“Seis meses tampoco es tanto, has de tener un poco de fe en las personas.”
¡Cuánto ha costado llegar hasta aquí! Una primavera de relativamente buen tiempo, de muchas tardes en el parque, de mañanas después de trasnochadoras noches, de soledad acompañada, de noches insomnes, de cambios de hora, de un tiempo que no llega, de dudas y más dudas.
Pensé que no llegaría el momento de publicar. Tenía muchísimas ganas, os echaba mucho de menos, hasta he pensado que cuando volviese volvería a estar solo, a sentirme solo como al principio. Lo entendería, ni el Santo Job tendría tanta paciencia.
Durante este tiempo me ha pasado de todo en la cocina y fuera de ella. Como ya sabéis, se me estropeó la puerta del horno y ni tiempo he tenido de arreglarla. Al principio pegué el cristal interior con una masilla resistente a altas temperaturas, pero aguantó muy poco. Ahora estoy esperando el momento de llamar al servicio técnico para que la arreglen, que la sustituyan o, incluso, comprarme uno nuevo. Ya conocéis los intereses que tienen las empresas en hacer productos cada vez más endebles y perecederos.
Quería haber intercalado esta receta y la anterior con un plato salado, y así había empezado, pero, como ha pasado tanto tiempo, una sencilla receta de un entrante no me parecía suficiente penitencia para que me perdonaseis esta demora.
Espero no extenderme demasiado en la introducción para que los amantes del copypaste no se enfaden todavía más con estas disecciones iniciales. Ya tendrán bastante con la descripción de la receta que, sin der difícil, es perfecta para los que como yo tenemos el tiempo disponible separado en intervalos cuánticos energéticos, gaps.
Aunque no las he publicado, hace tiempo que preparo bastantes tartas en su versión “cúpula”, montaña, utilizando como molde una ensaladera metálica de unos 20 cm de diámetro y 10 cm de alto. Con este sistema, además de aportar una visión estética que puede resultar atractiva o curiosa, aplicar la cobertura es mucho más sencillo que en cualquier otra tarta, en las que cubrir las paredes suele dar más de un quebradero de cabeza. Simplemente dejando caer la cobertura por los laterales de la cúpula, sin ninguna instrumentación, se obtiene una superficie perfectamente homogénea y lisa. Para desmoldarla basta con cubrir la ensaladera con un poco de película de cocina antes de ser rellenada y tirar de ella una vez se haya endurecido en el congelador.
Hasta no hace mucho tiempo era mi obsesión, creo que errónea, preparar sólo mousses con chocolate negro, bien negro. Fundir los chocolates con alto contenido de manteca de cacao es más sencillo que cualquier otro tipo de chocolate y se consigue muy fácilmente una densidad apropiada al enfriar. Sin embargo, dado el bajo nivel de azúcar de una mousse de chocolate con alto porcentaje de cacao, suele ser necesario aportar mayor cantidad y, por su amargor, el realce de otros sabores más sutiles pasa más desapercibido que en un chocolate con leche. Creo que para tartas en las que el sabor añadido es un elemento importante prefiero usar chocolate con leche, suficientemente dulce y suave como para contribuir con la idónea proporción de chocolate. Por supuesto, a mí me gusta “abusar ligeramente” (¿contradictorio?) del azúcar y casi siempre podéis bajar algo la proporción de azúcar indicada en la receta.
Me encanta el sabor de los frutos del bosque (frambuesas, fresas, moras,…) y de muchas confituras de frutas (albaricoque, cerezas, melocotón o manzana) con el chocolate. A muchas de estas frutas, como pueden ser las cerezas, que contienen un nivel bajo de pectina, es necesario añadir un espesante: pectina o gelatina, si queremos formar una capa densa.
He pensado hacer esta tarta de cerezas porque, además de combinar la confitura con el sabor del chocolate, un ligero toque a licor kirsch le aportaría el toque que le podría faltar a la mousses de chocolat. Últimamente está siendo más complicado encontrar licor de cerezas, por lo que el dulzor del ron también le queda muy bien.
Como base y capa intermedia de bizcocho puede usarse con éxito asegurado un bizcocho enrollado de chocolate, si bien, para aportar algo nuevo, presento una receta de una genovesa con chocolate. A vuestra elección lo dejo.
Para finalizar, debo indicar mi satisfacción con el resultado final, una tarta perfecta para un cumpleaños o una celebración sin demasiados niños (ojo con el licor ;-)). Nos han gustado tanto las tartas que he repetido dos veces en un breve intervalo de tiempo, haciendo pequeños cambios en la distribución de las capas.
Sin más, a por ella, es más larga de explicar que de hacer, os lo puedo asegurar.
Abril-mayo. Recuerdo cómo de pequeño se veía poco la televisión. No puedo acordarme del primer largometraje, sólo de Pinocho y de cuánto lloré cuando se lo tragaba la ballena. Mis memorias de televisión pasan por Los payasos de la tele, Sabadabadá, Espinete, Los Sabios, La cometa blanca, Comando G o, incluso, Mazinger Z, sería mítica para los que rondan mi generación.
Durante estos dos últimos meses hicimos un repaso diario a gran parte de la filmografía de Hayao Miyazaki. Empezamos por el final, o casi, “Ponyo en el acantilado”, viéndola a diario. A M le fascinó, se convirtió en su preferida. La sinceridad, ternura y vitalidad de Ponyo hace que te reconcilies con el mundo… de ficción.
Le siguió “Mi vecino Totoro”, un poema de animación sobre la imaginación infantil, la sutil frontera de lo real con lo imaginario y la comunión del ser humano con la Naturaleza. La preferida de Teo y, quizás, también la mía. En una primera visión puede ser más fascinante Ponyo, pero “Mi Vecino Totoro” es una película tan llena de matices que fascina visión tras visión. De hecho, hemos vuelto esta semana con ella.
“Nicky, aprendiz de bruja”, que con aspecto de cuento infantil encierra pequeñas reflexiones sobre la condición humana, las costumbres y los prejuicios. En medio, con menos éxito, “El castillo ambulante”, demasiado adulta y compleja para un niño de dos años y pocos meses. Era divertido ver cómo Teo pedía una y otra vez las mismas secuencias, bailando durante los títulos de crédito y llorando en la desaparición de Mei en “Mi vecino Totoro” o durante la primera separación de Ponyo y Sosuke.
Es tal mi obsesión por la animación oriental, japonesa, que la agenda del cole de Teo pasa a ser un comic de mensajes de lo más trivial: “ha dormido de las 22:30 a las 7:10. Ha desayunado poco, sólo un kiwi…”. Cuando se acabe el curso creo que empezaré una nueva y estival agenda con sentimientos puros y una amalgama de dibujos entremezclados sobre fondo blanco. Sin omisiones, enmiendas y con absoluta desnudez.
Esponjas. Los niños de hoy en día están sobreestimulados con tantos medios y tecnología, quizás demasiado. Creo que les falta más amigos, menos competitividad (subyacente entre padres), menos individualismo, más cariño (y menos actividades extraescolares). Quizás.
9 de abril. Me apena la muerte de Sidney Lumet. Lo recuerdo como un grandísimo “director de actores” (¿de quién si no?) y alguna de sus mejores películas, especialmente “Veredicto Final” con un Paul Newman grandioso.
Por la noche, mientras preparo apuntes, escucho de fondo las sirenas de policía en “Tarde de perros” y, de nuevo, una de las mejores interpretaciones de Al Pacino bajo la dirección de Lumet.
14 de abril. Me indigno al ver cómo una conocida multinacional de informática cierra sus puertas en España, dejando en el paro a más de 1200 empleados. Me sorprende ver cómo la incompetencia de la gestión empresarial se protege cortando la cuerda por el punto más débil sin pensar en soluciones que aumenten la productividad de una empresa mal gestionada. Una idea: ¿qué tal bajar los precios o ahorrar en otro tipo de apartados?
Esa misma semana, una de las grandes empresas “nacionales” decide abrir un Expedientes de Regulación de Empleo porque los beneficios del pasado año le parecen insuficientes, beneficios que han ayudado a aumentar los incentivos salariales de altos cargos. ¿Quién nos protege de esta fiebre neoliberal?
April Come She Will. He dejado de escuchar la radio, me he cansado de escuchar el maldito blog económico de las nieves perpetuas. Estoy cansado de tanta especulación y sometimiento al interés de los poderosos.
Es abril. He puesto, de nuevo, el doble cederrón que me regaló Martín hace muchos años. Me encantaban, allí estaba “April Come She Will” y las cuerdas de una guitarra acústica dando entrada en una maravillosa introducción a las voces sutiles de Simon & Garfunkel. Era así de ñoño, pero es que me gustaban y lo siguen haciendo. “May, she will stay/Resting in my arms again…”
Abril. ¡Horror!, ¿Qué es el horror? Miles de personas provocan caravanas de kilómetros para acudir a… ¡un centro comercial! ¿A comprar?, ¿a pasear? Deseo desesperadamente bajarme de este mundo y que, de una vez, esta estúpida costumbre de efímeros paraísos artificiales muera y se pudra en la más asquerosa de las verdades. El Rey está desnudo.
Finales de abril. Tontamente, como no, me pillo un dedo en una ventana. Negrón y cuenta nueva. ¿La uña? Caerá en otoño, o antes, si Dios quiere.
Abril. Me sorprende cómo puede permitirse a los medios deportivos manipular o, incluso, inventar noticias sin impunidad. Mis alumnos me recuerdan cómo esa prensa deportiva ya había manipulado una fotografía borrando a un jugador que podría anular un posible fuera de juego. El mundo no se ha parado con tanto “clásico”. Menos mal, me temía lo peor.
30 de abril. Muere Ernesto Sábato (Sabato). Aunque con sólo con tres novelas, alguno de sus ensayos me ha hecho reflexionar durante mucho tiempo. Gracias.
“El túnel”, cuya protagonista se llama María, fue el primer libro (de adoración personal) que regalé, con texto subrayado, a M. Al poco tiempo descubrí que no a todos nos motivan los mismos intereses ni las mismas emociones. Todos lloramos, reímos o nos emocionamos, pero no todos del mismo modo y nos encienden las emociones la misma chispa.
Ella, con toda la buena voluntad, sigue en sus trece de intentar adivinar mis gustos ¿y curar pecados presentes y pasados? regalándome costosos efectos materiales de lo más variado. Cuando lo descubra, si lo hace, sabrá que mis gustos no se pueden comprar con dinero y, si se pudiese, se comprarían en los recuerdos enmohecidos de una vieja tienda, nunca apilados en los palés de un centro comercial.
Mayo. Me han dicho que hay personas que quieren cambiar el mundo. ¡Perfecto!, yo también, pero un sistema no se cambia desde fuera del sistema. Yo también estoy indignado por la fiebre neoliberal que se ha apoderado de Europa, indignado por la especulación de los mercados con capacidad de destrozar mediante rumores las economías de muchos países, porque la política parece un mercadillo de descalificaciones. Sí, pero sólo propuestas reales y detalladas, iniciativas legislativas por medio de recogida de firmas, presión institucional con movilización en las urnas, el voto y la publicidad, mala publicidad, es lo único que atemoriza al poder y puede evitar este mundo del “sálvese quien pueda”. Lo demás es un brindis al sol y ganas de diluirse como un azucarillo. ¿Queremos mayor representatividad de toda la sociedad y que no sólo cuenten las pequeñas mayorías? Para tomaros en serio hacen falta propuestas, iniciativas y movilizaciones reales. Un voto en blanco o nulo, como proponía algún correo electrónico, sólo ayuda a las mayorías, ni para quejase sirve. Y así ha sido, lo habéis conseguido, que un diputado sea más económico para esas mayorías que no superan el 40% de los votos.
Yo también me quejo a diario cuando escucho la radio todas las mañanas… o en este blog, pero para nada sirve. Sólo soy un soñador que ha sido absorbido por el Sistema. Yo también quería cambiar el mundo pero el sistema está luchando por cambiarme. Trabajo, pisos, hipoteca, paseos los domingos, vacaciones en la playa, colegios de pago, zapatos de charol…. Por suerte, todavía no he caído en todo pero es Sistema está peleándose a diario conmigo, más si el sistema está en la puerta de tu casa. Nada de hipocresías, ojo, que en un círculo los extremos se tocan, porque también cansado de los que no tienen espíritu crítico, de los que, con una serie de frases hechas y mensajes arraigados, despotrican contra alguno de los dos bandos porque está de moda o porque da carisma. Lo difícil, valiente y útil es actuar, lo demás sólo sirve para que no te tomen en serio. Sí, me estoy convirtiendo en lo que nunca he querido, un cobarde “ham”-burgués, pero vosotros “podéis”. Estáis a tiempo.
3 de mayo. Me sorprende que los medios tarden tantos días percatarse de la vulneración del Derecho (y los derechos) Internacional para acabar con Dark Vader, Bin Laden. Cómo se confunde la venganza con la justicia. Me pregunto si había un interés oculto y exagerado para que no declarase.
5 de mayo, jueves. Teo ya tiene bicicleta.... aunque no exactamente. Sé que todavía es pequeño para aprender a pedalear, pero creemos que este tipo de bicis es el mejor modo de ejercitarse para mantener el equilibrio. Ahora sólo toca que la use.
22 de mayo. Son más dolorosas las heridas y los sufrimientos del corazón que los del cuerpo. ¿Heridas cicatrizadas?, cicatrizadas, curadas pero visibles. Ahí están para recordarte a diario los errores, descuidos y descalabros.
24 de mayo. Siempre he querido ser dueño de mi trabajo. Es un lujo que muy pocos se pueden permitir, y así lo pensaba. Aun así, con tus responsabilidades y obligaciones, siempre hay ajenos que te quieren amargar el día.
Una noche de mayo., no sé cual. Escribo de madrugada. En la televisión, con una matizada luz en escala de grises, música de Gershwin de fondo, resuena en mis oídos los ecos de una frase para la historia y mi memoria de juventud: “Seis meses tampoco es tanto, has de tener un poco de fe en las personas.” Para un niño fue una eternidad (y un poco más).
Finales de mayo. Tras un principio de abril esperanzador en el que me sentía con fuerzas regeneradas y parecía que volvería a ser el mismo que hace dos años, he tenido que recortar el tiempo dedicado a las únicas actividades diarias de índole ociosa si quiero mantenerme en pie durante el día. Ya no puedo permitirme dedicar algo más de 2 horas a correr; he tenido que reducir el tiempo a correr entre 1 hora y 40 minutos a 2 horas, sobre todo los fines de semana. Además, mi cuerpo ya no responde como antes. Se nota el cansancio físico y mental.
La media hora de dibujo por la noche me relaja, aunque tenga que estar mirando el reloj para no “ganar” demasiado tiempo.
Mayo. Recibo un correo electrónico proponiéndome, junto a otros “gastrobloggers”, responder a un pequeño test para publicar en una revista mensual gratuita de distribución a suscriptores a determinado servicio. Aunque inicialmente tengo mis dudas, al final me digo que tampoco es malo conceder un poco de generosidad con uno mismo. Podría ser divertido, pese a las omisiones e imprecisiones, verse reflejado en una publicación. Ya ha pasado en algún artículo de temática informática en la prensa o en la revista del colegio y no se ha caído el mundo ni derrumbado mis principios. Será de una cuestión de actitud ante tanta simpleza y levedad.
Mayo. Diferencias. Reflejo de estas desigualdades es la aparición, casi colonización, de los que practican la usura con el “Compro ORO”. Yo, de momento, no vendo, ni tengo.
M se ha pasado las últimas 2 ó 3 semanas trabajando para conseguir inversores y capital para la salida a bolsa de una de esas entidades que antes decían que hacían “labor social”, invirtiendo una parte ínfima de sus beneficios, y ahora no tienen que hacer labor ninguna, únicamente obtener beneficios. Y sólo para las grandes cuentas, para que los pequeños inversores den grandes beneficios a los propietarios, altos cargos y grandes carteras de la entidad. Más de lo mismo. Lo que nos espera. En el parque, por lo menos, hay niños que juegan.
Mayo. Por fin ha llegado el portátil nuevo. Ahora toca perder el tiempo instalando y configurándolo. Reclasificar la infinita, como poco, cantidad de documentos, fotos, programas que estaban en el otro disco duro. Uffff.
Más de lo mismo. No sé si perdonarme por los errores cometidos. La culpa es mía, sólo mía por mi debilidad, porque nunca he sabido decir no… ni sí. Tal vez. Estoy cansado de que siempre se esté a la defensiva, por todo. No, mis palabras no van con segundas, a veces ni con primeras, sólo son palabras. A veces irreflexivas y a veces insustanciales, no busques más. Aquí todo cambia, puedo ser más reflexivo, pero qué más da, no lo leerás nunca.
Cualquier día. Me ha vuelto a pasar. ¿Soy el único que escapa de aglomeraciones? ¿Soy el único que se siente incómodo entre las multitudes? Un día más, he querido escaparme. Me separo por unos minutos y vuelvo.
Teo y papá por una alameda casi desierta, sólo el estruendo de la machacona música de las atracciones de feria rompía la tranquilidad que se podría haber respirado. Mamá trabajaba una tarde más. Compramos una docena de churros. “A Casa, papá”. Allí volvimos.
1 junio. Me llevo una alegría al enterarme de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de ¿las Artes y? las Letras a Leonard Cohen, otro de mis “poetas” de adolescencia preferidos. Volveré con él.
He acabado de escribir la receta. Perdón por la tardanza. Ahora “sólo” me falta buscar y seleccionar las fotos.
18 de mayo. Como todos los días, vuelvo del trabajo y acudo a recoger a Teo a la guardería, que preferimos llamar “cole”. Está cansado. Después de estacionar en la plaza de garaje, subimos en el ascensor llevándolo en brazos. Mientras, con la otra mano y los dedos que sobrepasan de su cuerpo, sostengo mi bolsa y su mochila. Abrazándose a mí con fuerza y apoyando su cabeza en mi hombro, me dice: “Papá, te quiero mucho”… yo también.
Genovesa de chocolate
Un bizcocho enrollado de chocolate que también usé para la Sachermousse es una más que interesante y jugosa solución. Para aportar nuevas recetas e ideas, presento esta genovesa, con más cuerpo, como una alternativa distinta y más que aceptable.
Es recomendable hacerlo con antelación y guardarlo en el frigorífico envuelto en película (plástica) de cocina. Ahorraremos tiempo.
Preparación de las mezclas:
(a) Harinas. Mezclamos la harina tamizada con la maicena, el cacao en polvo y dos pizcas de sal. Reservamos.
(b) Merengue. Montamos las claras con 17 gr. de azúcar (con el restante montaremos las yemas) añadiéndolo poco a poco cuando las claras están a medio montar. Para montar las claras es importante que las varillas del batidor no tengan ningún resto de las yemas ni otro tipo de materia grasa, deben estar limpias y secas. Siempre se montan mejor a temperatura ambiente (o templada), nunca frías. Si montamos la claras con anterioridad al sabayón no será necesario lavar las varillas ;-).
(c) Sabayón. Con un batidor eléctrico de varillas montamos las yemas con ¾ partes de azúcar (58 gr.) y la ralladura de limón. Las yemas se montan mejor al baño María, pero si los huevos están fuera del frigorífico y el batidor eléctrico es de bastante potencia no es necesario. Lo importante es que queden bien montadas y muy pálidas, prácticamente habrán triplicado su volumen. Reservamos.
(2) Mezcla. Como no recuerdo qué estrategia he usado, empléese la que más interese. Aquí puede hacerse de dos modos: añadiendo un poco de claras sobre las yemas y el resto sobre la harina para unir finalmente de modo cuidadoso las dos mezclas; o, que creo que es el que he usado, mezclar las claras sobre el sabayón, delicadamente, sin excedernos, e incorporando la mezcla de harina en forma de lluvia con ayuda de un colador. Mezclamos de forma envolvente, lo justo para que no se formen pegotes de harina. Al mismo tiempo añadimos la mantequilla fundida, mezclándola cuidadosamente.
(3) Horneado. Dibujamos dos círculos de 20 y 15 cm. de diámetro en papel de hornear sobre una bandeja de horno y, sobre ellos, extendemos la masa de unos 1 a 2 cm de espesor.
Introducimos una bandeja en el horno precalentado a unos 210-220 ºC y dejamos que se cocine durante unos 8-10 minutos, hasta que tenga un tono dorado por los bordes y al pulsar con un dedo recupere su posición. Retiramos del horno y dejamos enfriar totalmente antes de despegar. Si no caben los dos discos en una bandeja lo haremos en dos.
Puede prepararse con antelación, así he hecho, y guardarlo en el frigorífico envuelto en película de cocina.
Mousse/Bavarioise de kirsch
Ésta es la mousse interior de la tarta, hecho al modo crema bávara. La cantidad de licor es estimativa y podemos ajustarla a nuestros gustos. Como la capa interior es pequeña, probablemente sobre, pero sería muy difícil preparar una crema inglesa con una única yema..
Como sucede con muchas mousses al estilo crema bavaroise, preparamos una crema inglesa (natillas) con la leche, las yemas y el azúcar cociéndola a unos 80-85ºC. Para ello, batimos las yemas con el azúcar, hervimos la leche (que podemos aromatizar con la vainilla) y la vertemos poco a poco sobre las yemas batidas, mezclando con un batidor de varillas mientras añadimos la leche. Llevamos al fuego y cocemos a fuego medio, unos 80-85º C, hasta que haya espesado. La temperatura es importante. Si es mayor, el huevo cuajará y se formarán grumos que e darán el aspecto de haberse cortado; si es menor, no llegará a cuajar.
(2) Ya fuera del fuego, añadimos la gelatina hidratada (y secada con un paño) y el licor. Cuando haya bajado la temperatura añadimos la nata montada, delicadamente y de modo envolvente para que no se baje.
Vertemos en un molde de unos 15 cm de diámetro (yo lo he comprado en uno de esos grandes bazares orientales) de modo que quede de un par de centímetros de espesor. Sobrará. Introducimos en el congelador mientras preparamos una ligera capa de confitura de cerezas.
(3) (Opcional) Cuando la mousse de kirsch haya cuajado, hidratamos la segunda gelatina, ½ hoja, en agua fría, la secamos y la fundimos en el microondas o derretimos en la confitura templada. Vertemos sobre un poco de confitura de cerezas y cubrimos una pequeña capa de unos milímetros de espesor sobre la mousse. Volvemos a introducir en el congelador para que se endurezca esta segunda capa. Lo ideal es hacerlo con pectina y no con gelatina, le da una densidad apropiada y es perfecta para las confituras poco densas.
Jarabe de kirsch o ron
Mousse de chocolate con leche
Preparación de una crema inglesa. Batimos las yemas con los 45 gr. de azúcar. Mientras, calentamos la leche y la nata hasta hervir. Vertemos la leche poco a poco sobre la mezcla de yemas sin dejar de remover y volvemos a llevar a fuego medio, removiendo constantemente. Como he dicho antes, la cocemos a fuego medio, unos 80-85º C, hasta que haya espesado. La temperatura es importante. Si es mayor, el huevo cuajará y se formarán grumos, si es menor, no llegará a cuajar.
Vertemos el licor (a gusto) sobre la crema y mezclamos.
(2) Fundimos el chocolate con leche al baño María, evitando que no le caiga ni una gota de agua, o, como hago yo, calentando el cazo al mínimo (a la menor potencia, al 1) hasta que se empiece a ablandar. Cuando se funda al remover con una espátula de silicona mezclamos con una espátula hasta que esté totalmente disuelta y manejable. Añadimos unas pizcas de sal y/o pimentón picante de la Vera para realzar el sabor del chocolate de la mousse.
Añadimos el chocolate con leche fundido sobre la crema inglesa, mezclando cuidadosamente y, por último, la nata montada (que no debe estar demasiado fría), vertiendo inicialmente una pequeña cantidad para igualar densidades y temperaturas y acabando por mezclar con la espátula de modo envolvente, evitando que se baje.
Usamos de inmediato. Vertiéndola sobre un molde de ensaladera cubierto con película de cocina.
Montaje
(3) Cubrimos una ensaladera de 20 cm. de diámetro de unos 10 cm. de alto con película transparente de cocina (film). Vertemos parte de la mousse, aproximadamente unos 2/3, y situamos en el centro el disco congelado de la mousse de kirsch con la confitura hacia arriba, ejerciendo una ligera presión para que se introduzca dentro de la mousse.
Recortamos los bordes del disco pequeño de bizcocho, de 15 cm. de diámetro, para ajustarlo a la anchura de la mousse de kirsch, lo depositamos sobre ella, ejerciendo presión para que se introduzca sobre la mousse de chocolate con leche. Ayudándonos de un pincel, remojamos generosamente el bizcocho con el jarabe. Cubrimos con la mousse de chocolate restante.
Recortamos el segundo disco de bizcocho para ajustarlo a la anchura de la base, lo pintamos con una fina capa de confitura de cereza y lo de depositamos sobre la mousse, de modo que quede la confitura entre la mousse y la base. Remojamos de nuevo el bizcocho con el jarabe ayudándonos de un pincel.
Introducimos en el congelador hasta que se endurezca para poder desmoldarlo con facilidad. Cuando haya ganado consistencia, un mínimo de un par de horas, lo desmoldamos tirando ligeramente de la película de cocina y lo depositamos sobre una rejilla para aplicar la cobertura.
Glaseado de chocolate con leche
(1) Retiramos del calor y añadimos la gelatina escurrida y seca (con un paño de cocina). Seguimos mezclando suavemente con la espátula hasta que no haya partículas de chocolate y se integre la hoja de gelatina. No debe quedar ninguna partícula, influiría en la densidad y en el aspecto. Es importante no batir la cobertura para que no se formen burbujas de aire. Dejamos enfriar y usamos cuando tenga la consistencia deseada, no demasiado fluida. Puede guardarse en el frigorífico y templar en el momento de usar.
Situamos la tarta sobre una rejilla y la cubrimos vertiendo suavemente la cobertura en el punto más alto con ayuda de un cucharón. Introducimos de nuevo en el frigorífico para que la cobertura gane más de consistencia.
¡Cuánto ha costado llegar hasta aquí! Una primavera de relativamente buen tiempo, de muchas tardes en el parque, de mañanas después de trasnochadoras noches, de soledad acompañada, de noches insomnes, de cambios de hora, de un tiempo que no llega, de dudas y más dudas.
Pensé que no llegaría el momento de publicar. Tenía muchísimas ganas, os echaba mucho de menos, hasta he pensado que cuando volviese volvería a estar solo, a sentirme solo como al principio. Lo entendería, ni el Santo Job tendría tanta paciencia.
Durante este tiempo me ha pasado de todo en la cocina y fuera de ella. Como ya sabéis, se me estropeó la puerta del horno y ni tiempo he tenido de arreglarla. Al principio pegué el cristal interior con una masilla resistente a altas temperaturas, pero aguantó muy poco. Ahora estoy esperando el momento de llamar al servicio técnico para que la arreglen, que la sustituyan o, incluso, comprarme uno nuevo. Ya conocéis los intereses que tienen las empresas en hacer productos cada vez más endebles y perecederos.
Quería haber intercalado esta receta y la anterior con un plato salado, y así había empezado, pero, como ha pasado tanto tiempo, una sencilla receta de un entrante no me parecía suficiente penitencia para que me perdonaseis esta demora.
Espero no extenderme demasiado en la introducción para que los amantes del copypaste no se enfaden todavía más con estas disecciones iniciales. Ya tendrán bastante con la descripción de la receta que, sin der difícil, es perfecta para los que como yo tenemos el tiempo disponible separado en intervalos cuánticos energéticos, gaps.
Aunque no las he publicado, hace tiempo que preparo bastantes tartas en su versión “cúpula”, montaña, utilizando como molde una ensaladera metálica de unos 20 cm de diámetro y 10 cm de alto. Con este sistema, además de aportar una visión estética que puede resultar atractiva o curiosa, aplicar la cobertura es mucho más sencillo que en cualquier otra tarta, en las que cubrir las paredes suele dar más de un quebradero de cabeza. Simplemente dejando caer la cobertura por los laterales de la cúpula, sin ninguna instrumentación, se obtiene una superficie perfectamente homogénea y lisa. Para desmoldarla basta con cubrir la ensaladera con un poco de película de cocina antes de ser rellenada y tirar de ella una vez se haya endurecido en el congelador.
Hasta no hace mucho tiempo era mi obsesión, creo que errónea, preparar sólo mousses con chocolate negro, bien negro. Fundir los chocolates con alto contenido de manteca de cacao es más sencillo que cualquier otro tipo de chocolate y se consigue muy fácilmente una densidad apropiada al enfriar. Sin embargo, dado el bajo nivel de azúcar de una mousse de chocolate con alto porcentaje de cacao, suele ser necesario aportar mayor cantidad y, por su amargor, el realce de otros sabores más sutiles pasa más desapercibido que en un chocolate con leche. Creo que para tartas en las que el sabor añadido es un elemento importante prefiero usar chocolate con leche, suficientemente dulce y suave como para contribuir con la idónea proporción de chocolate. Por supuesto, a mí me gusta “abusar ligeramente” (¿contradictorio?) del azúcar y casi siempre podéis bajar algo la proporción de azúcar indicada en la receta.
Me encanta el sabor de los frutos del bosque (frambuesas, fresas, moras,…) y de muchas confituras de frutas (albaricoque, cerezas, melocotón o manzana) con el chocolate. A muchas de estas frutas, como pueden ser las cerezas, que contienen un nivel bajo de pectina, es necesario añadir un espesante: pectina o gelatina, si queremos formar una capa densa.
He pensado hacer esta tarta de cerezas porque, además de combinar la confitura con el sabor del chocolate, un ligero toque a licor kirsch le aportaría el toque que le podría faltar a la mousses de chocolat. Últimamente está siendo más complicado encontrar licor de cerezas, por lo que el dulzor del ron también le queda muy bien.
Como base y capa intermedia de bizcocho puede usarse con éxito asegurado un bizcocho enrollado de chocolate, si bien, para aportar algo nuevo, presento una receta de una genovesa con chocolate. A vuestra elección lo dejo.
Para finalizar, debo indicar mi satisfacción con el resultado final, una tarta perfecta para un cumpleaños o una celebración sin demasiados niños (ojo con el licor ;-)). Nos han gustado tanto las tartas que he repetido dos veces en un breve intervalo de tiempo, haciendo pequeños cambios en la distribución de las capas.
Sin más, a por ella, es más larga de explicar que de hacer, os lo puedo asegurar.
Abril-mayo. Recuerdo cómo de pequeño se veía poco la televisión. No puedo acordarme del primer largometraje, sólo de Pinocho y de cuánto lloré cuando se lo tragaba la ballena. Mis memorias de televisión pasan por Los payasos de la tele, Sabadabadá, Espinete, Los Sabios, La cometa blanca, Comando G o, incluso, Mazinger Z, sería mítica para los que rondan mi generación.
Durante estos dos últimos meses hicimos un repaso diario a gran parte de la filmografía de Hayao Miyazaki. Empezamos por el final, o casi, “Ponyo en el acantilado”, viéndola a diario. A M le fascinó, se convirtió en su preferida. La sinceridad, ternura y vitalidad de Ponyo hace que te reconcilies con el mundo… de ficción.
Le siguió “Mi vecino Totoro”, un poema de animación sobre la imaginación infantil, la sutil frontera de lo real con lo imaginario y la comunión del ser humano con la Naturaleza. La preferida de Teo y, quizás, también la mía. En una primera visión puede ser más fascinante Ponyo, pero “Mi Vecino Totoro” es una película tan llena de matices que fascina visión tras visión. De hecho, hemos vuelto esta semana con ella.
“Nicky, aprendiz de bruja”, que con aspecto de cuento infantil encierra pequeñas reflexiones sobre la condición humana, las costumbres y los prejuicios. En medio, con menos éxito, “El castillo ambulante”, demasiado adulta y compleja para un niño de dos años y pocos meses. Era divertido ver cómo Teo pedía una y otra vez las mismas secuencias, bailando durante los títulos de crédito y llorando en la desaparición de Mei en “Mi vecino Totoro” o durante la primera separación de Ponyo y Sosuke.
Es tal mi obsesión por la animación oriental, japonesa, que la agenda del cole de Teo pasa a ser un comic de mensajes de lo más trivial: “ha dormido de las 22:30 a las 7:10. Ha desayunado poco, sólo un kiwi…”. Cuando se acabe el curso creo que empezaré una nueva y estival agenda con sentimientos puros y una amalgama de dibujos entremezclados sobre fondo blanco. Sin omisiones, enmiendas y con absoluta desnudez.
Esponjas. Los niños de hoy en día están sobreestimulados con tantos medios y tecnología, quizás demasiado. Creo que les falta más amigos, menos competitividad (subyacente entre padres), menos individualismo, más cariño (y menos actividades extraescolares). Quizás.
9 de abril. Me apena la muerte de Sidney Lumet. Lo recuerdo como un grandísimo “director de actores” (¿de quién si no?) y alguna de sus mejores películas, especialmente “Veredicto Final” con un Paul Newman grandioso.
Por la noche, mientras preparo apuntes, escucho de fondo las sirenas de policía en “Tarde de perros” y, de nuevo, una de las mejores interpretaciones de Al Pacino bajo la dirección de Lumet.
14 de abril. Me indigno al ver cómo una conocida multinacional de informática cierra sus puertas en España, dejando en el paro a más de 1200 empleados. Me sorprende ver cómo la incompetencia de la gestión empresarial se protege cortando la cuerda por el punto más débil sin pensar en soluciones que aumenten la productividad de una empresa mal gestionada. Una idea: ¿qué tal bajar los precios o ahorrar en otro tipo de apartados?
Esa misma semana, una de las grandes empresas “nacionales” decide abrir un Expedientes de Regulación de Empleo porque los beneficios del pasado año le parecen insuficientes, beneficios que han ayudado a aumentar los incentivos salariales de altos cargos. ¿Quién nos protege de esta fiebre neoliberal?
April Come She Will. He dejado de escuchar la radio, me he cansado de escuchar el maldito blog económico de las nieves perpetuas. Estoy cansado de tanta especulación y sometimiento al interés de los poderosos.
Es abril. He puesto, de nuevo, el doble cederrón que me regaló Martín hace muchos años. Me encantaban, allí estaba “April Come She Will” y las cuerdas de una guitarra acústica dando entrada en una maravillosa introducción a las voces sutiles de Simon & Garfunkel. Era así de ñoño, pero es que me gustaban y lo siguen haciendo. “May, she will stay/Resting in my arms again…”
Abril. ¡Horror!, ¿Qué es el horror? Miles de personas provocan caravanas de kilómetros para acudir a… ¡un centro comercial! ¿A comprar?, ¿a pasear? Deseo desesperadamente bajarme de este mundo y que, de una vez, esta estúpida costumbre de efímeros paraísos artificiales muera y se pudra en la más asquerosa de las verdades. El Rey está desnudo.
Finales de abril. Tontamente, como no, me pillo un dedo en una ventana. Negrón y cuenta nueva. ¿La uña? Caerá en otoño, o antes, si Dios quiere.
Abril. Me sorprende cómo puede permitirse a los medios deportivos manipular o, incluso, inventar noticias sin impunidad. Mis alumnos me recuerdan cómo esa prensa deportiva ya había manipulado una fotografía borrando a un jugador que podría anular un posible fuera de juego. El mundo no se ha parado con tanto “clásico”. Menos mal, me temía lo peor.
30 de abril. Muere Ernesto Sábato (Sabato). Aunque con sólo con tres novelas, alguno de sus ensayos me ha hecho reflexionar durante mucho tiempo. Gracias.
“El túnel”, cuya protagonista se llama María, fue el primer libro (de adoración personal) que regalé, con texto subrayado, a M. Al poco tiempo descubrí que no a todos nos motivan los mismos intereses ni las mismas emociones. Todos lloramos, reímos o nos emocionamos, pero no todos del mismo modo y nos encienden las emociones la misma chispa.
Ella, con toda la buena voluntad, sigue en sus trece de intentar adivinar mis gustos ¿y curar pecados presentes y pasados? regalándome costosos efectos materiales de lo más variado. Cuando lo descubra, si lo hace, sabrá que mis gustos no se pueden comprar con dinero y, si se pudiese, se comprarían en los recuerdos enmohecidos de una vieja tienda, nunca apilados en los palés de un centro comercial.
Mayo. Me han dicho que hay personas que quieren cambiar el mundo. ¡Perfecto!, yo también, pero un sistema no se cambia desde fuera del sistema. Yo también estoy indignado por la fiebre neoliberal que se ha apoderado de Europa, indignado por la especulación de los mercados con capacidad de destrozar mediante rumores las economías de muchos países, porque la política parece un mercadillo de descalificaciones. Sí, pero sólo propuestas reales y detalladas, iniciativas legislativas por medio de recogida de firmas, presión institucional con movilización en las urnas, el voto y la publicidad, mala publicidad, es lo único que atemoriza al poder y puede evitar este mundo del “sálvese quien pueda”. Lo demás es un brindis al sol y ganas de diluirse como un azucarillo. ¿Queremos mayor representatividad de toda la sociedad y que no sólo cuenten las pequeñas mayorías? Para tomaros en serio hacen falta propuestas, iniciativas y movilizaciones reales. Un voto en blanco o nulo, como proponía algún correo electrónico, sólo ayuda a las mayorías, ni para quejase sirve. Y así ha sido, lo habéis conseguido, que un diputado sea más económico para esas mayorías que no superan el 40% de los votos.
Yo también me quejo a diario cuando escucho la radio todas las mañanas… o en este blog, pero para nada sirve. Sólo soy un soñador que ha sido absorbido por el Sistema. Yo también quería cambiar el mundo pero el sistema está luchando por cambiarme. Trabajo, pisos, hipoteca, paseos los domingos, vacaciones en la playa, colegios de pago, zapatos de charol…. Por suerte, todavía no he caído en todo pero es Sistema está peleándose a diario conmigo, más si el sistema está en la puerta de tu casa. Nada de hipocresías, ojo, que en un círculo los extremos se tocan, porque también cansado de los que no tienen espíritu crítico, de los que, con una serie de frases hechas y mensajes arraigados, despotrican contra alguno de los dos bandos porque está de moda o porque da carisma. Lo difícil, valiente y útil es actuar, lo demás sólo sirve para que no te tomen en serio. Sí, me estoy convirtiendo en lo que nunca he querido, un cobarde “ham”-burgués, pero vosotros “podéis”. Estáis a tiempo.
3 de mayo. Me sorprende que los medios tarden tantos días percatarse de la vulneración del Derecho (y los derechos) Internacional para acabar con Dark Vader, Bin Laden. Cómo se confunde la venganza con la justicia. Me pregunto si había un interés oculto y exagerado para que no declarase.
5 de mayo, jueves. Teo ya tiene bicicleta.... aunque no exactamente. Sé que todavía es pequeño para aprender a pedalear, pero creemos que este tipo de bicis es el mejor modo de ejercitarse para mantener el equilibrio. Ahora sólo toca que la use.
22 de mayo. Son más dolorosas las heridas y los sufrimientos del corazón que los del cuerpo. ¿Heridas cicatrizadas?, cicatrizadas, curadas pero visibles. Ahí están para recordarte a diario los errores, descuidos y descalabros.
24 de mayo. Siempre he querido ser dueño de mi trabajo. Es un lujo que muy pocos se pueden permitir, y así lo pensaba. Aun así, con tus responsabilidades y obligaciones, siempre hay ajenos que te quieren amargar el día.
Una noche de mayo., no sé cual. Escribo de madrugada. En la televisión, con una matizada luz en escala de grises, música de Gershwin de fondo, resuena en mis oídos los ecos de una frase para la historia y mi memoria de juventud: “Seis meses tampoco es tanto, has de tener un poco de fe en las personas.” Para un niño fue una eternidad (y un poco más).
Finales de mayo. Tras un principio de abril esperanzador en el que me sentía con fuerzas regeneradas y parecía que volvería a ser el mismo que hace dos años, he tenido que recortar el tiempo dedicado a las únicas actividades diarias de índole ociosa si quiero mantenerme en pie durante el día. Ya no puedo permitirme dedicar algo más de 2 horas a correr; he tenido que reducir el tiempo a correr entre 1 hora y 40 minutos a 2 horas, sobre todo los fines de semana. Además, mi cuerpo ya no responde como antes. Se nota el cansancio físico y mental.
La media hora de dibujo por la noche me relaja, aunque tenga que estar mirando el reloj para no “ganar” demasiado tiempo.
Mayo. Recibo un correo electrónico proponiéndome, junto a otros “gastrobloggers”, responder a un pequeño test para publicar en una revista mensual gratuita de distribución a suscriptores a determinado servicio. Aunque inicialmente tengo mis dudas, al final me digo que tampoco es malo conceder un poco de generosidad con uno mismo. Podría ser divertido, pese a las omisiones e imprecisiones, verse reflejado en una publicación. Ya ha pasado en algún artículo de temática informática en la prensa o en la revista del colegio y no se ha caído el mundo ni derrumbado mis principios. Será de una cuestión de actitud ante tanta simpleza y levedad.
Mayo. Diferencias. Reflejo de estas desigualdades es la aparición, casi colonización, de los que practican la usura con el “Compro ORO”. Yo, de momento, no vendo, ni tengo.
M se ha pasado las últimas 2 ó 3 semanas trabajando para conseguir inversores y capital para la salida a bolsa de una de esas entidades que antes decían que hacían “labor social”, invirtiendo una parte ínfima de sus beneficios, y ahora no tienen que hacer labor ninguna, únicamente obtener beneficios. Y sólo para las grandes cuentas, para que los pequeños inversores den grandes beneficios a los propietarios, altos cargos y grandes carteras de la entidad. Más de lo mismo. Lo que nos espera. En el parque, por lo menos, hay niños que juegan.
Mayo. Por fin ha llegado el portátil nuevo. Ahora toca perder el tiempo instalando y configurándolo. Reclasificar la infinita, como poco, cantidad de documentos, fotos, programas que estaban en el otro disco duro. Uffff.
Más de lo mismo. No sé si perdonarme por los errores cometidos. La culpa es mía, sólo mía por mi debilidad, porque nunca he sabido decir no… ni sí. Tal vez. Estoy cansado de que siempre se esté a la defensiva, por todo. No, mis palabras no van con segundas, a veces ni con primeras, sólo son palabras. A veces irreflexivas y a veces insustanciales, no busques más. Aquí todo cambia, puedo ser más reflexivo, pero qué más da, no lo leerás nunca.
Cualquier día. Me ha vuelto a pasar. ¿Soy el único que escapa de aglomeraciones? ¿Soy el único que se siente incómodo entre las multitudes? Un día más, he querido escaparme. Me separo por unos minutos y vuelvo.
Teo y papá por una alameda casi desierta, sólo el estruendo de la machacona música de las atracciones de feria rompía la tranquilidad que se podría haber respirado. Mamá trabajaba una tarde más. Compramos una docena de churros. “A Casa, papá”. Allí volvimos.
1 junio. Me llevo una alegría al enterarme de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de ¿las Artes y? las Letras a Leonard Cohen, otro de mis “poetas” de adolescencia preferidos. Volveré con él.
He acabado de escribir la receta. Perdón por la tardanza. Ahora “sólo” me falta buscar y seleccionar las fotos.
18 de mayo. Como todos los días, vuelvo del trabajo y acudo a recoger a Teo a la guardería, que preferimos llamar “cole”. Está cansado. Después de estacionar en la plaza de garaje, subimos en el ascensor llevándolo en brazos. Mientras, con la otra mano y los dedos que sobrepasan de su cuerpo, sostengo mi bolsa y su mochila. Abrazándose a mí con fuerza y apoyando su cabeza en mi hombro, me dice: “Papá, te quiero mucho”… yo también.
Genovesa de chocolate
Un bizcocho enrollado de chocolate que también usé para la Sachermousse es una más que interesante y jugosa solución. Para aportar nuevas recetas e ideas, presento esta genovesa, con más cuerpo, como una alternativa distinta y más que aceptable.
Es recomendable hacerlo con antelación y guardarlo en el frigorífico envuelto en película (plástica) de cocina. Ahorraremos tiempo.
- 80 gr yemas de huevo (4 grandes)
- 75 gr. de azúcar (58+17).
- 75 gr. de claras (2 claras de huevo grandes, sin pasarse)
- 15 gr. de harina de repostería tamizada.
- 15 gr. de maicena (fécula de maíz refinada).
- 15 gr. de cacao en polvo.
- Dos pizcas de sal.
- 30 gr. de mantequilla.
- c. s. de ralladura de limón.
Preparación de las mezclas:
(a) Harinas. Mezclamos la harina tamizada con la maicena, el cacao en polvo y dos pizcas de sal. Reservamos.
(b) Merengue. Montamos las claras con 17 gr. de azúcar (con el restante montaremos las yemas) añadiéndolo poco a poco cuando las claras están a medio montar. Para montar las claras es importante que las varillas del batidor no tengan ningún resto de las yemas ni otro tipo de materia grasa, deben estar limpias y secas. Siempre se montan mejor a temperatura ambiente (o templada), nunca frías. Si montamos la claras con anterioridad al sabayón no será necesario lavar las varillas ;-).
(c) Sabayón. Con un batidor eléctrico de varillas montamos las yemas con ¾ partes de azúcar (58 gr.) y la ralladura de limón. Las yemas se montan mejor al baño María, pero si los huevos están fuera del frigorífico y el batidor eléctrico es de bastante potencia no es necesario. Lo importante es que queden bien montadas y muy pálidas, prácticamente habrán triplicado su volumen. Reservamos.
(2) Mezcla. Como no recuerdo qué estrategia he usado, empléese la que más interese. Aquí puede hacerse de dos modos: añadiendo un poco de claras sobre las yemas y el resto sobre la harina para unir finalmente de modo cuidadoso las dos mezclas; o, que creo que es el que he usado, mezclar las claras sobre el sabayón, delicadamente, sin excedernos, e incorporando la mezcla de harina en forma de lluvia con ayuda de un colador. Mezclamos de forma envolvente, lo justo para que no se formen pegotes de harina. Al mismo tiempo añadimos la mantequilla fundida, mezclándola cuidadosamente.
(3) Horneado. Dibujamos dos círculos de 20 y 15 cm. de diámetro en papel de hornear sobre una bandeja de horno y, sobre ellos, extendemos la masa de unos 1 a 2 cm de espesor.
Introducimos una bandeja en el horno precalentado a unos 210-220 ºC y dejamos que se cocine durante unos 8-10 minutos, hasta que tenga un tono dorado por los bordes y al pulsar con un dedo recupere su posición. Retiramos del horno y dejamos enfriar totalmente antes de despegar. Si no caben los dos discos en una bandeja lo haremos en dos.
Puede prepararse con antelación, así he hecho, y guardarlo en el frigorífico envuelto en película de cocina.
Mousse/Bavarioise de kirsch
Ésta es la mousse interior de la tarta, hecho al modo crema bávara. La cantidad de licor es estimativa y podemos ajustarla a nuestros gustos. Como la capa interior es pequeña, probablemente sobre, pero sería muy difícil preparar una crema inglesa con una única yema..
- 40 gr. de yemas de huevo (2 grandes).
- 125. de leche entera.
- 90 gr. de azúcar (quizás para “el resto del mundo sea demasiado”, úsense 50 gr.)
- 2,5 hojas de gelatina (~casi 5 gr).
- ~30 gr. de licor Kirsch (de cerezas).
- 200 gr. de nata para montar (33-35% de MG).
- 20 gr. de azúcar (para añadir al montar la nata)
- Opcional: ¼ de vaina de vainilla.
- c.s. de confitura de cerezas
- 1/2 hoja de gelatina.
Como sucede con muchas mousses al estilo crema bavaroise, preparamos una crema inglesa (natillas) con la leche, las yemas y el azúcar cociéndola a unos 80-85ºC. Para ello, batimos las yemas con el azúcar, hervimos la leche (que podemos aromatizar con la vainilla) y la vertemos poco a poco sobre las yemas batidas, mezclando con un batidor de varillas mientras añadimos la leche. Llevamos al fuego y cocemos a fuego medio, unos 80-85º C, hasta que haya espesado. La temperatura es importante. Si es mayor, el huevo cuajará y se formarán grumos que e darán el aspecto de haberse cortado; si es menor, no llegará a cuajar.
(2) Ya fuera del fuego, añadimos la gelatina hidratada (y secada con un paño) y el licor. Cuando haya bajado la temperatura añadimos la nata montada, delicadamente y de modo envolvente para que no se baje.
Vertemos en un molde de unos 15 cm de diámetro (yo lo he comprado en uno de esos grandes bazares orientales) de modo que quede de un par de centímetros de espesor. Sobrará. Introducimos en el congelador mientras preparamos una ligera capa de confitura de cerezas.
(3) (Opcional) Cuando la mousse de kirsch haya cuajado, hidratamos la segunda gelatina, ½ hoja, en agua fría, la secamos y la fundimos en el microondas o derretimos en la confitura templada. Vertemos sobre un poco de confitura de cerezas y cubrimos una pequeña capa de unos milímetros de espesor sobre la mousse. Volvemos a introducir en el congelador para que se endurezca esta segunda capa. Lo ideal es hacerlo con pectina y no con gelatina, le da una densidad apropiada y es perfecta para las confituras poco densas.
Jarabe de kirsch o ron
- 300 ml. de agua
- 150 gr. de azúcar.
- ~30 ml. de ron o licor de cerezas.
Mousse de chocolate con leche
- 75 ml. leche entera.
- 75 ml. de nata 35% de MG
- 45 gr. de azúcar.
- 2 yemas (casi 40 gr)
- 330 gr. de chocolate con leche, mejor de cobertura (para fundir)
- 300 gr. de nata para montar.
- 35 gr. de azúcar para montar nata.
- ~35-40 gr. licor Kirsch (o ron)
- Sal + pimentón picante (para chocolate)
Preparación de una crema inglesa. Batimos las yemas con los 45 gr. de azúcar. Mientras, calentamos la leche y la nata hasta hervir. Vertemos la leche poco a poco sobre la mezcla de yemas sin dejar de remover y volvemos a llevar a fuego medio, removiendo constantemente. Como he dicho antes, la cocemos a fuego medio, unos 80-85º C, hasta que haya espesado. La temperatura es importante. Si es mayor, el huevo cuajará y se formarán grumos, si es menor, no llegará a cuajar.
Vertemos el licor (a gusto) sobre la crema y mezclamos.
(2) Fundimos el chocolate con leche al baño María, evitando que no le caiga ni una gota de agua, o, como hago yo, calentando el cazo al mínimo (a la menor potencia, al 1) hasta que se empiece a ablandar. Cuando se funda al remover con una espátula de silicona mezclamos con una espátula hasta que esté totalmente disuelta y manejable. Añadimos unas pizcas de sal y/o pimentón picante de la Vera para realzar el sabor del chocolate de la mousse.
Añadimos el chocolate con leche fundido sobre la crema inglesa, mezclando cuidadosamente y, por último, la nata montada (que no debe estar demasiado fría), vertiendo inicialmente una pequeña cantidad para igualar densidades y temperaturas y acabando por mezclar con la espátula de modo envolvente, evitando que se baje.
Usamos de inmediato. Vertiéndola sobre un molde de ensaladera cubierto con película de cocina.
Montaje
(3) Cubrimos una ensaladera de 20 cm. de diámetro de unos 10 cm. de alto con película transparente de cocina (film). Vertemos parte de la mousse, aproximadamente unos 2/3, y situamos en el centro el disco congelado de la mousse de kirsch con la confitura hacia arriba, ejerciendo una ligera presión para que se introduzca dentro de la mousse.
Recortamos los bordes del disco pequeño de bizcocho, de 15 cm. de diámetro, para ajustarlo a la anchura de la mousse de kirsch, lo depositamos sobre ella, ejerciendo presión para que se introduzca sobre la mousse de chocolate con leche. Ayudándonos de un pincel, remojamos generosamente el bizcocho con el jarabe. Cubrimos con la mousse de chocolate restante.
Recortamos el segundo disco de bizcocho para ajustarlo a la anchura de la base, lo pintamos con una fina capa de confitura de cereza y lo de depositamos sobre la mousse, de modo que quede la confitura entre la mousse y la base. Remojamos de nuevo el bizcocho con el jarabe ayudándonos de un pincel.
Introducimos en el congelador hasta que se endurezca para poder desmoldarlo con facilidad. Cuando haya ganado consistencia, un mínimo de un par de horas, lo desmoldamos tirando ligeramente de la película de cocina y lo depositamos sobre una rejilla para aplicar la cobertura.
Glaseado de chocolate con leche
- ~1 hoja de gelatina (2 gr).
- 150 gr. de chocolate con leche.
- 15 gr. de azúcar/80 gr. de glucosa.
- 125 gr. de leche.
(1) Retiramos del calor y añadimos la gelatina escurrida y seca (con un paño de cocina). Seguimos mezclando suavemente con la espátula hasta que no haya partículas de chocolate y se integre la hoja de gelatina. No debe quedar ninguna partícula, influiría en la densidad y en el aspecto. Es importante no batir la cobertura para que no se formen burbujas de aire. Dejamos enfriar y usamos cuando tenga la consistencia deseada, no demasiado fluida. Puede guardarse en el frigorífico y templar en el momento de usar.
Situamos la tarta sobre una rejilla y la cubrimos vertiendo suavemente la cobertura en el punto más alto con ayuda de un cucharón. Introducimos de nuevo en el frigorífico para que la cobertura gane más de consistencia.
Están mejor de un día para otro, se cortará mejor y la mousse afianzará sus sabores y texturas. Podemos decorar las paredes con masa de macarons o láminas de chocolate.
En etapas se hace bastante fácil: 1º) bizcochos, 2º) mousse de kirsch, capa de confitura de cereza y jarabe, 3º) mousse de chocolate con leche, 4º) glaseado y decoración.
HAS VUELTO!!!! Te ciber-adoro, y lo sabes, pero soy incapaz de leer ahora mismo toooodo lo que has escrito. Mañana por la mañana, con calma, y antes de ponerme a estudiar lo haré. Me voy a dormir contenta!!!. Si lo sé, saco antes el segundo, ajjajajajja. Que descanseis!! Besos miles. OLGA.
ResponderEliminarEstoy muy contenta,. me alegro que hayas vuelto como dice Olga, y con una receta preciosa, tentadora! Y Teo precioso y maravilloso. Co razón estas loquito por él. Te mando un beso y un abrazo grande, está muy bueno tu post, besos gloria
ResponderEliminarMe alegro ,que hayas vuelto.
ResponderEliminarHay algo mas gratificante,que un "papa te quiero mucho"?
Enhorabuena, por ser un padre maravilloso y muchas gracias por la receta.Ana
Un beso muy grande a LAS CUATRO FANTÁSTICAS y SILVER SURFER!!!
ResponderEliminarDulces sueños!
Gracias por la receta. Pronto es mi cumple y el chocolate es mi perdición, así que pediré que me hagan tu tarta...
ResponderEliminarNo sé si los conoces, pero creo que te gustarán Kings of Convenience, dicen que están muy influidos por Simon and Garfunkel.
Y supongo que la habrás escuchado, pero la versión que hace Jeff Buckley de Hallelujah es impresionante.
Un saludo.
Un regreso a lo grande! No sólo nos dejas una receta espectacular sino que nos regalas también tus reflexiones y esos momentos tan tiernos con Teo que me recuerdan tanto a los míos con Bianca. Un abrazo y bienvenido.
ResponderEliminarHola! No recuerdo haber escrito en otra ocasión, creo que algún día lo hice , no sé, quizá, que más da!. Simplemente quería que supieras que el otro día fuiste casi protagonista de una conversación con mi pareja, al que le explicaba quien eras, qué hacías y el tiempo que llevabas sin publicar. Y aquí estás de nuevo. Y si nadie te hubiera puesto un comentario a esta entrada... ¿Dejarías este mundo? Creo que no, espero que no.
ResponderEliminarTachán, tachán......He aquí nuestro Pepe en acción.
ResponderEliminarGracias por ponernos al día de estos meses. Me lo he leído todo y concuerdo contigo en el odio a los centros comerciales y sobretodo si es fin de semana. Deberían estar cerrados. Yo prefiero las mañanas tempraneras que no hay nadie y me hace sentir Audrey en Tiffany's.
Estoy del término sobreestimulación paternal hasta los mismísimos churros. Los padres no podemos cambiar nuestros hábitos cuando hay niños. Los hay quienes pillan y los hay que no. Y los veo cada 15 días.
La cúpula es perfecta, deliciosa y muy muy socorrida. No es la primera vez que hago mousses con interiores congelados de cremas y siempre están perfectas. Anímate con la de crema de chocolate y avellana italiana.
Ya podrías decir dónde has ido a contar algo que no sepamos aquí. Me voy a suscribir a cuanto servicio haya.
Gracias por regresar y además con dulce.
Muacs ricos
Ya está leido y releido. Como vosotros, odio las masificaciones y las reuniones en general, y.... estoy feliz por el premio a Leonard Cohen , que con ese "Then we take Berlin" hizo muuuuy agradable una parte de mi adolescencia. Un día me comeré a Teo y no podrás evitarlo. Está precioso. Tomo nota del salado,pq con estas sentadas estudiantiles sólo me falta el dulce!.
ResponderEliminarPor cierto, voy a hacer un grupo: "Señoras q tienen iphone y se bajan un programa de entrenamiento que les dice que corren cada día600m menos de lo que creían" :0( .
pd.: 1h y 40´.... ¿se puede correr taaaanto? ;0). OLGA.
Has vuelto!!!!
ResponderEliminarMe encanta saber que sigues viniendo por aquí, porque eres una inspiración para mi.
Me voy a leer y releer la receta, que ahora no tengo tiempo.
Mil besos
Sííí! Eres nuestro surfista de plata! Y nosotras, el Comando P. (por eso de... "siempre alerta estaaaaá").
ResponderEliminarJo, me has vuelto a emocionar, será por la buena nueva de tenerte otra vez aquí...
Yo también recuerdo el Sabadabadá, y sobre todo a aquel dibujante que era un crack, con su rotu gordote, con cuatro trazos hacía maravillas (y tú? Esos dibujos de la agenda de T son tuyos? Son una pasada!) Y a Ma-zin-geeeer! Planeador abajo!
Pasada de tarta! Me he leído la preparación por encima, como siempre, mi prioridad es lo que cuentas aparte de las recetas, aunque luego bien que me las miro y contemplo el ponerlas en marcha.
Sabes? En este tiempo en que no has estado, yo también he estrenado portátil, bueno, en forma tabletilla, y por eso puedo estar por aquí en algunas deshoras. Ahora me gustaría poder dar la cara, que ya son muchos años con vosotros. Aunque no se me ocurre cómo, porque tampoco me gustaría que fuese muy público.
Y Teo, me sigue pareciendo que crece tan guapo y rápido!
Y ahora, te voy a releer, con receta incluida, que hay que aprovechar tu vuelta.
Hasta ahora, surfista!
Una más que se alegra de que hayas vuelto.
ResponderEliminarHe leído todo, pero son demasiadas cosas para comentar una a una. Eso sí, te diré que encuentro a Teo grande, grandísimo.
Tu tarta una delicia. Yo también adoro la mezcla de chocolate con frutas rojas. Ese punto amargo-dulce-ácido es genial.
Besos y me alegra de corazón verte de nuevo por la blogosfera.
Otra más que se alegra de tu vuelta!!! Echaba de menos tus recetas y tus historias, Teo está super mayor!!!!
ResponderEliminarUn beso!
Bueno, tampoco me ha parecido una exageración de azúcar; otras veces te has pasado más. Lo que sí me a sorprendido es la equivalencia del azúcar y la glucosa del glaseado, tan poco endulza esto último? Como dentro de pocas semanas celebro, igual hasta me atrevo con este "monstruo". Es mucho más difícil que aquella tarta mousse de praliné?
ResponderEliminarCompro PLATA.
(no es usura, es para restaurar una uña a un surfista)
Besosss.
Horror! Qué ha pasado con la hache?... Y además, el corrector de esta maquinita hace lo que le da la gana cuando estoy más confiada, por ejemplo, me había puesto "mojase" donde yo había escrito mousse, suerte que lo vi antes de enviar, si no, a ver quién lo entiende!
ResponderEliminar:•)))
Hola: como siempre que termino de leerte, me quedo con la mirada fija en el ordenador.
ResponderEliminarNo solo viendo las fotos de la receta, que si, que es fantástica. Me quedo pensando en todas tus reflexiones, que comparto en su mayoria.
Leerte es un verdadero placer.
No tardes mucho en volver otra vez.
Te estaré esperando.
Un ABRAZO
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa tarta es una belleza en todo sentido, cada capa aún más y más...si me atrevo la haré, aunque no sé si me quede así, tan brillante, tan reflejando todos tus gustos. Sentí terriblemente lo de Sabato, me emocione con Cohen y me reí y también alguna lagrimilla se me escapaba en algún capítulo dramático de Mazinger Z (que si que los tenía aunque me los discutan por ahí) junto a mi hermanita.
ResponderEliminarHay cosas que son como son y se descubren casi siempre con un toque de dolor, pero siempre terminan siendo buenos y felices, como Teo sobre esa bicicleta que bien!! Yo aún no tengo ese equilibrio...churros, aromas, sensaciones y vida discurren...música, yo hace mucho que solo la que voy descubriendo por ahí...aún guardo por ahí algo que seguro...te gustara.
Por ahora anoto receta completita, y te dejo un biko grande, con cariño...disfruta mucho de todo lo que te rodea y de Ellos, mucho más.
Bonitos días hasta la próxima vez Pepinho.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOstras, debo estar loca, pero cada vez que me miro la cúpula, me planteo más y más el elaborarla.
ResponderEliminarUna pregunta: cuando dices de la capa de mermelada que sería mejor hacerla con pectina, si se usare esta, ¿sería la misma cantidad que de gelatina? Es que he encontrado pectina. Y en ese caso, ¿también iría al conge a endurecerse?
Aún queda para que me atreva con ello, a no ser que me desanimes, claro. Creo que a esta la bautizaré Cúpula de San Pedro, porque además, será hacia esos días verbeneros que la haga.
S. PETRI GLORIAE SIXTUS...
:·)
De una seguidora en silencio desde hace varios años....
ResponderEliminarMe alegro de la vuelta.Gracias por la generosidad en estos tiempos de apreturas.
Un saludo gaditano
Marisa
Rosita a mi tambien me da vueltas en la cabeza el hacerla, peor será cuando esté maás tranquila, mañana de hecho voy con los niños a Santiago (dentista) lo más increible es que van felices (yo lo odiaba)
ResponderEliminarque precioso es Teo, siempre me hace cosquilals en el corazón. Besos a tods, gloria
El glaseado es precioso! justo hoy compré glucosa, ay Pepinho cuando veo tus obras de arte me siento tan pequeña, te lo digo de corazón, lo haces tan bien! besos
ResponderEliminarHola Pepinho, te sigo desde hace tiempo aunque hoy es la primera vez que me presento...me alegra mucho tu vuelta, echaba de menos tus maravillosas recetas y esas reflexiones que nos llegan al alma. Un beso, Eneri.
ResponderEliminarEstoy alucinada con tu blog, ufffff, maaadre mía, muy pero muy impresionada y tampoco es que a mi edad me impresione facilmente.
ResponderEliminarQuiero felicitarte efusivamente y decirte que me quedo aquí para siempre y que tu cúpula de chocolate me la llevo enterita y si puedo igual la hago antes de las vacas (aunque me prometí no hacer más dulces en verano, tu cúpula merece una excepción) y si no es así, a la vuelta sin dudarlo.
Enhorabuena también por ese precioso niño.
saludos
Paseando por tu blog me encuentro con la empanada de millo e xoubas y me acabo de dar cuenta que eres gallego, vayaaaaaaaaaaaaaa y yo viviendo en A Coruña y sin conocer tu blog.
ResponderEliminarEso sí, quería leer como haces la empanada de millo pero me lo acabo de imprimir y me lo leeré con calma, porque desde luego, pereza para escribir no tienes ehh ;)))
biquiños
No me conviene visitar esta página, porque engorda. :D
ResponderEliminar¡Qué ricos están los pasteles de chocolate!
Otro!!! :0))))))). OLGA.
ResponderEliminarHola, hola, hola!!!!
ResponderEliminar¡¡¡No hay nada como un blog para subir el ánimo!!! Aunque cuando leo estos agradables comentarios me pregunto qué dirán mis “detractores”, que serán bastantes… No lo dudo, es sólo una cuestión de equilibrio.
O., llevas unos resultados que recompensan y hacen justicia a ese esfuerzo. ¡¡Felicidades!!
Me esperan dos semanas bastante duras, muy duras. Ya he pasado una y todavía sobrevivo. Ayer mismo, me acosté a las 2:30 y Teo dio las campanadas de 4 a 5. Después tocaba madrugar. Por la tarde tocó festival de fin de curso en el salón de actos del colegio del P de la Bert. Ahora tengo tiempo, aunque me agobia pensar en lo que tendría que estar haciendo para poder dormir la próxima semana. A M también le toca esta noche su “festival” y aquí estoy, con una televisión en “mute” y un silencio que da miedo. Me estoy acostumbrando a sentirme solo.
Para hablar un poco de la receta, creo que le queda mejor la base del bizcocho enrollado de chocolate, aunque es siempre para gustos. En cuando a lo de la pectina, porque creo que me he explicado bastante mal. No se trata de sustituirla directamente por la gelatina, aunque se podría. Lo ideal (de memoria) sería preparar un puré con las frutas, añadirle azúcar en torno a 1/3 (mejor es que la mitad fuese azúcar invertido para evitar la cristalización), hervir la mezcla y añadirle en torno a 5 gr. de pectina por unos 250 gr. de puré. Sí, habría que congelarla de igual modo. Éste es el modo de hacer las confituras con frutas que tienen un bajo contenido en pectina.
Me resulta difícil poder responder personalmente a todos los comentarios, lo siento. Los agradezco todos, pero en especial (cada uno tiene su corazoncito) los que rebosan frescura (casi todos), sumados a una dosis de sensibilidad y comprensión. Gracias. Las cuatro Mosqueteras y D’Artagnan siempre me animan con sus comentarios unas veces alegres, otras cómicos y siempre generosos. + gracias.
No sé qué me pasa a estas horas, o sí. Además del sueño, los poros se abren de tal modo que se vuelven permeables, dejando pasar lo bueno y lo malo. Es como un sueño despierto, no tienes miedo a avergonzarte de las palabras por la mañana o a sentirte desnudo. Pero no es sólo eso, hoy también me recorre el cuerpo una sensación de culpabilidad, no sé por qué.
No sé qué hacer. Sé que debería irme a cama, mañana tocará madrugar, pero me apetece meterme en la cocina a relajarme un poco y sacarle partido a un puerta del horno que funciona de calefacción.
Hasta pronto. Felices sueños.
Un beso muy grande.
Hola! Pues yo estoy saliendo poco a poco del túnel de mi migraña, y he aprovechado que estoy mejor para coger el aparatito.
ResponderEliminarGracias por tu respuesta, creo que lo haré tal como explicas en la receta, con gelatina, con atajos...;•) Y ya tengo ensaladera de la medida justa, además, tiene tapa, me irá de coña para taparlo mientras reposa.
Ojalá hubieses coincidido con la B.! Te daría un buen abrazo reconstituyente como embajadora nuestra!
Con el rustido de carnes en el fuego para canelones...
Besos!
OTROOOO!! No es por chulear, pero os juro que he perdido la cuenta!! jajajja. Jo, qué sensación!!!! Feliz, feliz, feliz. Recompensada por el duro trabajo. Me encerré en Fallas, pero ha valido la pena.
ResponderEliminarCapricho... mmmmmmm.... en ello estoy!!! Besos mil!!! Vuestras felicitaciones me saben a cariño!!! y molan, molan muuuuuucho, casi tanto como vosotros fantástic@s!!!. OLGA.
Qué guai, Olga!!!! De verdad que estoy bien contenta por tí!
ResponderEliminarYa sabes, te lo mereces...
BESOS para todos.
Olga te admiro absolutamente, no creo que pudiera estudiara estas alturas, ay Jesús, o será que estoy muuu cansada, mañana mi mamá se sca un examen deifícil, de salud, agradezco oraciones y bunos deseos, recibo de todo., Un beso pa todos, gloria
ResponderEliminarOlga lo que quería era felicitarte!, te felicito de corazón! Los mellizos estan de cumpleaños, hoy 17 años ! parece mentira, así se pasa el tiempo mi querido Pephino, besos
ResponderEliminarAbrazotes, Gloria. Voy a "verte" a tu kitchen...
ResponderEliminarMadre mía q pinta.... siempre q vengo aquí salgo con los ojos desorbitados....a ver si puedo modificarla para hacerla sin gluten, seguro q sí....
ResponderEliminarGracias por la receta!!
Muchas gracias por compartir tu tiempo de nuevo con nosotros. Saludos para ti, los tuyos y todos los que te leemos. Un abrazo.
ResponderEliminarJajaja, no te preocupes por lo salado: que aquí venimos buscando azúcarrrrr!!!! (aunque tengo de decir, que hago alguno de tus salados periódicamente, y menos periodicamente los dulces, como engordan, y yo no corro...)
ResponderEliminar¿Y cómo es eso de que no publicas tus tartas en versión cúpula? Hazlo. No nos prives de esas delicias!!
Por cierto, yo personalmente, que no soy muy de amargos, sustituyo muchas veces, el chocolate negro, por con leche: mis problemas están con el chocolate blanco. Ni una cobertura me queda bien: tendrá truco?
Abrazos
Hola!!
ResponderEliminarEsto lo hago yo si o si!
Te has lucído (para variar).
Besossssssssssss
Ya queda menos, gracias. El viernes espero ser un "hombre" nuevo...
ResponderEliminarBicos.
PD: Otro? y va...
Rosita, ¿dónde compras los productos de repostería (pectina, glucosa...)? Tengo contactos y opciones para que me los puedan traer...
Gracias.
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ResponderEliminarTe extrañaba! Qué bueno que has regresado :)
ResponderEliminarGracias por tanto, aunque no parezca, leer tus post me lleva a otro estado de consciencia. Y tus recetas me motivan muchísimo, es terapéutica la cocina..
Te lo explico aquí o te mando un Mail? Es un sitio maravilloso, de verdad vale la pena que te lo explique...
ResponderEliminarBesos.
Entrada triunfal!!.Como siempre maravillosa tu receta y explicaciones así como tus refeflexiones que siempre son bienvenidas y nos hacen pasar buenos momentos...Teo está lindisimo.
ResponderEliminarImposible olvidarse de ti...creo que estas de favorito en todos nuestros blogs.Besiños.
Pepinho, para esta noche, la coca de Sant Joan en casa es tu coca de fruta confitada. Desde que la hice, allá por enero, decidí que sería la coca para hoy. Eso sí, con piñones por encima, que saben a verbena!
ResponderEliminarFeliç Sant Joan!
Besos!
Enhorabuena! Me encanta tu sensibilidad extendida a todos tus rincones.
ResponderEliminarTe descubrí hace poco, voy leyendo por noviembre de 2008. Hago alguna de tus recetas, las fáciles, tartas de queso, algún bizcocho y poco más.
Gracias.
Artista... ¿donde andabas?... que lujuria de tartas.... oye... pregunta ¿cada paso debe enfriar el contenido en la nevera? o puede hacerse al final? ¿como consigues que quede esa cobertura tan brillante... ? a mi nunca me luce así...
ResponderEliminarBienvuelto hermano.
María Garcia de Victoria
Antes de presentarme quiero contarte lo que me ha pasado con tu blog. Estaba viendo repetidamente Manhattan mientras buscaba alguna receta por internet, (suelo tener esa conducta de no poder hacer una sola cosa a la vez) en la parte del final cuando Isaac va en busca de Tracy, llegue yo a tu blog. No he podido explicarlo, será pura casualidad o cosa del destino, del cual no suelo creer. Pero en la página de inicio leo “seis meses tampoco es tanto, has de tener un poco de fe en las personas.” Me resulto gracioso al principio. Quizás tú me lo puedas explicar, o no. Lo importante, es que me asombre tanto que tome el atrevimiento de leer tu blog. No me desilusionó para nada. Me fascinó tu manera de relatar, tantos recetas como parte de tu vida. Es extraño porque siento que te conozco un poco, pero es gracioso por no todavía no puedo descubrir de dónde eres. Por si no has visto Manhattan, la frase que escribiste es la misma que le dice Tracy a Isaac antes de despedirse.
ResponderEliminarMe presento, soy una estudiante la cual ha encontrado en cocinar una manera de desestresarse y pensar un poco menos en todo. Siempre me ha apasionado la cocina en general, pero últimamente hacer cosas dulces me produce una sensación nueva. Ver degustar algo que hice me inquieta y me llena. Pensar en una receta nueva, darme el tiempo para hacerla y verla terminada, me da una sensación familiar a la de ver una comedia de Allen. Nunca comprenderás cómo funcionan las cosas, son tan impredecibles, lo importante es disfrutarlas en el momento en que se nos presentan.
Bueno espero que me respondas, estoy ansiosa por encontrar el tiempo de hacer alguna de las recetas que he leído. Me inquieta mucho la tarta de ricota y sirope de lavanda, estoy un poco mareada de todo lo que visto, pero creo que es la primera que tratare de hacer. Me ha costado un poco entender algunos ingredientes. Soy de argentina y algunas cosas varían su nombre, pero por ahora no he encontrado mayores dificultades. La melaza acá la conocemos con el nombre de miel de caña, el sirope me imagino que es como un almíbar. Me ha quedado duda de lo que le llamas clavo molido.
Ha sido una pena para mí lo de Sábato también. El túnel, ha sido un libro que me ha involucrado en la literatura, siendo tan chica no podía comprender todo las sensaciones que me producía leer esas hojas.
Todos lloramos, reímos o nos emocionamos, pero no todos del mismo modo y nos encienden las emociones la misma chispa.
A veces es tan difícil comprender eso que dices, ahí es donde fallamos con las relaciones personales. Me dejas muchas cosas que decir, no puedo escribir todo!…
fli-pan-do con tu blog, no sé como tardé tanto en dar con el, googueleando el pudding yorkshire. al que le tenía ganas y ahora ya tengo lectura para rato. Genial.
ResponderEliminarCasi no queda nada...
ResponderEliminarPD: Borraré toda entrada "publicitaria" practicada con descaro y sin pudor... ;-). No comparto las estrategias de mercado ni la obsesión por el P... dinero.
Bicos.
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ResponderEliminarEse es mi Pepe!!!! Al quite.
ResponderEliminarDe un tiempo a esta parte están apareciendo muchos pseudocometariosspameadores que fastidian un rato. Se ve que somos buena gente.
Deseando que llegue el 1 de julio para ver si nos vuelves a dejar con la boca abierta un mes más, ( a mi siempre,,,,,bueno no sigo que esto se puede malinterpretar. Bonita estampa en el parque.
Muacs dulces llenos de ganas
Hola! Qué ha pasado?
ResponderEliminarQué significa "c", Berta?
Estoy pez... ;-)))>
Bona nit!
Nada Rosita, que le dí al ctrl+c para copiar y me borró todo y dejó la c, así que cada uno saque su propio significado, c= cariño, c= caramelito, c= cacatúa, jaja.
ResponderEliminarSorry Pepe ;-))
Yo también sigo despierto. Acabando el "libro viajero" de Teo y deseando que se despierte más tarde de las 9... dicen que existen los milagros.
ResponderEliminar¿Hoy? ¿Lo llevaba en hombros? ¿Le limpiaba la caquita?
PD: Rosita, tengo pendiente una respuesta que remitiré cuándo pueda.
Por cierto, Pilar, me ha encantado lo que has escrito. Tendría, y lo haré, mucho que decir sobre él.
ResponderEliminarGracias.
Bicos.
Buenos días. No, fue hace una semana.Yo tenía el coche bajo el tobogán. No me gusta jugar a ser L.B Jefferies. Pero todo es tal y como lo describes.
ResponderEliminarQué le pasa a los chicos? Acaso ninguno visita blogs. Tienes el harem más grande de la ciberealidad. Habrá que numerarse.
Muacs dulces de marcha al horno
Miss you pajaritos!!!! Dentro de nada estaré ciber-incomunicada temporalmente, pero vamos, que por aquí tampoco notaré mucho la diferencia, no?? Con conectarme una vez al mes..... ;0). Exijo salado como recompensa!!!. Ya están todas las notas dadas, con algún desencanto, pero bueno.. Ha sido realmente el año más duro de la carrera, pero me he crecido y lo he pasado con nota y estoy feliz por eso. "Qué bueno saber que siempre me seré fiel... qué suerte desde un principio, caerme tan bien.....". Sí, esto, como tantas otras cosas, ya me lo había cantado él ...... Besos miles!. OLGA.
ResponderEliminarOLGA, me preguntaba dónde te habías metido… si te habías “escapado”. Resulta que hoy es técnicamente mi primer día de vacaciones, o mañana, y también lo es de Teo. Eso es en parte positivo y en parte negativo si sólo estoy yo de vacaciones, como sucederá mañana. Te prometo que la siguiente receta será salada y la que le sucederá una verdadera delicia, para mis gustos, por supuesto. Se llamará “Nine”.
ResponderEliminarUn beso grande.
Berta, no seas muy cruel conmigo. No sé si acabo de entender tu comentario, pero si se refiere a mis ausencias, debo decir que este mes ni he tenido tiempo para visitar “mi” blog. Sé que lo dices en broma, pero no creo que sea positivo trivializar tanto estos mensajes, perderían la autenticidad, que pasa mí son reales.
O beso grande (y suerte por los madriles)
In cucina, Pilar, gracias de corazón.
Un beso muy grande.
Pepe, jamás sería cruel con nadie y menos con alguien que demuestra tener más y mejores sentimientos que muchos y sobretodo que los demuestra. Sólo me gusta la gente auténtica, fiel a sus principios, independientemente que sean semejantes a los mismos.
ResponderEliminarMe has puesto un 0 en los besos, ¿tengo que entender que ocupo el lugar 0 del hárem, que me mandas cero besos?.
Disfruta tus vacaciones aunque sean así.
Muacs llenos del calor que os gusta y que tanto me molesta
jajaj de eso "ciber-hablaba" hace nada con Berta, q es difícil estar de "vacaciones", cuando el resto de la casa too está de vacaciones.... En fín, q son épocas de fregar, lavar, cocinar, aspirar, cuidar... pero oyes! cara al mar, que ya es otra cosa, no???. Besos miles!. OLGA.
ResponderEliminarNo puedo más, tengo ganas de llorar. Estoy agotado, ya no sé qué escribo. PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN,... Quizás tampoco yo había querido decir lo que he dicho o cómo lo he dicho.
ResponderEliminarBESOS (El 0 ha sido un error tipográfico del teclado anglosajón)
Ah, no, Pepinho, eso no! Venga, chicos! Arriba esos ánimos! Estaba claro que la cosa iba de malentendidos. Nos conocemos un pelín ya, no?(atención al autocorrector este que me había sustituido pelín por Pekín... :-))))))
ResponderEliminarPor cierto, sigo pez con cierta aplicación...
Besos.
(creo que por aquí sólo faltan algunas palabras de Gloria, de esas que dan tan buenas vibraciones)
Bueno, como quiero que nuestro casero se encuentre bien y si es posible hacerlo reir, me propongo contar un chiste, pero en silencio. Así que, hecho, contado.
ResponderEliminarMañana toca madrugar para ir a un taller de repostería. <mis visitas a la capital siempre van acompañadas de cursos.Me acordaré de ti en mi shopping tour.
Muacs llenos de ganas de que te animes.Yo lo hago cada vez que te/os leo.
A mi Olga rula a Rosita y a super Gloria muacs enormes
Te queremos pajarito! Sabes? He estrenado zapas y corro un km mas así, del tirón. Nunca había invertido en ellas demasiado y si q hay diferencia, eh? Besos miles playeros! Olga.
ResponderEliminarTe queremos pajarito! Sabes? He estrenado zapas y corro un km mas así, del tirón. Nunca había invertido en ellas demasiado y si q hay diferencia, eh? Besos miles playeros! Olga.
ResponderEliminarPues yo he corrido tanto esta noche durmiendo que hasta me encontré con Pepe y T. No cuento lo que sucedió porque eso me lo guardo para mi y mi estado delta, jaja.
ResponderEliminarMuacs dulces veraniegos de suma y sigue
Hola,hola me he venido a dar una vuelta. Son días dificiles amigos, mi mamá se tiene que operar pronto tiene un tumnor que al parecer no es tan grand epero se lo tinen que sacar bueno ya se imaginan. Ella está muy nerviosa (tiene 81 años) Dios quiera todo salga bien, todavía le sacan examenes. ya saben como es, yo trato de conservar el espiritu y parecer tranquila y rezo,rezo, rezo.
ResponderEliminarLess deseo a todos que esten bien, siempre los quiero aunque a veces no nos "veamos"lo que pasa es que estoy un poco agotadsa.
De hecho a la Espe (que ya saben se las trae, se ha agarrado con la directora del Colegio y la directora de mierda le ha dicho una de cosas que no quiero repetir porqwue me duelen mucho.
Así cvan las cosas, asi va la vida. Un beso grande para todas y especialmente para Teo y el dueño del lugar pepinho, besos
Acepto todo tipo de oraciones , buenas vibras y amor por mi Mamá. besos
ResponderEliminarGLORIA!!!!
ResponderEliminarHe vuelto después de varios días ausente (sin cobertura y desconectado del mundo) en casa de mis suegros y me encuentro con esto. Lo siento, de corazón. Me duele lo que te está pasando. Yo no sé cómo animarte en estos casos, pues no me gustan las frases tópicas y hechas, no me parecen sinceras.
Simplemente, decirte que te queremos (pluralizo porque sé que es así, por lo menos las cuatro fantásticas y Silver Surfer) y que si alguien sabe sobrellevar los problemas eres tú.
Un beso muy grande.
Pepinho.
Gracias Pepinho, siempre agradezco el amor y el cariño, ya les irè contando mi mami anda en el doctor ahora aùn no sè cuando la operan, descansa, besos para ustedes dos, gloria
ResponderEliminarHola pepinho hace mucho tiempo que visito tu blog y me gusta todo lo que haces y el enfoque de tu blog-diario.
ResponderEliminarMe gusta la cocina y desde luego la pasteleria y sigo otros blogs muy conocidos.
Tanto pasearme por la red y despues de pensarlo mucho me he animado a empezar mi propio blog.
Espero hacerlo por lo menos la mitad de bien que tu, ademas esto del blog tiene su veneno que te engancha y no piensas en otra cosa que en lo siguiente que vas ha hacer.
Un saludo
Qué mal! pones unas ilustraciones de postres maravillosos y tienes un blog tan desordenado que no se puede seguir ni copiar ninguna receta QUÉ DESORDEN!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarNO ME AGRADA!!!!!!!! SOLO PROVOCAS... Y NO SÉ CÓMO HACER EL POSTRE TAN BUENO QUE SE VE EN LA FOTOOOOOOOOOOOOOOOOO AJJJJJJJJJJJJJ QUE COLERA ME DAS!!!!!!!!
¡Esto no se hace!!! volver así con este postre!!1 Yo me quedo alucinada, y con una envidia enorme sanísima, pero envidia, por hacer estos postres.
ResponderEliminarMi sueño??' Hacer algo parecido a esto.
Teo está lindísimo y como siempre, unas fotos maravilloas.
Oh Pepin! descubrir tu gastro bitácora fue lo mejor del último domingo veraniego. Nunca antes comí un arroz con conejo tan contundente como el que me proporcionaron tus concisas directrices. A partir de ahí, un verdadero placer perderme entre los ingredientes de tus letras y recetas. Espero que tu evolución siga siendo internetizada para seguirla.Saludos desde la estepa castellana
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarDaría algunos días de mi vida (suena fuerte, pero es así) por saber hacer estas maravillas, y de esta forma tan profesional.
ResponderEliminarCreo que me voy a enganchar a esta página de por vida, jajaja.
Y ahora, me encantaría, te pediría, rogaría, y todos los -rías necesarios, que me dijeras una receta para hacer un glaseado de chocolate brillante pero blanco.
necesito hacerle una tarta a mi sobrino, y no encuentro por ningún sitio una receta.
Mi correo, por si puedes enviarlo ahí, marigelu@gmail.com
Muchísimas gracias.