niña siempre estube rodeada de mayores, quizás por que rozaba el ser superdotada (a onde habrán ido esas neuronas tan listas, me pregunto yo...jajaja)o por que pensaba con mucha mas madurez que el resto de mis compañeros de infancia. Por desgracia fui una niña "feliz" hasta los 7 años mas o menos, desde entonces me fui convirtiendo en un burro de carga donde todos me echaban toda la tierra que podían... Las causas son muchas, pero no es plan de contar aquí mi vida (solo la de pepinho, que pa eso es su blog). Entre eso y que a los 11 años comencé a comer de forma compulsiva, fui siendo cada vez más infeliz...
Pero en lo referente a la foto, tengo que decir (perdón si digo algo que te ofenda, nada mas lejos de mis intenciones puras y castas) que no creo que por no sonreir eras un niño triste, sino sincero. Creo que el mayor tesoro que tienen los niños y el cual perdemos con la edad, es el de la sinceridad... Cuando uno es niño la sinceridad es algo que damos por hecho que es normal y que a todo el mundo les cae bien (con eso que nuestros padres nos meten en la cabeza de que no se debe mentir), nos lo tomamos a la tremenda y nos convertimos en sinceros compulsivos, pero siempre lo hacemos con el corazón.
¡TU ERES COMO ERES, Y PUNTO!. Eso es algo que siempre me repito, aunque estamos condenados a complacer a los demás evitando ser quienes somos, por que es lo que se "espera" de nosotros.
Lo que quiero decir en resumen después de tanta parafernalia es:
Pepinho es pepinho, el que corre rodeado de bugsbunnys y cazadores, el que llora sin motivo, el que se calla y siempre pide disculpas o se siente triste por haber ofendido, el que hace con amor cada cosa que cocina y el niño que no sonreía (y muchas cosas mas, que no es plan de poner aqui, por lo largo, digo).
Y lo bueno y bonito, es que al pasar los años, sigues siendo tu, el niño triste de la foto, y aunque te sientas como una cucaracha en medio de una manada de lobos, el raro no eres tu. Aunque lo parezca.
He dicho!. (jajaja).
Besos!.
NOTA: Has pensado que quizás la persona alegre que fuiste antes no eras realmente tu, y que como eres ahora es tu yo realmente?. No todos podemos ser campanilla. También deben de haber ogros en la historia...
Estoy anonadada, que delicia de macarons.
ResponderEliminarMe han gustado tus recetas ymas tus fotos.
Otro día paso con mas tiempo que ya tengo que dormir, y no te puedo leer como quisiera.
Te voy a enlazar con mi blog.
Me alegro de haberte enontrado por "casualidad" que no existe.
Un calido abrazo.
Margot
Harry: escapemonos juntos, te adoro...
ResponderEliminarHarry: escapemonos juntos, te adoro...
ResponderEliminarHarry: escapemonos juntos, te adoro...
ResponderEliminarEstimado ARTISTA culinario.... es imposible pensar haber tenido una vida incompleta realizando estas maravillas de la repostería.
ResponderEliminarEL PASADO NO EXISTE, SÓLO SE APRENDE DE ÉL
Un abrazo y gracias por estos regalos que nos haces a quienes te leemos.
JUAN
kar sem iskal, hvala
ResponderEliminarEscribo para darte las gracias por la receta del relleno de chocolate blanco y café para los macarons. La hice la semana pasada, nos encantó!!!! Muchas gracias!!!!
ResponderEliminarHoy comienza el verano, que lo disfrutes con tu pequeño.
Pilar
wooow esos macarons de aceite de oliva son un puntazo :) y tienen pintaza!! *_*
ResponderEliminarhttp://elblogsinsal.blogspot.com/
Disculpa a cuantas tazas equivalen 130gr? me encanto tu receta!
ResponderEliminarDisculpa a cuantas tazas equivalen 130gr? me encanto tu receta!
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