Galletas de ron con pasas

Crossroads

Si hubiese hecho una tarta no sé como habría llegado a su destino de tanto ir y venir. Maletas y más maletas. Unas galletas, rápidas y sin problemas de transporte. Con las tartas, para que no se me deshagan, siempre tengo que llevarlas con el molde incluido.

Esta pasada noche he hecho una pequeña “tarta de vainilla y chocolate con frembuesa”. Tenía ganas y, como el viaje de hoy no excedería de unas horas, he optado por llevarla a casa de mis padres. Todavía no he conseguido adaptarme del todo a la nueva cocina (en “A illa”), saber en dónde he puesto los ingredientes o utensilios, saber si realmente tengo todo lo necesario (ayer me tuve que salir a comprar un rodillo), el horno,... Requiere un tiempo de adaptación, hacer que la nueva cocina vuelva a ser “tu cocina”. La estoy amaestrando.

Fichas de damas

Se trata de una adaptación de una receta, otra, de Pierre Hermé. Todavía tengo pendiente la compra de su libro “Chocolate Desserts”, cuyas recetas elaboradas por el memento me han encantado. Uno siempre se queda con la duda de saber si en esos libros las recetas se quedan con un as en la manga, la duda de saber si en realidad las recetas llegan a nosotros tal y como la realizan los cocineros. Gracias a cocineros como Ferrán Adriá, muchos han descubierto que guardar secretos sólo sirve para que se los lleve el viento y queden en el olvido. Recuerdo un hermoso dicho, aunque no exactamente su procedencia, que dice: “Lo que no se da se pierde”. Después está la mano, la calidad de los ingredientes, las condiciones del agua, horneado. Eso ya es otro cantar.

Sin ser unas galletas crujientes, tampoco se diría que resultan demasiado blandas. Si las queremos más crujientes deben hornearse un poco más, dejando que se tuesten por los bordes.

Él siempre dice sí

La solución más fácil y desastrosa. La más cómoda. Cuando llegue el momento ya sabré, espero, cómo decir que no. Ahora no estoy como para enfrentamientos, prefiero dejarme llevar. Una rama perdida en el río, sólo otra rama podría frenar la deriva, un árbol al que agarrarse o un remanso. Qué hay tras ese meandro. El azar, eso que muchos llaman destino.

Moscú, viernes 13 de julio del 2007. Soles y sombras


No ha sido influencia de ese día de superstición, ni ha sido tan malo (en un sentido) como cabría esperar en fecha tan señalada. Si por la mañana en el Kremlin tuvimos una “ligera” mala suerte con la taquillera y con la imposibilidad de visitar La Armería, el buen tiempo de la mañana, el bochorno, ha dado lugar a una tormenta (duradera) de verano, no sólo de lluvia.

Todo lo cura una buena ración de… ¡sorpresa!... ¡compras! En GUM, aunque esta vez hayan sido unas zapatilla de deporte que llevaba buscando durante un tiempo. He percibido que lo que realmente le gusta es ir de compras, sea quién sea el destinatario.


En el Kremlin no hemos visto a Putin, menos mal, se me hubiera atragantado el paseíllo. Lo que sí hemos visto ha sido la campana más grande del mundo, en el suelo, por supuesto. Su peso no hay campanario que lo sostenga. Hay cargas, muchas intangibles, que pesan mucho más, la vida está llena de cargas más pesadas.


M se ha parado en una exposición de joyas de Cartier que han poseído personalidades famosas y que también puede verse en el recinto. Para refrescarnos, una Mirinda en los jardines del Kremlin, ¡tanto tiempo!

Un día más en Moscú, para mí, será suficiente; ya tengo ganas de pasear por la “Perspectiva Nevski” (*), como lo hacía Franco Battiato, aunque esta vez sólo me encuentre a Chaikovski y Dostoievski bajo alguna de las lápidas de monasterio de Alexander Nevski. Necesito afrontar ciertos problemas desde otra “óptica” (**).

(*) Perspectiva Nevski es una mala traducción que muchas guías turísticas o referencias históricas hacen de la palabra “prospect”, que significa “avenida”.
(**) La palabra “perspectiva” procede del latín, en la que significa “óptica”, “perspectiva ars”.

Ingredientes
  • 40 gr. de pasas de corinto/sultanas
  • 40 ml de ron
  • 63 gr. de mantequilla
  • 63 gr. de azúcar en polvo (molido)
  • 1 huevo
  • 75 gr. de harina
  • Ralladura de ¼ de limón
  • Una pizca de sal

(1) En una taza ponemos las pasas a macerar durante una hora en el ron. Retiramos la manequilla del frigorífico y la ponemos en un bol para que se reblandezca.

(2) Pasado ese tiempo, precalentamos el horno a 200ºC. Batimos el azúcar con la mantequilla, la ralladura de limón y añadimos el huevo, uno a uno (si empleamos más cantidad). Mezclamos bien.

(3) Echamos la harina, con una pizca de sal y las pasas con el ron. Amasamos bien con cada ingrediente que añadamos. Podemos dejar reposar la masa durante cierto tiempo (opcional).

(4) En una bandeja de horno con papel de hornear y ayudados de unas cucharillas, formamos bolitas y las situamos bien separadas entre sí. Horneamos durante unos diez minutos, hasta que empiecen a tomar un tono dorado por el borde. Guardamos en un recipiente hermético.

Son unas sencillas y golosas galletas que, para que no se reblandezcan, debemos tomarlas una vez frías o reservarlas en un recipiente muy bien cerrado.

Harry Haller

Me gusta la cocina, sobre todo las ideas, los preparativos, la creatividad y el proceso. Ver disfrutar a los comensales. Apasionado de los dulces muy dulces y de los salados agridulces con matices de otras tierras. He intentado hacer de la necesidad un placer y así poder disfrutar de esos momentos que la vida nos obliga a ocupar todos los días en torno a una cocina.

5 comentarios:

  1. Muchas gracias por todas las recetas que nos aporta.
    Te he escrito un correo a la dirección que marca el blog, con algunos comentarios, no se si lo has visto...
    Pero de todas formas te dejo aqui mi felicitacion.
    Gracias por estar ahi.

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  2. Hola Hola!!!!

    Opino cómo tú......las recetas si las das, hay que darlas por completo. Luego está todo lo demás, la mano de cada uno, los pequeños detalles, el gusto, Y creo, que aúnque suene raro , el hacerlas en uno ó en otro sitio. Varían mucho.
    Me encantan tus fotos, y tus relatos. Estoy intentando "hablar" desde hace tiempo y no consigo expresarme.No parezco ese tipo de personas....soy muy abierta, de las que siempre organizan los "jaleos" pero a la hora de sacar lo que llevo......no lo consigo . BRRRRRRRRRRRR!!!!

    En fín.....!!! un día más , gracias .
    Ah!!!! tú tambien estás loco como yo..ó en Galicia no hace tanto calor como en Valencia, Ayer se me ocurrió hacer brioche con casi 33ºfuera y por supuesto, sin aire en la cocina...

    Saludos desde Valencia,

    Mª Dolores

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  3. Hola!
    Soy la que buscaba a PHermé y al final he comprado la Larousse de los postres. En el libro no vienen las galletas korova (qué pinta!), pero sí otras cookies de chocolate, los macarrons... Voy a necesitar mucho tiempo para ponerme al día. Por ahora sólo he probado ha hacer una base dulce para tartas y el resultado ha sido muy bueno. Lo malo es que vienen muchas variantes de una misma receta, y yo, cuantas más leo, más me cuesta decidirme. Así que lo primero que probaré será... tu receta de donuts!
    Un saludo, y cuando aprendas a decir NO, me dices cómo se hace ;)

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  4. Precisamente,
    Esta receta de Pierre Hermé aparece también en ese libro...

    A mí me pasa mucho, tengo infinidad de ideas y opciones. Al final hago la última que se me pasa por la cabeza y, muchas veces, no es la que más me apetece o la más apetecible…. Los donuts están muy buenos...

    Otra cosa, M. Dolores. Sí, hacer las recetas de en otro lugar (ya no digo país) cambia muchísimo. No es una tontería: la dureza del agua ya es el primer factor crítico, recuerdo lo que decía mi hermana cuando vivía en Suiza…

    Besos

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  5. Hola, soy fan de tu web desde hace mucho, he probado muchas recetas de las que tienes aqui publicadas, pero esque las acabo de hacer y olia tan bien la cocina que no he podido esperar ni a que se enfrien del todo.
    Deliciosas!
    Gracias! :)

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