Oscar Wilde
Para ver la receta original pasa por http://www.pepinho.com
Tenho esperança ? Não tenho.
Tenho vontade de a ter?
Não sei. Ignoro a que venho,
Quero dormir e esquecer.
Se houvesse um bálsamo da alma,
Que a fizesse sossegar,
Cair numa qualquer calma
Em que, sem sequer pensar,
Pudesse ser toda a vida,
Pensar todo o pensamento -
Então [...]
Fernando Pessoa
En lo trivial, tengo esperanzas. Esperanzas con respecto a la recuperación de este espacio, en lo concerniente a lo que uno puede llegar a esperar de lo mundano (y palpable). Sí, la recuperación está cerca, bajando expectativas todo llega antes. Muchas veces el problema es sólo una cuestión de expectativas, de autoexigencia, de prioridades.
Esta semana ha sido muy dura, pero incluso las grandes rampas de bajada tienen falsos llanos o pequeños repechos.
Cierto es que la frecuencia de publicación sigue sin ser razonablemente aceptable, pero puedo ver muy de cerca esos “brotes verdes” que en términos económicos nacionales parecen ciencia-ficción.
Este mes he estado muy ocupado con la docencia y el poco tiempo libre que me quedada lo he dedicado a un curso (muy interesante, por cierto). Aun así, he conseguido superar el número de entradas/recetas con respecto al año pasado, algo que no era demasiado difícil, por cierto. Esperaba poder acercarme a una receta por semana e ir subiendo mis aspiraciones poco a poco. Lo dejamos para el próximo mes, seguro ;-)
Estamos en un momento en el que, en vez de estar la tecnología al servicio de las personas, somos nostr@s l@s que nos estamos dejando absorber por esto que llaman “las redes sociales”, cada vez más parecidas a un gran mercado de publicidad y autopromoción. Es imposible, salvo que vivamos de ello, mantener actualizados todos los sistemas a los que nos hemos suscrito. ¿Para qué? ¿Para crear mundos ficticios en los que nos sintamos cómodos, valorados o importantes? Es duro decirlo, mas creo que todos esperamos una respuesta a nuestra entrada, a un tweet o a esa publicación del Facebook, una respuesta que haga que no nos sintamos olvidados en este idílico (y falso) entorno. Un “me gusta” o un dedo hacia arriba. Patético.
La receta. Difícil es poder determinar cuál es mi receta preferida de berlinas, casi buñuelos de pastelería o donuts. Más aún cuando he publicado varias recetas muy alejadas en el tiempo.
Descartando aquellas que eran claramente buñuelos, por no usar levadura de panadería (fresca o seca) o porque la densidad de la masa era relativamente fluida, recuerdo los primeros y exitosos donuts, hace ya cinco años, casi seis. A partir de ahí una secuencia indeterminada de bollería frita que unas veces llamaba “berlinas”, “donuts”, “roscos”,… Recuerdo vagamente alguno de ellos, pero poco más. No acostumbro a repetir, prefiero probar técnicas e ingredientes nuevos, intentando refinar al máximo la receta, adaptándola a mis gustos e intereses.
De todas esas recetas, publicadas o no, ésta es la que más veces realizo. En los últimos meses con mayor frecuencia, anotando los detalles de cada prueba y versión para poder escribirlos con la “certeza” que da la práctica.
Me gusta darle mucha importancia al aroma, más que a la apariencia. Acostumbramos a centrarlos en las formas, en las texturas, solemos dejar en un segundo plano lo principal: su sabor. La receta la he titulado como “berlinas de naranja” (¿o limón?), no porque crea que sean dos sabores básicos con los que se deben preparar estar berlinas, no. De hecho, creo haberlas hecho también de vainilla. Mi intención es darle importancia a algo que muchas veces pasa desapercibido al escribir una receta: el aroma. Mis preferidos en bollería son: la vainilla, el limón, la naranja y, en casos particulares, especialmente para añadirle al chocolate, las especias (cardamomo, canela, jengibre,… pimentón picante…).
Para preparaciones saladas en mi cocina no faltan: azafrán en hebras, pimentón de la Vera, pulpa de pimiento choricero, albahaca (¿hay mejor combinación con el tomate?), mejorana, orégano, pimienta, hierbabuena (deliciosa para aderezar carnes, guisantes,…), tomillo, romero… o muchos aromas que también añado en repostería: cardamomo, naranja (el toque especial para salsas como barbacoa, cremas,…), canela en rama (para muchos sofritos), incluso ¡¡¡vainilla!!!, perfecta en las cremas de hortalizas que hago para Teo. Las más frágiles, las que se deterioran y oxidan con mucha facilidad, las tengo en unas pequeñas macetas: albahaca, tomillo o hierbabuena. Lo importante es no excederse y añadir cada una de ellas en pequeñas proporciones al plato adecuado. Tras un primer vistazo podría pensarse que mi cocina es más una botica, el laboratorio de un alquimista o una tienda de especias. El espacio disponible es el principal obstáculo.
Las siguientes son algunas de las motivaciones y porqués de algunos ingredientes básicos que añado a la masa:
Desde la primera vez que he hice unas berlinas, por no hablar de donuts, una de las mayores complicaciones con las que me he enfrentado era cómo introducir la masa en el aceite caliente sin deformar los bollos.
Después de la fermentación final la masa queda muy fina y esponjosa, por lo que resulta muy difícil llevarlos al aceite caliente. He visto cómo muchos profesionales dejan fermentar la masa sobre una malla metálica que introducen directamente en el aceite caliente. En casa sólo nos queda dejarla fermentar sobre una superficie generosamente enharinada, intentando no deformarlos demasiado antes de freír.
Para no deshacerlos empleo una técnica que me funciona muy bien. Dejo fermentar los bollos sobre una bandeja cubierta con papel de hornear ligeramente enharinada. Cuando han doblado su volumen, recorto el papel sobre el que se apoya cada uno de los bollos e introduzco las berlinas en el aceite caliente con el trocito de papel adherido. A los pocos segundos el papel se habrá despegado y podemos freírlos con normalidad.
La temperatura a la que se fríen es muy importante para que no queden muy oscuros y perfectamente cocinados en su interior. Antes los freía a unos 170-175 ºC, mas desde hace un tiempo he podido observar que friéndolos a unos 10 ºC menos, 160-165 ºC, no más, se consiguen unos bollos menos oscuros (por la caramelización de la lactosa y los azúcares) y perfectamente hechos por dentro. Si el aceite es suave pero de buena calidad, la absorción de aceite será ínfima.
La juventud, esa enfermedad que diagnosticaba Osar Wilde, en mí no era tal y sí una cura. No es casualidad que sea Harry Haller o que, a medida que me acerco a la fatídica fecha, la nostalgia se apodere de mí.
Es cierto que el tiempo te da sabiduría, pero a deshora. ¿Quién quiere conocer sus errores si ya nada puede cambiar? Es cierto que lo que antes eran problemas ahora no son ni preocupaciones y las preocupaciones han dejado de serlo. Pero, ¿no será el desánimo y el cansancio el causante de esa cura? Es cierto que llega la estabilidad y el dinero, ¿quién lo desea cuando se sabe que ese deseo es dañino y que lo importante y anhelado en la vida no se puede comprar? Es cierto que eres dueño de gran parte de tus actos, mas lo que siempre has deseado era ser el guardián de tus sueños, protegidos celosamente desde la adolescencia.
Es duro perder esa inocencia, pero más difícil es luchar por conservarla en un mundo que te hace perder la esperanza. Añoro la ilusión por el mañana, la confianza en las personas, el enamoramiento a primera vista, la ingenuidad y la capacidad de sorprenderme.
No tengo miedo a la enfermedad ni a las marcas visibles que deja el paso del tiempo, pero me apena ver que el cuerpo ya no responde del mismo modo a los estímulos y que las heridas del pasado han dejado costra, haciendo más difícil que algunas emociones broten al exterior.
No me gusta ese pragmatismo de los adultos, sobre todo cuando hacen referencia al amor y al bienestar de las personas. Prefiero ser como esos niños y adolescentes a los que todo le afecta. Creo que, en el fondo, son los adultos los que realmente tienen dificultades para ponerse en lugar del prójimo y que, dentro de esa visión sesgada de la realidad que posee un niño, la juventud construye un pequeño ecosistema de empatía y permeabilidad en el que se muestran como realmente son, sin prejuicios (pero con perjuicios).
Ver pasar día a día ante tus ojos ese reflejo de tu juventud acrecienta esa nostalgia y te hace creer que, mientras en ti el paso del tiempo no quiere dejarte, tu entorno bebe de la fuente de la eterna juventud.
Me duele saber que días como hoy, en los que el cansancio se apodera de uno y no tienes las mismas fuerzas que antes para desaparecer paso a paso desplazándote sobre la calzada, la nostalgia que ahora se apodera de ti sea, en parte, consecuencia de esa enfermedad que (dicen) se cura con el tiempo.
Para mí, lo ideal es preparar la masa la noche anterior, dejándola fermentar lentamente en la cámara frigorífica durante toda la noche para prepararlos al mediodía siguiente o cuando se desee.
La fermentación lenta, además de dar una mejor textura a la masa, facilita considerablemente la formación de las piezas.
También puede hacerse por la mañana y prepararlos de un tirón. Son tres fermentaciones: una primera masa inicial (la masa madre), la fermentación de la masa y tras la formación de las berlinas.
Salvo la preparación de la masa madre inicial, como se trata de una masa amasada básicamente con huevo y materias grasas, el amasado debe hacerse con una buena cuchara de madera o (para los que tienen espacio, dinero y ganas) una amasadora. El amasado directo con la mano, sin cuchara, es prácticamente imposible, salvo que modifiquemos la cantidad de harina y, por ello, la receta ;-).
Masa madre
[*] El aroma es a gusto, incluida vainilla en polvo, especias (cardamomo, canela,…). Lo mía es sólo una propuesta. Alguna vez he sustituido parte de la leche por agua de azahar, por ejemplo. [**] Puede sustituirse por un 70% de manteca o margarina (si no tomamos productos de origen animal.
(1) (Leed nota inicial de la receta)
Preparación de la masa madre o prefermento. En un cuenco añadimos el agua y disolvemos la levadura en ella. Añadimos la harina poco a poco y amasamos hasta obtener una masa lisa y homogénea. Una vez hecha la mezcla inicial, este amasado puede (y casi debe) hacerse con las manos. Dejamos que repose en lugar templado (~25 ºC) hasta que haya duplicado su volumen inicial.
(2) Amasado. Trabajamos el azúcar con la cantidad suficiente de ralladuras de naranja (o limón), hasta humedecerlo, intentando que la ralladura no lleve parte blanca para que no le dé mal sabor a la masa.
En un cuenco u olla formamos un volcán con la harina. En el centro añadimos la leche y las yemas de huevo. Añadimos la masa madre. En un lado el azúcar y la sal, en el otro, la levadura desmigajada, intentando que no entre en contacto directo con la sal ni el azúcar (el azúcar es el alimento de la levadura y ésta dejaría de tener efecto). También podría haberse añadido algún aroma líquido, disminuyendo esa proporción en la leche.
Mezclamos con una cuchara resistente de madera desde el centro. Lo ideal es amasar hasta que absorba todo el huevo y los líquidos, esperando a que se despegue de las paredes, para repetir la operación de amasado después de añadir la mantequilla. Yo, por motivos de tiempo, amaso uno o dos minutos y ya añado la mantequilla.
Una vez añadida la mantequilla amasamos con la cuchara de madera en movimientos circulares hasta que se despegue de las paredes del recipiente. Parece milagroso, pero la masa se despegará de las paredes, es una cuestión de paciencia y práctica. La harina habrá absorbido lo líquidos y asimilado la materia grasa. Este proceso puede durar entre unos 15 minutos o más, dependiendo de si lo hacemos a mano o a máquina. Yo he llegado a estar alguna vez casi media hora. Así conseguimos una masa más fina y con un mejor levado.
(3) Fermentación. Como he dicho al principio de esta receta, podríamos dejar fermentar la masa hasta que duplique su volumen (unas dos horas) o dejarla fermentar durante toda la noche en el frigorífico. Yo prefiero la segunda opción, la masa será más manejable y las fermentaciones lentas mejoran la calidad de las masas con levadura.
Depositamos la masa en un cuenco que cubriremos con película de cocina y la dejamos fermentar toda la noche en el frigorífico. Así puede aguantar dos o tres días, preparándolas según nuestras necesidades y sin tener que freírlos todos a la vez.
Al día siguiente, como la masa es algo pegajosa, tomamos porciones de la masa y la extendemos sobre una superficie generosamente enharinada. Puede enharinarse con ayuda de un colador, se repartirá mejor la harina.
(4) Formación de los bollos Una vez hayamos extendido la masa, algo así como de medio centímetro de espesor, la cortamos en forma circular con un cortapastas del tamaño deseado. Depositamos las piezas sobre una bandeja cubierta con papel de hornear ligeramente enharinada.
De nuevo, dejamos fermentar los bollos hasta que haya duplicado su volumen. Yo los dejo a unos 25-30 º C por un período de unas 2 horas o algo más (salgo a correr, vuelvo, y todo lo demás)
Uno de los principales problemas a los que he tenido que buscar una solución al hacer unos donuts o berlinas es mantener la bonita forma de las piezas después de la fermentación, justo cuanto los voy a llevar a la freidora (cazo con abundante aceite ;-)).
Al retirar la masa de la bandeja, por mucho cuidado que tengamos, dado lo aireados y tiernos que quedan, pierde su simetría y forma muy fácilmente. Para evitarlo, tengo un truco que funciona muy bien: recorto la porción de papel de hornear sobre la que está depositada la pieza, tomo el bollo apoyando mi mano sobre el papel (cogiéndolo con cuidado por la base) e introduzco la pieza en el aceite caliente (160-165º), de modo que el papel se introduzca en el aceite. A los poco segundos el papel se habrá despegado y conservará su forma, hermosa y perfecta forma, pudiendo freírlos con normalidad.
(4) Cocción, fritura. Recortamos el papel sobre el que están depositadas las berlinas, ajustándolo al tamaño de la pieza, y los freímos en un cazo o sartén profunda con abundante aceite de girasol (o de hierbas, uno suave) a unos 160º C. A los pocos segundos se despegará el papel y lo retiraremos.
Hay unos aceites ideales para freír este tipo de bollos que contienen antioxidantes (pueden comprarse en muchos supermercados). Los antioxidantes hacen que no queden tan oscuros y que absorban menos aceite, si bien lo más crítico para que no queden demasiado oscuros es la temperatura del aceite, ayudado por la cantidad de materia grasa/leche. Aun así, cualquier aceite de girasol es bueno y lo más importante es que la temperatura no sea demasiado alta, unos 160ºC o, como mucho, 165ºC. Antes acostumbraba a freírlos a temperatura más alta, 170-175º C, y resultaba muy difícil conseguir que no se oscureciesen demasiado. Si vemos que se ha calentado demasiado el aceite, lo retiramos y seguimos friendo con el cazo fuera del fuego.
La cantidad de aceite debe ser abundante para que floten y no baje bruscamente la temperatura cuando añadamos las berlinas.
Freímos durante unos segundos (¿?) por un lado, le damos la vuelta, esperamos a que hinche y lo volvemos a girar, friéndolo hasta que tenga un todo dorado, no quemado ni demasiado oscuro. Si la temperatura es muy alta, además de quedar tostados, quedarán crudos por dentro. Si la temperatura es baja absorberán mucho aceite en la superficie.
Los escurrimos en papel de cocina (absorben poco aceite) y dejamos que se templen. Los podemos espolvorear con azúcar glasé, chocolate fundido, azúcar+canela, etc.
Si queremos conseguir un glaseado fácil y rápido, herviremos azúcar con la mitad (en peso) de agua hasta conseguir un jarabe ligero (unos 105-110º), retiramos del fuego, añadimos un chorrito de zumo de naranja o vainilla y batimos con un batidor de varillas hasta que tenga un tono pálido, ligeramente blanquecino, y fluido. Pintamos los bollos de inmediato, antes de que se endurezca. Si se endurece el jarabe podemos fundirlo al fuego y/o añadirle un poco de agua.
Then We take Berlin.
Para ver la receta original pasa por http://www.pepinho.com
Tenho esperança ? Não tenho.
Tenho vontade de a ter?
Não sei. Ignoro a que venho,
Quero dormir e esquecer.
Se houvesse um bálsamo da alma,
Que a fizesse sossegar,
Cair numa qualquer calma
Em que, sem sequer pensar,
Pudesse ser toda a vida,
Pensar todo o pensamento -
Então [...]
Fernando Pessoa
En lo trivial, tengo esperanzas. Esperanzas con respecto a la recuperación de este espacio, en lo concerniente a lo que uno puede llegar a esperar de lo mundano (y palpable). Sí, la recuperación está cerca, bajando expectativas todo llega antes. Muchas veces el problema es sólo una cuestión de expectativas, de autoexigencia, de prioridades.
Esta semana ha sido muy dura, pero incluso las grandes rampas de bajada tienen falsos llanos o pequeños repechos.
Cierto es que la frecuencia de publicación sigue sin ser razonablemente aceptable, pero puedo ver muy de cerca esos “brotes verdes” que en términos económicos nacionales parecen ciencia-ficción.
Este mes he estado muy ocupado con la docencia y el poco tiempo libre que me quedada lo he dedicado a un curso (muy interesante, por cierto). Aun así, he conseguido superar el número de entradas/recetas con respecto al año pasado, algo que no era demasiado difícil, por cierto. Esperaba poder acercarme a una receta por semana e ir subiendo mis aspiraciones poco a poco. Lo dejamos para el próximo mes, seguro ;-)
Estamos en un momento en el que, en vez de estar la tecnología al servicio de las personas, somos nostr@s l@s que nos estamos dejando absorber por esto que llaman “las redes sociales”, cada vez más parecidas a un gran mercado de publicidad y autopromoción. Es imposible, salvo que vivamos de ello, mantener actualizados todos los sistemas a los que nos hemos suscrito. ¿Para qué? ¿Para crear mundos ficticios en los que nos sintamos cómodos, valorados o importantes? Es duro decirlo, mas creo que todos esperamos una respuesta a nuestra entrada, a un tweet o a esa publicación del Facebook, una respuesta que haga que no nos sintamos olvidados en este idílico (y falso) entorno. Un “me gusta” o un dedo hacia arriba. Patético.
Berlinas Mickey Mouse |
Descartando aquellas que eran claramente buñuelos, por no usar levadura de panadería (fresca o seca) o porque la densidad de la masa era relativamente fluida, recuerdo los primeros y exitosos donuts, hace ya cinco años, casi seis. A partir de ahí una secuencia indeterminada de bollería frita que unas veces llamaba “berlinas”, “donuts”, “roscos”,… Recuerdo vagamente alguno de ellos, pero poco más. No acostumbro a repetir, prefiero probar técnicas e ingredientes nuevos, intentando refinar al máximo la receta, adaptándola a mis gustos e intereses.
De todas esas recetas, publicadas o no, ésta es la que más veces realizo. En los últimos meses con mayor frecuencia, anotando los detalles de cada prueba y versión para poder escribirlos con la “certeza” que da la práctica.
Me gusta darle mucha importancia al aroma, más que a la apariencia. Acostumbramos a centrarlos en las formas, en las texturas, solemos dejar en un segundo plano lo principal: su sabor. La receta la he titulado como “berlinas de naranja” (¿o limón?), no porque crea que sean dos sabores básicos con los que se deben preparar estar berlinas, no. De hecho, creo haberlas hecho también de vainilla. Mi intención es darle importancia a algo que muchas veces pasa desapercibido al escribir una receta: el aroma. Mis preferidos en bollería son: la vainilla, el limón, la naranja y, en casos particulares, especialmente para añadirle al chocolate, las especias (cardamomo, canela, jengibre,… pimentón picante…).
Para preparaciones saladas en mi cocina no faltan: azafrán en hebras, pimentón de la Vera, pulpa de pimiento choricero, albahaca (¿hay mejor combinación con el tomate?), mejorana, orégano, pimienta, hierbabuena (deliciosa para aderezar carnes, guisantes,…), tomillo, romero… o muchos aromas que también añado en repostería: cardamomo, naranja (el toque especial para salsas como barbacoa, cremas,…), canela en rama (para muchos sofritos), incluso ¡¡¡vainilla!!!, perfecta en las cremas de hortalizas que hago para Teo. Las más frágiles, las que se deterioran y oxidan con mucha facilidad, las tengo en unas pequeñas macetas: albahaca, tomillo o hierbabuena. Lo importante es no excederse y añadir cada una de ellas en pequeñas proporciones al plato adecuado. Tras un primer vistazo podría pensarse que mi cocina es más una botica, el laboratorio de un alquimista o una tienda de especias. El espacio disponible es el principal obstáculo.
Las siguientes son algunas de las motivaciones y porqués de algunos ingredientes básicos que añado a la masa:
- Masa madre o prefermento: ayuda a que la masa tenga un mejor levado y mejore su textura. Además, por llevar leche, azúcar (bastante), sal y materia grasa, es necesario que lleve mayor cantidad de levadura que otro tipo de masas fermentadas.
- Yemas de huevo y mantequilla: hacen que la masa sea más nutritiva ;-) y rica en fósforo; le dan una mayor suavidad y sabor; retienen la humedad, mejorando su conservación.
- Leche: hace que la masa quede más suave; retiene la humedad, mejorando su conservación; aumenta su valor nutritivo (proteínas); le da un color tostado a las berlinas (la lactosa se carameliza cuando se fríe), por lo que hay que controlar la temperatura a la que se fríen.
Desde la primera vez que he hice unas berlinas, por no hablar de donuts, una de las mayores complicaciones con las que me he enfrentado era cómo introducir la masa en el aceite caliente sin deformar los bollos.
Después de la fermentación final la masa queda muy fina y esponjosa, por lo que resulta muy difícil llevarlos al aceite caliente. He visto cómo muchos profesionales dejan fermentar la masa sobre una malla metálica que introducen directamente en el aceite caliente. En casa sólo nos queda dejarla fermentar sobre una superficie generosamente enharinada, intentando no deformarlos demasiado antes de freír.
Para no deshacerlos empleo una técnica que me funciona muy bien. Dejo fermentar los bollos sobre una bandeja cubierta con papel de hornear ligeramente enharinada. Cuando han doblado su volumen, recorto el papel sobre el que se apoya cada uno de los bollos e introduzco las berlinas en el aceite caliente con el trocito de papel adherido. A los pocos segundos el papel se habrá despegado y podemos freírlos con normalidad.
La temperatura a la que se fríen es muy importante para que no queden muy oscuros y perfectamente cocinados en su interior. Antes los freía a unos 170-175 ºC, mas desde hace un tiempo he podido observar que friéndolos a unos 10 ºC menos, 160-165 ºC, no más, se consiguen unos bollos menos oscuros (por la caramelización de la lactosa y los azúcares) y perfectamente hechos por dentro. Si el aceite es suave pero de buena calidad, la absorción de aceite será ínfima.
La juventud, esa enfermedad que diagnosticaba Osar Wilde, en mí no era tal y sí una cura. No es casualidad que sea Harry Haller o que, a medida que me acerco a la fatídica fecha, la nostalgia se apodere de mí.
Es cierto que el tiempo te da sabiduría, pero a deshora. ¿Quién quiere conocer sus errores si ya nada puede cambiar? Es cierto que lo que antes eran problemas ahora no son ni preocupaciones y las preocupaciones han dejado de serlo. Pero, ¿no será el desánimo y el cansancio el causante de esa cura? Es cierto que llega la estabilidad y el dinero, ¿quién lo desea cuando se sabe que ese deseo es dañino y que lo importante y anhelado en la vida no se puede comprar? Es cierto que eres dueño de gran parte de tus actos, mas lo que siempre has deseado era ser el guardián de tus sueños, protegidos celosamente desde la adolescencia.
No tengo miedo a la enfermedad ni a las marcas visibles que deja el paso del tiempo, pero me apena ver que el cuerpo ya no responde del mismo modo a los estímulos y que las heridas del pasado han dejado costra, haciendo más difícil que algunas emociones broten al exterior.
No me gusta ese pragmatismo de los adultos, sobre todo cuando hacen referencia al amor y al bienestar de las personas. Prefiero ser como esos niños y adolescentes a los que todo le afecta. Creo que, en el fondo, son los adultos los que realmente tienen dificultades para ponerse en lugar del prójimo y que, dentro de esa visión sesgada de la realidad que posee un niño, la juventud construye un pequeño ecosistema de empatía y permeabilidad en el que se muestran como realmente son, sin prejuicios (pero con perjuicios).
Ver pasar día a día ante tus ojos ese reflejo de tu juventud acrecienta esa nostalgia y te hace creer que, mientras en ti el paso del tiempo no quiere dejarte, tu entorno bebe de la fuente de la eterna juventud.
Me duele saber que días como hoy, en los que el cansancio se apodera de uno y no tienes las mismas fuerzas que antes para desaparecer paso a paso desplazándote sobre la calzada, la nostalgia que ahora se apodera de ti sea, en parte, consecuencia de esa enfermedad que (dicen) se cura con el tiempo.
Para mí, lo ideal es preparar la masa la noche anterior, dejándola fermentar lentamente en la cámara frigorífica durante toda la noche para prepararlos al mediodía siguiente o cuando se desee.
La fermentación lenta, además de dar una mejor textura a la masa, facilita considerablemente la formación de las piezas.
También puede hacerse por la mañana y prepararlos de un tirón. Son tres fermentaciones: una primera masa inicial (la masa madre), la fermentación de la masa y tras la formación de las berlinas.
Salvo la preparación de la masa madre inicial, como se trata de una masa amasada básicamente con huevo y materias grasas, el amasado debe hacerse con una buena cuchara de madera o (para los que tienen espacio, dinero y ganas) una amasadora. El amasado directo con la mano, sin cuchara, es prácticamente imposible, salvo que modifiquemos la cantidad de harina y, por ello, la receta ;-).
Masa madre
- 3 gr de levadura fresca de panadería.
- 90 gr. de agua mineral
- 135 gr. de harina de fuerza (de pan)
- Masa madre
- 40 gr. de azúcar.
- Ralladura de limón y/o naranja [*]
- 125 gr. de harina de fuerza (de pan).
- 6 gr. de sal (o flor de sal de Ibiza ;-)).
- 60 gr. de yema de huevo (3 unidades)
- 20 gr. de levadura de panadería.
- 15 gr. leche.
- 35 gr. de mantequilla [**]
- (Opcional) Ralladura de una naranja/ ½ vaina de vainilla, las semillas.
[*] El aroma es a gusto, incluida vainilla en polvo, especias (cardamomo, canela,…). Lo mía es sólo una propuesta. Alguna vez he sustituido parte de la leche por agua de azahar, por ejemplo. [**] Puede sustituirse por un 70% de manteca o margarina (si no tomamos productos de origen animal.
(1) (Leed nota inicial de la receta)
Preparación de la masa madre o prefermento. En un cuenco añadimos el agua y disolvemos la levadura en ella. Añadimos la harina poco a poco y amasamos hasta obtener una masa lisa y homogénea. Una vez hecha la mezcla inicial, este amasado puede (y casi debe) hacerse con las manos. Dejamos que repose en lugar templado (~25 ºC) hasta que haya duplicado su volumen inicial.
(2) Amasado. Trabajamos el azúcar con la cantidad suficiente de ralladuras de naranja (o limón), hasta humedecerlo, intentando que la ralladura no lleve parte blanca para que no le dé mal sabor a la masa.
En un cuenco u olla formamos un volcán con la harina. En el centro añadimos la leche y las yemas de huevo. Añadimos la masa madre. En un lado el azúcar y la sal, en el otro, la levadura desmigajada, intentando que no entre en contacto directo con la sal ni el azúcar (el azúcar es el alimento de la levadura y ésta dejaría de tener efecto). También podría haberse añadido algún aroma líquido, disminuyendo esa proporción en la leche.
Mezclamos con una cuchara resistente de madera desde el centro. Lo ideal es amasar hasta que absorba todo el huevo y los líquidos, esperando a que se despegue de las paredes, para repetir la operación de amasado después de añadir la mantequilla. Yo, por motivos de tiempo, amaso uno o dos minutos y ya añado la mantequilla.
Una vez añadida la mantequilla amasamos con la cuchara de madera en movimientos circulares hasta que se despegue de las paredes del recipiente. Parece milagroso, pero la masa se despegará de las paredes, es una cuestión de paciencia y práctica. La harina habrá absorbido lo líquidos y asimilado la materia grasa. Este proceso puede durar entre unos 15 minutos o más, dependiendo de si lo hacemos a mano o a máquina. Yo he llegado a estar alguna vez casi media hora. Así conseguimos una masa más fina y con un mejor levado.
(3) Fermentación. Como he dicho al principio de esta receta, podríamos dejar fermentar la masa hasta que duplique su volumen (unas dos horas) o dejarla fermentar durante toda la noche en el frigorífico. Yo prefiero la segunda opción, la masa será más manejable y las fermentaciones lentas mejoran la calidad de las masas con levadura.
Depositamos la masa en un cuenco que cubriremos con película de cocina y la dejamos fermentar toda la noche en el frigorífico. Así puede aguantar dos o tres días, preparándolas según nuestras necesidades y sin tener que freírlos todos a la vez.
Al día siguiente, como la masa es algo pegajosa, tomamos porciones de la masa y la extendemos sobre una superficie generosamente enharinada. Puede enharinarse con ayuda de un colador, se repartirá mejor la harina.
(4) Formación de los bollos Una vez hayamos extendido la masa, algo así como de medio centímetro de espesor, la cortamos en forma circular con un cortapastas del tamaño deseado. Depositamos las piezas sobre una bandeja cubierta con papel de hornear ligeramente enharinada.
De nuevo, dejamos fermentar los bollos hasta que haya duplicado su volumen. Yo los dejo a unos 25-30 º C por un período de unas 2 horas o algo más (salgo a correr, vuelvo, y todo lo demás)
Uno de los principales problemas a los que he tenido que buscar una solución al hacer unos donuts o berlinas es mantener la bonita forma de las piezas después de la fermentación, justo cuanto los voy a llevar a la freidora (cazo con abundante aceite ;-)).
Al retirar la masa de la bandeja, por mucho cuidado que tengamos, dado lo aireados y tiernos que quedan, pierde su simetría y forma muy fácilmente. Para evitarlo, tengo un truco que funciona muy bien: recorto la porción de papel de hornear sobre la que está depositada la pieza, tomo el bollo apoyando mi mano sobre el papel (cogiéndolo con cuidado por la base) e introduzco la pieza en el aceite caliente (160-165º), de modo que el papel se introduzca en el aceite. A los poco segundos el papel se habrá despegado y conservará su forma, hermosa y perfecta forma, pudiendo freírlos con normalidad.
(4) Cocción, fritura. Recortamos el papel sobre el que están depositadas las berlinas, ajustándolo al tamaño de la pieza, y los freímos en un cazo o sartén profunda con abundante aceite de girasol (o de hierbas, uno suave) a unos 160º C. A los pocos segundos se despegará el papel y lo retiraremos.
Hay unos aceites ideales para freír este tipo de bollos que contienen antioxidantes (pueden comprarse en muchos supermercados). Los antioxidantes hacen que no queden tan oscuros y que absorban menos aceite, si bien lo más crítico para que no queden demasiado oscuros es la temperatura del aceite, ayudado por la cantidad de materia grasa/leche. Aun así, cualquier aceite de girasol es bueno y lo más importante es que la temperatura no sea demasiado alta, unos 160ºC o, como mucho, 165ºC. Antes acostumbraba a freírlos a temperatura más alta, 170-175º C, y resultaba muy difícil conseguir que no se oscureciesen demasiado. Si vemos que se ha calentado demasiado el aceite, lo retiramos y seguimos friendo con el cazo fuera del fuego.
La cantidad de aceite debe ser abundante para que floten y no baje bruscamente la temperatura cuando añadamos las berlinas.
Freímos durante unos segundos (¿?) por un lado, le damos la vuelta, esperamos a que hinche y lo volvemos a girar, friéndolo hasta que tenga un todo dorado, no quemado ni demasiado oscuro. Si la temperatura es muy alta, además de quedar tostados, quedarán crudos por dentro. Si la temperatura es baja absorberán mucho aceite en la superficie.
Si queremos conseguir un glaseado fácil y rápido, herviremos azúcar con la mitad (en peso) de agua hasta conseguir un jarabe ligero (unos 105-110º), retiramos del fuego, añadimos un chorrito de zumo de naranja o vainilla y batimos con un batidor de varillas hasta que tenga un tono pálido, ligeramente blanquecino, y fluido. Pintamos los bollos de inmediato, antes de que se endurezca. Si se endurece el jarabe podemos fundirlo al fuego y/o añadirle un poco de agua.
Then We take Berlin.
Pues claro que hay que tener esperanza. Como dice, es lo último que se pierde. Me ha encantado tu entrada, refleja unos valores muy consolidados y difícil de encontrar en esta nueva sociedad del "me gusta" jaja
ResponderEliminarEn cuanto al poema, me ha sorprendido mucho que lo hubieses puesto...soy una gran fan de Fernando Pessoa, todo lo que escribe tiene un trasfondo increíble.
En lo relativo a las Berlinas...te has lucido! Tienen una pinta magnífica! Tomo nota de la receta para preparar en estas fiestas.
Saludos
Gracias Fani,
ResponderEliminarMe sorprende que te sorprenda que haya puesto un poema de Pessoa, sólo hay que leer en el lateral: “Tudo quanto pensó…” ;-) para imaginarse cuánto me gusta. No me imagino esos versos traducidos, en eso es algo con lo que los gallegos tenemos ventaja, de las pocas cosas…
Por supuesto, también me incluyo entre los que esperan ese “me gusta” o una respuesta apresurada. Como en esta entrada… que me ha llevado al mundo real (de momento).
Gracias.
dedo arriba y hasta emoticono! XD (este también mola, eh??).Me empieza a dar miedo la gente que termina cada frase feis o whats con uno de ellos... Últimamente me alimento de berlinas, y eso q jamás me han gustado. La vida. O.
ResponderEliminarOOOOO!!
ResponderEliminarNi te cuento la de veces que he recargado la página esperando nuevos comentarios y frases agradecidas o la depresión que me ha entrado al ver que, después de 24 horas, sólo ha habido dos comentarios para tirarme de las orejas. Sí que soy "Patético" ;-)
Escribiré 1000 veces: "No me meteré con las redes sociales y me dejaré absorber por ellas…” (aunque sólo sea un poco). Bueno, luego sigo que tengo que escribir 10 tweets y 22 mensajes (¿se llaman así?) en el feisbuk. Además, darle la comida al peque que ya va siendo hora.
Un beso, que parece que esto se muere en la red.
... he entrado en el Facebook y lo primero que he leído es un mensaje en la parte de la derecha que dice: "Queda con madres solteras. Conoce a madres solteras de tu zona que buscan una relación".
ResponderEliminarNada, que me voy a la cocina... que allí la cosa está más templadita.
Pues que me uno una vez más a tu.... lo que sea o como se llame. Triste es poco. Yo sí quiero estabilidad y dinero, jaja. Quien no?.
ResponderEliminarEl otro día estuve haciendo visitas a blogs de esos de fotos desenfocadas, concursos cada mes y miles de seguidores y cientos de comentarios. Me sentí pequeñita, pequeñita. Si yo vine aquí, a este mundo "irreal" a hacerme ver y sólo me ven los 4 de siempre. Me entró una amargura que me dije que a partir de ahora voy a hacer fotos desenfocadas, concursos de todo, hasta me voy a sortear yo y quedadas de esas que nos gustan a los solitarios.
Pero luego dudé................. Es que eso no es lo que me gusta a mi. Mi querer pasar desapercibida pero con cariñosos cariños que vengan a, cariñosamente, darme cariños. Es que estoy falta de ello, qué le vamos a hacer.
Me he quedado enamorada del Pessoa's poem. De las berlinesas sólo puedo decir que antes no se depilaban. Pero las que tú conoces no tienen ni un sólo vellito. Son bellas y se adivinan tiernasssss.
No me enrollo que le voy a dar a 50 me gusta, compartir 50 veces mis fotos y tuitear un monday follower tardío a uno que se hace llamar Harry o Pepe, o Pepinho.
Muacs dulces y ánimo con el festival de navidad que me imagino andarás cosiendo ya el trajecito.
Enharinada,
ResponderEliminarAunque los comentarios no están moderados y todo el mundo tiene total libertad para expresarse según lo desee, si lo detecto, borro de inmediato todos los mensajes que respiran un tono de autopromoción o ponen enlaces a sus blogs. Hay infinidad de empresas y particulares que se encargan de escribir mensajes por el simple hecho de promocionarse. A estas alturas casi todos conocemos los parámetros más importantes de Pagerank de Google, empezando por el número de enlaces a nuestras páginas y visitas. Precisamente por eso, porque no me parece ético, es por lo que he dejado de poner enlaces a mis recetas en foros u otros blogs, así como hablar de lo interesantes que pueden ser otras recetas. Paso a oscuras y me voy.
Por esta vez haré una excepción, aunque sigo pensando (y tú lo sabes) que una (¿gran?) parte de las motivaciones de tu comentario son las de autopromocionar tu blog. Algo muy normal y lógico, por cierto. Sin embargo, hay un fondo de sinceridad en la crítica y, por qué no decirlo, parte de él me ha parecido un pulgar hacia arriba, un “me gusta” (con dudas).
No puedo garantizar que visite tu blog, aun rompiendo las reglas de buen bloguero, pues, como he dicho, hasta ahora tenía ciertas implicaciones que me resultaban poco éticas. Destrozaré mis principios para que esto no desaparezca, pura supervivencia.
Un beso muy sincero.
Gracias por tu comentario, de corazón.
Beeerta!!!!
Te echaba de menos (iba a escribir un más impersonal “se te echaba…”)
Eso me digo yo: “Es que eso no es lo que me gusta a mí”…. Pero me pasa lo que a ti, necesito cierto cariño o afecto, aunque sea virtual. Entre el populismo y la indiferencia hay infinidad de matices. Hace un tiempo, no tanto, llegaban mensajes que percibía más sinceros. Ahora, salvando “las 4 de siempre” (que cada vez aparecéis menos), sólo llegan mensajes para darse a conocer y promocionar sus blogs. La irrupción de las reces sociales ha disipado los comentarios y la gente ya sólo lee por encima, empezando por los correos. Los mensajes y las entradas son directas, breves, como twitter (o enrejados como tweeds).
Sigue pareciéndome patético, pero después de 24 horas y con sólo un comentario me entró cierta dosis de decaimiento, ignorado. Este espacio es de los pocos lugares en los que el ánimo crecía después de las lecturas. Esta vez no sucedió así. Hay pocos que quieren la popularidad, mas nadie quiere pasar inadvertido. Pienso que el antónimo de “amor” es la “indiferencia”.
También es lógico. Si no tengo seguidores en twitter (no sé ni cómo se escribe), exceptuando las “amistades”, no promociono en Facebook, la gente ha dejado de suscribirse a feeds… ¿cómo saber que sigo existiendo? Un grito: ¡AAAAHHHHH!
Creo que tener un blog de (lo que muchos llaman) “éxito” es sencillo. Basta con desear, proponérselo y seguir una serie de reglas muy sencillas. Si quieres te paso “una guía” ;-) (Publicar con asiduidad, entradas no muy cortas ni demasiado extensas, promocionarse en redes sociales, comentar en otros blogs, promoción….). Yo siempre he hecho lo contrario y había llegado hasta dónde quería, pero parece que esto empieza a decrecer (¿o será una impresión tras esta receta y no leer ni un comentario de a Rosita ;-), que siempre está en todo con su tablet?)
Un beso dulce. y 60 "me gusta"
Pepinho
Pepinho, siento de veras que te haya parecido mal mi comentario. No llevo mucho tiempo como bloguera y, por lo que he visto en otros blogs, muchas veces la gente adjunta un enlace a su trabajo.
ResponderEliminarPor cierto, no tengo la más mínima idea de qué es Pangerank (no tienes por qué creerme, pero es la verdad), aunque también te digo que si a alguien que te lee a ti se le ocurre visitarme, me parecerá estupendo porque siempre es bonito que a los demás les interese lo que una escribe. En cualquier caso, este no es mi medio de ganarme la vida, así que la promoción de poco me sirve.
He pasado muchas horas ante tu página copiando recetas y otras tantas en la cocina llevándolas a cabo. He disfrutado del proceso y del resultado y, realmente he sentido, en no pocas ocsiones, que tus textos no respiren un aire más alegre porque la combinación habría sido redonda.
He intentado editar mi comentario para borrar el enlace a mi blog, pero creo que no se puede. No me gustan ni me interesan las polémicas ni los malosentendidos y, como te decía, siento que mi comentario no te haya gustado, por eso te pido que lo edites tú.
Un beso y hasta siempre.
La Rosita estaba comentando anoche (bueno, no, hoy, porque era madrugada) en la entrada anterior, contenta por la conversación de Gloria y de ti, Pepinho. Y no por otra cosa que porque se me abrió la página ahí. No lo entiendo, porque según dice esta entrada, publicaste anoche antes de venir yo.
ResponderEliminarNo tengo mucha idea de lo que comentáis sobre Facebook. No comento en más blog que este, porque es el único en el que me apetece por su carácter de diario personal. Digamos que es en el que la gente sabe "escuchar" (leer). O eso espero. Sí me gusta Twitter porque yo, que no tengo blog y no creo que lo tenga ya, me lo tomo como eso, un sitio donde enseñar las cosas que hago o pienso de cocina, y la verdad es que he encontrado gente maja con la que me gusta hablar a través de ahí; todo eso, como tú haces aquí, pero en pequeñito.
¿De verdad crees que si hubiese visto estas berlinas anoche no las hubiese comentado? ¡Que soy yo! Además, sabes que las masas me encantan. Aunque confieso (ya lo he hecho otras veces) que las frituras no son lo mío. Y eso que me pongo con el termómetro y todo, pero nada, suelo quemarlo todo. Ya probaré eso de bajar la temperatura, que el truco del papel recortado ya lo hice y es una gran idea.
Besos. De verdad.
Rosita!
ResponderEliminarMe pillas organizando el material didáctico de mañana. Sólo lo decía para meterme contigo. Tenía ganas de que aparecieras, porque siempre lo haces y te echaba de menos. No quiero que sea una costumbre ni una obligación, sólo si sale de dentro.
Por un día, si no llega a ser por Fani ;-), me veía escribiendo mensajes en el viento. Además, en la entrada hablaba precisamente sobre ello, cuánto nos gusta una respuesta o un “me gusta”.
Eres de las pocas personas que se han atrevido con todo tipo de recetas, que siempre comentas y siempre de modo agradable. Me sorprendió no leerte ni saber nada de ti (a mí me pasó al contrario, no había leído tu respuesta a la receta anterior).
Un beso muy grande, que tengo que seguir.
Ciao
Uf, qué bien que aparezcas, así no me voy a dormir pensando tontadas. Bueno, ya me has hecho reír y un poco emocionarme (a ver que no confiese que hasta empañada de ojillos).
ResponderEliminarNunca hago nada por cumplir, si hasta tengo fama de borde (creo que injusta, por otra parte). Y este rincón tuyo es lo que más me ha enseñado a cocinar (a mi madre no le gusta), así que me tendrías que echar a empujones para que no me pasase por todos tus platos. Y algo mejor que cocinar, aquí se puede hablar, opinar, reír, llorar, querer...
Ay, más besos. Y descansa, que en unas horas ahí tienes al bajito a tope.
Gracias por tu comentario, Pepinho. Me quedé con muy mal sabor de boca al leer lo que habías escrito, pero me gusta comprobar que esa máxima de "hablando se entiende la gente" sigue siendo válida a estas alturas de la película.
ResponderEliminarTambién te agradezco la pequeña clase sobre el Pagerank, ya que ahora soy un poco más sabia de lo que era ayer.
Un beso
Enharinada
Buenos días Pepinho.
ResponderEliminarEn la soledad de hace años, en un trabajo que mantenía mi boca cerrada y que hacía al tiempo pasar de la forma más lenta posible, te encontré.
Trabajaba en un subsuelo, sin luz natural y con oxigeno de patio interno. Llegaba a casa aburrida y con nada que contar, hasta que me adentré a la vida en pareja y viniendo de una madre como la que tengo, me llevé de tercer inquilino a casa un hobby: cocinar. Entonces fue por eso que comencé a buscar recetas y recetas.
Ahí te encontré como a muchos otros, pero de ti me llevé decenas de recetas impresas que aún conservo. A partir de ahí, de juntar varias cosas que me gustaban quise emprender mi vuelo y atreverme a hacer algo que me llenase los huecos de soledad. Y aunque llevo años, siempre esperas algo, pero cada vez me cuesta más aceptar los comentarios de promoción,los me gusta (aunque a veces he de decir que los utilizo por falta de tiempo)
Ahora mi vida laboral ha cambiado. Estoy en casa como casi 6 millones de personas y creo que tengo cierta manera de poder ganarme la vida con esto (que aún no hago)
Entonces...es cuando perderé mi esencia??? Es un miedo que me ronda...
Saludos y aquí seguiré cada vez que vea una nueva entrada en mi blogroller o como se llame (que puedo asegurar que no tengo ni idea....) Mal empezamos jaja.
Oyeeeee, que no me deja opinar!!! me has bloqueado?? XD!! O.
ResponderEliminarAys, ahora sí, jajajja. Mira que anoche mandé como 3 mensajes desde el móvil y no había manera. A partir del tercero comencé a asustarme,... jijiji.
ResponderEliminarPrometo estar más atenta, y no dejarte a la deriva 24 horas sin decirte nadaaaaaa!!. Pero claro, es que ya nos tienes mal acostumbradas. Recuerdo antes, cuando nos hacíamos las dueñas de tu casa estuvieras o no. Qué tiempos! Besos miles fantástic@s!! O.
Rosita, me enfadaría si tu hubieses enfadado ;-) Creo que contigo se puede bromear. Al final me lie (por qué el chrome me lo pone como falta si es monosílabo) un poco, sólo un poco, y pasé una mala noche. Mea culpa.
ResponderEliminarCuando hago pan pienso en ti. Me imagino que tienes amasadora (no sé si lo has dicho alguna vez), pero, no sé por qué, te veo muy aficionada a la panadería… A ver si no me vuelvo a liar.
Un beso. Felices sueños.
Enharinada, creo que inconscientemente, el cansancio hace que cambie un poco el “tono” de mis comentarios. También mi susceptibilidad. Lo siento (de nuevo). Cuando se escribe es más difícil ajustar las palabras para conseguir el todo adecuado, falta la expresividad del gesto.
Dada la infinidad de mensajes “insinceros”, que diría Pocholo, cuando lleva uno verdadero te entran dudas, salvo que conozca al/a la interlocutor @.
Curiosamente, justo hace unas horas, me llegó un mensaje aséptico a una entrada de “Bollos de queso” que decía (literalmente): “me facinaron tus bollos con lo sabroso que es el pan ami me encanta los preparare.” Después aparecía un enlace a una tienda que nada tenía que ver con la gastronomía. Probablemente esa tienda virtual ha encargado a alguna empresa que mejore su posicionamiento Web. Lo he borrado hace unos minutos. Suelen usar entradas antiguas para pasar desapercibidos y que no se les borre. Así consiguen pasar desapercibidos a mí pero no al Crawler de Google (Googlebot) [perdona por los términos].
Lo que voy a decir sirve para nuestro diálogo y el que he tenido con Rosita. En mi casa, en la de mis padres, siempre se han dicho las cosas (muchas veces antes de dormir), hemos llorado para arreglarlas y tener siempre nuestra conciencia tranquila y la paz necesaria. No sé si se sigue haciendo, quizás no.
Un beso muy grande y gracias por todo. Espero volver a leerte pronto.
María, no creo que nada haga que pierdas tu esencia. Ni el tiempo. El único miedo que tengo, y quizás lo tengan much@s, es la sensación de sentirme utilizado por los grandes gurús de Internet (la gran G, la F y la T) para controlarnos como droga en vena e hipnótico mantra, y así saciar su sed de poder económico, construyendo una “Red” monoteísta, explotadora y en la que todos somos como los ratones (y niños) del Flautista de Hamelin.
Gracias y muchas fuerza para seguir adelante.
Un beso.
OOOOOO,
Tú no opinas, participas. Te he “baneado” por unas horas ;-), que la cosa estaba seria y no necesitábamos ni un ápice de sentido del humor.
No te preocupes, cuando publique te daré un “toque” en el móvil o un “uasá”. Me llega un “besos mil” de esos de vez en cuando.
Besos 2000.
Me gusta y lo practico, eso de hablar las cosas, que si no o se enquistan o dan lugar a malentendidos. ¡Y no! :) ¡No me enfadé nada! Sólo me preocupaba que pensaras que pasaba de mi recreo aquí. Y, ¡y tanto que se puede bromear! Es como mejor se pueden decir las cosas, hasta algunas de serias. (Bueno, ahora tampoco te pases... :) )
ResponderEliminar"Cuando hago pan pienso en ti"... ¿A que me lo enmarco? Sí tengo amasadora, y muchas veces también amaso a mano. Las masas muy enriquecidas, no. Te admiro al hacerlas así.
Ostras, me he perdido con esos términos de Internet. Y de esos gurús que utilizan. ¿Cómo? Y, ¿no se puede evitar? Y lo de esos comentarios trampa... Indignante. Vaya, yo me cabrearía mucho. Creo que en cultura internáutica estoy bastante pez, pero a veces intuyo cosas que no molan, cierto. Supongo que no se puede contar abiertamente, pero me quedo intrigada. :-)
Abcdef...antásticos!
BESOS.
#nosinmiuasá #esoesasí. Peeeero, estoy en pleno proceso de desenganche, juro! Hasta consigo estar 4 horas sin. Eso sí, me pongo de un humor de perros, ajja, como si me quitaran el chocolate. Ale, voy con los trabajos, que tengo la semana "libre" (juas, juas, juas) y hay q aprovechar, q en dic me viene uno muuuuy duro que valdrá 5 puntos, la mitad de la asignatura. Por cierto, no sé si te dije que al final "nos pusieron" la nota máxima en el de cine el curso pasado. Ahora acabo de terminar uno de Hª Música sobre Ismael. Que esté vivo ha entorpecido un poco la tarea, la verdad (XD!!), pq he encontrado muy poca bibliografía y he trabajado casi todo con la info en red, aunque el trabajo de campo era "gimnasia auditiva" con las canciones seleccionadas. Lo he disfrutado mil, que al final es a lo que he venido yo a la uni, no?. Besos 3000. O.
ResponderEliminarpd.: ahora en serio, puedes mandar avisos al mail de nuevas entradas?? Vale, sé que puedes, pero.... lo harás??
Feliz día de la Constitución!!
ResponderEliminarBueno, va, feliz puente para los que lo podéis disfrutar.
Que como no está el patrón, he ido a investigar en el blog del comentario anterior. A ver, se nota, se siente que lo de tomar prestado fotos es filosofía de vida de la editora del mismo. No es posible que en 4 fotos de la selva negra las capas sean distintas. Anyway...
Me gusta venir por aquí. Y ese gusta es del verbo "encontrar, mimar, sentir, acercar, transmitir, compartir, vivir". Así que pienso seguir gustando de voçè.
Muacs dulces
Rosita, acabaré por comprarme una amasadora. Llevo 4 ó 5 ensaimadas en un mes y pico (no hago más que pruebas y más pruebas con huevos, prefermentos de todo tipo, materias grasas,… en busca del punto perfecto) y muchas veces estoy media hora dale que dale con la cuchara de madera hasta llegar al cansino “que se despegue de las paredes…”. Tendría que dejarla en la “bodega” y subirla de vez en cuando… No, no lo haré. Este mes rompí una cuchara de madera de tanto girar y girar. ¡Y eso que viene el mes de los panettones! Haré un poco de brazo, que me hace falta.
ResponderEliminarUn beso.
OOOOOh!, yo ando muy mal de “uasás”, mal, mal. Sólo de vez en cuando me llega uno del grupo de amigos de Teo y, cada vez menos, de mi familia. Lo he usado para comunicarme (enviar fotos) cuando nos vamos de viaje, pero poco más.
Yo uso más el correo electrónico, que se llena de correo basura, suscripciones y alertas a las que me cuesta darme de baja. Es una cuestión de “amistades”. Yo prácticamente no me relaciono con nadie más que con Teo, sin “prácticamente”. Con M me cruzo de vez en cuando, justo cuando llega del trabajo y aprovecho para salir a correr, también los fines de semana. Mi vida social es Teo y sólo Teo, desde que se levanta hasta que me acuesto (“se” levanta, “me” acuesto).
Es increíble la facilidad que tenéis para relacionaros y conservar las amistades. Siempre he pensado que estarían ahí de por vida y las he perdido, no las he alimentado, sólo la familia. M (todavía) se relaciona mucho, va a cenas de vez en cuando (dos el fin de semana pasado) o queda con sus amigas. Tiene un par de círculos de amistades muy arraigados. Yo, ni al cine. En el trabajo no tengo ni tiempo para charlar, siempre corriendo por los pasillos o yendo a la cafetería a comprar “chuches” (necesito azúcar cuando estoy de bajón o me quedo sin energía).
Me pregunto, siendo seres “sociales”, que me queda a mí de mi interacción con la sociedad. Quizás sólo el blog. La timidez y el rechazo a las reuniones sociales tampoco ayuda nada.
No puedo enviar “avisos”. Sólo se pueden “recibir” avisos bajo demanda del usuario. Para eso están las suscripciones a feeds (RSS), a las redes,… Ya quisiera yo, para empezar tendría que conocer números de teléfono…
¿Lo harás? Me suena a un capítulo de “Fanboy y Chum Chum”: Oz –“ Con le que cuesta este juguete podría enviaros a la Universidad”. Fanboy – “¡Pero no lo harás!, ¡Verdad, Oz!, ¡No harás eso!”
Besos 2001, muy “espacial”
...
Hola! No me molesta para nada que borres el comentario, al contrario! Bueeeno, como has dicho ayer, hoy es un día en el que al final a salido el sol y como acompañando esa mañana soleada, jijiji, no se porqué me levanté con unas ganas inmensas de hacer pan, busqué mi cuadernito de recetas y en ello estoy... a ver que sale, jejeje! Un besote para ti y tus lectores!
ResponderEliminar¿Has dicho uasás del grupo de amigos de Teo? Flipo!! jajjaja. Hoy he estado más de 12h sin él, pero claro, a estas horas ya la gente vuelve, te cuenta, en fín... que me lían. Si no fuera por msn y whats, yo no sabría naaaada de nadie ya, ni buscaríamos excusa para vernos. En fin. Que bien utilizadas, son un cordón umbilical precioso, o así vivo yo las redes sociales. Por no hablar de este "nuestro" blog... ¿cuántos años van ya posteando aquí?. O.
ResponderEliminarSí que te haces derrogar, es verdad que menos que el año pasado, pero muchooo más que los anteriores: falta de tiempo; muchos vivimos en una perenne falta de tiempo, incluso cuando tenemos tiempo, falta tiempo de todas las cosas que se quieren hacer, ver , leer...Terrible: vida sólo hay una, y va al galope ( aquí, pescozón: el que está sufriendo, tendrá una vida relentizada y eterna.
ResponderEliminarA veces me pregunto sí es sólo falta de tiempo o de ganas, por cocinar, por compartir. A mí me pasa ( no comparto mucho, no soy muy original, pero copio bastante), pero no se nota precisamente porque no publico.
Pero te agradezco que tú lo hagas. A veces los "lectores" no sabemos mucho que decir ( no me convence como feedback, lo del dedo arriba): hoy esto que escribo.
PD: hace tiempo (¡en el 2009!) hice la tarta de queso chocolate y naranja. He querido repetir, pero no localizo el concentrado de zumo. Imagino que acabaré probando con zumo normal.
Abrazos.
... Y he leído todo lo que decís de google, plagios, etc.
ResponderEliminarBicos.
Pues nada, aquí, echándome una vueltita por "nuestro blog", como dice O..
ResponderEliminarOs cuento que, como cada año, estoy haciendo los mantecados de almendra del señor casero, y que, como acaban de salir y están de mírame y no me toques, no veo la hora de echarles mano. :-)
Pepinho, si haces panettone (imagino que sí por lo que cuentas), nos pondrás aunque sea la foto, ¿no?
Yo también he roto alguna cuchara de madera, sí.
Mola ver que están volviendo más antiguos asiduos (o asiduas, más bien) por aquí.
¡Besos!
HOY HE ENTRENADO CON MARTA FERNÁNDEZ DE CASTRO!!! #sinotelocuentoREVIENTO!!!. Besos mil!!!!O.
ResponderEliminarExámenes, eso ha pasado. Ya se sabe, una semana más…
ResponderEliminarGarbis Galliano, otra G, Gracias.
OOOOOOOO, Flipo! No me he explicado bien: para contactar con l@s mamás (normalmente) de l@s amig@s de Teo. Un “estamos en el parque…”. Aun así, creo que el último lo he recibido hace dos semanas (o más). Hoy un alumno me envió uno (mal asunto que tengan mi móvil, pero fue necesario para contactar conmigo durante las prácticas) para avisarme de la entrega de una documentación… Por lo demás, sin amig@s no se puede ser adicto a la comunicación.
Mi amigo es Teo. Hoy le he dicho que iba a dejar de ser su amigo como se portase mal y se puso a llorar. Le di un abrazo y mil besos. De inmediato me di cuenta que, sin quererlo, había sido un comentario muy cruel por mi parte.
No controlo de segundos apellidos, pero si me pasa a mí lo que a ti #locuentoparapresumirdeello ;-) ¡Qué suerte! Define “CON”.
Besos 2013
(...) sigo
(... continúo...)
ResponderEliminarNémesis, tienes mucha razón. Todavía me queda mucho para la recuperación, pero tengo la sensación de que llegan los brotes verdes. Esta semana, por exámenes, me he tenido que tragar la intención, pero sé que la recuperación llegará muy pronto.
Hoy ha sido un día muy ajetreado. Después de preparar el primer plato para la comida de hoy y manualidades navideñas del cole de Teo a últimas horas de la noche, me levanté (como todos los días) para atender la llamada de Teo durante la noche (sé que no lo debería acostumbrar, pero no puedo evitarlo). Me levanté a las 6:50, le di el desayuno (con prisas), lo vestí y lo llevé al cole en sesión de “madrugadores”. Después, clases y esfuerzo no correspondido.
Vuelta a casa con prisas para correr un poco (es jueves, salgo antes y M trabaja por la tarde) antes de recoger a Teo. Diluviaba, llegué empapado pese a que fue muy poco tiempo. Lo recogí corriendo, nos mojamos y llegamos con ganas quitarnos la mojadura. Preparé la comida, lo que faltaba. Llegó M, le dio la comida mientras yo terminaba su plato. Ella se fue a trabajar y, después de recoger a Teo de su breve sesión de inglés, estuve simultaneando las tareas personales con el juego. Le di la merienda, la cena, lo bañé y lo acosté. Le conté un cuento y se quedó dormido.
Cuando se quedó dormido, llegó M y se fue a aerobic. Me quedé preparando más exámenes y corrigiendo. Mañana hay 4 horas (y pico) de examen. M llegó a las 22:30. Yo seguía. Había adelantado la cena pero me olvidé de ello, estaba muy concentrado en el trabajo y no me acerqué a la cocina. Se había quedado a tomar algo con las amigas y no tenía demasiada hambre.
Es tarde. He pensado que era el momento de responder a algún mensaje del blog, venciendo al sueño.
Pese a todo, sé que llegarán los brotes verdes muy pronto.
PD: anteayer me quedé dormido en el coche, de vuelta al trabajo, mientras bajaba la rampa del garaje…
(...) Sigo
(...) Cuando me emociona una receta no puedo dejar de contarla. Me lío demasiado y se hace eterna la publicación. Sorry,
ResponderEliminarAbrazos… Nemesis
Rosita,
Sí, hago panettones con masa madre natural (como tú) pero creo que este año me conformaré con un poolish y así pruebo qué tal queda. Con masa madre normal también quedaban decentes.
Cansado de buscar un molde para panettone, cierto día opté por hacerlo en latas de todo tipo y tamaños (botes de leche en polvo, cacao en polvo,…). Hasta creo que quedan más divertidos. Lo que no he encontrado es el papel decorativo, uso papel de hornear.
Lo demás supongo que será igual: masa madre natural (si se puede), mucha yema de huevo, aromas a rabiar, doble amasado y fermentación (+1), abundante materia grasa (mantequilla) y una noche boca abajo para afianzar la materia grasa.
Había pensado hacer un repositorio de recetas navideñas antes de que sea demasiado tarde. Veremos si los exámenes me dejan cumplirlo.
Un beso, que es muy tarde (para todo lo que me queda).
¡¡¡¡Besos!!!!!
PD: es bonito volver a leeros con relativa frecuencia.
¿Latas? Pues el otro día estaba pensando en pedir una superlata de tomate o algo así a algún cocinero profesional para hacer un kulich, que vi unas recetas y me enamoró. Es más alto que un panettone, como un pandoro. Los papeles de panettone, ahora por aquí aún se encuentran, pero hasta hace un par de años, nones. Así que se los gorreo a un pastelero amigo.
ResponderEliminarFaaaaantásticos, los mantecados.
Ñam...
:-)
¿Latas? Pues el otro día estaba pensando en pedir una superlata de tomate o algo así a algún cocinero profesional para hacer un kulich, que vi unas recetas y me enamoró. Es más alto que un panettone, como un pandoro. Los papeles de panettone, ahora por aquí aún se encuentran, pero hasta hace un par de años, nones. Así que se los gorreo a un pastelero amigo.
ResponderEliminarFaaaaantásticos, los mantecados.
Ñam...
:-)
pues.... ella corría, y yo la seguía, jajajaj. Fue un entrenamiento colectivo muy divertido, aunque por cuestiones de tiempo y físicas no pude acabarlo y falté a la sesión final de estiramientos, pero disfruté mucho la mini-clase técnica que nos dio tras el calentamiento. #chinchayrabiaaaa!!! ;0)
ResponderEliminarMe encanta Pessoa, siempre me ha gustado esa frase que tienes en el blog.
ResponderEliminarMira niño mio vine todas estas veces y mas veces al post anterior y comentaba pero nadie me decia nada.
Despues he estado como loca, que queires que te diga, murió mi perro (hace justo dos semanas) estaba enfermo pero bien lo llevamos a una operación y la doctora dijo que teniamos que dormirlo, fue super doloros el Rex tenía con nosotros 10 años desde chiquito, lo adopté apenas llegó, venía desnutrido estaba como abandonado y lo sacamos adelante fue un perro precioso hasta que se enfermó los ultimos diias solo queria estar conmigo. Bueno en fin, Es dificil.
No es falta de cariños que no he venido tenme fe, es que a veces no puedo, he estado con muchísimos trabajo, pero siempre te extraño y es un gusto leerte, y me encantan las berlinas, aqui decimos berlines no se porque y me fascinan, un abrazo y besoso, Y cuando estes triste piensa en que te queremos mucho. besos
Pepinho jamas le digas a teo eso de que no seras su amigo, porfa el es MUY sensible y es tan amoroso y realmente es tu amigo te lo he dicho siempre.
ResponderEliminarY la Rosita te he echado de menos!
Hice un post sobre los niños que mataron en USA me afectó muchísimo no lo podía creer aun no lo creo. besos y muchos para Teo.xx
¡Qué gusto verte por aquí, querida Gloria! Y tienes razón, que hace tiempo que no me paso por tu "casa" y seguro que me he perdido un montón de cosas ricas. Regáñame (pero poquito). :-)
EliminarQué pena lo de tu perro. A mí pasó hace pocos años, y los primeros tiempos cuesta estar sin su compañía. Después te queda un lindo recuerdo. En casa el nuestro sale en algunas conversaciones, y nos echamos unas risas con sus gamberradas. Es como una muestra de agradecimiento/homenaje a esos grandes compañeros.
Terrible lo de los niños, sí, y esa gente que dice que eso no pasaría si los profesores fuesen armados, también. Uf. Horror.
Muchos besos. A todos.
mmmm que no se diga que no vengo, besoossss:)
ResponderEliminarA PRINCIPIOS DE AÑO DESCUBRI ESTA PAGINA Y ESTOY TOTALMENTE ENGANCHADA POR TODO...RECETAS, VALORES.ME HA RSULTADO DE UNA GRAN AYUDA EN MI VIDA PERSONAL. SOLO QUERIA AGRADECER EL PODER DISFRUTAR DE ELLA Y DESEAR UNA FELIZ NAVIDAD. GRACIAS POR SE TAN HUMANO.
ResponderEliminarGloria, tuvimos que "dormir" a F en junio 2011. En diciembre hubiera cumplido 19 años. Fui incapaz de estar allí. En sept. de ese año conseguí a C, compañero ocasional de running y mi consentido oficial, pero el hueco de cada uno de mis perros, es de cada uno de ellos, irreparable. Lo siento mucho. Abrazo transoceánico para tí!!!
ResponderEliminarPara todos los demás, feliz Navidad. Yo seré un año más vieja en Nochebuena, pero también seré un año más sabia pq este año he dado un curso intensivo de amigo-decepción. A ver si con suerte soy capaz de sacarle lo positivo a tanto dolor gratuito. Seguro que sí. Al menos de momento lo positivo es q ya está fuera de mi vida, de mi tf, de mi whats, de mi mail.... Ya es un paso. Besos miles!. O.
Gracias Olga Y rosita, Feliz navidad, si es verdad aún no me acostumbro a que no está el Rex, es muy dificil era el primero que veia en la mañana y en el inveierno cuando estaba escribiendo en el computador se acostaba al lado mio, aah asi es la vida, Un abrazo, gloria
ResponderEliminarD. Pepinho... MIL gracias por su blog. Llevo siguiéndolo desde hace varios años e incluso había épocas que miraba todas las semanas a ver si había entradas nuevas, pero con poca suerte muchas veces :) He realizado esta misma receta de berlinas quedando simplemente espectaculares. Muchas gracias por sus artículos y su buen hacer.
ResponderEliminarUn saludo.