Morir todavía
Ser comido. Después, preparar otra masa del estilo para hacer unas caracolas de manteca y gianduja.
Del praliné y la gianduja ya he hablado con anterioridad, por lo que no me extenderé demasiado hablando de ello, sólo alguna indicación para aquéllos que llegan por casualidad a esta receta y no son asiduos lectores del blog.
La gianduja es un pasta cremosa compuesta de praliné (pasta de avellanas caramelizadas) y chocolate con leche, como una Nutella © o (casi) Nocilla ©. Preparar la gianduja en casa es toda una sencilla experiencia, pudiendo modificar las proporciones de chocolate a nuestro gusto. Lo más habitual es que ronde el 60-50% del total, dependiendo de la densidad requerida para el uso que le queramos dar.
En estas caracolas, extender una fina capa de gianduja por la superficie de la masa le da el sabor suficiente como para tener unos deliciosos bollos ligeramente hojaldrados. Nunca he probado a añadirle Nutella ©, quizás demasiado grasa y densa, pero intuyo que la cocción en horno a temperatura medio-alta haría que perdiese parte de sus propiedades. Mejor sería preparar una gianduja natural de mayor fluidez y sabor a avellana.
Como insinúa el título de la introducción, aunque no es exactamente una masa para croissant, sí pueden prepararse unos ricos croissants, tal y cómo he hecho alguna vez. Reitero por enésima (o “emésima”, o “jotaésima”…) vez: el hojaldrado de esta masa (u otras fermentadas) es muy sencillo y no requiere demasiada práctica, sólo lleva dos o tres vueltas simples, dependiendo de cuánto hayamos estirado la mantequilla al introducirla en la masa.
Últimamente estoy escribiendo las recetas en intervalos tan breves que no sé ni cómo seguir. Empiezo un párrafo y ya tengo que dejarlo. Para no verme obligado a tener que releerlo y seguir el hilo, el resultado es una serie de comentarios inconexos y caóticos. Pero me pasa en todas la facetas del día a día: los platos los preparo en fases, las correcciones o hasta las sesiones de footing a las que le dedicaba dos horas, ahora hay días en lo que las divido en dos sesiones.
Ha vuelto a pasar, el párrafo anterior fue escrito hace unas seis horas, después de una tarde de sombras. Y he vuelto con el ánimo por los suelos, no sólo por el cansancio y la gélida tarde, porque me he sentido, una vez más, perdido entre las miserias de la abnegación más absoluta. Un más que no es redundante, enfatiza lo absoluto.
Ha vuelto a pasar, ya es tarde y tengo sueño. Estoy de vacaciones laborales (hace años que no existen como tales) y tendré que madrugar. No se puede pasar tanto tiempo durmiendo sólo cinco horas al día. Mal dormidas.
Desde el párrafo anterior ya han pasado veinticuatro horas, o más. Ayer fuimos a ver el desfile de carnaval. La última vez que pude ver a tanta gente fue en la cabalgata de Reyes. En todos los años que llevo en Santiago no recuerdo haber ido nunca a ninguno de los dos pasacalles más populares. La llegada de Teo también ha supuesto un cambio de hábitos y lugares de encuentro.
Las caras de ilusión de los niños mientras veían con total ingenuidad y credulidad el betún que recubría la piel de Baltasar fue, con diferencia, de lo mejor de las pasadas Navidades. Volví a sentirme como un niño mientras recogíamos caramelos… ¡casi 900 gr.!, ¡más de 250 caramelos!.
En un programa de televisión, de esos pocos que valen la pena, aunque a veces dogmaticen demasiado y sólo nos muestren un único punto de vista, pude descubrir algo más sobre lo sencillo de la felicidad. La semilla de la felicidad no está en el dinero ni la fama, ni en cualquier otro de esos objetivos que muchos se han planteado como meta. La felicidad no está nunca garantizada y menos de modo perdurable pero, curiosamente, está muy ligada a sentirse acompañado y a los entresijos de la complicidad en grupos sociales (nada que ver con el FB, por supuesto). Se había comprobado que en aquéllos que poseían un pequeño perro, de esos que se ven cariñosos y divertidos, aumentaba considerablemente el nivel de felicidad y la longevidad. Los argumentos eran de lo más simples y altamente efectivos: tener un perro cariñoso que provoca simpatía en aquellos que se lo encuentran y permite establecer comunicación entre sus dueños y muchas de las personas que reparan en él.
(…) Soy la mamá de Teo. Soy quien más tiempo pasa con él, el que le prepara los purés y se la da todos los días, exceptuando los fines de semana en los que se la suele dar María. Soy en el que confió para agarrarle la mano y desprenderla para dar sus primeros pasos. Soy el que le prepara y da el biberón, quien lo acuesta y el que se levanta por las noches. Soy ta-tá… y, a veces, ma-má. Como dice el refrán, “… con gusto no pica”. Cuando llegan las diez de la noche y tienes que empezar a preparara las clases, a corregir trabajos y exámenes, a volver a preparar la comida para el día siguiente, a dedicarle un poco de tiempo a la compañía, a enterarte qué ha pasado en el mundo… estás tan cansado y desganado que sólo quedan momentos para pensar qué ha sido de ti.
Me acabo de quedar dormido. Teo duerme la siesta, hoy le ha costado quedarse dormido, días atrás lo acostaba sin rechistar ni un segundo. Al momento de acostarse se quedó dormido pero le despertó el ruido de la bandeja de horno que se me escapó de las manos. Le asustó y no he tenido más remedio que cantarle una canción para ayudar a tranquilizarlo.
El niño ha vuelto salir, con sus miedos e inseguridades. El niño que sueña y tiene pesadillas. Pensar en el futuro no es malo, lo es si se piensa en un futuro distópico y desconcertante.
Pensó en cuánto le quedaría de vida y en el dolor que sabe tendrá que pasar, la propia muerte o la de algún ser querido. Mucho más dolorosa que la propia muerte lo es la de un ser querido. Para eso habría que estar preparado y, siempre, no pensar demasiado. Lo absoluto y desconcertante le abruma.
El niño tiene sueño y sabe que esta sensación no le abandonará nunca, la de sentirse perdido y sin un objetivo. Sólo un conjunto de placebos que lo mantienen ocupado a él y a su mente.
Ha despertado y ve el mundo con relativo optimismo, no demasiado, como si parte de los pensamientos que le habían recorrido la noche anterior hubiesen sido fruto de una fiebre pasajera e incomprensible. Su visión del mundo es nítida, y el sol, que todavía no había salido, iluminará el día. El caos ya no se apodera de sus pensamientos.
No se atreve a hacerlo, a pensar, porque el pensamiento es su perdición. Antes no le importaba morir, ahora está lleno de miedos.
Parece que han pasado varios días desde que se levantó. El día es eterno, desea que llegue la noche para descansar. Hoy no estará su mujer y no le importa. Tendrá varias cosas que hacer y prefiere llevarlo con absoluta soledad y tranquilidad.
Esa desconcertante sensación de vacío repentino cuando se retira un espacio ocupado y parecen haber desaparecido tus objetivos, o peor, desconoces aquello que te hará sentir feliz. No sirve el ocio y quieres actuar, hacer, tocar, pintar, sonar, crear. Perderte en una eterna retahíla de propósitos que te planteaste el 1 de enero de los últimos mil años.
Unas veces la vida parece eterna, otras deseas que nunca se acabe. Haces cálculos del tiempo que te queda: cincuenta, cuarenta, treinta, diez años o cinco minutos, si quien tiene el poder del capricho desea robarte el aliento en estos instantes.
Y piensas en cuánto tiempo perdido hablando y contando estupideces, en cuánto pudiste haber aprovechado aquellos momentos de amor que ya no son iguales, sólo parecidos. Que el amor cambia, dicen que ni a mejor ni a peor, sólo cambia, como el de una madre a su hijo o, peor, el de agradecimiento de un caniche a su amo.
¡Cuántos errores cometidos! ¡Cuánta terquedad! Quisiste haberte ido lejos, a otro país, pero no tuviste esa valentía. Te reconfortas pensando en que sabes que no habrías sido más feliz, que los problemas están en ti, hasta el propio paraíso terrenal te hubiese asqueado tarde o temprano. Es el problema de los inconformistas, de los perfeccionistas del sentimiento, los asquerosos e insoportables eternos quejicas que nadie quiere ver delante.
Déjeme decirle algo: no sabes lo que quieres. Como siempre has actuado para otros ahora te ves perdido en un mar de identidades falsas en dónde no puedes reconocer la tuya.
Es el momento de vivir, dedicándole unos segundos a sentir los latidos que de tu cuerpo brotan. Cansado, le das más vueltas a la cabeza y no duermes.
Masa de caracolas (o croissants)
(2) Aplanamos ligeramente la masa, formando un rectángulo de unos 2-3 cm de espesor. Envolvemos la masa en película de cocina (film) y dejamos reposar toda la noche en el frigorífico. Así estará suficientemente fría para poderla hojaldrar y que no re retraiga, también la fermentación será más lenta. Lo ideal es preparar la masa la noche anterior para hornearlos al mediodía. Con un par de horas en el frigorífico podría ser más que suficiente y no tendremos que dejarla toda la noche. La idea es que la masa no tenga correa y sea manejable a la hora de hojaldrar.
A diferencia del hojaldre, las masas fermentadas se hojaldran con poca mantequilla y con únicamente unas dos, tres o hasta cuatro vueltas sencillas a lo sumo. En este caso, si inicialmente extendemos bien la mantequilla, con dos vueltas será más que suficiente. Siempre con un reposo de 1 ó 2 horas en el frigorífico para poder dar la siguiente vuelta con mayor facilidad. Como ya de dicho otras veces, el hojaldrado del las masas fermentadas es muchísimo más sencillo que el de un hojaldre: por el número de vueltas o mantequilla usada, porque un perfecto hojaldrado tampoco es tan importante o, sobre todo, porque no es (tan) crítico añadirle un poco de harina durante el proceso si se pega a la superficie de trabajo.
(3) Al día siguiente o pasadas unas dos horas estiramos la masa con el rodillo de modo que forme un rectángulo de unos 1-2 cm de espesor, más bien 2 cm. Trabajamos con las manos la mantequilla para hojaldrar, de modo que tenga una consistencia similar a la masa y no tenga pegotes ni durezas. Las durezas no se extenderían con facilidad y formarían unos pegotes desluciendo el hojaldrado. Durante el proceso de hojaldrado podemos enharinar ligeramente la mantequilla con ayuda de un colador, pero sólo en el caso de tengamos dificultades y se pegue a la superficie de trabajo.
Extendemos la mantequilla de modo que cubra 2/3 de la masa en sentido longitudinal (por el lado largo) y no llegue a los bordes, al estirarla se saldría. Doblamos en tres pliegues de modo que quede la parte que no lleva mantequilla entre las otras dos que sí llevan (ver imagen). Procedemos a estirar la masa con un rodillo hasta que vuelva a tener entre 1 ó 2 cm de espesor. Repetimos el proceso con dos dobleces como antes (tres partes). Envolvemos bien en película de cocina y dejamos enfriar en el frigorífico por período de una o dos horas mínimo. Yo lo dejo diez minutos en el congelador y una hora en el frigorífico.
(3) Pasado el tiempo, retiramos del frigorífico y damos una última vuelta sencilla. Si vemos que la masa está algo dura la dejamos a temperatura ambiente durante unos 10-20 minutos antes de darle la vuelta para que la mantequilla se extienda bien entre la masa. Volvemos a dejarla en el frigorífico en vuelta en película de cocina antes de proceder a estirarla. Al final sólo habremos dado dos vueltas sencillas.
Estiramos la masa en forma rectangular, más del doble de largo que de ancho para que al envolver la masa para formar caracolas nos queden suficientemente grandes. Pintamos con la Guianduja, extendiéndola generosamente, y recortamos en tiras de unos 3-4 centímetros de grosor. Enrollamos las tiras para formar las caracolas y las depositamos sobre una bandeja con papel para horno. Dejamos que fermenten hasta que dupliquen su volumen. Como las hemos estirado con la masa fría necesitaremos unas dos horas (fácil) o incluso tres. Si no las vamos a hornear de inmediato las podemos cubrir con película de cocina y guardar en el frigorífico o congelarlas.
Precalentamos el horno a unos 185-190º C. Fuera del horno pintamos la superficie de las caracolas con huevo batido e introducimos en el horno caliente. Horneamos hasta que estén doradas y aspecto de estar cocinadas, unos 20 minutos. Al retirarlas de horno podemos pintarlas con un jarabe a base de azúcar y agua (a partes iguales)
Gianduja (relleno)
Ser comido. Después, preparar otra masa del estilo para hacer unas caracolas de manteca y gianduja.
Del praliné y la gianduja ya he hablado con anterioridad, por lo que no me extenderé demasiado hablando de ello, sólo alguna indicación para aquéllos que llegan por casualidad a esta receta y no son asiduos lectores del blog.
La gianduja es un pasta cremosa compuesta de praliné (pasta de avellanas caramelizadas) y chocolate con leche, como una Nutella © o (casi) Nocilla ©. Preparar la gianduja en casa es toda una sencilla experiencia, pudiendo modificar las proporciones de chocolate a nuestro gusto. Lo más habitual es que ronde el 60-50% del total, dependiendo de la densidad requerida para el uso que le queramos dar.
En estas caracolas, extender una fina capa de gianduja por la superficie de la masa le da el sabor suficiente como para tener unos deliciosos bollos ligeramente hojaldrados. Nunca he probado a añadirle Nutella ©, quizás demasiado grasa y densa, pero intuyo que la cocción en horno a temperatura medio-alta haría que perdiese parte de sus propiedades. Mejor sería preparar una gianduja natural de mayor fluidez y sabor a avellana.
Como insinúa el título de la introducción, aunque no es exactamente una masa para croissant, sí pueden prepararse unos ricos croissants, tal y cómo he hecho alguna vez. Reitero por enésima (o “emésima”, o “jotaésima”…) vez: el hojaldrado de esta masa (u otras fermentadas) es muy sencillo y no requiere demasiada práctica, sólo lleva dos o tres vueltas simples, dependiendo de cuánto hayamos estirado la mantequilla al introducirla en la masa.
Últimamente estoy escribiendo las recetas en intervalos tan breves que no sé ni cómo seguir. Empiezo un párrafo y ya tengo que dejarlo. Para no verme obligado a tener que releerlo y seguir el hilo, el resultado es una serie de comentarios inconexos y caóticos. Pero me pasa en todas la facetas del día a día: los platos los preparo en fases, las correcciones o hasta las sesiones de footing a las que le dedicaba dos horas, ahora hay días en lo que las divido en dos sesiones.
Ha vuelto a pasar, el párrafo anterior fue escrito hace unas seis horas, después de una tarde de sombras. Y he vuelto con el ánimo por los suelos, no sólo por el cansancio y la gélida tarde, porque me he sentido, una vez más, perdido entre las miserias de la abnegación más absoluta. Un más que no es redundante, enfatiza lo absoluto.
Ha vuelto a pasar, ya es tarde y tengo sueño. Estoy de vacaciones laborales (hace años que no existen como tales) y tendré que madrugar. No se puede pasar tanto tiempo durmiendo sólo cinco horas al día. Mal dormidas.
Desde el párrafo anterior ya han pasado veinticuatro horas, o más. Ayer fuimos a ver el desfile de carnaval. La última vez que pude ver a tanta gente fue en la cabalgata de Reyes. En todos los años que llevo en Santiago no recuerdo haber ido nunca a ninguno de los dos pasacalles más populares. La llegada de Teo también ha supuesto un cambio de hábitos y lugares de encuentro.
Las caras de ilusión de los niños mientras veían con total ingenuidad y credulidad el betún que recubría la piel de Baltasar fue, con diferencia, de lo mejor de las pasadas Navidades. Volví a sentirme como un niño mientras recogíamos caramelos… ¡casi 900 gr.!, ¡más de 250 caramelos!.
En un programa de televisión, de esos pocos que valen la pena, aunque a veces dogmaticen demasiado y sólo nos muestren un único punto de vista, pude descubrir algo más sobre lo sencillo de la felicidad. La semilla de la felicidad no está en el dinero ni la fama, ni en cualquier otro de esos objetivos que muchos se han planteado como meta. La felicidad no está nunca garantizada y menos de modo perdurable pero, curiosamente, está muy ligada a sentirse acompañado y a los entresijos de la complicidad en grupos sociales (nada que ver con el FB, por supuesto). Se había comprobado que en aquéllos que poseían un pequeño perro, de esos que se ven cariñosos y divertidos, aumentaba considerablemente el nivel de felicidad y la longevidad. Los argumentos eran de lo más simples y altamente efectivos: tener un perro cariñoso que provoca simpatía en aquellos que se lo encuentran y permite establecer comunicación entre sus dueños y muchas de las personas que reparan en él.
(…) Soy la mamá de Teo. Soy quien más tiempo pasa con él, el que le prepara los purés y se la da todos los días, exceptuando los fines de semana en los que se la suele dar María. Soy en el que confió para agarrarle la mano y desprenderla para dar sus primeros pasos. Soy el que le prepara y da el biberón, quien lo acuesta y el que se levanta por las noches. Soy ta-tá… y, a veces, ma-má. Como dice el refrán, “… con gusto no pica”. Cuando llegan las diez de la noche y tienes que empezar a preparara las clases, a corregir trabajos y exámenes, a volver a preparar la comida para el día siguiente, a dedicarle un poco de tiempo a la compañía, a enterarte qué ha pasado en el mundo… estás tan cansado y desganado que sólo quedan momentos para pensar qué ha sido de ti.
Me acabo de quedar dormido. Teo duerme la siesta, hoy le ha costado quedarse dormido, días atrás lo acostaba sin rechistar ni un segundo. Al momento de acostarse se quedó dormido pero le despertó el ruido de la bandeja de horno que se me escapó de las manos. Le asustó y no he tenido más remedio que cantarle una canción para ayudar a tranquilizarlo.
El niño ha vuelto salir, con sus miedos e inseguridades. El niño que sueña y tiene pesadillas. Pensar en el futuro no es malo, lo es si se piensa en un futuro distópico y desconcertante.
Pensó en cuánto le quedaría de vida y en el dolor que sabe tendrá que pasar, la propia muerte o la de algún ser querido. Mucho más dolorosa que la propia muerte lo es la de un ser querido. Para eso habría que estar preparado y, siempre, no pensar demasiado. Lo absoluto y desconcertante le abruma.
El niño tiene sueño y sabe que esta sensación no le abandonará nunca, la de sentirse perdido y sin un objetivo. Sólo un conjunto de placebos que lo mantienen ocupado a él y a su mente.
Ha despertado y ve el mundo con relativo optimismo, no demasiado, como si parte de los pensamientos que le habían recorrido la noche anterior hubiesen sido fruto de una fiebre pasajera e incomprensible. Su visión del mundo es nítida, y el sol, que todavía no había salido, iluminará el día. El caos ya no se apodera de sus pensamientos.
No se atreve a hacerlo, a pensar, porque el pensamiento es su perdición. Antes no le importaba morir, ahora está lleno de miedos.
Parece que han pasado varios días desde que se levantó. El día es eterno, desea que llegue la noche para descansar. Hoy no estará su mujer y no le importa. Tendrá varias cosas que hacer y prefiere llevarlo con absoluta soledad y tranquilidad.
Esa desconcertante sensación de vacío repentino cuando se retira un espacio ocupado y parecen haber desaparecido tus objetivos, o peor, desconoces aquello que te hará sentir feliz. No sirve el ocio y quieres actuar, hacer, tocar, pintar, sonar, crear. Perderte en una eterna retahíla de propósitos que te planteaste el 1 de enero de los últimos mil años.
Unas veces la vida parece eterna, otras deseas que nunca se acabe. Haces cálculos del tiempo que te queda: cincuenta, cuarenta, treinta, diez años o cinco minutos, si quien tiene el poder del capricho desea robarte el aliento en estos instantes.
Y piensas en cuánto tiempo perdido hablando y contando estupideces, en cuánto pudiste haber aprovechado aquellos momentos de amor que ya no son iguales, sólo parecidos. Que el amor cambia, dicen que ni a mejor ni a peor, sólo cambia, como el de una madre a su hijo o, peor, el de agradecimiento de un caniche a su amo.
¡Cuántos errores cometidos! ¡Cuánta terquedad! Quisiste haberte ido lejos, a otro país, pero no tuviste esa valentía. Te reconfortas pensando en que sabes que no habrías sido más feliz, que los problemas están en ti, hasta el propio paraíso terrenal te hubiese asqueado tarde o temprano. Es el problema de los inconformistas, de los perfeccionistas del sentimiento, los asquerosos e insoportables eternos quejicas que nadie quiere ver delante.
Déjeme decirle algo: no sabes lo que quieres. Como siempre has actuado para otros ahora te ves perdido en un mar de identidades falsas en dónde no puedes reconocer la tuya.
Es el momento de vivir, dedicándole unos segundos a sentir los latidos que de tu cuerpo brotan. Cansado, le das más vueltas a la cabeza y no duermes.
Masa de caracolas (o croissants)
- 200 gr. de harina de fuerza (de pan)
- 40 gr. de azúcar.
- 6 gr. de sal fina.
- 6 gr. de leche en polvo.
- 1 vaina de vainilla (opcional), las semillas interiores.
- 20 gr. de manteca de cerdo (puede ser mantequilla).
- 8 gr. de levadura de panadería.
- ~90 gr/ml de agua.
- Para hojaldrar: 70 gr. de mantequilla de buena calidad (La Asturiana o Pressident dan buen resultado)
(2) Aplanamos ligeramente la masa, formando un rectángulo de unos 2-3 cm de espesor. Envolvemos la masa en película de cocina (film) y dejamos reposar toda la noche en el frigorífico. Así estará suficientemente fría para poderla hojaldrar y que no re retraiga, también la fermentación será más lenta. Lo ideal es preparar la masa la noche anterior para hornearlos al mediodía. Con un par de horas en el frigorífico podría ser más que suficiente y no tendremos que dejarla toda la noche. La idea es que la masa no tenga correa y sea manejable a la hora de hojaldrar.
A diferencia del hojaldre, las masas fermentadas se hojaldran con poca mantequilla y con únicamente unas dos, tres o hasta cuatro vueltas sencillas a lo sumo. En este caso, si inicialmente extendemos bien la mantequilla, con dos vueltas será más que suficiente. Siempre con un reposo de 1 ó 2 horas en el frigorífico para poder dar la siguiente vuelta con mayor facilidad. Como ya de dicho otras veces, el hojaldrado del las masas fermentadas es muchísimo más sencillo que el de un hojaldre: por el número de vueltas o mantequilla usada, porque un perfecto hojaldrado tampoco es tan importante o, sobre todo, porque no es (tan) crítico añadirle un poco de harina durante el proceso si se pega a la superficie de trabajo.
(3) Al día siguiente o pasadas unas dos horas estiramos la masa con el rodillo de modo que forme un rectángulo de unos 1-2 cm de espesor, más bien 2 cm. Trabajamos con las manos la mantequilla para hojaldrar, de modo que tenga una consistencia similar a la masa y no tenga pegotes ni durezas. Las durezas no se extenderían con facilidad y formarían unos pegotes desluciendo el hojaldrado. Durante el proceso de hojaldrado podemos enharinar ligeramente la mantequilla con ayuda de un colador, pero sólo en el caso de tengamos dificultades y se pegue a la superficie de trabajo.
Extendemos la mantequilla de modo que cubra 2/3 de la masa en sentido longitudinal (por el lado largo) y no llegue a los bordes, al estirarla se saldría. Doblamos en tres pliegues de modo que quede la parte que no lleva mantequilla entre las otras dos que sí llevan (ver imagen). Procedemos a estirar la masa con un rodillo hasta que vuelva a tener entre 1 ó 2 cm de espesor. Repetimos el proceso con dos dobleces como antes (tres partes). Envolvemos bien en película de cocina y dejamos enfriar en el frigorífico por período de una o dos horas mínimo. Yo lo dejo diez minutos en el congelador y una hora en el frigorífico.
(3) Pasado el tiempo, retiramos del frigorífico y damos una última vuelta sencilla. Si vemos que la masa está algo dura la dejamos a temperatura ambiente durante unos 10-20 minutos antes de darle la vuelta para que la mantequilla se extienda bien entre la masa. Volvemos a dejarla en el frigorífico en vuelta en película de cocina antes de proceder a estirarla. Al final sólo habremos dado dos vueltas sencillas.
Estiramos la masa en forma rectangular, más del doble de largo que de ancho para que al envolver la masa para formar caracolas nos queden suficientemente grandes. Pintamos con la Guianduja, extendiéndola generosamente, y recortamos en tiras de unos 3-4 centímetros de grosor. Enrollamos las tiras para formar las caracolas y las depositamos sobre una bandeja con papel para horno. Dejamos que fermenten hasta que dupliquen su volumen. Como las hemos estirado con la masa fría necesitaremos unas dos horas (fácil) o incluso tres. Si no las vamos a hornear de inmediato las podemos cubrir con película de cocina y guardar en el frigorífico o congelarlas.
Precalentamos el horno a unos 185-190º C. Fuera del horno pintamos la superficie de las caracolas con huevo batido e introducimos en el horno caliente. Horneamos hasta que estén doradas y aspecto de estar cocinadas, unos 20 minutos. Al retirarlas de horno podemos pintarlas con un jarabe a base de azúcar y agua (a partes iguales)
Gianduja (relleno)
- 60 gr. de chocolate con leche (para cobertura, mejor)
- 60 gr. de praliné de avellana (60/40)
Pepe me dejas triste. No me gusta verte tan agobiado. Todo pasa, lo bueno y lo malo. Las caracolas tienen una pinta estupenda, aunque es lo que menos me preocupa ahora... Besos 2040!
ResponderEliminarTengo que probar la Gianduja, me tiene perdida...
ResponderEliminarTambién me encantaría saber quién eres de verdad. Tengo una apuesta y me gusta ganar.
Un saludo, Begoña
Tengo el babero... se me cae la baba a chorro de sólo ver las fotos. Me tengo que animar con la masa de croissants que la he visto ya por varios blogs y aunque me encantan no saco tiempo! un besito. Deliciosas.
ResponderEliminarDeliciosas las caracolas. Yo las relleno de queso y jamón y están de lujo.
ResponderEliminarTomo nota.
besitos desde Castellón.
Sólo los genios, los locos de la pintura, los grandes músicos inspirados, los inventores visionarios, los matemáticos-físicos-científicos ególatras, los sedientos de poder, los iluminados por el espíritu, los aventureros en permanente expedición, los guerreros suicidas y algún otro para el que no encuentro profesión, se libran de esto que llamamos "vida corriente".
ResponderEliminar¿Cuál de ellos quieres ser?
Yo no consigo decidirme.
Esperanza.
Hola Pepé , perdona que me atreva a comentar tú estado de animo.Te sigo hace unos meses tus recetas son exquisitas,tus reflexiones me inquietan.Creo y perdona otra vez , que tendrás que reorganizar tu vida, tus tiempos, no es bueno para tí ni para tu familia que acumules ese cansancio de meses, estoy segura de que tu pareja lo entenderá si se lo explicas .A veces no percibimos lo que otros hacen por nosotros , pero cuando se dice todo va mejor.Perdona otra vez se que tus reflexiones son una "terapia", pero por experiencia te digo que el dar sin recibir termina frustrando.Solamente el amor a un hijo es incondicinal, el resto necesita compensación.
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios,
ResponderEliminarCuando uno es joven, más joven, no se le da importancia a algo tan importante como dormir. Tal vez sea porque se puede hacer a cualquier hora y no hay mayor obligación que el estudio.
Cuando se va creciendo, crecen las obligaciones y las dependencias. Es entonces cuando es muy importante dormir y descansar para no darle demasiadas vueltas a la cabeza.
Llevo varios meses durmiendo entre 4 y 6 horas, como muchísimo, y la cosa va a peor. Tendré que plantearme meterme en cama a las 23:30, dejando de lado alguna de las obligaciones menos críticas. Sé que, con suerte, a las siete de la mañana estaré en pie, y si me acuesto a las 2 tendré un máximo de 5 horas. No existen fines de semana.
Ayer M tuvo una cena de las compañeras de aerobic y llegó tarde, pero eso no cambia nada, me levanté a la hora de siempre para coger a T y durante unos minutos de relajación mientras M no se levantaba pude publicar la receta. Después la vida va muy rápida: salí a correr un poco (es lo único que tengo para mí) y de vuelta a preparar todo para irnos a Ferrol. Acabo de llegar y ya tengo que prepararle el puré de Teo...
Un beso.
Nos hablamos.
Hola, al menos hoy por San Martin Pinario no se te veía tan agobiado. Casi me atropellas, jeje, en mi camino al Hostal para el Taller con el resto del grupo.
ResponderEliminarComo ves.....puedo ser discreta.
Muacs dulces y ánimo, hay luz al final de túnel.
Hola pepe, la verdad es que me cuesta un poco comentar en tu blog ya que hace mucho tiempo que lo sigo pero nunca me decido a escribirte nada, solo decirte que las recetas me sorprenden siempre (los pasos muy claros i las fotografias fantasticas) i que aunque se que escribes desde el otro lado de la peninsula siempre lo siento cercano porque seguramente vives muy cerca de una de las personas a quien mas quiero... mi hermana... muy pronto iré a conocer esta fantastica ciudad...
ResponderEliminarGràcies. I molts ànims!
Judit
animo! te mando buenas vibraciones aunque sea de las frias por estar en londres, la giuanduja me vuelve loca, y tus caracolas me parecen deliciosas y espectaculares, saludos
ResponderEliminarPepinho una pequeña explicación, no haía venido porqe estoy en la playa y con un notebook para 4 personas, nunca llega mi turno... y cuando estoy me dicen, ya lo vas a desocupar?? no he pubicado nuevas recetas aunque tengo fotos, en algún momento me resultará espero, en todo caso volvemos el Martes (gracias a Dios) los niños han estado bien pero para mi no ha sido fácil por muchas razones.
ResponderEliminarAunque la Espe se agarró con Gerardo y a él le subió la presión y yo termino llorando, es lógico, es mucha la presión.
El Dito y yo somos muy parecidos, sufrimos gual.
Bueno Pepinho sabemos como es la cosa mi niño, siento que estes así solo guardo siempre la espranza que ese tesoro qe tienes TEO al final será lo que te dará más alegrías que nada, es aún muy demandante por la edad pero creéme que después rápidamente son independientes.DEmasiado..
Te mando besoos y ánimos, con mucho cariño, para tí y Teo.
Quiero hacer estos croissants o caracolas, la verdad nunca he puesto croissants en el blog, me gustaría. Un abrazo fuerte,fuerte, gloria
Hola,
ResponderEliminar¿Atropellar? ¿Estabas entre una banda de infantes de la que me tuve que apartar en cuanto pude?. En el túnel había un guitarrista y dos chicas que le daban unas monedas, en cuanto se dieron la vuelta el chico les miró el trasero. Seguí agotado cuesta arriba, todavía lo recuerdo, esquivé a una chica para no salir en la foto que le hacía a su novio, miré al frente y no me hacía ninguna gracia meterme embarrado entre la multitud que bajaba cual “los siete magníficos”. Giré a la izquierda entre unos coches, pasé al lado de SMP y me encontré con un grupo multitudinario de personas con pañuelos en el cuello. Me fui a dar una pequeña vuelta antes de volver a casa, estaba agotado y aturdido, venía de subir tres veces el Pedroso y con un sueño de narices... 4 horas y media, como mucho.
“Agobiado” no se me vería. Agotado y tambaleante, seguro. Para más, me tocaba día de visita a tierras lejanas. La próxima vez espero no estar pensando en las nubes...
Un beso.
Judit, gracias. Espero que no llueva, o si lo hace que sea esa lluvia menuda que dicen que es arte... eso dicen.
Gracias.
Pity, gracias. Si tuviese que escoger una ciudad en la que vivir, Londres estaría entre las diez primeras. Creo que me iría todavía más al norte.
Saludos.
Gloria,
Esa estampa que nos muestras, en estos momentos es motivo de envidia. El sol lo cura casi todo, por supuesto, nada de playas masificadas ni gente revoloteando por la toalla, sólo la soledad y la tranquilidad de una playa desierta. Ejercer de madre, organizadora, psicóloga,... es duro y difícil. Quisiera desearte mucho ánimo y fuerza, espero algún día escribirte con más calma...
Por mi parte, te remito un beso...
Mañana será otro día...
Sí yo iba de última en el grupo de los 7 magníficos, aunque éramos 3, entre ellos Flavio Morganti.
ResponderEliminarHoy me he acordado de ti muchísimo y mañana será por triplicado con Knam, Morató y Mielcke.
Agobiado= cansado, pensando en sabe Dios qué c..
Muacs forunianos
El sol. No sé Pepinho pero puede que ayude a veces. Pero no creas, a veces es igual de difícil gracias por tu cariños y ánimos, tambien viviría en Londres feliz, envidio a Pity, en serio, además siempre he soñado con ir a Inglaterra y conocer mis parientes.
ResponderEliminarTe dije qie vi a Teo caminando, se ve delicioso! s elo mostré al Dito y le encantó, el Dito es un cielo, besoosss gloria
Salto al vacío me ha parecido genial. Siento muchas veces, esa misma sensación. Lo has descrito muy bien. Un saludo
ResponderEliminarBerta, ¡qué pena no poder asistir! Se ve muy interesante (menos eso de ir a comprar a la plaza de abastos ;-))
ResponderEliminarBesos
Gloria, con la lluvia y el temporal que está cayendo por aquí nos llegaría con un rayo de sol.
Ese vídeo fue del primer día. Hay otro en vimeo de la semana siguiente. Ahora ya corre.
+ besos
Macufeliz, creo que has escogido la mejor versión de macarons de chocolate que he publicado. Las cantidades no son excesivas, quizás obtendrás entre 10-15 macarons, dependiendo del tamaño. Piensa que el macaron tiene dos caras ;-). Al hornear quedan unas dos bandejas (exactas).
He probado a hacer macarons con merengue italiano (almíbar) y con merengue francés (sin montar claras). Para mí, la mejor versión es ésta, la que lleva almíbar. Es así como lo hacen muchos de los más prestigiosos reposteros franceses, otra cosa es qué receta ponen en los libros para aficionados a la cocina, en la que prefieren no complicarles la vida.
El almíbar le da un tono más brillante y liso. Aunque el merengue francés es más apropiado que el italiano para hornear (el italiano queda como chicle), al llevar tanta almendra y azúcar su principal función es la de darle consistencia y brillo.
Gracias. Un Saludo.
Linda, es bueno no sentirse solo.... (ni raro) gracias.
Hola, espero que ahora tengas más momentos de claridad. Sé qué es eso de pensar demasiado (a veces me decía a mí misma cuando caía en eso: 'P..a mente!'..)
ResponderEliminarQué bien te queda el hojaldrado, se ve de coña en la foto. A mí también me gusta la mantequilla Pres., pero la que va en una especie de cajita de cartón que se desmonta del todo y la puedes sacar de una pieza; es que un día probé la Fácil de untar (para hacer trampa e ir más rápida con el hojaldrado) y fue fatal. Siempre se aprende.
A mí también me gustaría estar en la playa, como Gloria. Es que este invierno se me está haciendo muy pesado, y lo que queda! Siempre me hace gracia el aguante que tiene Berta de no decirte nada cuando te ve; sí, ya sé que es lo que quieres, mantener tu anonimato; pero si un día te reconozco paseando por Barcelona, ¿quieres quieres decir que no te podré ni siquiera saludar con la mano? O con un gesto identificativo? No sé, algo así como amasando o plegando un hojaldre... ;·)
Que estéis bien, y besos.
Eh! No había visto el nuevo vídeo! Qué bueno cómo va directo a lo suyo, y cómo pasa de la bolsa de patatas sucedáneas puestas al lado! Hola, Teo, guapo!
ResponderEliminar¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS, PEPINHO!! con gente como tú es un placer la blogosfera :-) esta semana los haré siguiendo tus instrucciones, ya te contaré qué tal! Gracias!
ResponderEliminarEllerinize saglik mmmmmmmmmm nefis
ResponderEliminarPues mira que soy políglota, pero no entiendo nada. Parece que ha gustado que dice mmmmmmmmmmm.
ResponderEliminarSi quieres ir a Amio que los de Sosa tienen un stand para acampar allí y probar todo lo que tienen, me lo dices y te dejo en recepción las entradas. Yo de ti no me lo pensaba más, seguro que te va a gustar, y es tan grande que no nos vemos. Vamos que me meto debajo de una cortina todo el tiempo.
Muacs dulces
jajjajajaj un chino, un turco, esto se está poniendo internacional a tope. Vas a tener que abrirte...... your mind, quiero decir, jajajja. Besos ¿cuántos? 2060 ya???
ResponderEliminarBueno, no se que decirte......Yo tengo un "Marc" de 14 meses, y me tiene agotada. Nos queda un añito muy laaaargo, despues todo pasa, poco a poco se despegan de nosotros y estos tiempos se añoran muchisimo, aunque no lo creas. En cuanto mi Marc me deje hago esta receta, a ratitos, pongo unos ingredientes, a la hora el resto... y asi voy como tú, poco a poco todo el dia. Un beso.
ResponderEliminar¡Qué precioso TEO! Qué maravillosas tus recetas...Pepinho!
ResponderEliminarPero, hoy estoy aquí porque a lo mejor mañana me olvido...(no creo, jejeje)FELICES VÍSPERAS, PEPINHO! Ojalá puedas dormir bien esta noche; por lo menos, relajarte y descansar.
Si mañana fuera tu cumpleaños...¿qué regalo te gustaría? Bueno, sólo en el caso hipotético de que fuera tu cumple, claro.
Me gustaría regalarte (si fuera tu cumpleaños) un día de 48 hrs...o más! Sol, música y un poco de tranquilidad;Bueno, también un beso enorme, enorme y TEO a tu lado ¿qué te parece?
Muuuuchos besos de "all of us..." y, por si fuera mañana tu cumpleaños: ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, cumpleaños feliz, te deseamos todos...CUMPLEAÑOS FELIZ!
Bicos, moitos, Pepe!
Montalbano and all the family!
FELICIDADES PEPE!!!!
ResponderEliminarERES ESPECIAL Y TE MERECES QUE ESTE ESPACIO SE VENGA ABAJO LLENÁNDOSE DE MILES DE MENSAJES DE TODOS TUS LECTORES.
Gracias por ser como eres, por corre y contárnoslo; por cuidar de T y disfrutarlo con sus tías cibernéticas; por cocinar como lo haces y aún por encima ser tan generoso con nosotrasy contarnos cómo lo has hecho; gracias por estar en los malos momentos, por dejarnos entrar y vivir tu faceta de padre; por llenar de alegría mis paseos por Santiago y cruzarte en mi camino para no ser molestado; gracias por ser defensor de la Nutella; por detestar las grandes superficies los fines de semana; gracias por decirnos cómo son los ojos de Martín, de enseñarnos tus lugares visitados y poder disfrutarlos en la distancia; gracias por descubirme dónde hay mantequilla de hojaldrar: gracias por ayudar a C cuando lo necesitó y GRACIAS
por aguantarme todo este tiempo en silencio pero sin picor ni calenturas como la crema famosa. GRACIAS por decir siempre que volverías y lo hiciste; gracias por dejarnos ver tus pelis, videos y gustos por las flores, los pendientes de no perlas, please"
vive cada momento lleno de intensidad con los tuyos porque la vida cansa y las emociones fuertes son para cuando podemos reconocerlas y apasionarnos con ellas.
Muacs enormes de una "condicional´2, jeje
Por suerte NO LO ES, como decía Groucho a un “amigo”: “como sigas cumpliendo años acabarás muriéndote”. Como cumpledías pediría: haberme acostado hace más de una hora, no tener que acostarme dentro de otra, no tener que levantarme en toda la noche o que durante todo el día pudiese hacer algo para mí, sólo algo. También pediría que alguien me explique claramente el porqué de las cosas, por qué un granito de arena se considera tan grande siendo tan poca cosa, por qué cuando desaparezca no pasará nada y habrá sido como si no hubiese existido, polvo. Son tantas cosas que nunca querría nada material, total, acabaría en un cajón y muriéndose por falta de uso.
ResponderEliminarUn beso muy grande!
Olga, pues Teo ya empieza con el inglés (y chino). Dice indistintamente: si/yes, también dice: esso, essto, pa-pá, ma-m'a, muuuuuu, ssis,....
Besos 2061
Carlota, yo llevo unos meses bastante duros desde el punto de vista de libertad y sueño. Imposible hacer prácticamente nada que no sea rutina. Me levanto después de haber dormido entre 4 y 6 horas, lo cojo de la cuna y le preparo el biberón, antes me ducho con su cara pegada en el cristal de la mampara. Menos los lunes, a las 8 salgo a trabajar y vuelvo a la 1 de la tarde, período en el que está una chica con él. Le doy la comida e intento que no se desmadre, tira y recojo toda la casa 100 veces al día. Después intento preparar la comida para M (yo, a veces, ya como cualquier cosa, si es que lo hago).
Con el tiempo loco que ha hecho hoy he tenido que salir a dar una vuelta por los soportales de la plaza pero Teo no hacía más que ir al agua. Tuve que subir a cambiarlo. Llegó M y salí a correr una hora y media antes de que se fuese de vuelta al trabajo. Volví empapado por la lluvia y me duché, otra vez con su cara en la mampara. Le di la merienda y salimos a un centro comercial a dar vueltas corriendo detrás de él o llevándolo en brazos.
Agotados, volvimos a casa y fui organizando las cosas para el puré de mañana. Monté una mesa de actividades con él y “jugamos unos minutos”. Le preparé el agua para el biberón. Al estar solo, como sale del baño con prisas y sueño, tiene que estar todo bien preparado para que no pierda el tiempo y la espera sea soportable. Le puse el pijama y recogí por enésima vez todo. Le di el biberón y lo llevé a cama. Volví a recogerlo todo.
Más tarde de las 10, no sé exactamente a qué hora, llegó M del ensayo de una actuación para la cena (de disfraces) de empresa de mañana. Llegó lesionada y tuve que darle crema y explicarle cómo es eso de los estiramientos. Me fui a la cocina. Acabé más allá de las 12 de la noche y todavía tengo los platos sin recoger, tengo que preparar la ropa y dos cosas para las clases de mañana.
Mañana T se levantará temprano y habré dormido poco, si tengo la suerte de que no se despierte por la noche (anteayer estuve con él desde las 4:30 a 6:00 de la madrugada). Cuando vuelva tendré que darle la comida y preparar la de María. Después estaré con él casi toda la tarde y estaré de nuevo solo para acostarlo. El sábado M tendrá resaca y madrugaré para pasearlo por lo soportales mientras llueve. Cuando despierte M saldré a correr para hacer la comida al volver....
Ufff
¿Un año largo? ¿Cuánto dura un año largo?
Un beso.
Gracias Berta, ufff,
ResponderEliminarSabes, soy muy tímido, me gusta pasar desapercibido, por eso tengo un Blog ;-). Ese falso “NO LO ES” es un ejemplo de ello. No me gusta sentirme centro de conversación u observado, pues me siento incómodo con ello. Prefiero una sonrisa a una palmada en la espada y quizás prefiera un guiño en la lejanía.
Si por algún motivo hubiese que repartir agradecimientos, sería yo el que más motivos para hacerlo tendría (no es un cumplido, es algo que sale de lo más sincero de mi corazón). No (siempre) me creo los mensajes aduladores, pues conozco mis defectos más que nadie. Pero reconozco, o eso creo, los mensajes sinceros y esos me llenan de Felicidad y reconfortan en los malos momentos. Desde pequeño siempre he hecho caso omiso de las adulaciones, si es que llegaban. Ahora he aprendido a utilizar una de cada diez en mi favor, que sin creerlas las tomo para sentirme bien por unos instantes. Como esas (que ante ignoraba y) que me llegan últimamente a través de M y le pregunto como un niño pequeño ¿quién te ha dicho eso de mí? Algo es algo.
Quizás un blog no sea el punto de encuentro ideal para entablar amistad(es) pero, por lo que a mí respecta, echo mucho de menos (cuando no aparecen) a aquellas personas con las que compartimos ciertos mensajes de complicidad, debatimos o ironizamos sobre las estupideces que a veces publico.
Cuando empecé este blog creo que la cocina no era más que una excusa y ahora lo es todavía más. ¡Tengo tanto que aprender al respecto (de vosotr@s)! Quizás pueda dar alguna idea o pedirla prestada, pero creo que en el fondo lo único que busco es cierta evasión.
Se me hace muy tarde. Ya pasa de la una y tengo algo que hacer. Dormiré poco, pero mañana me levantaré muy feliz, porque cuando tenga a un bebé en brazos me sonreirá y habrá gente por el este mundo virtualizado que vale verdaderamente la pena.
Un beso muy grande (a tod@s)
Buff, me has parecido "Ceniciento"!!! jajaja. Pues sí Pepe, te entiendo en eso. A mí tampoco me gustaría verte, o no te saludaría. NO sé, eres mi ciber_amigo, como Berta, y os echo de menos cuando no sé de vosotros en unos días, y me río con vuestras ocurrencias... No sé, es una relación rara, pero agradable, ajjajaja. Bueno y olvido a Rosita, Gloria.... Besos a tod@s! y sí, la cocina es una excusa ...... OLGA.
ResponderEliminarOlga, a estas horas de la noche y despierto desde hace muchas más puedo llegar a decir cualquier cosa, incluso cursilerías (que no lo son tanto). En fín, como cuando uno está borracho y dice a un/@ amig@ cuánto l@ queire... al día siguiente te cuesta mierarle a la cara...
ResponderEliminarMás en fín, ya no sé qué digo.
Pepe no podía dejar de entrar a saludarte y desearte un muy FELIZ CUMPLEAÑOS, espero que hayas pasado un día maravilloso!, un besito, Mar
ResponderEliminarDivinas las caracolas y de gianguja irresistibles!!!
Ala! se acabó el día de cumple y parece que todo tendría que ser de otra manera, no?, como si hubiese un "antes y después" de la fecha 26/2. Pero, no lo es. Todo sigue igual, verdad?.
ResponderEliminarEspero que al menos hayas corrido detrás de T. pensando que un día le contarás que el día de tu cumple, él te hizo correr.
Siempre me sentía especial el día de mi cumple. Era como si se me tuviese que notar en la cara y los demás se dieran cuenta. Desgraciadamente o afortunadamente, después de unos cuantos cumpleaños cumplidos, uno lo ve desde la perspectiva de la normalidad, rota por algún regalo que mamá y hermanas me hacen.
Al menos espero que tus papás políticos te felicitaran. Los míos, después de 25 años con su hijo, creo que todavía no saben cuándo es mi cumple.Qué triste. ¡Cuánto dicen los silencios de los que los hacen!
Muacs dulces si te queda aún tarta!!
un año largo...? Menos de lo que crees. Tienes razón, es una etapa muy pesada, pero pasará. Y creeme, echaras de menos a ese bebé... Bueno y darte las gracias por este blog tan maravilloso, donde yo tambien encuentro mi evasión.
ResponderEliminarParece ser que ha sido tu cumpleaños, recuerdo que eres un Piscis, y sí, soys raritos, pero como me encanta cuando me siento rara yo también, enseña a tu hijo en cuanto puedas el arte que llevas dentro y te haga una supertarta de cumpleaños ,jaja, mi hijo de 5 años me envio a hacerle recados el dia de mi cumple y adorno la tarta que habia hecho con su padre ,llena de lacasitos rosas jaja que raticos tan buenos, pues eso coje los momentos felices y saborealos como si de giajduja se trataran.
ResponderEliminarFelicidades
Maria desde Teruel
FELICIDADES, Pepinho. Te deseo lo mejor, de corazón. (Espero se me disculpe el retraso, es que el 'finde' me pilla lejos de la red). Tenéis razón, yo también os echo de menos si alguna vez os retrasáis en pasar por aquí; y este fin de semana he tenido la cabeza puesta especialmente en Gloria, menos mal que está bien.
ResponderEliminarBESOS A TODOS.
Empiezo bien; otra vez me he olvidado de firmar... Que soy la de antes/ahora mismo. Tengo que preguntarle a alguien que debo hacer para tener cuenta y firmar en rojo. (Seguro que estoy diciendo alguna chorrada, no?)
ResponderEliminarHola Pepe las caracolas tienen una pinta estupenda .... me llevo una ...jejeje..un besito
ResponderEliminarQuerido pepinho siento no haber venido antes, son días extremedamente difíciles, sabrás que hemos sufrido un terremoto que ha sido devastador, nosotros estamos bien, mis papas estaban con nosotros, pero sabes que ya tuve dias difíciles en la playa. Bueno pero como que ahora me ha bajado una angustia tremenda (estoy desde ayer así) dicen que stress post traumático, Bueno pero tendrá que ir pasando. Lo ue pasa es que mi mamá le tiene terror, la Espe tambien y donde vió a mi mamá mal se desmayó, es indescriptible todo el dolor que hemos visto. Bueno te mando un abrazo atrasado de cumpleaños y muchos besoos, gloria
ResponderEliminarGloria, qué bueno leerte! No me ha permitido dejarte comentario tu blog. Me alegro mucho de que estés bien, tú y tu gente. Lo que habeis debido pasar, no puedo imaginarlo. Un abrazo transoceánico y un gran beso. OLGA.
ResponderEliminarGloria, qué alegría. Espero que a Pepe no le importe esta demostración entre incondicionales. Pero creo que es debido entre veteranas (es cosa de hombres, como rezaba el anuncio).
ResponderEliminarEspero que el caos que vivís ahora, se torne cuanto antes e solucciones y futuro para tanta gente que está sufriendo algo tan injusto como es una catástrofe de este índole.
Hoy, más que nunca, muacs dulces llenos de alegría por saber de ti y de ánimos para afrontar las circusntancias que se os presentan.
Perdonadme, pero los únicos segundos que tengo durante esta semana se los debo y deseo dar a Gloria. Gloria, me he acortado de ti cuando oí la noticia, no quiero ni imaginarme cómo se puede vivir ese drama “in situ”. Cuando encendemos el televisor y vemos las noticias todo parece lejano, como si no existiese la mínima posibilidad de que nos pueda suceder… hasta que sucede. Entonces llega el miedo y el drama, nunca se está preparado.
ResponderEliminarPor lo que dices das a entender que no te ha pasado nada directamente pero que has vivido el drama muy de cerca y el miedo está presente. Para mí que soy un temeroso es imposible dar consejos, sólo desearte mucha tranquilidad y momentos de felicidad. Como decimos aquí. “Dios aprieta pero no ahoga.”
Un beso grande a tod@s, y en especial…
Gracias Olga, Berta Y rosita que me fue a ver al blog.
ResponderEliminarQuerido Pepinho como estas cosas no vienen solas han pasado cosas que me tienen en una angustia atroz, pero recobro la razòn y pienso que no tengo derecho a estar asì. Cuando hay tanta gente que lo perdiò todo, casa,familia, trabajo, ciudad, las màs agectadas fueron pequeños pueblos costeros (por el sunami) por ejemplo Dichato dond eyo veraneaba cuando pequeña. Es tan dificil mirar y ver que no hay NADA de lo que conociste.
Concepciòn es la ciudad donde yo nacì y me vine cuando tenìa 18 años.
Si ves la tele veràs que es una de las màs afectadas. Es el peor terremoto que ha tenido Chile en años. Nunca vì tanta destrucciòn.
Mientras te escribo se me salen las làgrimas es difìcil de explicar. Gracias por el cariño, el amor y los besoos de todos. Los quiero, gloria
Un beso especial para teo
Animo Gloria. Aquí pensamos mucho en vosotros.
ResponderEliminarMuacs llenos de esperanza.
Un grandísimo beso!
ResponderEliminarQue la paz y tranquilidad vuelva pronto.
Me he quedado embobada con tu blog, con tus fotos, con tus recetas y tus palabras, un placer encontrarte. Me ha dado mucha envidia la sencillez de tus rutinas... un abrazo
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