Infiel
Para ver la receta original pasa por http://www.pepinho.com
Largo y duro es el camino que nos separa de la panaderĂa, lleno de tentaciones en el camino de vuelta a casa. ¡QuĂ© difĂcil es no soportar el impulso de llevarse un trocito de pan a la boca! Valientes y voluntariosos son los que consiguen llegar al destino con un pan impoluto, sin fisuras. Los hay, como yo, que ni esperamos a salir de la panaderĂa para tomarnos el primer bocado. Lejos, o no tanto, quedan los tiempos en los que la vida era sufrimiento y las tentaciones eran pecado. Por desgracia, esa educaciĂ³n recibida queda remanente, ejerciendo una ligera presiĂ³n sobre mis espaldas, representado en forma de un masoquismo que te contiene ante la tentaciĂ³n mĂ¡s insignificante, obstaculizando el camino hacia la felicidad. Esa rĂ©mora te da una fuerza de voluntad irracional y sin sentido, coartando el placer en todas sus expresiones mĂ¡s humanas. Uff! (sigo)
Todos hemos comprado alguna vez una baguette, “hemos cometido el error de comprar una baguette”, dirĂa. Porque recuerdo cuĂ¡ndo empezaron a ponerse de moda esas largas, finas e insĂpidas barras de pan que nosotros llamamos “baguettes”, casi siempre pre horneadas y de producciĂ³n industrial. Yo tambiĂ©n lo he hecho, y alguna vez todavĂa las compro esperando encontrar una verdadera barra de pan con sabor a pan y, a ser posible, un ligero toque de mantequilla. Las hay, pero no dĂ³nde casi todos las buscamos, lejos de supermercados y grandes superficies. Éstas tampoco llegan enteras a casa, mas por motivos de embalaje ;-) Pepe, estĂ¡s divagando.
Hace algĂºn tiempo, unos 4 años (creo recordar que Teo no habĂa nacido), solĂa comprar el pan los domingos en un establecimiento del ensanche. Paraba a comprar el pan cuando volvĂa de “entrenar” (antes entrenaba, ahora no sĂ© que hago) y casi siempre me llevaba una finĂsima barra de pan crujiente rellena de aceitunas negras, deliciosa. De ese recuerdo surgiĂ³ la idea de crear unos palitos hechos con aceite de oliva y aceitunas negras, para recordar esos sabores y poner sobre la mesa un acompañamiento para los entrantes del tipo “pan y moja”, “matar el gusanillo” o “¿los has hecho tĂº?”.
El resultado son unos palitos crujientes y de sabor intenso, deliciosos para tomar solos o para mojar con algĂºn queso del estilo raclette,…
La preparaciĂ³n en muy sencilla, sĂ³lo hay que tener en cuenta un par de aspectos para conseguir un crujir Ă³ptimo: (a) aunque la cantidad de agua es aproximada (exacta para mĂ), nunca debe añadirse en exceso, la suficiente para poder amasar, asĂ conseguimos una masa mĂ¡s crujiente y duradera. (b) El tiempo de horneado tambiĂ©n es importante, debe hornearse hasta que la superficie tenga un tono dorado, casi tostado. Si los retiramos antes de tiempo, aun consiguiendo un delicioso sabor, puede resultar una corteza no demasiado crujiente. Si vemos que no se ha hecho de modo uniforme, podemos girarlos durante el horneado para conseguir un tono y textura homogĂ©neos.
Personalmente, me gusta que tengan un aspecto rĂºstico, lejos de esos perfectos palitos que venden envasados, les da un toque casero que identifico con sabores autĂ©nticos.
“Nuestra” panaderĂa, la de confianza, la de nuestro barrio o Ă©sa en la que venden el pan que tanto nos gusta. A unos les gusta poco hecho, a otros, crujiente, o denso, o artesano, o dulce,… pero, aun asĂ, a casi todos nos cuesta mantener nuestra fidelidad. No recuerdo haber comprado el pan en la misma panaderĂa durante mĂ¡s de 3 Ă³ 4 años seguidos. Sin darnos cuenta, llega el momento del aburrimiento, de la monotonĂa, del cansancio de tomar casi a diario el mismo tipo de pan. Ése es el momento de la infidelidad, de la bĂºsqueda de una renovaciĂ³n que nos vuelva a sorprender, de lo nuevo, aunque sea a peor (muchas veces lo es). La monotonĂa es la mejor amiga de la infidelidad, de la fidelidad, la sorpresa.
Hace unos cuantos años, quizĂ¡s casi cuatro, que compramos el pan en la misma panaderĂa. Tenemos que andar casi un kilĂ³metro, pero vale la pena. Siempre intento no repetirme o no comprar a diario (a veces los preparo en casa) para que no llegar al aburrimiento. Hoy mismo M ha comprado dos tipos de pan.
No tengo un pan preferido, siempre depende del uso. En general me gustan con mucha miga, poco horneados, con aroma, grasos, esponjosos y con poca corteza. Aun asĂ, el pan artesano preparado con “trigo del paĂs” me parece una delicia, pese a tener la corteza gruesa y crujiente. “El alto”, me llevo un trozo empezando por la miga y dejando para el final la gruesa corteza. Hace años hubiese hecho al revĂ©s, habrĂa dejado lo mejor para el final. Sufridor sĂ, estĂºpido no.
“Medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad”, eso dicen. “Ballstoucher” ;-), “a pain in the a….”, dirĂa. No se me ocurre medida con un afĂ¡n mĂ¡s “tocawebs”.
4. ModificaciĂ³n del rĂ©gimen retributivo del personal al servicio de las Administraciones PĂºblicas durante la situaciĂ³n de incapacidad temporal.
Se produce una revisiĂ³n de los complementos o de la prestaciĂ³n por incapacidad laboral temporal actualmente existentes, en funciĂ³n del rĂ©gimen de seguridad social al que estĂ©n adscritos los empleados pĂºblicos. Con ello se persigue una doble finalidad: por un lado reducir el absentismo en los casos de bajas reiteradas de corta duraciĂ³n, reduciendo la necesidad de incorporar personal interino o temporal y, por otro, obtener un ahorro del gasto pĂºblico en tĂ©rminos de minoraciĂ³n de la cuantĂa de la mejora, o complemento en caso de incapacidad temporal.
Esta revisiĂ³n, que tendrĂ¡ una vigencia temporal mientras duren las actuales circunstancias, serĂ¡ de aplicaciĂ³n para el conjunto de los empleados pĂºblicos y supondrĂ¡, en el caso de contingencias comunes, que:
- Durante los tres primeros dĂas, la prestaciĂ³n reconocida o el complemento alcanzarĂ¡ como mĂ¡ximo el cincuenta por ciento de las retribuciones.
- Desde el dĂa cuarto hasta el vigĂ©simo, la prestaciĂ³n reconocida o el complemento en ningĂºn caso superarĂ¡ el setenta y cinco por ciento de las retribuciones.
En el caso de contingencias profesionales se mantendrĂ¡ el cien por cien de las retribuciones, asĂ como en situaciones como la hospitalizaciĂ³n o intervenciones quirĂºrgicas y otras de carĂ¡cter excepcional que pudieran merecer un trato diferenciado.
En los años que llevo como funcionario de carrera nunca me he cogido una baja laboral, exceptuando el mes de permiso por paternidad (¡toca madera!). He ido a trabajar con gripe y con todo tipo de afecciones que dificultaban mi labor pero no me impedĂan mantenerme en pie. SĂ© que es una irresponsabilidad, pero asĂ lo hice. Sin embargo, sĂ© que llegarĂ¡ el dĂa (pura estadĂstica) en que no tendrĂ© mĂ¡s remedio que estar de baja. Este mismo año un alumno (de mĂ¡s de 20 años) cogiĂ³ paperas y, como en este caso, no serĂa extraño que enferme, como sucediĂ³ el año pasado cuando T cogiĂ³ el Coxsackie. Tener un hijo de 3 años tampoco ayuda mantener en plena forma mis defensas.
Me da igual que me retiren la paga de Navidad, siempre que se emplee para ayudar a las PERSONAS (que sĂ© que no se harĂ¡), porque hay mucha gente que lo necesita mĂ¡s que yo. Esta medida, en cambio, me parece que tiene un fin al estilo de “que se j.” (Cfr.: frase mencionada por una Diputada no hace mucho tiempo).
Primero: las pequeñas bajas laborales no se cubrĂan con sustituciones, por lo que no puede haber ahorro en ese sentido. Segundo: el porcentaje de personas que solicitan bajas laborares por motivos discutibles es Ănfimo y el Ăºnico modo de evitarlo es mejorando las inspecciones. Tercero: la primera consecuencia de esta medida es que la gente irĂ¡ al trabajo enferma, significando un riesgo para la salud de los demĂ¡s y disminuyendo su rendimiento laboral. Cuarto: retirarle parte del salario a un@ enferm@ me parece de una falta de Ă©tica exagerada. Quinto: las legislaciĂ³n no debe castigar a justos por pecadores, mejor es perdonar a un culpable que condenar a un inocente. Sexto: ¿dĂ³nde estĂ¡ el ahorro?
¿Por quĂ© siempre hay esa costumbre de demonizar las ideas o clasificar las opiniones?, ¿Por quĂ© se acostumbra a juzgar las ideas y, por ello, a las personas? No juzguĂ©is las ideas, valorad los actos.
Palitos de aceite de oliva y aceitunas negras al romero (bastones de aceite de oliva)
Como suele ser cuando se trabaja con harina y con agua cuya densidad puede variar entre zonas (aunque yo siempre la use embotellada), la cantidad de agua es estimativa, la que yo he necesitado. La masa debe quedar firme pero no dura, algo mĂ¡s que para un pan. AsĂ conseguiremos una textura mĂ¡s crujiente (ayudada por la adicciĂ³n del aceite) y duradera.
Depositamos la masa en el cuenco y la dejamos fermentar, preferiblemente a unos 25-30 º C, hasta que haya doblado su volumen. NecesitarĂ¡ bastante tiempo, pues lleva poca levadura y bastante materia grasa. El tiempo necesario dependerĂ¡ de la temperatura ambiente y la Ă©poca del año. Suelo hacerlo antes de salir a correr y continuar algo asĂ como unas 2 horas y media despuĂ©s. Incluso he llegado a dejarla reposar durante toda la mañana mientras permanezco en el trabajo.
(2) Pasado el tiempo, añadimos las aceitunas finamente troceadas, sin amasar demasiado para que no coja correa, y estiramos la masa sobre una superficie de trabajo (sin añadir harina, como mucho, con una pincelada de aceite), algo asĂ como de unos 5 mm de espesor. Recortamos en tiras 1 cm. de ancho, ayudĂ¡ndonos de un cuchillo bien afilado, y las depositamos sobre una bandeja cubierta de papel de hornear. TambiĂ©n podemos formar palitos mĂ¡s rĂºsticos enrollĂ¡ndolos, ayudĂ¡ndonos de las manos, sobre la superficie de trabajo.
Dejamos fermentar la masa un mĂnimo de media hora, entre 45 a 1 hora, hasta que haya doblado su volumen. Yo los dejo fermentar dentro del horno a unos 30º C.
(3) Precalentamos el horno a 200º C con calor por arriba y abajo. Cuando el horno hay alcanzado la temperatura, los horneamos hasta que tengan un tono dorado, practicamente tostado, para que estĂ©n crujientes. Los hago durante unos 15 minutos, mĂ¡s o menos (no miro el reloj), dĂ¡ndoles la vuelta a media cocciĂ³n para que se haga de modo uniforme, pues tiende a tostarse mĂ¡s en la base. Los retiramos del horno y los dejamos enfriar para que tengan el crujir caracterĂstico. Si no los vamos a tomar de inmediato los guardamos en un recipiente cerrado pero intentando que no haya humedad ni vapor de agua para que no se reblandezcan.
Son ideales para tomar solos, mojar en queso fundido (torta, raclette,…), cremas espesas, chocolate templado,… un placer.
Para ver la receta original pasa por http://www.pepinho.com
Largo y duro es el camino que nos separa de la panaderĂa, lleno de tentaciones en el camino de vuelta a casa. ¡QuĂ© difĂcil es no soportar el impulso de llevarse un trocito de pan a la boca! Valientes y voluntariosos son los que consiguen llegar al destino con un pan impoluto, sin fisuras. Los hay, como yo, que ni esperamos a salir de la panaderĂa para tomarnos el primer bocado. Lejos, o no tanto, quedan los tiempos en los que la vida era sufrimiento y las tentaciones eran pecado. Por desgracia, esa educaciĂ³n recibida queda remanente, ejerciendo una ligera presiĂ³n sobre mis espaldas, representado en forma de un masoquismo que te contiene ante la tentaciĂ³n mĂ¡s insignificante, obstaculizando el camino hacia la felicidad. Esa rĂ©mora te da una fuerza de voluntad irracional y sin sentido, coartando el placer en todas sus expresiones mĂ¡s humanas. Uff! (sigo)
Todos hemos comprado alguna vez una baguette, “hemos cometido el error de comprar una baguette”, dirĂa. Porque recuerdo cuĂ¡ndo empezaron a ponerse de moda esas largas, finas e insĂpidas barras de pan que nosotros llamamos “baguettes”, casi siempre pre horneadas y de producciĂ³n industrial. Yo tambiĂ©n lo he hecho, y alguna vez todavĂa las compro esperando encontrar una verdadera barra de pan con sabor a pan y, a ser posible, un ligero toque de mantequilla. Las hay, pero no dĂ³nde casi todos las buscamos, lejos de supermercados y grandes superficies. Éstas tampoco llegan enteras a casa, mas por motivos de embalaje ;-) Pepe, estĂ¡s divagando.
Hace algĂºn tiempo, unos 4 años (creo recordar que Teo no habĂa nacido), solĂa comprar el pan los domingos en un establecimiento del ensanche. Paraba a comprar el pan cuando volvĂa de “entrenar” (antes entrenaba, ahora no sĂ© que hago) y casi siempre me llevaba una finĂsima barra de pan crujiente rellena de aceitunas negras, deliciosa. De ese recuerdo surgiĂ³ la idea de crear unos palitos hechos con aceite de oliva y aceitunas negras, para recordar esos sabores y poner sobre la mesa un acompañamiento para los entrantes del tipo “pan y moja”, “matar el gusanillo” o “¿los has hecho tĂº?”.
El resultado son unos palitos crujientes y de sabor intenso, deliciosos para tomar solos o para mojar con algĂºn queso del estilo raclette,…
La preparaciĂ³n en muy sencilla, sĂ³lo hay que tener en cuenta un par de aspectos para conseguir un crujir Ă³ptimo: (a) aunque la cantidad de agua es aproximada (exacta para mĂ), nunca debe añadirse en exceso, la suficiente para poder amasar, asĂ conseguimos una masa mĂ¡s crujiente y duradera. (b) El tiempo de horneado tambiĂ©n es importante, debe hornearse hasta que la superficie tenga un tono dorado, casi tostado. Si los retiramos antes de tiempo, aun consiguiendo un delicioso sabor, puede resultar una corteza no demasiado crujiente. Si vemos que no se ha hecho de modo uniforme, podemos girarlos durante el horneado para conseguir un tono y textura homogĂ©neos.
Personalmente, me gusta que tengan un aspecto rĂºstico, lejos de esos perfectos palitos que venden envasados, les da un toque casero que identifico con sabores autĂ©nticos.
“Nuestra” panaderĂa, la de confianza, la de nuestro barrio o Ă©sa en la que venden el pan que tanto nos gusta. A unos les gusta poco hecho, a otros, crujiente, o denso, o artesano, o dulce,… pero, aun asĂ, a casi todos nos cuesta mantener nuestra fidelidad. No recuerdo haber comprado el pan en la misma panaderĂa durante mĂ¡s de 3 Ă³ 4 años seguidos. Sin darnos cuenta, llega el momento del aburrimiento, de la monotonĂa, del cansancio de tomar casi a diario el mismo tipo de pan. Ése es el momento de la infidelidad, de la bĂºsqueda de una renovaciĂ³n que nos vuelva a sorprender, de lo nuevo, aunque sea a peor (muchas veces lo es). La monotonĂa es la mejor amiga de la infidelidad, de la fidelidad, la sorpresa.
Hace unos cuantos años, quizĂ¡s casi cuatro, que compramos el pan en la misma panaderĂa. Tenemos que andar casi un kilĂ³metro, pero vale la pena. Siempre intento no repetirme o no comprar a diario (a veces los preparo en casa) para que no llegar al aburrimiento. Hoy mismo M ha comprado dos tipos de pan.
No tengo un pan preferido, siempre depende del uso. En general me gustan con mucha miga, poco horneados, con aroma, grasos, esponjosos y con poca corteza. Aun asĂ, el pan artesano preparado con “trigo del paĂs” me parece una delicia, pese a tener la corteza gruesa y crujiente. “El alto”, me llevo un trozo empezando por la miga y dejando para el final la gruesa corteza. Hace años hubiese hecho al revĂ©s, habrĂa dejado lo mejor para el final. Sufridor sĂ, estĂºpido no.
“Medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad”, eso dicen. “Ballstoucher” ;-), “a pain in the a….”, dirĂa. No se me ocurre medida con un afĂ¡n mĂ¡s “tocawebs”.
4. ModificaciĂ³n del rĂ©gimen retributivo del personal al servicio de las Administraciones PĂºblicas durante la situaciĂ³n de incapacidad temporal.
Se produce una revisiĂ³n de los complementos o de la prestaciĂ³n por incapacidad laboral temporal actualmente existentes, en funciĂ³n del rĂ©gimen de seguridad social al que estĂ©n adscritos los empleados pĂºblicos. Con ello se persigue una doble finalidad: por un lado reducir el absentismo en los casos de bajas reiteradas de corta duraciĂ³n, reduciendo la necesidad de incorporar personal interino o temporal y, por otro, obtener un ahorro del gasto pĂºblico en tĂ©rminos de minoraciĂ³n de la cuantĂa de la mejora, o complemento en caso de incapacidad temporal.
Esta revisiĂ³n, que tendrĂ¡ una vigencia temporal mientras duren las actuales circunstancias, serĂ¡ de aplicaciĂ³n para el conjunto de los empleados pĂºblicos y supondrĂ¡, en el caso de contingencias comunes, que:
- Durante los tres primeros dĂas, la prestaciĂ³n reconocida o el complemento alcanzarĂ¡ como mĂ¡ximo el cincuenta por ciento de las retribuciones.
- Desde el dĂa cuarto hasta el vigĂ©simo, la prestaciĂ³n reconocida o el complemento en ningĂºn caso superarĂ¡ el setenta y cinco por ciento de las retribuciones.
En el caso de contingencias profesionales se mantendrĂ¡ el cien por cien de las retribuciones, asĂ como en situaciones como la hospitalizaciĂ³n o intervenciones quirĂºrgicas y otras de carĂ¡cter excepcional que pudieran merecer un trato diferenciado.
En los años que llevo como funcionario de carrera nunca me he cogido una baja laboral, exceptuando el mes de permiso por paternidad (¡toca madera!). He ido a trabajar con gripe y con todo tipo de afecciones que dificultaban mi labor pero no me impedĂan mantenerme en pie. SĂ© que es una irresponsabilidad, pero asĂ lo hice. Sin embargo, sĂ© que llegarĂ¡ el dĂa (pura estadĂstica) en que no tendrĂ© mĂ¡s remedio que estar de baja. Este mismo año un alumno (de mĂ¡s de 20 años) cogiĂ³ paperas y, como en este caso, no serĂa extraño que enferme, como sucediĂ³ el año pasado cuando T cogiĂ³ el Coxsackie. Tener un hijo de 3 años tampoco ayuda mantener en plena forma mis defensas.
Me da igual que me retiren la paga de Navidad, siempre que se emplee para ayudar a las PERSONAS (que sĂ© que no se harĂ¡), porque hay mucha gente que lo necesita mĂ¡s que yo. Esta medida, en cambio, me parece que tiene un fin al estilo de “que se j.” (Cfr.: frase mencionada por una Diputada no hace mucho tiempo).
Primero: las pequeñas bajas laborales no se cubrĂan con sustituciones, por lo que no puede haber ahorro en ese sentido. Segundo: el porcentaje de personas que solicitan bajas laborares por motivos discutibles es Ănfimo y el Ăºnico modo de evitarlo es mejorando las inspecciones. Tercero: la primera consecuencia de esta medida es que la gente irĂ¡ al trabajo enferma, significando un riesgo para la salud de los demĂ¡s y disminuyendo su rendimiento laboral. Cuarto: retirarle parte del salario a un@ enferm@ me parece de una falta de Ă©tica exagerada. Quinto: las legislaciĂ³n no debe castigar a justos por pecadores, mejor es perdonar a un culpable que condenar a un inocente. Sexto: ¿dĂ³nde estĂ¡ el ahorro?
¿Por quĂ© siempre hay esa costumbre de demonizar las ideas o clasificar las opiniones?, ¿Por quĂ© se acostumbra a juzgar las ideas y, por ello, a las personas? No juzguĂ©is las ideas, valorad los actos.
Palitos de aceite de oliva y aceitunas negras al romero (bastones de aceite de oliva)
Como suele ser cuando se trabaja con harina y con agua cuya densidad puede variar entre zonas (aunque yo siempre la use embotellada), la cantidad de agua es estimativa, la que yo he necesitado. La masa debe quedar firme pero no dura, algo mĂ¡s que para un pan. AsĂ conseguiremos una textura mĂ¡s crujiente (ayudada por la adicciĂ³n del aceite) y duradera.
- 5 gr. de levadura de pan fresca.
- 80 gr. de agua (podrĂan necesitarse unos gramos mĂ¡s o menos).
- 200 gr. de harina (mejor de fuerza o pan).
- 2 pizcas de romero molido.
- 6 gr. de azĂºcar.
- 6 gr. de sal fina.
- 40 gr. de aceite de oliva.
- ~15 gr. de aceitunas negras finamente picadas
Depositamos la masa en el cuenco y la dejamos fermentar, preferiblemente a unos 25-30 º C, hasta que haya doblado su volumen. NecesitarĂ¡ bastante tiempo, pues lleva poca levadura y bastante materia grasa. El tiempo necesario dependerĂ¡ de la temperatura ambiente y la Ă©poca del año. Suelo hacerlo antes de salir a correr y continuar algo asĂ como unas 2 horas y media despuĂ©s. Incluso he llegado a dejarla reposar durante toda la mañana mientras permanezco en el trabajo.
(2) Pasado el tiempo, añadimos las aceitunas finamente troceadas, sin amasar demasiado para que no coja correa, y estiramos la masa sobre una superficie de trabajo (sin añadir harina, como mucho, con una pincelada de aceite), algo asĂ como de unos 5 mm de espesor. Recortamos en tiras 1 cm. de ancho, ayudĂ¡ndonos de un cuchillo bien afilado, y las depositamos sobre una bandeja cubierta de papel de hornear. TambiĂ©n podemos formar palitos mĂ¡s rĂºsticos enrollĂ¡ndolos, ayudĂ¡ndonos de las manos, sobre la superficie de trabajo.
Dejamos fermentar la masa un mĂnimo de media hora, entre 45 a 1 hora, hasta que haya doblado su volumen. Yo los dejo fermentar dentro del horno a unos 30º C.
(3) Precalentamos el horno a 200º C con calor por arriba y abajo. Cuando el horno hay alcanzado la temperatura, los horneamos hasta que tengan un tono dorado, practicamente tostado, para que estĂ©n crujientes. Los hago durante unos 15 minutos, mĂ¡s o menos (no miro el reloj), dĂ¡ndoles la vuelta a media cocciĂ³n para que se haga de modo uniforme, pues tiende a tostarse mĂ¡s en la base. Los retiramos del horno y los dejamos enfriar para que tengan el crujir caracterĂstico. Si no los vamos a tomar de inmediato los guardamos en un recipiente cerrado pero intentando que no haya humedad ni vapor de agua para que no se reblandezcan.
Son ideales para tomar solos, mojar en queso fundido (torta, raclette,…), cremas espesas, chocolate templado,… un placer.
Por este lado del charco la idea de tener siempre pan para la comida, no es algo comĂºn, las tortillas de maĂz esas si son "indispensables", pero ocurre algo similar al pan...siempre quieres encontrar aquella calidad que hacĂa que un trozo de pan (o tortilla) fuera un goce en cada mordida...tanto asĂ como ese sistema de bajas y ausencias que unos usan a su favor y otros que las necesitan carecen de permisos "reales" (ultimamente uso mucho las comillas en mis artĂculos y no es algo que me guste del todo, debe ser eso de que la gente va juzgando y no valorando).
ResponderEliminarComo sea estos palitos de aceite y olivas negras me recuerdan a mi Padre aunque es natural de cierta forma, la cocina y él siempre estuvieron ligados y tengo ganas de hacerlos, de tomar uno mientras leo con cierta tranquilidad que añoro a veces.
Te mando mucha buena vibra para que esas defensas suban y la vida siga su curso, pero siempre de la mejor forma posible.
Bi{k}quiño.
Buenos dias, cuando abro el ordenador, lo primero que miro es si has publicado una nueva receta y un nuevo pensamiento, me encantan, ambas cosas. Soy, funcionaria, como tu, y no me importa no cobrar la extra, excepto por los pobres pequeños negocios que tendrĂ¡n que cerrar, por falta de consumo en esa Ă©poca tan buena para ellos como la Navidad y en relaciĂ³n con la IT decirte que me parecĂa mentira estar contenta porque he tenido una baja pero con operaciĂ³n y durante mis vacaciones estoy disfrutando de un trancazo terrible, con lo que me incorporarĂ© a mi puesto de trabajo con todo hecho. Que tristeza
ResponderEliminarPanaderĂas... Eso me vuelve loca. Cuando estaba en casa de mis padres sĂ que se practicaba la fidelidad con la panaderĂa del barrio, y nunca me perdĂa desde muy pequeña de acompañar a todo aquĂ©l que fuera a por el pan de casa. Me quedaba embobada echando la vista hacia adentro y viendo en enormes cestos el trabajo nocturno de los panaderos. En la vuelta a casa tambiĂ©n echĂ¡bamos mano a la punta de la barra, o yo me comĂa feliz un bastĂ³n de pan que entonces se acostumbraba a regalar a las criaturas, tan largo como una barra y gordo como un pulgar. En aquella Ă©poca tambiĂ©n se regalaba a los niños en las farmacias bolsitas de caramelos de colores, para paliar un poco la mala cara que traĂamos al salir del Seguro, cuando la mami paraba allĂ para comprar el jarabe y acostarnos en seguida por el bien de todos, sobre todo por uno
ResponderEliminarmismo. Lo has clavado con lo de ese recorte; los abusos de los recortadores han llegado ya al mal trato. Indignante ya es poco. Eso sĂ, las ayudas para quien las 'necesita', esa Banca pobrecita... (Es que esas Ăºltimas noticias de desahucio... :(
¡Uf!
Voy a acabar mejor diciĂ©ndote que me he imaginado cĂ³mo de buenos han de estar estos palitos, me encantan las olivas y aĂºn no los he hecho de ellas, sĂ de pipas, sĂ©samo, chocolate... A, b, c, d...
Cuidaos mucho, Pepinho. ¡Besos!
Mi admirado y seguido, llevo tiempo en silencio contemplando tus contenidos y comentarios y sigues sorprendiĂ©ndome muy gratamente, a veces llego a tener la mala sensaciĂ³n de sentirme cual espĂa aquĂ agazapado, leyĂ©ndote y observĂ¡ndote desde el friĂ³ exterior a travĂ©s del vidrio de un ventanuco, invadiendo tu intimidad "publica" sin hacer comentario, ni ruido alguno. AquĂ solo y agachado deleitĂ¡ndome con tu monĂ³logos cĂ³mplices en demasiadas ocasiones. Hoy me he tomado la libertad que me otorga esta impunidad del anonimato de una red cada vez menos publica para aferrarme al motivo, si, yo quien ya mucho tiempo llego motivado por esta indecente canallada legislativa, que nos arrojan ya sin pretexto ni engaño alguno, sin ya tener la Ănfima cortesĂa de enmascararla. SI HAY MOTIVO y si no lo habĂa ya se han encargado con firmeza de que le haya.
ResponderEliminarDisculpas pido pues a ti admirado seguido por este despertar desde la sombra y vuelvo a la penumbra sosegado con el pequeño palillo de pan en la boca, tal cual mi abuela me cogĂa en la fiel panaderĂa para que no molestase a la clientela.
hola pepinho! te cuento que el otro dĂa lei lobo estepario por primera vez, y fue inevitable acordarme de ti, que usas el nombre del protagonista como seudonimo. me parecio...bueno es dificilisimo hablar de ese libro pero me encantaria que hagas una reseña alguna vez.. a mi me puso la piel de gallina unas cuantas veces, pienso que en algunas sensaciones es facil identificarse, aunque uno sea una persona feliz y optimista. Si, extraña paradoja.. lo unico que me parecio innecesario fue el final de armanda, no creo que sumara, el mensaje creo que quedaba clarisimo sin necesidad de su muerte. de todos modos hace mucho no leia algo tan distinto a todo, tan reflexivo y honesto, aunque recien me convenci de que me gustaba cuando lo termine, ese final, con un atisbo de esperanza, en un libro tan crudo, es alentador.. :)bueno si ya se que es un blog de cocina, pero no podia dejar de hacer el comentario je, la receta de hoy buenisima , aunque yo suspiro por la ultima version de tu sacher que no puedo hacer ya que aun no tengo procesadora ( el praline no se consigue por estos lares). bueno muchos saludos y que ande todo bien por alli.
ResponderEliminarpd: ya que cole el comentario de literatura (aunque no puedes culparme, tu blog es mitad letras y mitad cocina) podrias recomendar algunos libros o autores preferidos? :). maia
perdon, tuve un lapsus, quise decir pasta de almendras, no praline:)
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ResponderEliminar“El club de la puchera”, cuando escribo en este diario no soy consciente de ello. Me siento ante el teclado pensando que lo hago para comunicarme con aquellos que escriben con frecuencia. Lo que mĂ¡s pudor me causa no es que alguien que no conozco lea aquello que estĂ¡ destinado para todos, esas palabras al viento. Lo que mĂ¡s pudor (y rubor) me causa es saber que alguien con el/la que me cruce a diario pueda ver esta desnudez callada, juzgando a este ser errante desde un prisma totalmente distinto. Como cualquier prisma, todavĂa quedan mĂ¡s caras.
Hay motivo. Los culpo de crear depresiones, justificadas y no justificadas; de desamparar a los que lo necesitan y no cubrir las necesidades mĂnimas de todos; de olvidarse de las personas para pensar en el capital; de estar ciegos y pensar, como el ladrĂ³n, que todos son de su condiciĂ³n; de mentir…
Pepinho.
Maia.
No es casualidad que sea Harry Haller, como tampoco es casualidad que escriba con este todo y mĂºsica de fondo. Es un libro complejo, un laberinto, con saltos narrativos y precipicios inesperados. No quiero destripar nada, sĂ³lo que es uno de esos que me marcĂ³ durante mucho tiempo. Me gusta Hermann Hesse (se dice que H. H. es Harry Haller) y su visiĂ³n filosĂ³fica heredada de sus viajes a Asia y el contacto con el hinduismo. Me gustan otras novelas suyas, empezando por “Bajo las ruedas”, que me marcĂ³ en la pre adolescencia por la increĂble identificaciĂ³n con el personaje. Ya adulto, me purificĂ³ “Siddhartha”, porque me hizo reflexionar sobre la propia existencia y el valor de lo impalpable.
No recomiendo libros, ni pelĂculas y, si me apuras, recetas. Es una batalla perdida de antemano. Nunca se acierta, cada cual tiene sus gustos e intereses, somos nosotr@s los que debemos buscar nuestro propio camino. Busquemos y encontremos o, como decĂa Picasso, “no busco, encuentro”. Encontremos.
PodrĂa seguir, pero no tengo mucho tiempo (ahora).
Un beso.
recien vengo del trabajo y me decepcione un poquito porque estaba ilusionada con la respuesta, me imaginaba que tu lista seria muy interesante, quien escribe tan bien ha de ser un gran lector, pero tienes razĂ³n, es la pura verdad lo que dices... de todos modos, yo como soy bastante mas joven que tu :P y menos juiciosa en consecuencia, tengo el atrevimiento de nombrarte uno que lei ultimamente, seguro lo has leido, pero por las dudas.. "un hombre", de oriana fallacci, alekos, el protagonista, es un idealista de aquellos...de los que no se olvidan, como parece- de tus pensamientos escritos al menos, que eres tu tambien. un abrazo, y gracias nuevamente por un blog tan especial, se nota la dedicacion en todo lo que haces.
ResponderEliminarSabes creo que es cosa de tu tierra que es "mitad" mĂa tambiĂ©n por amor y por viejos lazos familiares, o el ir de un continente a otro durante tanto tiempo, pero sobre todo de cada sensaciĂ³n que transmites a veces sin notarlo... la distancia no se cuenta en kilometros cuando hay buena vibra...
ResponderEliminarMe alegra que la esperanza, este cerca, y que el tiempo se ponga a favor de una u otra forma...tengo una frase pegadita dede hace unos dĂas... "todo llega, todo pasa, todo cambia".
Bi{k}quiño sempre ;)
EstĂ¡n demonizando a los funcionarios a un nivel que ya da miedo, la verdad. Ojo, que no "me gustan", pero.... no mataron a Manolete, eso seguro. Miro con impotencia cĂ³mo no se recortan ipads, ni coches, ni dietas, ni alquileres, ni diputados, mientras nos piden que nos apretemos aĂºn mĂ¡s el cinturĂ³n. La clase polĂtica es una vergĂ¼enza. Yo mañana no harĂ© huelga, pq no creo en ellas. No veo lĂ³gico exigir mejoras para el pago de la educaciĂ³n no yendo a clase. Me ha costado un ojo de la cara la matrĂcula, mis profesores "mal cobrarĂ¡n" igual, asĂ que yo quiero mi clase. En todo caso yo harĂa huelga a la japonesa, y los secuestrarĂa en el estrado dĂas y dĂas hablando, jeje. PreferirĂa que nos uniĂ©ramos todos en simplemente una hora de no consumir, o negarnos a pagar el IBI todos a una, o..... Presionar, pero de forma que no perdamos nosotros, no sĂ© si me explico. No somos conscientes del valor que tendrĂamos con un poquito de uniĂ³n. Yo no quiero suicidios, yo quiero a culpables en la cĂ¡rcel, juzgados, porque yo no vivĂ por encima de mis posibilidades, yo no explotĂ© ninguna burbuja, y no entiendo que tengamos que pagar esto mientras los banqueros embargan pisos y la "justicia" lo permite. OjalĂ¡ el regalo de Reyes este año fuera pagarle el recibo de la luz a alguien, o el del gas, o llevar comida a ONG´s, que hoy en dĂa no dan a basto a atender...Yo desde luego este año tengo claro que no voy a consumir. Que no cuenten con esta oveja en su redil, pq ya estoy fuera.
ResponderEliminarpd.: Nunca compro pan, si acaso pan de leche para P pq le saltĂ³ la pala el año pasado y la lleva cogida "con hilos". Cuando lo hago en casa, o lo como en el momento o me queda como "correoso" en seguida. Algo hago mal, pero no sĂ© el quĂ©.
Besos mil. O.
¡Ensaimada! SĂ³lo hice una vez, con tu receta, y no hay nada como eso de levantarse por la mañana, encender el horno y tener esa maravilla para desayunar tras el levado nocturno. PensĂ© hace poco en repetirla, pero ya, me espero a la nueva. Ya me gustarĂa ser asidua practicante del hojaldre, pero para eso estoy negada. Me ha salido cada churro. AĂºn bien con los semis, como el croissant. ¡Y el panettone! Y, muy buenos tus palitos. Me acabo de comer un par y por ello he pensado en pasar por aquĂ. :)
ResponderEliminarSĂ, sĂ hay motivo. Y no dejan de darnos mĂ¡s. :(
Abrazo grande.
HOLA: como siempre comparto tus reflexiones. Soy funionaria en el campo de la educaciĂ³n y mañana no harĂ© huelga porque no quiero seguir el juego de los sindicatos ni darle al gobierno el gustazo de quitarme una pasta.Pero quisiera encontrar la forma de decirle a este gobierno que estoy harta de ellos , de que no hacen nada bien de........bueno tu sabes.
ResponderEliminarMe gustaria darles un mordisquito a esos panes.
Un abrazo
Me encanta el pan y especialmente hacer pan pepinho, estos se ven deliciosos, te mando besos patra ti y teo:)
ResponderEliminarTe mando muchos cariños y que estes muchĂsimp mejor, besosxxx
pasé a dejar cariños, que es de ti Pepinho? un abrazo!
ResponderEliminarHola Gloria,
ResponderEliminarPues esta segunda parte del mes he estado muy ocupado. Entre el trabajo, la atenciĂ³n a Teo, las labores de casa… podrĂa haber tenido un poco de tiempo libre, pero el poco que tenĂa he estado haciendo un curso de ProgramaciĂ³n Android.
AdemĂ¡s, Teo se ha estado despertando todas las noches entre dos y tres veces. AcostĂ¡ndome a las 2 y levantĂ¡ndome a las 7 ya te imaginas. Hoy mismo estĂ¡ despierto desde las 6 y cuarto. Agotado.
Bueno, no es momento de quejas, porque sĂ© que es algo eventual y pasajero. ¿Y tĂº quĂ© tal? Estas semanas he estado tan apartado del Blog y las redes que no sĂ© nada de vosotr@s, o muy poco… y eso que tenĂa muy buenas expectativas de tiempo.
Bueno, tengo que dejarlo que nos vamos a pasar el dĂa a casa de unos familiares (suegros ;-))
Un beso, espero que te vaya muy bien.
Bueno, al menos hay vuestros comentarios por aquĂ, Gloria y Pepinho, que echaba de menos noticias por aquĂ; ya me habĂa malacostumbrado con mĂ¡s charla Ăºltimamente. :)
ResponderEliminarPena lo del sueño de Teo, pobre. Pero Ă©l lo recuperarĂ¡ durante el dĂa. OjalĂ¡ tĂº tambiĂ©n, Pepinho.
BESOS.
(Se te espera, cuando puedas)
Pobre teo que duerme mal, ya dberĂa dormir d eun tirĂ³n mi pobre niño, espero que se estabilize, besos
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