Costillas en salsa barbacoa a la Coca Cola

Costillas en salsa barbacoa a la Coca ColaMi casaaaa…, teléfonoooo

La pausa
Costillas en salsa barbacoa a la Coca Cola(http://larsvontrier.blogspot.com) Mi mochila de recetas está llena de postres de todo tipo: curiosidades –pasteles, brioches,… –, mousses, galletas y alguna tarta. Antes de adelantar tanto dulce necesitaremos un complemento salado. Como hemos vuelto a estar solos (en A illa y en Santiago) he vuelto a cocinar y, por ello, ha llegado el momento de hacer comida de diario (arroces, pescados y alguna carne). No les he hecho fotografías a casi ninguna (alguna lo merecía por sabor), sólo a estas sorprendentemente sabrosas y curiosas costillas.

En estos casos en los que existe un ingrediente o varios que pueden traer cierta controversia intento cocinar sin la presencia de María. Espero a que pruebe el plato para decirle los ingredientes. Le suelo preguntar: “A ver si adivinas qué lleva“, “¿miel?, ¿azúcar?”, “casi…”. He esperado a que María dijese: “están buenísimas” para atreverme a hacer la pregunta y no pudiese retractarse cuando le hubiese dicho el ingrediente principal. “Lleva Coca Cola”, “…pues están impresionantes”. Alguna vez no me he atrevido a preguntar, ésta, como le habían encantado, me lancé sin miedo. No siempre es así, tiene ciertos prejuicios con los agridulces.

Costillas en salsa barbacoa a la Coca Cola¿Por qué no caramelizar la salsa barbacoa con Coca Cola en vez de miel, melaza o azúcar? Puedo asegurar que el resultado es tanto o más bueno que en otras versiones. No he querido incluir el tipo de costillas (de cerdo, de ternera, de cordero…) pues esta vez las he hecho con unas de cordero de no muy buena calidad, unas que tenían bastante grasa (que se ha fundido durante el horneado), aún así, deliciosas. Con pollo, costilla de cerdo o ternera me imagino que pueden quedar riquísimas. Sólo hay que atreverse a usar Coca Cola, Always Coca Cola. ¿Cuál es el secreto de la Coca Cola? Para mí, la caramelización (con azúcar, mejor) y la combinación perfecta de aromas (naranja, canela, limón, azahar,…), por eso es perfecta para la elaboración de platos agridulces, o eso creo.

La receta puede hacerse tanto al horno como a la brasa. Para nosotros, que no disponemos de brasero, un papillote al horno es la mejor solución. No llegan a tostarse tanto como a la brasa pero están igualmente ricas.

Costillas en salsa barbacoa a la Coca ColaPause
Haré una pausa en toda la tensión acumulada durante esta semana. Dejaré atrás todos los problemas personales, las inquietudes y los MIEDOS para volver con mi pequeña agenda y diario de viaje. Siento decepcionaros, pero no tengo fuerzas para hablar, quiero cambiar de tema para, amparado en la reflexión y protegido por el tiempo o el olvido, no cometer errores de los que me pueda arrepentir. Pepinho, reflexiona.

Miércoles, 30 de julio del 2008. ¿O es martes?, martes.
SUMMERTIME
Ella Fitzgerald & Louis Armstrong, Let’s call the whole thing off. Escuchando a Ella & Louis estoy en el cielo. Me pongo los auriculares, la música me hace olvidar estos eternos días, aislados en la nada. A Forges se le hubiese ocurrido una divertida viñeta de postal veraniega en casa de los suegros, a mí se me ocurren otras más sarcásticas y crueles.

No son muy dados a permitir las/mis comidas a deshora. Con la excusa, era eso, excusa, del problema del cambio horario, el “en su casa se come a las dos” lo he adaptado a “en su casa se come a las dos pero Pepinho tiene excusa para (por una vez) comer cuándo le apetezca (llegue de correr)”. Un cronómetro menos.

Es nuestro último día, ya adelanto que nos iremos muy tarde (estamos en casa de sus padres, por si no os habíais dado cuenda), que tendrá prisa en nuestra parada en Santiago y que llegaremos más allá de las doce de la noche a A Illa. Son gajes del oficio de “esposo sumiso” (Cfr.: calzonazos). Por fin hace un buen día y, aquí en la playa, sí tengo algún tiempo para escribir en mi inseparable bloc de notas y recetas espontáneas.

He recogido moras, quería venir con la primicia de que ya las había (comido) en el Parque del Golden Gate de San Francisco y me las he encontrado en Galicia por doquier. ¿No es demasiado temprano? ¿Cambio climático o falta de memoria? Las recuerdo a finales de agosto y principio de septiembre, cuando volvíamos de la playa cansados y el sol se ponía mucho más temprano. He aprovechado para hacer unas anotaciones de recetas que no adelantaré.

¡Extender crema solar en la espalda de María! No me importa, pero me molesta, como ahora, que me lo pida en el último momento, mientras leo o escribo y lo último que deseo son unas manos engrasadas. Pepinho obedece. “Summertime”.
Nota: “summertime” es una de mis diez canciones preferidas, ¿se nota?. ¡Qué le vamos a hacer…!

Costillas en salsa barbacoa a la Coca ColaSábado, 2 de agosto del 2008. EL PÁJARO EN EL ALAMBRE.
Si traducimos las palabras tendremos la canción y un sentimiento que perdura: “Intentando ser libre a mi manera”.

Intentando ocultar ese sentimiento que todavía me oprime. Forzando una sonrisa de felicidad efímera, la de un vaso de bourbon. Estoy falsamente feliz, por dentro como siempre y por fuera como nunca. Haciendo y dando felicidades, trocitos de ilusiones a costa de la mía. Después no digas que no te quería, que no te lo había dado TODO. No hay mejor modo de decir “adiós”.

Cuando llegue ese día pasaré al olvido y el alambre sobre el que reposo estará tenso, seré ese pájaro en el alambre, un alambre bajo mis pies. El del cuello hace mucho que lo he dejado por imposible.

¡Qué bien suenan las palabras de amor (y desamor) en francés! “Je t’aime”, “Ne me quitte pas”. Ocho y veinte en “A Ladeira”, pero ahora hace sol.

Costillas en salsa barbacoa a la Coca ColaLa rutina
Todavía no ha llegado la rutina del día a día, de levantarse a unas horas y costarse a hora fija. Un caos de días se sucede, ayer “temprano”, a las cuatro de la madrugada me acostaba con una tensión insoportable. Anteayer, día de felicidad permanente, veía girar las ficticias agujas del reloj con la televisión apagada, la mirada perdida y la mente entretenida con pensamientos confusos, aturdida por sentimientos contradictorios.

Estaremos dos días en Santiago, esperando a que María coja un ritmo que a mí me será imposible seguir. Ella no tiene mis problemas, su problema es no tenerlos y sus ocupaciones no van más allá de meras planificaciones (tampoco es cierto del todo, pero así lo he visto).

Empezaremos el agosto en una “illa”, conectados permanentemente (por fin) al mundo.

La gente empieza a recoger las toallas, todavía quedan muchos. Aquí, en “as Rías Baixas” el sol parece no tener prisa cuando sale en verano.

Diario de viaje.
Domingo, 13 de julio del 2008. Colorado

Hemos madrugado por enésima vez, ésta para coger el avión a México vía Denver. Dejamos USA con la idea (afianzada) de la famosa expresión de Obelix: “¡Están locos estos romanos!”. Les gusta el show, mostrar en público y de modo vehemente sus gustos, su presunta grandeza: predicadores, concentraciones absurdas como “salvar a los enanitos del bosque”, asociaciones de mujeres con pechos libres de silicona… cualquier tipo de agrupación que os podáis imaginar y cada cual más absurda.

¿Y las ciudades? De modo deliberado había pospuesto mis opiniones sobre Las Vegas. Todos volvían maravillados por la fastuosidad, el espectáculo, las luces. Las Vegas es tan grandiosa, en tamaño, en excesos, que roza el mal gusto, tanto que casi siempre lo supera (y con creces). Réplicas de Venecia con gondoleros que pretenden cantar en italiano, un París de cartón-piedra con pastelerías en las que venden ¡cookies y scones!, una estatua animada en la que cada hora Baco se toma unas copas y suelta un discurso, recepciones de hoteles llenas de máquinas de juego, un león vivo y sedado que duerme sobre la cabeza de los viandantes, un barco pirata de hombres que asaltan a otro de mujeres ligeras de ropa… cada cual más hortera.
(Hotel "New York", Las Vegas)
Las VegasNo me ha abrumado, una sola luz de Times Square posee mayor autenticidad que todo el desperdicio energético de Las Vegas. Como mal menor hemos podido alojarnos en el menos cargante y de los mejores hoteles de Las Vegas: El Bellagio, cuyo espectáculo de fuentes danzantes al son de la música popularizó Ocean’s Eleven.

BellagioDicen que hay que vivirlo para creerlo, a mí me ha llegado una vez. Dos noches a más de 40º C en pleno desierto han sido suficientes, uno era de visita al Gran Cañón.

Las VegasEn el Gran Cañón hemos disfrutado. Personalmente, lo que más me ha gustado ha sido el vuelo en helicóptero, con unas preciosas vistas de los acantilados y posterior aterrizaje en el río para realizar el posterior paseo en barco.

Con la boca pequeña, diré que también ha significado una pequeña decepción. La piedra rojiza no lo era tanto y sólo un atardecer, un filtro adecuado o un tratamiento de Adobe© Photoshop podría darle el tono que puede apreciarse en muchas fotografías. Se queda en Colorado.

Diario de viaje. Domingo, 13 de julio del 2008.
San Francisco, la ciudad en la que nadie es vagabundo

Cuando G. Giullianni se hizo cargo de la alcaldía de Nueva York, una de las principales decisiones fue la de alejar (eufemismo) a los sin techo de la ciudad, pagándoles un viaje de ida sin vuelta. San Francisco, desde ese punto de vista, es una ciudad más humana y habitable. Los vagabundos disponen de 300$ gratuitos al mes, así como comida y alojamiento para los que hacen unas frecuentes colas (puede verse, por ejemplo, a Will Smith haciendo cola en la película “En busca de la felicidad”).

Las calles de San FranciscoLas calles de San Francisco
Es una de las razones por las que San Francisco posee gran cantidad de “con techo”. En una primera mirada resulta confuso pero en cuanto uno se habitúa a ello se convierte en una situación muy HUMANA y SOLIDARIA. Éste es un gran detalle de la mentalidad de una ciudad llena de matices antropófilos: concienciación del SIDA, matrimonios homosexuales, acondicionamiento para discapacitados, actividades deportivas.

San FranciscoSan Francisco
Cuando llega el mar es el momento de reconciliarme con el viaje. La primera tarde, mientras M dormía, me fui a correr por la zona de los muelles, desde el edificio del Ferry hasta el Puente del Golden Gate. Sólo recuerdo otra ciudad con un número similar de corredores, Nueva York. Aquí grupos de personas, principalmente chicas, me han hecho sentir a gusto, no como “ese personaje que se pasa horas corriendo por Santiago” y muchos miran con extrañeza. Como en las buenas películas, no he mirado el reloj, las más de dos horas de footing a buen ritmo (¡por fin!) se me han hecho muy breves.

Ayer sábado volvimos a caer en los errores del viernes. Una gran mañana de paseo por el parque del Golden Gate, precioso, y una tarde de más compras (¡5 horas!). Prefería haber ido al MOMA, pero esta vez M me ha “invitado” a acudir a descansar al hotel mientras ella hacía uso de la tarjeta de débito.

San FranciscoSan Francisco
Volamos a Denver, después Cancún y hasta la Riviera Maya. Libro.
Buenos días y buena suerte.


Costillas en salsa barbacoa a la Coca ColaIngredientes
  • 10 gr. de mantequilla (aprox.).
  • ½ cebolla pequeña o ¼ de cebolla grande picadita fina.
  • 1 diente de ajo pequeño o ½ grande troceado fino.
  • ½ hoja de laurel picadita (opcional)
  • 130 gr. de kétchup.
  • 115 ml. de Coca Cola (no light)
  • 8 ml. de salsa Perrins (salsa Worcestershire)
  • 1 ó ½ cucharilla de té de mostaza.
  • 1 cucharilla de té de vinagre de Jerez.
  • Unas gotas de tabasco.
(1) Calentamos la mantequilla (o aceite) a fuego medio, añadimos la cebolla y el ajo picaditos fino. Dejamos pochar a fuego bajo durante unos minutos (5) hasta blanquear, sin que llegue a quemarse. Añadimos el resto de ingredientes: el laurel, el kétchup, la Coca Cola, la salsa Worcestershire, la mostaza y el vinagre.
Cocinamos a fuego lento, removiendo de vez en cuando hasta formar una salsa espesa. Durante unos 40 minutos a una hora. En el último momento podemos añadir unas gotas de tabasco.

Costillas en salsa barbacoa a la Coca Cola(2) Depositamos las costillas (o pollo) en papel de aluminio (dos hojas para que quede grueso y no se desparrame la salsa), salpimentamos y vertemos la salsa barbacoa, empapando suficientemente. Introducimos en horno precalentado a unos 155º C durante una hora y 45 minutos, aproximadamente. Pasado el tiempo abrimos el papillote y gratinamos durante unos 10 minutos hasta que estén ligeramente tostadas.
Deliciosas.

Harry Haller

Me gusta la cocina, sobre todo las ideas, los preparativos, la creatividad y el proceso. Ver disfrutar a los comensales. Apasionado de los dulces muy dulces y de los salados agridulces con matices de otras tierras. He intentado hacer de la necesidad un placer y así poder disfrutar de esos momentos que la vida nos obliga a ocupar todos los días en torno a una cocina.

10 comentarios:

  1. no me gusta en general las costillas, una vez las comi con miel y casi cambio de opinion...no me gusta en general todas las ciudades donde has estado por que me abruma la gente, soy mas "celtica por asi decirlo, necesito agua, montaña, bruma y norte.Pero me quedaria con el gran cañon, con la simpleza de la soledad aun a 40 grados y me voy a atrever a hacer estas costillas (costilla o pollo that is de question) porque me imagino la combinacion y tiene que ser la pera...ultimamente me aventuro en los sabores y no salgo decepcionada (ayer hice un bizcocho de cerveza negra y chocolate con ganache de cafe y suspiro todavia...)y no me decepcionas nada siendo tu como eres, intentando ser libre a tu manera, dejandonos saber de tus cosas y tu vision atraves de tus palabras y tus fotos..lastima no conocerte en persona.Besos

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  2. Buenos dias!!! esas costillas "caeran" pero tendra que ser el fin de semana, por el tiempo de horno, si no llego demasiado tarde del trabajo y seguro que para merendar estan igualmente ricas pero a esas alturas ya me habre comido un trozo de nevera.
    Influencia mediterraneo-cretense hoy haré unas berengenas, mi version de la receta "iman bayildi", jajaja ¿ves?? las vacaciones "marcan", jajaja yo tendria que hacer costillas con Raki o Ouzo.
    Que paseis un buen dia. besos a tod@s.

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  3. Pepinho las costillas se ven realmente exquisitas, nunca he cocinado con coca cola (salvo el delicioso pastel de chocolate) pero me tinca esta prueba, a mì me gusta probar cosas nuevas y sabores! besos, Gloria

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  4. me gustan las costillas las preparare para este fin,porque igual que pavlova llego a lacasa con un hambre que parecen dos, espero que te haya ido mejor en cancun, que los mexicanos no te hayamos quedado mal jajaja

    besasos
    pd.- estuve dos semanas en cancun y playas del carmen, por alli nos cruzamos jajaja

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  5. Me encantan las costillas y espero probarlas.La mazcla de sabores tiene que ser deliciosa.
    Un saludo, Begoña

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  6. Hola pepinho, tú sigue cocinando y contando, si hacemos caso a todo lo que nos dicen, dejaríamos de ser.
    Me gustan tus recetas , las recetas no tiene dueño, pasan .....

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  7. Hola,
    Siempre a deshora.

    Con pollo tanto o mejor (me encanta el pollo).

    Para mí esas casi dos horas de horno son ganar tiempo. Antes de correr siempre programo el horno para que acabe justo cuando llegue, así sólo me queda gratinarlas durante unos minutos.

    Gloria, no es que no quiera leer lo correos (no del todo), es que no puedo. Sólo a estas horas de la madrugada en España (casi las 3 de la madrugada, ayer me acosté a las 5). Además mañana volvemos a hacer las maletas, otra vez. Siempre de aquí para allá.

    California estaba llena de mexicanos ;-), tantos como en México. Muy agradables y amables, pero ya se sabe, sólo hemos podido tratar con los que trabajaban en los hoteles… ;-)

    Buenas noches.
    Besos

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  8. Pepinho, me arrepentì voy a hacer un pequeño comentario; buaaahhhhhh!!!!!(Como la Mafalda cuando llora con la boca abierta) snif,snif!!snif.,,, besos, Gloria

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  9. Este tipo de salsas me gustan mucho, nunca las he preparado en casa, me apetece, así que me la guardo.

    Un besito.

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