La edad de la inocencia
¡Tan fáciles! ¡Tan ricos! Tan-tan…
“Confróntese”, así decía mi profesor de Lengua Española, El amo del calabozo, le llamábamos. Buena gente, no sé qué habrá sido de él. Creo que hace años que se jubiló.
Cfr. María, o le han encantado o me ha mentido, o las dos cosas a la vez.
Estos pasteles son muy fáciles de preparar, únicamente necesitaremos unos moldes para magdalenas clásicas u otro tipo de recipientes pequeños, tanto de metal como de silicona. Prefiero los primeros, por mucho que digan, las masas fermentadas crecen más lentamente en contacto con la silicona que con el metal, es sólo una sencilla cuestión la temperatura.
En repostería me gusta mucho la naranja y todo lo que de ella se deriva/procede. Esto es, la naranja confitada para mezclar con chocolate, la ralladura de naranja para unas magdalenas o el Grand Marnier para aromatizar un jarabe y mojar un bizcocho. Si no se tiene Grand Marnier o se considera un gasto excesivo para el uso que se le pueda dar, sustitúyase por Cointreau o ron añejo. Los tradicionales pasteles “borrachos” se hacen con ron.
Aunque lleva levadura fresca es una masa muy suelta que no se mezcla a mano, por lo que también es “apta” (y recomendable) para aquellos que huyen de las masas fermentadas. Para terminar con esta brevísima introducción, sólo decir que estos pasteles se conservan en perfecto estado varios días, mojados y tiernos.
El estreno de la película-ficción sobre Julia Child, Julie & Julia, me ha hecho recordar una serie de películas sobre gastronomía, restauración u otras que giran indirectamente en torno al mundo de la cocina. No es ninguna lista top-nada, ni un ranking de mis películas preferidas de temática gastronómica, es, simplemente, un amasijo de recuerdos sin orden ni concierto. Empiezo, podría ser entretenido.
Este sábado hemos ido a casa de mis padres. (…) Han hecho una de esas obras en las que se suele contratar a Pepe Gotera y Otilio, aunque creo que éstos eran bastante más mañosos y han dejado la obra decente. Para ello se han visto obligados a desmontar la estantería que estaba en las escaleras que llevan al garaje. La estantería, situada sobre la puerta de bajada, estaba polvorienta y enmohecida por la falta de uso, pues hacía muchísimo tiempo que nadie se había acercado a ninguno de los objetos, básicamente libros, que allí se guardaban. Allí estaban, entre muchos otros recuerdos, mis libros y libretas de la EGB. Emocionante, no necesitaba ninguna grabación de Super8 del estilo de las que tiene María, para mí, abrir uno de esos libros era ver mi infancia en alta definición, con sonido digital y envolvente. Envolviendo las emociones de la más sincera y pura de las sensaciones: la infancia.
No tuve mucho tiempo para hojearlo, sólo el justo para abrir uno de 5º de EGB (ni he llegado a fijarme en la asignatura, creo que matemáticas, mis preferidas), ver en la primera página mi nombre y apellidos escritos con BIC cristal y, justo a media página, un corazón escrito con la misma tinta que decía e: “Pepe y María” (¿María y Pepe?). Debajo, escrito con pintura verde: “se quieren” (¿se aman?). No podría certificar que yo hubiese escrito esta segunda frase pero me da igual. No es la María con la que ahora comparto mi vida, esa es otra historia, fue uno de esos ¿amores? platónicos de la infancia. Sólo compartimos un año, se sentaba justo detrás de mí. La recuerdo dulce, educada y frágil, pero decidida; yo rebelde, muy tímido e inquieto. Era dispuesta, si lo pienso, hasta poseía el mismo tipo de disposición que tiene (mi) María, de esas personas que nunca se paran ante nada y nunca se callan. Se fue y nunca volvió, pero todavía recuerdo sus apellidos como si los hubiese leído ahora mismo. Lo más curioso es que nunca llegué a darle la más mínima muestra del cariño que por ella profesaba. Dudo que se hubiese interesado lo más mínimo por alguien como yo. Era el simple hecho de “estar”, eso era “querer”, sentirse bien y formar una amistad.
Tiene gracia que alguien tan olvidadizo como yo, que no recuerdo casi ningún nombre de los que me acompañaban en el trabajo hace pocos años, tenga memoria para pensamientos tan lejanos en el tiempo. Como si durante esos pocos años de mi vida los hechos y circunstancias que me acontecieron fuesen los únicos realmente importantes hasta la fecha y en lo que resta de mi vida. Ahora ya poco importa, todo se hace inconscientemente y de modo rutinario, antes cada momento estaba lleno de vida.
Entonces los niños y niñas escribían mensajes de amor y dibujaban corazones en vallas y tapias o en el tronco de un árbol. Me viene a la memoria un árbol al que llamábamos "el árbol de las letras". En él multitud de chicos y (menos) chicas habían dejado sus mensajes de amor, mensajes que parecían no borrarse con el paso del tiempo. Cuando volvías, allí seguían escritas a fuego en la corteza maltrecha por los navajazos. El roble era eterno. Leer los mensajes era como hacerlo en un diario secreto, porque muchos se ocultaban en las ramas de más difícil acceso.
No estoy seguro del todo, pero creo recordar que el roble fue llevado por delante durante las obras de una nueva carretera, esas que nunca se saben a dónde llegan y de dónde vienen.
Los niños de hoy en día ya no dejan mensajes ni dibujan corazones en paredes, les parecerá absurdo y pueril. Como mucho, estos niños se envían algún SMS diciendo: “t kiero” o se escriben en el Messenger: “me gusta cómo chateas, nos vemos en tuenti”.
Bizcochitos para emborrachar
Sobrará, con la proporción de 400 ml. puede ser más que suficiente.
Añadimos los huevos uno a uno, amasando (casi batiendo) hasta que quede (bien) homogénea y no tenga grumos. Es una masa a medio camino entre la masa de un brioche y unas madalenas, sin ser tan suelta. Dejamos reposar mientras preparamos los moldes.
(2) Engrasamos y enharinamos moldes pequeños para muffins, retirando el exceso de harina. Si tenemos moldes más pequeños (especiales para este tipo de pasteles) todavía mejor. Yo uso los moldes de silicona o una bandeja de magdalenas (clásicas). Rellenamos los moldes hasta la mitad (aprox.) y los dejamos fermentar hasta que doblen su volumen, esto es, llegar al borde (casi). Yo lo fermento en el horno a 30º C durante algo más de media hora.
(3) Pasado el tiempo precalentamos el horno a 200º C. Una vez caliente introducimos los pasteles y los horneamos hasta que tengan un color tostado. El tiempo depende mucho del tamaño exacto de los moldes.
Dejamos templar mientras preparamos el jarabe.
Para preparar el jarabe mezclamos todos los ingredientes en un cazo y ponemos al “fuego” hasta que hierva. Como licor podemos usar el que más nos guste, el ron le queda muy bien. Cuando haya hervido lo retiramos del calor y dejamos que infusione.
Tomamos los pasteles y con ayuda de una espátula (para no pringarnos las manos) los empapamos generosamente en el jarabe. He dicho empapar, sumergir, hundir, bañar, bucear,… para que el jarabe llegue al corazón del pastel. Lo giramos y lo ponemos a escurrir en una rejilla. Así hasta acabar los pasteles.
Están riquísimos. Además, si queremos controlar la dieta, podemos tomarnos sólo un par cada día, pues se conservan en perfecto estado.
¡Tan fáciles! ¡Tan ricos! Tan-tan…
“Confróntese”, así decía mi profesor de Lengua Española, El amo del calabozo, le llamábamos. Buena gente, no sé qué habrá sido de él. Creo que hace años que se jubiló.
Cfr. María, o le han encantado o me ha mentido, o las dos cosas a la vez.
Estos pasteles son muy fáciles de preparar, únicamente necesitaremos unos moldes para magdalenas clásicas u otro tipo de recipientes pequeños, tanto de metal como de silicona. Prefiero los primeros, por mucho que digan, las masas fermentadas crecen más lentamente en contacto con la silicona que con el metal, es sólo una sencilla cuestión la temperatura.
En repostería me gusta mucho la naranja y todo lo que de ella se deriva/procede. Esto es, la naranja confitada para mezclar con chocolate, la ralladura de naranja para unas magdalenas o el Grand Marnier para aromatizar un jarabe y mojar un bizcocho. Si no se tiene Grand Marnier o se considera un gasto excesivo para el uso que se le pueda dar, sustitúyase por Cointreau o ron añejo. Los tradicionales pasteles “borrachos” se hacen con ron.
Aunque lleva levadura fresca es una masa muy suelta que no se mezcla a mano, por lo que también es “apta” (y recomendable) para aquellos que huyen de las masas fermentadas. Para terminar con esta brevísima introducción, sólo decir que estos pasteles se conservan en perfecto estado varios días, mojados y tiernos.
El estreno de la película-ficción sobre Julia Child, Julie & Julia, me ha hecho recordar una serie de películas sobre gastronomía, restauración u otras que giran indirectamente en torno al mundo de la cocina. No es ninguna lista top-nada, ni un ranking de mis películas preferidas de temática gastronómica, es, simplemente, un amasijo de recuerdos sin orden ni concierto. Empiezo, podría ser entretenido.
- Ratatouille (2007). Una joya (y un avatar que me hace sentir bien).
- El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (1989). Cocina de vanguardia ;-)
- Chocolat (2000). Antidepresivo, antidepresiva.
- Willy Wonka y la fábrica de chocolate (Un mundo de fantasía) (1971). Chocolate con leche.
- Charlie y la fábrica de chocolate (2005). Chocolate negro.
- Tomates verdes fritos (1991) .TOWANDA! (Adoro esa palabra)
- Como agua para chocolate (1992). El amor a través de la comida.
- Comer, beber, amar (1994). De menor a mayor.
- Frankie y Johnny (1991). Comida rápida.
- ¿Qué se está cociendo? (2000). “Quiero ser como Mercedes Ruehl”
- American Cuisine (1998). Érase una vez un inglés, un francés y un gallego…
- El festín de Babette (1997). J. L. Garci no sabía que era tan buena.
- Deliciosa Martha (2001). Delicioso amarte. La buena cocina alemana.
- El hijo de la novia (2001). Un tiramisú sin mascarpone no es tiramisú.
- Retrato de April (2003). La familia bien, gracias. Patricia Clarkson, mejor, quiero ser como ella cuando sea sólo un poco (más) mayor.
- Mystic Pizza (1988). Sólo la curiosidad de ver a la Roberts cuando todavía tenía cara de pizza.
- La cena de los idiotas (1998). Cambiando los papeles. Olympique!!!
- Celebración (1998). Confesiones en la mesa.
- Entre copas (2004). Si admitimos “vino” como animal de compañía…
- El pollo, el pez y el cangrejo real (2008). Entrenándose para las Olimpiadas.
- Delicatessen (1991). El título no es lo que parece. 13, Rue del Percebe.
- Super Size Me (2004). Triqui deja las galletas y se pasa a la comida basura.
- Julie & Julia (2009). A ver…
Este sábado hemos ido a casa de mis padres. (…) Han hecho una de esas obras en las que se suele contratar a Pepe Gotera y Otilio, aunque creo que éstos eran bastante más mañosos y han dejado la obra decente. Para ello se han visto obligados a desmontar la estantería que estaba en las escaleras que llevan al garaje. La estantería, situada sobre la puerta de bajada, estaba polvorienta y enmohecida por la falta de uso, pues hacía muchísimo tiempo que nadie se había acercado a ninguno de los objetos, básicamente libros, que allí se guardaban. Allí estaban, entre muchos otros recuerdos, mis libros y libretas de la EGB. Emocionante, no necesitaba ninguna grabación de Super8 del estilo de las que tiene María, para mí, abrir uno de esos libros era ver mi infancia en alta definición, con sonido digital y envolvente. Envolviendo las emociones de la más sincera y pura de las sensaciones: la infancia.
No tuve mucho tiempo para hojearlo, sólo el justo para abrir uno de 5º de EGB (ni he llegado a fijarme en la asignatura, creo que matemáticas, mis preferidas), ver en la primera página mi nombre y apellidos escritos con BIC cristal y, justo a media página, un corazón escrito con la misma tinta que decía e: “Pepe y María” (¿María y Pepe?). Debajo, escrito con pintura verde: “se quieren” (¿se aman?). No podría certificar que yo hubiese escrito esta segunda frase pero me da igual. No es la María con la que ahora comparto mi vida, esa es otra historia, fue uno de esos ¿amores? platónicos de la infancia. Sólo compartimos un año, se sentaba justo detrás de mí. La recuerdo dulce, educada y frágil, pero decidida; yo rebelde, muy tímido e inquieto. Era dispuesta, si lo pienso, hasta poseía el mismo tipo de disposición que tiene (mi) María, de esas personas que nunca se paran ante nada y nunca se callan. Se fue y nunca volvió, pero todavía recuerdo sus apellidos como si los hubiese leído ahora mismo. Lo más curioso es que nunca llegué a darle la más mínima muestra del cariño que por ella profesaba. Dudo que se hubiese interesado lo más mínimo por alguien como yo. Era el simple hecho de “estar”, eso era “querer”, sentirse bien y formar una amistad.
Tiene gracia que alguien tan olvidadizo como yo, que no recuerdo casi ningún nombre de los que me acompañaban en el trabajo hace pocos años, tenga memoria para pensamientos tan lejanos en el tiempo. Como si durante esos pocos años de mi vida los hechos y circunstancias que me acontecieron fuesen los únicos realmente importantes hasta la fecha y en lo que resta de mi vida. Ahora ya poco importa, todo se hace inconscientemente y de modo rutinario, antes cada momento estaba lleno de vida.
Entonces los niños y niñas escribían mensajes de amor y dibujaban corazones en vallas y tapias o en el tronco de un árbol. Me viene a la memoria un árbol al que llamábamos "el árbol de las letras". En él multitud de chicos y (menos) chicas habían dejado sus mensajes de amor, mensajes que parecían no borrarse con el paso del tiempo. Cuando volvías, allí seguían escritas a fuego en la corteza maltrecha por los navajazos. El roble era eterno. Leer los mensajes era como hacerlo en un diario secreto, porque muchos se ocultaban en las ramas de más difícil acceso.
No estoy seguro del todo, pero creo recordar que el roble fue llevado por delante durante las obras de una nueva carretera, esas que nunca se saben a dónde llegan y de dónde vienen.
Los niños de hoy en día ya no dejan mensajes ni dibujan corazones en paredes, les parecerá absurdo y pueril. Como mucho, estos niños se envían algún SMS diciendo: “t kiero” o se escriben en el Messenger: “me gusta cómo chateas, nos vemos en tuenti”.
Bizcochitos para emborrachar
- 150 gr. de harina de fuerza (de pan, o casi).
- 7 gr. de levadura fresca de panadería.
- ½ cucharilla de té de sal, o algo menos (~3 gr).
- 50 gr. de mantequilla.
- 8 gr. de miel (endulza y favorece conservación)
- 10 gr. de azúcar (el gran dulzor se lo dará el jarabe)
- Ralladura de naranja.
- 3 huevos grandes (exactamente, 180 gr.)
Sobrará, con la proporción de 400 ml. puede ser más que suficiente.
- 500 gr. de agua.
- 250 gr. de azúcar.
- 1 vaina de vainilla cortada longitudinalmente (opcional).
- Ralladura de una naranja grande.
- Un poco de ralladura de limón.
- Un chorrito generoso de Grand Marnier, Cointreau o ron, un clásico entre los borrachos.
Añadimos los huevos uno a uno, amasando (casi batiendo) hasta que quede (bien) homogénea y no tenga grumos. Es una masa a medio camino entre la masa de un brioche y unas madalenas, sin ser tan suelta. Dejamos reposar mientras preparamos los moldes.
(2) Engrasamos y enharinamos moldes pequeños para muffins, retirando el exceso de harina. Si tenemos moldes más pequeños (especiales para este tipo de pasteles) todavía mejor. Yo uso los moldes de silicona o una bandeja de magdalenas (clásicas). Rellenamos los moldes hasta la mitad (aprox.) y los dejamos fermentar hasta que doblen su volumen, esto es, llegar al borde (casi). Yo lo fermento en el horno a 30º C durante algo más de media hora.
(3) Pasado el tiempo precalentamos el horno a 200º C. Una vez caliente introducimos los pasteles y los horneamos hasta que tengan un color tostado. El tiempo depende mucho del tamaño exacto de los moldes.
Dejamos templar mientras preparamos el jarabe.
Para preparar el jarabe mezclamos todos los ingredientes en un cazo y ponemos al “fuego” hasta que hierva. Como licor podemos usar el que más nos guste, el ron le queda muy bien. Cuando haya hervido lo retiramos del calor y dejamos que infusione.
Tomamos los pasteles y con ayuda de una espátula (para no pringarnos las manos) los empapamos generosamente en el jarabe. He dicho empapar, sumergir, hundir, bañar, bucear,… para que el jarabe llegue al corazón del pastel. Lo giramos y lo ponemos a escurrir en una rejilla. Así hasta acabar los pasteles.
Están riquísimos. Además, si queremos controlar la dieta, podemos tomarnos sólo un par cada día, pues se conservan en perfecto estado.
Ahhhh el cine. Cine, cine, cine, cine, más cine por favor, que toda la vida es cine,....
ResponderEliminarEl verde es mi color. Siempre he escrito en verde, mi habitación era verde, así como mi edredón, mi maleta con los apuntes para mis clases, mi ropa era tremendamente abundante de verde en todas sus tonalidades, y mi pluma tenía cartucho de tinta verde.
Sigue siendo mi color junto con el azul. Una vez en Madrid, mi Harry particular de Sally-Berta me dijo que eran los colores de Galicia. Pero ahora soy de marrones (colores caca como decía mi padre).
Se ve que los de RRHH no veían bien a alguien que escribiera en verde, pero lo siento, entrar en Cantigas y bucear entre los muchos escritorios llenos de rotus verdes me sigue privando.
Recuerdo que cuando fui a ver Delicatessen, me pareció la chorrada más grande del mundo. Chicho no pensaba igual (por eso él está donde está y yo soy profe de inglés, tal vez).
He visto casi todas las que pones y no sabría con cual quedarme. Creo que cada una tiene un momento, aunque ahora con mi stress delante ver la del pollo, el pez,etc. me volvería loca, lo hizo en su momento.
Los bizcochitos borrachos para mi con el Grand Marnier. No hay otro licor mejor, incluso para añadir en una mousse de choco.
Cuando leo lo que le escribía a C en la etapa "tevoyadeslumbrar" me río, pero no he cambiado tanto. Nunca he sido de apuntarme los amores en papel, sólo en mi cabeza. Y los platónicos nunca se van, verdad? Ahhhhhh maravillosos amores platónicos: el profe de gallego, el médico del 112, etc. jajaja.
Que disfrutes de la peli en la que la Meryl como decía el otro está gorda. Jaja, me encantaría estar en alguno de sus papeles.
Y tú, ¿con quien te identificas, cinematográficamente hablando?
Muacs dulces
El cine es una de mis aficiones, a mi padre le encanta, y en realidad no sabía que la cocina se volvería otro de mis amores, quizás fue parte de esas peliculas que él veía(algunas de las que mencionas y otras más) quizás algo de mi abuela, pero sin duda me provoca seguir cocinando y me llevo esta receta para mi fin de semana.
ResponderEliminarUn biko y gracias por la borrachera de naranja y cine.
A mi los "borrachos" me traen recuerdos de infancia...de la pastelería "Pedro Bilbao" de Guernica... con ron y un copete de crema....
ResponderEliminarUn saludo, Begoña
Hola, hoy tengo mucho que comentar:
ResponderEliminarHice no hace mucho algo parecido a tus pastelillos, de una manera más grosera, hice un bizcocho más o menos parecido al tuyo, sobró bastante y lo congelé( congela estupendamente) , un día que no tenía nada rico , lo descongelé y lo corté con el cortapastas circular, y lo bañé , rebané o mojé como tú. Lo espolvoreé con canela (cosa que me encanta)
Tu relato de hoy me ha emocionado, yo también recuerdo nombre y apellidos de el dueño de mis corazoncitos escritos en los libros de texto.
Mi pueblo és pequeño y a veces nos cruzamos, y sonrío levemente, con ternura ( no lo puedo evitar) .
Para finalizar, comparto en gustos alguna de las pelis que señalas.
Un beso, Toñi ( si , si Toñi)
ahhh, se me olvidó, estoy completamente de acuerdo contigo,los moldes de silicona , para hornear, no están mal pero como el metal , nada de nada.
ResponderEliminarbesos
Ese es mi Pepe!!! nostálgico pero tranquilo, que ya era hora!!!!
ResponderEliminarLa receta no me va mucho, lo de los corazones me ha hecho reír. Ya ni me acordaba de esas cosas..... Y lo de los sms también ha estado muy bien. Ahora todo cambia, no hay duda. No sé si os mandaron una carta de amor de una alumna de la E.S.O o E.L.L.O, oyes. Me moría de risa. Creo que la enterré con mi antiguo correo, pero si la recupero os la cuelgo. Besos mil. OLGA.
Yo meto los moldes de silicona en otros de metal, para que el calorcito empuje la masa, pero luego se desmolden bien...
ResponderEliminarNo es lo mismo pero algo mejora la cosa...
El cine, la verdad, no me gusta - yo soy de fútbol - no es que sean incompatibles pero no sé... el cine como que no...
Y los borrachos... uf! espectaculares!
Pepinho, estas te las copio, que cosa tan rica! En cuanto tenga noticias de mis valencianos favoritos, que espero con ansia para abrir la veda a la fabricación masiva de roscones (familia numerosa, y vicioso que es uno), busco un hueco y las hago. Películas, qué difícil elegir y qué grandes ejemplos. Desde luego, me quedo con Ratatuille, y a Babette la reveo de vez en cuando, pero tengo una curiosidad, ¿dejaste fuera de la lista titulos como "Fast Food Nation" o "La gran comilona" por su caracter crítico o, sencillamente, porque no te gustaron? A mi si (pura opinión, no te vayas tu a creer...) Abrazos
ResponderEliminarOhhhh, que borrachos más deliciosos y esponjositos!!Me encanta la naranja y seguro que estos bocaditos están de vicio.
ResponderEliminarBesinos guapi,
Vanesuky.
Buenos días, deliciosa receta, como siempre. Lo único que debo recordar es tener levadura, so pena de ver mi bizcocho reducido a la mínima expresión, como me pasó la semana pasada...sin comentarios.
ResponderEliminarÚnicamente quería comentarte que te falta una película a tu magnífica lista: "Guerra de vinos", que acabo de verla en el videoclub Imagenio y creo que esta noche la voy a ver. Quizás también deberías incluir "French Kiss"....voy a parecer un borracho con tanto vino.
Pepe pero que has hecho!!!!que ricooo,menos mal que acabo de desayunar,si no me pongo a ello....pero no,voy a probar por fin con los macarrons a ver que sale.
ResponderEliminarTe puse un mensaje pidiendote permiso para pulicar en mi nuevo blog algunas de tus recetas que he hecho,me imagino que no lo habras leido.Un saludo
Ostras, qué buenos!!! Alguna vez le había dado vueltas a la cabeza pensando en cómo se harían. Recuerdo unos borrachos que además estaban bañados en choco (y que viva Willy Wonka!!!, los dos, tanto el 'con leche' como el 'negro'). Claro! Es que siempre los recordaba como que no era exactamente ni bizcocho no masa de bollo...
ResponderEliminarMe gustan muchas de las pelis que has puesto; qué tierno está Pacino de Johnny, qué repelentes los niños que acompañan a Charlie en su visita a la fábrica, y qué penilla el pobre de Almagro en sus entrenamientos para la 'olimpiada bocussiana'.
Aunque no sean de temática cocineril, me encantan las cocinas que salen en las películas americanas de los años 50, pero la que más, la de Gracita en '¿Como está el servicio!', con ese instrumental tan 'futurista'...
Qué bonito!: árbol de las letras.
Besoooooooooooos........
uuummmm riquisimosssss..... los has probado con ron ó cuantro...... aaahhh por cierto si te han sobrado no me importaria que me mandases uno...jejeje besos y que pases un buen dia
ResponderEliminarMadre mia estos si que me gustan,tambien me recuerdan a mi niñez,cuando en la pasteleria de mi barrio los vendian con la forma de donuts y ponian fruta partidita por encima,estaban empapados,tambien les ponianmucho brillo,como especie de jelatina ,no sé el caso es que me encantaban.La peli de la meryl (julia y julie)que no sé si se pone asi,no me pareció gran cosa esmas en casa les aburrió a todos,a mi como se trata da cocina me gustó un poco mas(ponen una salsa holandesa con una pinta estupenda).El cine es maravilloso y te transporta a donde tu imaginación te dé de si,es por eso que en algunos momentos sentimos miedo,reimos,lloramos,incluso te hace sentir como en realidad tu eres,y salimos pensando...jo eso me pasa ami,y no nos damos cuenta que eso es consecuencia de meternos en el papel de la peli,esa es TU IMAGINACIÓN.Referente a escrivir en los arboles yo lo sigo haciendo (en los jardines de aranjuez tenemos uno mis hijos y nosotros)que siempre visitamos y reforzamos,en el parque donde ando todos los dias ,tengo otro con las iniciales de mis hijos y de mi marido y mia,con fecha,y a ms nietos les puse delante de ellos en otro arbol en su parque sus iniciales junto a las mias ,asi cuando pasen se acordarán de mi.Pero claro yo soy un caso aparte sugun la familia,yo lo que creo es que aparte de ser una romantica,es como si quisiera con esos jestos (tengo muchos mas)hacerles pensar que todos los que estamos alli puestos somos una piña y que les demuestro mi cariño de muchas maneras ,bueno espero no aburriros pero aparte de que me encanta escrivir,es que tocas cosas que aún en el tiempo sigo practicando y claro una se acuerda de sus cosillas.chao y no perdais la inocencia del todo,isabel
ResponderEliminarque de faltas madre mia luego lo miro y me doy cuenta ,pero bueno me perdonais ¿vale?gracias.
ResponderEliminarHola me llamo Luz Marina y hasta ahora no me había atrevido a escribir nada aunque hace tiempo que te leo e intento hacer alguna de tus recetas, no todas porque mi tolerancia al azúcar es muy limitada.
ResponderEliminarMe encantan los recuerdos que escribes porque me hacer recordar cosas que creía olvidadas, al igual que tú tengo memoria de pez para lo que ha ocurrido hace poco y no tan mala para la infancia.
Creo que probaré a hacer estos borrachos, porque me recuerdan a los que compraba mi madre cuando yo era pequeña.
Besos.
Sin ninguna duda la mezcla de cine y gastronomia casi siempre ha tenido un buen resultado. Recomiendo a igual que nuestro colega el Vasco Errante (Guerra de Vinos), comedia en torno a la cata de vinos enfrentada en los años 70 entre los vinos de nuestro vecino francés y el vino californiano de Napa Valley. Imágenes muy buenas y una mirada romántica al mundo profesional del vino.
ResponderEliminarNo se me ha parecido un titulo acorde con la repostería del post "Borracho".
Un calido saludo después de cierto tiempo apartado de estos lares
Me han fascinado estos borrachos, se los hará a mi mamá. Le fascinan este tipo de dulces.
ResponderEliminarSe ven delciiosos.
De todas las películas me quedo con Ratoutille!!!!! amo esa película y me encnata el avatar, sie pienso que eres tú, el otro día Gerardo trajo un juevo acerca de la película, dijo lo quieren??? y yo salte, si,si, es pa mi, le dije, ahora tengo que aprender a jugar pero e precioso, todo lo que es de ratoutille me encnata.
La pelúcla de Julia aún no llega pero me han dicho que e smuy buena además me gusta la Merilyn Streep y Julia Child, aa , me encnataba su soltura para cocinar, su naturalidad, su desenfado, que distinta a muchas perdonas de la tele.
Yo soy del cocinar natural, de gozar la cocina.
Y que es del precioso Teo le mando muchos besoossss y a ti tambien.
gloria
Miércoles-18:05-San Francisco, corre Pepe, corre.
ResponderEliminarA mí tampoco me convencen mucho los moldes de silicona. Prefiero los metálicos o los de loza (estos últimos me encantan).
Muacs rápidos
Vaya borrachos. No puedo pasar por tu blog porque me entran unas ganas de probarlo todo. Desde luego no me quedan como a ti, pero me hago una idea. Además son tan bonitos...
ResponderEliminarYo nunca recuerdo los nombres de las pelis que veo, ni los títulos de los libros. y curiosamente no me acuerdo de los finales. Parezco una inculta total, que lo soy, pero parezco la más...
He esbozado una sonrisa con lo de los libros de la EGB, yo también los conservo, todos, y libretas. Siempre quise ser maestra y los guardaba para poder usarlos cuando lo fuese, ingenua de mi, pero yo estaba muy convencida.
Nunca escribí nada de mis amores platónicos, en mi material escolar nunca hubo nada de eso. No porque no los tuviera, sino porque tengo una madre muy fisgona y siempre revisaba todas mis cosas en busca de pruebas, pero nunca las encontró. Todo quedaba heméticamente guardado en mi interior,sin pruebas. Pienso que perdí una parte de mi vida, no menos importante que otras. Jope que rollo.
Saudos
HOLA!!!
ResponderEliminarCuando tenga unos minutos responderé a tan sugerentes comentarios ;-) A la usual falta de tiempo se ha añadido dos días que, por ausencia de María por motivos personales, llevo ejerciendo de “padre soltero”. Sólo las pausas, pocas, laborales y, de vuelta a casa, sólo Teo hasta los sueños. No es que tenga mayor ocupación, sólo que no tengo ni un instante hasta el momento de acostarme. Ahora juega con una botella vacía en la cocina….
Un beso grande.
Uauhhhh!!! Sólos en casa dos chicos!!!!
ResponderEliminarLa de cosas que habréis hecho y deshecho!!!!
Muacs llenos de lluvia hasta el último poro de mis pantalones
ya ví ayer en el telediario cómo os llovía, ya....
ResponderEliminarCuidaros mucho. Por aquí por casa ya ha pasado el virus por 3 de los cuatro miembros (al perro de momento no lo cuento), y aquí la cuarta tiene ahora mismo dolor de gargantita y estornudos.... ays!!! Hoy tengo supercena de E.G.B. Y no paro de pensar que si no los he visto en veintipico años será por algo, pero a la vez tengo ilusión. No sé. Ya os contaré qué tal me va. Besos mil. OLGA.
Bueno, lo intentaré, pero “es que” cuando uno está cansado cualquier tontería le baja el ánimo, como haber descubierto por pura casualidad mientras buscaba dónde comprar un producto cómo te insultan en un blog y te llaman sin venir a cuento “momonazo”. Blog que, curiosamente, prueba alguna de mis recetas, unas personales y otras que he recogido de fuentes bibliográficas mencionadas. No sé si será mi agnosticismo y ataques a la Iglesia lo que moleste, mis opiniones políticas o si algún día el/la susodicha/o se sintió aludido/a por pertenecer al grupo de compradoras compulsivas. Lo admito todo, no modero los comentarios del blog, siempre que sean opinión (incluso basadas en el desconocimiento y la absoluta ignorancia de los temas que me implican). Lo que no puedo tolerar, no hoy, es el insulto por el insulto. Pero bueno, eso es otro tema que lo único que consigue es bajarme el ánimo y perder la confianza en la “bondad” humana, desanimándome a seguir esto. “Esto”, esa es la palabra: “esto”.
ResponderEliminarTeo duerme, es lo único que ahora me IMPORTA. Lo demás quizás sea cierta dosis de ¿envidia?. Lo siento, pero no creo que sea persona que lleve una vida digna de ser envidiada. La cambio por cualquier otra. ¡Qué bueno sería que alguien que me conociese un poco, sólo un poco (son pocos), pasase y apartase de mí este autoanálisis! Ayudaría.
A ver qué puedo hacer… de modo caótico.
“… y lo sueños cine son”. Así empezaba mi diario de 1999, entonces lo escribía en una libreta, ahora casi lo hago en Internet, pero muy de refilón.
¿Mi color? Todos y ninguno. El marrón no. El verde, el azul de la camiseta que llevo puesta, el verde pistacho, el fosforito,… el naranja. Ya se sabe, los hombres no sabemos distinguir entre “morado”, “malva”, “fucsia”, “púrpura”… Para mí los marrones son: oscuro, claro, intermedio,…
"Delicatesen" me gustó, pero creo que estuvo muy sobrevalorada. Como la fiebre que hubo por “Justino, un asesino de la tercera edad”. El tiempo (o eso dicen) pone a cada uno en su sitio (tampoco estoy del todo de acuerdo).
Lo de “están ricos” no era un gesto de autocomplacencia. Sólo me he basado en los comentarios de María y mis gustos. ¿Por qué les he llamado “borrachos”? Porque siempre les he llamado así, como “el brazo de gitano” que, curiosamente, he intentado sustituir por eufemismos como: rollitos, tronco… Espero que nadie se moleste por el nombre, yo no se lo he puesto.
Me gustaría ser Remy, me gustaría, pero últimamente soy una mezcla del compañero de “Leoncio el Leon” y Mark Ruffalo, creo que me gustaría ser Mark Ruffalo. Es el primero que me ha venido a la cabeza. Lo pensaré.
3-1. Se ve que era únicamente un problema espacio-temporal. Con mi cambio de horario, los miércoles por la tarde y los jueves de madrugada son dos posibles puntos de encuentro. La próxima vez, si me ves, ¡Atropéllame!
Pensándolo un poco no son tantas las películas de temática gastronómica. Otras que recuerdo hablan del vino pero can la problemática del alcoholismo: “Días sin huella” (OM) o “Días de vino y rosas” (OM), me parecía excesivo incluirlas.
...
A mí los “Borrachos” me recuerdan a Navidad. Envueltos en pequeños envoltoriso plásticos para evitar que se secasen. La infancia también.
ResponderEliminarFíjate, Toñi, me ha gustado lo que has dicho, como otras veces. Eso de cruzarte y sonreír. Creo que ahora no me gustaría encontrarme con mis fantasmas del pasado, estoy convencido que sería una gran decepción mutua. PREFIERO RECORDARLO TAL Y CÓMO LO HE VIVIDO, sin edulcorantes del presente. Aquello fue lo que viví, ahora todos hemos cambiado. Casi seguro que para peor.
Soy un cotilla. ¡Quiero leer esa carta! Ahora las alumnos/as no se enamoran de sus profesoras/es. Tienen otras referencias más mitificadas que pueden ver todos los días en los medios de comunicación, esos famosos niños/as y chicos/as que salen en algún musical o serie juvenil. Es lo que hay…
Interesante. Las dejé en el tintero (en la memoria) porque no me había acordado de ellas, sólo puse las que en ese momento me vinieron a la cabeza, sin orden ni concierto….
Bueno, luego sigo… que ahora tengo miedo de que Mr. T se despierte. A recoger…
“Frech Kiss” no se ajusta demasiado a la temática. Además, tampoco me gusta demasiado. De poner una: “Entre copas” (ya incluida), mucho mejor.
PD.: Teo y yo hemos aprovechado para irnos de juerga a tomar unos vasos de leche con cereales.
UN BESO GRANDE.
Una fermentación adecuada y controlada de 12 horas (o más) mejora los resultados de la bollería y el pan.
ResponderEliminarBesos.
Luego sigo.
URGENTE!!!!
ResponderEliminarTODO LO DE "MAMONAZO" ha sido un malentendido, como cuando dices: "¡cabronazo!", que no es lo mismo que "cabronazo". No sé si me explico, el tono tiene mucho que decir.
BESOS.
Retiro lo dicho, no lo borro que "rectificar es de sabios".
PERDÓN 1de2 por haber entendido mal.
ah! bueno, es que no es lo mismo , eh? el tono hace mucho... Besos mil. OLGA.
ResponderEliminarVuelvo para señalar una peli que no he leido en tu lista, con decorado en la cocina, y de cocineros, que a mi me gustó, ya no por la trama , sino curiosamente por ver a esos cocineros que realmente inventaban platos.
ResponderEliminarEs un pequeño sueño que tengo, fruto con toda seguridad, de mis genes, el tener un restaurante chic, donde el cliente se deja llevar, y yo , como un psicoanalista, adivino que és lo que le apetece comer ese día... en fín, una quimera.
La peli se llama "Sin reservas" de Catherine Zeta-Jones.
besos, Toñi
... brevemente... Sí que aparece, o casi, "Sin reservas" es un remake de "Deliciosa Martha", por eso he preferido no incluirla. Como suele suceder, mucho mejor la original.
ResponderEliminar... comming soon....
Aaaaaaaah! Suerte que era un malentendido, porque nos íbamos a merendar a alguien los que te conocemos ese poco que dices (yo creo que algunos de tus seguidores de 'esto' sí te conocemos un poco, aunque muy poco, no? (por cierto, 'esto' es una genialidad que nos ha abierto de par en par las puertas de nuestras cocinas y las de nuestras almas; qué bonito es pensar!).
ResponderEliminarSí, lo del Ferran Adrià del pan es exagerado. Quizá es que aquí había un gran déficit en lo que a panaderías se refiere. Se había llegado a un punto asqueroso: panes precocinados, la gran mayoría de panaderías se habían (han) convertido en pequeños bares y te despachan el pan mientras lavan las tazas de clientes que hasta hace poco encima podían fumar ('exquisito' pan ahumado al Ducados). Total, que hace dos años que en casa comemos pan de casa, y nos gusta más que cualquier otro. Aunque confieso que también yo he hecho cola en la puerta del Turris (can Barriga).
Ah! Ayer, viendo Callejeros, me fijé a ver si os veía, jejeje, porque me pareció que era en la misma época en la que fuisteis a Venecia. Me quedé pensando en cómo pudiste aguantar tanto turista, uf, qué pasada! Claro que con ese programa, nunca se sabe, creo que siempre van buscando lo peor de cada sitio; las agencias de viajes deben odiarlo.
Bueno, BESOS, y portaos bien, Mister T y tú, eh?
Permisooooo!
ResponderEliminarAcabo de leer lo del anónimo panadero sobre tus bollos de nata. Y, sobre lo de que “ya tienen que estar buenos con tanto tiempo de preparación”, le digo que sí, las masas con tiempos de fermentación largos están muchísimo mejor. Esa es la máxima de uno de mis libros de pan favoritos, el de Reinhart, de quien hago un pan siciliano con tres días de preparación, y es el mejor que he comido! Lástima que se pierda ese gustazo ese panadero, pero qué mal que de paso se lo haga perder a sus clientes.
Seguid siendo buenos!
Enhorabuena, tienes un blog estupendo, todo tiene una pinta!!. te seguiremos, desde cerca. Saludos
ResponderEliminarBueno Harry, ya sabes que a mi sí que me gusta "ésto". Esto y lo otro, y lo de más allá, tus bollos y tus comentarios.
ResponderEliminarComo decía aquel entrenador.... todo phositivvo, nada negathivvo.
De las peliculas, podríamos añadir "Un toque de canela" que me gustó mucho en mi época romántica. Y si aceptas vino, aceptemos también "Un buen año" aunque como película y temática deja mucho que desear. "Woman on top" Se acepta pero no llega al aprobado....
Total, si votaramos....para gustos los colores. En mi caso me quedo conel "Festín de Babette", que historia y que lección para la vida !!! Cocina salida directamente del corazón y del alma.
Las películas así no tienen porqué ser dulces.
Besos
si lleva grand marnier me apunto, una delicia este borracho, te felicito, besitos desde londres
ResponderEliminarDesconocía la existencia del Gran Marnier... pero el otro día fuímos a cenar con unos amigos y les hablé de ti , de tus recetas, de tus apetecibles presentaciones fotográficas, de todas las cosas nuevas que me enseñas... y terminé con el relato de esta tu última receta... y de mi ignorancia sobre el Gran Marnier... ¡¡ Qué ya he resuelto!!! Mi excelente anfitrión abrió para mí- qué alegría, y que vergüenza- una botella:me gustó mucho. Gracias por descubrirme tantas cosas!
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