El tiempo perdido nunca se encuentra
Ha llegado el momento de ser sencillo. Para mí, en la mayoría de los casos, lo sencillo suele ser el mejor camino para llegar a cualquier destino. Si el camino es complejo o enredado, algo falla, pues el camino suele ser lo realmente importante en esta vida. El fin ya está escrito. La muerte.
A veces, mi obsesión por disfrutar de la preparación y la creatividad de los platos me ha llevado a ricos platos pero demasiado elaborados para estos tiempos de vida tras las rejas móviles en las que nos encierran las manecillas del reloj. Una de las peores decisiones que he tomado en mi vida, aunque obligada y necesaria, ha sido la de llevar reloj. Hasta lo noto cuando corro con GPS, instintivamente te obsesionas con el tiempo y disfrutas mucho menos de la carrera, aunque entrenes más (y mejor).
Me encantan los bizcochos con cítricos, limón, naranja o lima, algunos de los cuales ya he publicado. No recuerdo si he publicado “mi” bizcocho de limón, aunque sí recuerdo haber publicado hace mucho uno de naranja u otro jugoso de limón. En cakes sé que he publicado mayor variedad, tal vez porque resultan más ¿profesionales? y más duraderos, ideales para llevar de viaje o conservarse muchos días en perfecto estado. Éste que presento es uno de los que más preparo últimamente, un cake con personalidad de bizcocho.
Como digo en el preámbulo de la receta: “El cake es un postre que suele llevar mucha mantequilla. En este caso he disminuido considerablemente la cantidad de mantequilla y he añadido un poco de nata líquida para darle mayor ligereza al bizcocho….”
La técnica más usual de preparar un cake es montar la mantequilla (abundante) con el azúcar para seguir montando la mezcla añadiendo los huevos uno a uno. Así se consigue un bizcocho denso y duradero, pues la materia grasa dificulta la oxidación y pérdida de humedad de la masa. En este caso, por llevar menor cantidad de mantequilla, ésta, la mantequilla, podría tanto montarse con el azúcar u optar por fundida para facilitar su incorporación y darle mayor ligereza. Sé que la última vez la monté con el azúcar pero creo recordar que la mayor parte de las veces la he añadido derretida. Para ver la receta original pasa por http://www.pepinho.com
El resultado es un cake ligero que incluso podría hacerse en un molde de bizcocho. La densidad obtenida está a medio camino entre un denso cake de sabor intenso y un bizcocho jugoso. Pese a todo, es importante no obsesionarse con la esponjosidad y sí con su sabor, controlando y reforzando al máximo el aroma a limón.
Personalmente, siempre prefiero mojarlos en algún jarabe una vez cocinados, así incrementamos su frescura y sabor, aunque muchas veces el primer bocado lo dé cuando el bizcocho, todavía caliente, no ha sido bañado en ningún tipo de sirope. Un problema de fuerza de voluntad.
Por último, quisiera hacer una puntualización sobre dos ingredientes: la harina y el impulsor (también llamados polvos de hornear o levadura química). Para los bizcochos es importante que se trate de una harina fina y suave, especialmente confeccionada para ellos. Hasta ahora, a la harina ideal para bizcochos se le solía denominar “harina de repostería”, “harina fina”, “harina para bizcochos”, “cake flour”… Sin embargo, para confundirnos todavía más, la mayor productora de harinas de este estado (Spain) ha decido denominar a la harina de fuerza, rica en gluten e idónea para la preparación de pan u otro tipo de masas fermentadas, como “harina de repostería”. Un verdadero embrollo, la antítesis de la nomenclatura inicial.
Ahora, por lo menos en dónde yo vivo, resulta casi imposible encontrar la harina “especial” para bizcochos a no ser que sea con levadura química incorporada. Por lo que, o usamos harina de propósito general o compramos la harina con la levadura química ya incluida. La segunda opción podría ser la mejor para la mayoría de los casos.
Un neófito podría pensar que añadiendo mayor cantidad de impulsor (polvos de hornear, levadura química…) a la harina conseguiremos un bizcocho más esponjoso y suave. Al contario, existe un porcentaje de levadura química idóneo, normalmente indicado en el envase, por lo que añadiendo mayor cantidad de impulsor sólo conseguiremos que el bizcocho se desmorone (la cantidad de harina no es suficiente para sostener el gas generado) y un desagradable sabor a levadura (una acidez y sabores muy ásperos). Si se duda de la cantidad adecuada, la mejor opción podría ser comprar la harina con “levadura” química ya incorporada (self-raising flour, que dicen en inglés).
(Nota: no sé por qué ha aparecido este párrafo, quizás haya sido un apretón de una idea que surgió en un momento o un comentario en la agenda de Teo. He decidido no borrarloy conservarlo aquí):
“Cuando un niño duerme o sonríe, el mundo se para a los ojos de sus padres. Tras esa aparente pureza que sólo ellos pueden romper están escritas con letras de fuego las bondades, alegrías y desgracias de una vida.
Ese camino indescifrable será para él una aventura y para ellos un mar de dudas. Si difícil es ser padre o madre, más lo es se niño.”
Un archivo en el escritorio.
- Supongo que lo superarás con el tiempo.
- Eso espero.
- Por favor, ¡no lo dé por perdido!, ¡no lo dé por perdido...!
- A veces, cuando nos enfrentamos a nuestros miedos, se desvanecen.
- Te han dicho nos psiquiatras de ese centro que tu madre no ha sabido educarte... (...)
Si me equivoqué dímelo, espero que no me odies por eso... (...)
- Te quiero, mamá.
- Eso espero.
- Al nacer todos nos enfrentamos a los mismos riesgos.
- Dime, ¿eres feliz?
- Pues, supongo, no me lo pregunto demasiado...
-La vida da muchas vueltas... eh
-Sí, sí que las da.
-Espero que seas muy feliz.
-Tampoco me lo planteo demasiado.
-Hay que aceptar "lo que viene" (...)
-J, me he alegrado mucho de verte.
-Gracias, B (...)
- ¿Sigues enamorada de él'
Aunque ya nada pueda devolver la hora...
Cake de limón
El cake es un postre que suele llevar mucha mantequilla. En este caso he disminuido considerablemente la cantidad de mantequilla y añadido un poco de nata líquida para darle mayor ligereza al bizcocho. Además, lleva bastante azúcar, por lo que el jarabe con el que se moje no nocesita ser muy dulce, sólo no necesario (ya a gusto)
(1) Precalentamos el horno a unos 180 º C. Engrasamos y enharinamos las paredes de un molde para cake, aunque también podemos hacerlo en un molde circular, como si se tratase de un bizcocho. Otro modo todavía más sencillo que facilitará desmoldar el cake es cubrir el molde con papel de hornear, así lo hago muchas veces.
Andes de empezar con el postre, fundimos la mantequilla para que no esté demasiado caliente en el momento de incorporarla. Ojo, fundid más cantidad de la indicada y pesad la cantidad exacta en el momento de añadirla.
Los cakes tradicionales acostumbran a llevar más mantequilla y a montarla con el azúcar. Al añadir menor cantidad y fundirla conseguimos un cake más ligero, entre un bizcocho y un cake clásico, dándolo más valor a los aromas del limón. En cualquier caso, alguna vez lo he hecho sin fundir la mantequilla y montándola con el azúcar.
(2) Mezclamos la harina con la levadura química y la sal (Importante: no penséis que cuánto más levadura química mejor, al contrario, lo único que conseguiremos es darle un sabor ácido desagradable y que el postre se desmorone al retirarlo del horno. Si se usa harina con levadura no debe añadirse más). Reservamos.
En un cuenco u olla mediana añadimos el azúcar y la ralladura de los dos limones, intentando que no lleve parte blanca. La parte blanca le da un toque demasiado áspero y agrio. Trabajamos la ralladuras con el azúcar hasta humedecerlo, así le daremos más sabor.
Añadimos los huevos al azúcar aromatizado y montamos la mezcla con un batidor eléctrico de varillas hasta blanquear y que haya crecido considerablemente, como mínimo doblar su volumen inicial.
Añadimos la nata, mezclando delicadamente, la mantequilla y la mezcla de harina, cuidando que no se formen grumos. Si fuese necesario volveríamos a batir un poco la mezcla para que no queden grumos.
(3) Introducimos la mezcla en el monde, dándole un ligero golpe para alisar la superficie, e introducimos en el horno precalentado a unos 180ºC. La temperatura y tiempo de cocción dependen mucho del molde empleado. Lo importante es no abrir la puerta para que no se baje y pinchar el molde para comprobar la cocción cuando veamos que tenga aspecto de estar ya hecho.
Si es un molde de cake, mi preferido en este caso, lo horneamos a 180ºC durante unos 12 minutos, momento en el que bajaremos la temperatura hasta unos 155ºC, y horneamos durante unos 30 minutos más (total de 40-45 min, aproximadamente), hasta que al pinchar con un cuchillo, brocheta o palillo en el centro del cake salga limpio. También puede hornearse a unos 170º C durante un período ligeramente inferior a una hora.
Para un molde circular para preparar bizcocho, no cake, no es necesario bajar la temperatura, pues el bizcocho es más plano y se hace más fácilmente en el interior. Con unos 35-45 min puede ser suficiente.
Retiramos del horno y procedemos a mojar el bizcocho en el jarabe que indico a continuación.
El cake está mejor después de haberlo guardado en el frigorífico envuelto en película de cocina un mínimo de 24 horas.
Jarabe al limón/ron
(1) Hervimos el agua con el azúcar. Cuando el azúcar se haya disuelto, retiramos el jarabe del fuego y añadimos el zumo de limón (si van a tomarlo niños) o ron (para mí mucho mejor ;-)). Guardamos en el frigorífico hasta el momento de usar si no lo vamos a usar de inmediato.
Con el cake todavía caliente, con ayuda de un pincel mojamos el bizcocho generosamente, intentando que se impregne todo el cake. Envolvemos en película de cocina y guardamos en el frigorífico hasta el momento de degustar, como mínimo de un día para otro.
También podemos glasearlo con una mezcla de azúcar polvo (150 gr) con la cantidad suficiente de zumo de limón y/o ron. Le dará un toque delicioso a la superficie del cake.
Antes de tomarlo lo retiraremos del frigorífico (¿una hora?) para que no esté demasiado frío.
Rico, uno de los preferidos de M.
Ha llegado el momento de ser sencillo. Para mí, en la mayoría de los casos, lo sencillo suele ser el mejor camino para llegar a cualquier destino. Si el camino es complejo o enredado, algo falla, pues el camino suele ser lo realmente importante en esta vida. El fin ya está escrito. La muerte.
A veces, mi obsesión por disfrutar de la preparación y la creatividad de los platos me ha llevado a ricos platos pero demasiado elaborados para estos tiempos de vida tras las rejas móviles en las que nos encierran las manecillas del reloj. Una de las peores decisiones que he tomado en mi vida, aunque obligada y necesaria, ha sido la de llevar reloj. Hasta lo noto cuando corro con GPS, instintivamente te obsesionas con el tiempo y disfrutas mucho menos de la carrera, aunque entrenes más (y mejor).
Me encantan los bizcochos con cítricos, limón, naranja o lima, algunos de los cuales ya he publicado. No recuerdo si he publicado “mi” bizcocho de limón, aunque sí recuerdo haber publicado hace mucho uno de naranja u otro jugoso de limón. En cakes sé que he publicado mayor variedad, tal vez porque resultan más ¿profesionales? y más duraderos, ideales para llevar de viaje o conservarse muchos días en perfecto estado. Éste que presento es uno de los que más preparo últimamente, un cake con personalidad de bizcocho.
Como digo en el preámbulo de la receta: “El cake es un postre que suele llevar mucha mantequilla. En este caso he disminuido considerablemente la cantidad de mantequilla y he añadido un poco de nata líquida para darle mayor ligereza al bizcocho….”
La técnica más usual de preparar un cake es montar la mantequilla (abundante) con el azúcar para seguir montando la mezcla añadiendo los huevos uno a uno. Así se consigue un bizcocho denso y duradero, pues la materia grasa dificulta la oxidación y pérdida de humedad de la masa. En este caso, por llevar menor cantidad de mantequilla, ésta, la mantequilla, podría tanto montarse con el azúcar u optar por fundida para facilitar su incorporación y darle mayor ligereza. Sé que la última vez la monté con el azúcar pero creo recordar que la mayor parte de las veces la he añadido derretida. Para ver la receta original pasa por http://www.pepinho.com
El resultado es un cake ligero que incluso podría hacerse en un molde de bizcocho. La densidad obtenida está a medio camino entre un denso cake de sabor intenso y un bizcocho jugoso. Pese a todo, es importante no obsesionarse con la esponjosidad y sí con su sabor, controlando y reforzando al máximo el aroma a limón.
Personalmente, siempre prefiero mojarlos en algún jarabe una vez cocinados, así incrementamos su frescura y sabor, aunque muchas veces el primer bocado lo dé cuando el bizcocho, todavía caliente, no ha sido bañado en ningún tipo de sirope. Un problema de fuerza de voluntad.
Por último, quisiera hacer una puntualización sobre dos ingredientes: la harina y el impulsor (también llamados polvos de hornear o levadura química). Para los bizcochos es importante que se trate de una harina fina y suave, especialmente confeccionada para ellos. Hasta ahora, a la harina ideal para bizcochos se le solía denominar “harina de repostería”, “harina fina”, “harina para bizcochos”, “cake flour”… Sin embargo, para confundirnos todavía más, la mayor productora de harinas de este estado (Spain) ha decido denominar a la harina de fuerza, rica en gluten e idónea para la preparación de pan u otro tipo de masas fermentadas, como “harina de repostería”. Un verdadero embrollo, la antítesis de la nomenclatura inicial.
Ahora, por lo menos en dónde yo vivo, resulta casi imposible encontrar la harina “especial” para bizcochos a no ser que sea con levadura química incorporada. Por lo que, o usamos harina de propósito general o compramos la harina con la levadura química ya incluida. La segunda opción podría ser la mejor para la mayoría de los casos.
Un neófito podría pensar que añadiendo mayor cantidad de impulsor (polvos de hornear, levadura química…) a la harina conseguiremos un bizcocho más esponjoso y suave. Al contario, existe un porcentaje de levadura química idóneo, normalmente indicado en el envase, por lo que añadiendo mayor cantidad de impulsor sólo conseguiremos que el bizcocho se desmorone (la cantidad de harina no es suficiente para sostener el gas generado) y un desagradable sabor a levadura (una acidez y sabores muy ásperos). Si se duda de la cantidad adecuada, la mejor opción podría ser comprar la harina con “levadura” química ya incorporada (self-raising flour, que dicen en inglés).
(Nota: no sé por qué ha aparecido este párrafo, quizás haya sido un apretón de una idea que surgió en un momento o un comentario en la agenda de Teo. He decidido no borrarloy conservarlo aquí):
“Cuando un niño duerme o sonríe, el mundo se para a los ojos de sus padres. Tras esa aparente pureza que sólo ellos pueden romper están escritas con letras de fuego las bondades, alegrías y desgracias de una vida.
Ese camino indescifrable será para él una aventura y para ellos un mar de dudas. Si difícil es ser padre o madre, más lo es se niño.”
Un archivo en el escritorio.
- Supongo que lo superarás con el tiempo.
- Eso espero.
- Por favor, ¡no lo dé por perdido!, ¡no lo dé por perdido...!
- A veces, cuando nos enfrentamos a nuestros miedos, se desvanecen.
- Te han dicho nos psiquiatras de ese centro que tu madre no ha sabido educarte... (...)
Si me equivoqué dímelo, espero que no me odies por eso... (...)
- Te quiero, mamá.
- Eso espero.
- Al nacer todos nos enfrentamos a los mismos riesgos.
- Dime, ¿eres feliz?
- Pues, supongo, no me lo pregunto demasiado...
-La vida da muchas vueltas... eh
-Sí, sí que las da.
-Espero que seas muy feliz.
-Tampoco me lo planteo demasiado.
-Hay que aceptar "lo que viene" (...)
-J, me he alegrado mucho de verte.
-Gracias, B (...)
- ¿Sigues enamorada de él'
Aunque ya nada pueda devolver la hora...
Cake de limón
El cake es un postre que suele llevar mucha mantequilla. En este caso he disminuido considerablemente la cantidad de mantequilla y añadido un poco de nata líquida para darle mayor ligereza al bizcocho. Además, lleva bastante azúcar, por lo que el jarabe con el que se moje no nocesita ser muy dulce, sólo no necesario (ya a gusto)
- 170 gr. de harina de repostería.
- 4 gr. de levadura química (impulsor, polvos de hornear, Royal…)
- 2 pizcas de sal.
- 220 gr. de azúcar.
- Ralladura de 2 limones grandes.
- ~180 gr. de huevos (3 grandes)
- 90 gr. de nata líquida 35% MG.
- 65 gr. de mantequilla fundida.
(1) Precalentamos el horno a unos 180 º C. Engrasamos y enharinamos las paredes de un molde para cake, aunque también podemos hacerlo en un molde circular, como si se tratase de un bizcocho. Otro modo todavía más sencillo que facilitará desmoldar el cake es cubrir el molde con papel de hornear, así lo hago muchas veces.
Andes de empezar con el postre, fundimos la mantequilla para que no esté demasiado caliente en el momento de incorporarla. Ojo, fundid más cantidad de la indicada y pesad la cantidad exacta en el momento de añadirla.
Los cakes tradicionales acostumbran a llevar más mantequilla y a montarla con el azúcar. Al añadir menor cantidad y fundirla conseguimos un cake más ligero, entre un bizcocho y un cake clásico, dándolo más valor a los aromas del limón. En cualquier caso, alguna vez lo he hecho sin fundir la mantequilla y montándola con el azúcar.
(2) Mezclamos la harina con la levadura química y la sal (Importante: no penséis que cuánto más levadura química mejor, al contrario, lo único que conseguiremos es darle un sabor ácido desagradable y que el postre se desmorone al retirarlo del horno. Si se usa harina con levadura no debe añadirse más). Reservamos.
En un cuenco u olla mediana añadimos el azúcar y la ralladura de los dos limones, intentando que no lleve parte blanca. La parte blanca le da un toque demasiado áspero y agrio. Trabajamos la ralladuras con el azúcar hasta humedecerlo, así le daremos más sabor.
Añadimos los huevos al azúcar aromatizado y montamos la mezcla con un batidor eléctrico de varillas hasta blanquear y que haya crecido considerablemente, como mínimo doblar su volumen inicial.
Añadimos la nata, mezclando delicadamente, la mantequilla y la mezcla de harina, cuidando que no se formen grumos. Si fuese necesario volveríamos a batir un poco la mezcla para que no queden grumos.
(3) Introducimos la mezcla en el monde, dándole un ligero golpe para alisar la superficie, e introducimos en el horno precalentado a unos 180ºC. La temperatura y tiempo de cocción dependen mucho del molde empleado. Lo importante es no abrir la puerta para que no se baje y pinchar el molde para comprobar la cocción cuando veamos que tenga aspecto de estar ya hecho.
Si es un molde de cake, mi preferido en este caso, lo horneamos a 180ºC durante unos 12 minutos, momento en el que bajaremos la temperatura hasta unos 155ºC, y horneamos durante unos 30 minutos más (total de 40-45 min, aproximadamente), hasta que al pinchar con un cuchillo, brocheta o palillo en el centro del cake salga limpio. También puede hornearse a unos 170º C durante un período ligeramente inferior a una hora.
Para un molde circular para preparar bizcocho, no cake, no es necesario bajar la temperatura, pues el bizcocho es más plano y se hace más fácilmente en el interior. Con unos 35-45 min puede ser suficiente.
Retiramos del horno y procedemos a mojar el bizcocho en el jarabe que indico a continuación.
El cake está mejor después de haberlo guardado en el frigorífico envuelto en película de cocina un mínimo de 24 horas.
Jarabe al limón/ron
- 150 gr. de agua
- 60-70 gr. de azúcar
- 30 gr. de zumo de limón/ron o similar.
(1) Hervimos el agua con el azúcar. Cuando el azúcar se haya disuelto, retiramos el jarabe del fuego y añadimos el zumo de limón (si van a tomarlo niños) o ron (para mí mucho mejor ;-)). Guardamos en el frigorífico hasta el momento de usar si no lo vamos a usar de inmediato.
Con el cake todavía caliente, con ayuda de un pincel mojamos el bizcocho generosamente, intentando que se impregne todo el cake. Envolvemos en película de cocina y guardamos en el frigorífico hasta el momento de degustar, como mínimo de un día para otro.
También podemos glasearlo con una mezcla de azúcar polvo (150 gr) con la cantidad suficiente de zumo de limón y/o ron. Le dará un toque delicioso a la superficie del cake.
Antes de tomarlo lo retiraremos del frigorífico (¿una hora?) para que no esté demasiado frío.
Rico, uno de los preferidos de M.
Siempre disfruto de cada momento compartido en tu cocina, de cada palabra, de cada sabor, lo sencillo siempre presente en ti en tu trato por este medio tan distante y cercano a la vez.
ResponderEliminarUn biquiño...o dos, siempre.
Me encantan los bizcochos y en casa lo agradecen mucho por las mañanas para llevarse cada a uno a sus obligaciones, así que creo que si no es hoy mañana lo prepararé. Qué alegría ver una nueva receta tuya y disfrutar de ella y de leerte, un beso
ResponderEliminarAyyy, me encanta como escribes, ademas me venido genial esta entrada, porque justo en mi ultimo post ando quejandome de que mi receta (de pan) que he hecho por primera vez, sabe mucho a levadura. Así que al leer esta entrada me aclaras mi gran duda. Poca harina para soportar el gas de tanta levadura.
ResponderEliminarPor otro lado, me encanta este bizcocho, sin tanta mantequilla, mucho mas sano y con ese sabor a limon que tanto me gusta!!!
Besotesss
Se hace uno a los tiempos de forma natural sin reloj. Yo no llevo; tengo el de la comunión guardado (por bonito) y nunca me he comprado. Cuando hice 20 años (Fa vint anys que tinc vint anys) mis padres me regalaron uno con toda la ilusión sin haberse percatado de mi absoluto desinterés hacia esos cacharretes. Así que dije que me gustaba mucho y lo llevé unos días en los que sólo me molestó el contacto en la muñeca y, aún así, nunca pensaba en mirar la hora. ¿Y dónde estará ahora? ¡No lo sé!
ResponderEliminarPara cocinar, ya está el del horno, con su alarma para llamarme a gritos antes de que mi encantamiento me deje sin comida. Que menudo berrinche si después de hacer un delicioso cake de limón que te ha enseñado un amigo no puedes disfrutarlo.
Recuerdo que precisamente fue de limón lo segundo que hice de tu recetario (lo primero fue la tarta de Santiago). Y justo en este momento recuerdo el sabor de aquella tarta esponjosa de limón (¡aquella nube!) que pasó directamente de mi paladar al alma, "porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo".
Sonríe, Pepinho, que seguro que cuando tú lo haces también se para el mundo para él.
Con todas las...
Os quiero.
Que rico un trocito de ese bizcocho para desayunar, me encanta tomár con un vaso de leche...ummm ¡
ResponderEliminarEl de limón mi favorito sin duda
Besos :)
Carmen
ResponderEliminarLos bizcochos, de todo tipom son mi pasión (aunque no como nada o casi nada dulce porque no me gusta), pero me los pide muchos amigos y siempre tengo alguno en el congelador.
Aunque te espante, y no sé si lo habrás hecho alguna vez, yo suelo congelar la repostería que me "sobra", excepto las que llevan cremas, y te puedo asegurar que no se distingue, vaya, que congela y descongela muy bien.
Una opinión a tu párrafo: "...Por lo que, o usamos harina de propósito general o compramos la harina con la levadura química ya incluida. La segunda opción podría ser la mejor para la mayoría de los casos...".
Cuando he tenido que usar este tipo de harina que dicen que lleva levadura, SIEMPRE le añado un sobrecito de Royal, porque en dos ocasioneslo hice sin este y casi no me subió.
Puede ser que fallara algo, pero me extraña y por si acaso, se lo añado.
Saludos
El limón de limonero, entero me gusta más, un inglés dijo ye-yé, un francés dijo oh-la-la!. Madre mía que viejita la song esta. Tan viejita como pensé me iba a volver esperando por aquí tu "regreso".
ResponderEliminarUna de las cosas que más me gusta regalar y en sí es un objeto que me fascina por su diseño, es el Reloj. A pesar de que no lo necesito porque tengo un reloj innato, sí me encanta dotar de ellos al personal. Tal vez porque soy extremadamente puntual o porque en otro tiempo fui reloj de cuco.
Animo que me imagino este comienzo de curso ha sido complicated.
Muacs dulces y esperando ver fotos del rubiales con su mochila.
Y cambiando el limon por esencia de vainilla sale buenisimo, gracias por el aporte.
ResponderEliminarPues si que tiene buena pinta, ummm! si hasta me parece estar oliendolo. Felicidades. Yo he usado toda la vida la harina que tu mencionas para repostería, y no entiendo por qué la han cambiado, ahora tengo una duda enorme y no me atrevo a hacer los bizcochos con la nueva que pone repostería y fuerza. No se si es para panes o para bizcochos. La compré el otro día y todavía no la he usado. Mi hijo me reclama un bizcocho pero no me he atrevido a hacerlo. Entiendo que la de fuerza no es para bizcohos, ¿qué opinaís vosotros? Gracias
ResponderEliminarPara los bizcochos tienes que utilizar harina de reposteria o harina comun, la harina de fuerza es para masas o bollerias hojaldradas y para pan
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarDebéis disculparme, pero durante agosto y septiembre, por motivos diferentes, he estado muy ocupado. Octubre parece empezar algo mejor y quizás pueda disponer de más tiempo, por lo menos he podido publicar. Era mi intención, y espero que no se quede en eso, intención, volver a publicar con una frecuencia más razonable. Como hace unos 3 años, entre 50 y 100 entradas por año. Por el momento ya he publicado el mismo número que el año pasado. Algo es algo.
Sé que lo importante no es la frecuencia, pero tan poca asiduidad da una sensación de abandono o dejadez que me desconecta de vosotr@s. Además, desorganiza todas las recetas que he hecho y que si no publico podrían quedar olvidadas (que son muchas). Encuentro, evasión, divertimento, charla, complicidad… todo eso necesita continuidad para no perderlo definitivamente.
Os echaba mucho de menos.
Empiezo por el final, las harinas. Sí, como digo en la entrada, esa empresa de harinas nos ha dado el cambiazo y lo que antes era harina refinada ahora es harina de fuerza. La harina de fuerza (también llamada de pan, rica en gluten) se usa (casi exclusivamente) para masas fermentadas con levadura de pan (fresca o seca) eso incluye: panes, croissants, brioches, napolitanas, bollería y, combinada con una levadura ligera, hojaldre. Por ello, la que denominan expresamente “harina de fuerza” debe usarse para esas preparaciones, no otras.
Los bizcochos se hacen con harina normal (plain flour, all purpose flour) o, mejor, con harina refinada especial para bizcochos (cake flour). Las galletas es mejor hacerlas con harina normal (o refinada) por motivos que ahora no tengo tiempo para comentar. Me imagino que has comprado la misma marca que yo, por lo que debes usar la harina normal que ahora venden más refinada. Esa compañía ha dejado de vender la que antes llamaba “harina de repostería”. Menudo lío.
Harina normal -> bizcochos, masa para empanada, galletas…
Harina de fuerza -> Panes, bollos, croissants, napolitanas…
Harina refinada -> bizcochos…
Harina de media fuerza -> Hojaldre…
A mí no me gustan los relojes. Recuerdo que en la época de facultad no llevaba, o sólo en momentos muy concretos, como cuando iba a clase. No recuerdo cuando empecé a usarlo a diario (¿por el trabajo?, quizás). De hecho, hasta este año todavía usaba un Casio digital que me regaló mi hermano cuando estaba en el instituto y que usaba para correr. Murió… el reloj. Me gustaban esos cronómetros digitales (“falsos”) que vendían en los mercadillos y que tenían sólo dos funciones. Seguro que con lo que se lleva lo “vintage”, pronto se volverán a poner de moda.
M me regaló varios, pero los tengo guardados en la mesilla de noche y no los he usado. Tuve otro al que le tuve mucho cariño pero me duró sólo dos o tres años, uno suizo que me regaló mi hermana, era pequeño y verde, con colorido, como a mí me gustan.
Lo que realmente da sabor a un postre con limón es la ralladura, siempre intentando evitar la parte blanca para que no le de acidez. He pensado que este sencillo y aromático postre podría ser un buen comienzo para el principio del fin y reconciliarme con el blog y con vosotr@s. Gracias.
Bueno, tengo que dejarlo…
Un beso muy grande.
Hola con retraso! te leí anoche, ya tarde, y me dio pereza escribir. La verdad es q últimamente me da pereza todo, aún no le he cogido ritmo al curso y puede que el cambio de estación sea lo que me tiene atontada perdida y muuuuuy desganada.Me quité el reloj en junio, por el calor, la piscina, la playa... y no me lo he querido volver a poner. Tampoco lo necesito dada mi móvil-adicción. Es verdad, hay ya mucha desconexión y a veces también me pesa echarte/echaros de menos, y recuerdo tiempos mejores, jeje. Me encanta el bizcocho. Con todas las letras... como Rosita. Besos mil. O.
ResponderEliminarBesos 3000 desde uno d esos aparatos deshumanizadores que llaman "teléfonos inteligentes".
ResponderEliminarMe pregunto, aunque poco tiene que ver con el asunto que nos acerca a este espacio, si toda esta tecnología no es más que un sistema para poder controlar nuestras vidas, emociones, pensamientos... otro paraíso artificial.
PD He estado tan ocupado q llevo dos días con un poco menos trabajo y parece q me falta algo. No faltéis.
Besos 4000
ResponderEliminarYo no sé si me controla, pero sé q me "conecta". Sin él... creo que no habría vida más allá de "mi vida". Me encanta la sensación de saber a alguien siempre al otro lado de la tecla, esa compañía q no agobia!! No fallamos, here we are... waiting for you my friend!!! Besos... mmmm.... 8000?. O.
De lo sencillo pero bien hecho eso me encanta una gran receta..Realmente exquisita y muy bella,abrazos y abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestras respuestas. Hice un bizcocho con la harina que esa marca vende ahora como harina normal mas refinada y que en letra pequeña pone para bizcochos, y no se si es por la harina o porque he fallado en algo, pero el bizcocho está menos esponjoso y menos húmedo, ha subido como siempre pero no tiene la misma suavidad ni humedad, las medidas que he utilizado han sido las mismas de siempre. Creo que buscaré otra harina de repostería, pero no me gustan las que ya llevan la levadura. Si algo funciona no se por qué dejan de ofrecerlo en el mercado, se vendía muchísimo esa harina de repostería que yo usaba practicamente para todo.
ResponderEliminar¡Qué cosas, el mundo de las harinas! Habrá que ir mirando marcas blancas de distintos súpers, aunque la verdad es que la mayoría no se molestan en especificar su composición. Hay una que sí lo hace, que se vende como harina normal de todo uso, y que tiene ni más ni menos que un 14% de proteínas. Más que esa que venden (con títulos en inglés pero hecha aquí) para hacer bollería. Y, claro, al ser marca blanca, infinitamente más barata.
ResponderEliminarEso de que que al tener menos trabajo es como si te faltara algo se parece un poco a esa manía que tiene el cuerpo al empezar vacaciones de querer seguir madrugando. Aunque tú siempre madrugas, ya sé, que tienes una buena razón para hacerlo... :·)
Claro que no faltamos, que cuando tú no puedes estar por nosotras (venga, pondré 'nosotros' también) ¡sí que notamos que nos falta algo!
a b c d e f...
Y BESOS. ¡Muchos!
Hi,
ResponderEliminarCuando la marca del le coq dejó de hacer haría de repostería (la fina, la de bizcochos) sin levadura me enfadé bastante. No entiendo las motivaciones comerciales, pues han perdido a un cliente. He probado la harina con levadura pero tiene un toque ácido que no me convence. La mejor marca (para mí) de harinas, la que empieza por H, tampoco la produce harinas refinadas sin levadura para el pequeño consumidor (o yo no las he visto) y, después de esto, me da pánico hacer pruebas con marcas blancas que pongan “harina de repostería”. Todavía estoy planteándome la mejor solución, me encanta hacer bizcochos sencillos y tomarlos cuando estoy cansado o aburrido de los sabores exóticos que a veces pruebo y practico.
Hay un truco para conocer la fuerza de la harina, pero es muy de andar por casa. Frotando la harina entre las manos y comprobando el grado de retención. Hay que tener mucho ojo para hacerlo.
Tengo un Smartphone, lo confieso, que compré principalmente con la intención de no “quedarme fuera del mundo” y creo que ha sucedido lo contrario, me he quedado fuera del mundo (real). Me pasma ver a la gente en las cafeterías, colas, en la calle… acompañados pero sin tener nada que decirse porque están pendientes del móvil. Creo que hay una obsesión por conectarse con gente que no está presente, olvidándonos de la compañía y la sinceridad de un gesto o unas palabras mirándose a los ojos. Creo que es un sistema que aísla a las parejas o amig@s para llenarlo de un vacío “virtual” y de una (facilona) sinceridad protegida por la distancia y la separación que otorga la pulsación de unas teclas, también virtuales.
Yo casi no uso el "WhatsApp", sólo para enviarle alguna foto de Teo a mi familia, la de mi infancia, de vez en cuando. Lo que más me fascina es la búsqueda de información sin encender el portátil, la calidad y retoque fotográfico, la lectura de toda la documentación importante que poseo (libros, apuntes, recetas ;-)) o la consulta del correo electrónico (algo que puede resultar obsesivo, por lo que intento evitar consultar el móvil con frecuencia). Para empezar, casi siempre lo tengo en silencio.
Opino que estamos obsesionados con los recuerdos digitales, la transmisión instantánea de unas fotocopias de las emociones vividas en el momento que se producen, mas creo que es un error. Como le decía a un amigo, al obsesionarnos con la captación de una fotografía y conservar el momento, perdemos la vivencia que éste nos produce, pues pasamos de partícipes de ese instante de felicidad a periodistas de nuestra propia vida. Como el “principio de incertidumbre de Heisenberg” en alguna (quizás errónea) de sus interpretaciones: al querer determinar su posición nos imposibilita conocer su velocidad o viceversa. No captemos, vivamos. No corrompamos el ecosistema de ese momento....
(sigo)
GRACIAS por este regalo. Tanta ilusión como cuando se las mandas a tu familia (creo que un poquito también lo somos). ¡Uf! Se me cae la baba. Es tan guapo y, lo mejor, tan expresivo. ¡Se le ve FELIZ!
ResponderEliminarMe quedo así:
:·)
Voy sin móvil, pero busco bolsos en los que quepa la tableta, que a veces comparte espacio con una de chocolate.
Sigo con esta cara...
:·)
abcdef...
Ays! cómo nos crece T!!! Bueno, q te voy a contar yo... jejeje. Besos y letras!!. O.
ResponderEliminarQué esponjoso, qué pinta más rica!
ResponderEliminarTe felicito una vez más por los postres y por las palabras. Eres desde hace ya tiempo mi primer lugar en el que buscar un buen postre, y ahora que las circunstancias me han llevado muy lejos de nuestro país estoy conquistando aquí el corazón de la suegra y de las cuñadas con tus recetas. Mi casa bogotana huele a tu cake de calabaza esta noche porque mañana domingo quiero regalar a la familia nueva con esta exquisitez. Muchas gracias
ResponderEliminarHay un blog muy bonito.
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